lunes, 17 de febrero de 2020

RESEÑA DEL CENTENARIO DE LA SERENÍSIMA GRAN LOGIA NACIONAL DE COLOMBIA



Por Iván Herrera Michel
                        
Ha llegado a mis manos un reciente libro titulado “Reseña del Centenario de la Serenísima Gran Logia Nacional de Colombia”, con sede capital en Cartagena de Indias, Colombia, escrito por el profesor universitario y experimentado Masón de esa Obediencia Edison Posso Basanta, que constituye un inmejorable aporte a la historiografía local, que me ha encantado leer y que conservaré para consultas. Y es que, además está bien redactado y muy bien editado.
                   
El texto está elaborado con rigor académico y basado en fuentes confiables, lo cual es altamente apreciable en épocas de post verdades y falsos pasados, aunque no se puede dejar de advertir un cierto tufillo “regular” que, en honor a la verdad, resulta innecesario para este magnífico compendio que le hacía falta a una historia local que en oportunidades fue la historia nacional de la Orden.
                        
Y en buena hora lo leo porque desde hace unas décadas las noticias que provienen de Ciudad Heroica hablan de que su trajinar Masónico ha sido colonizado por sistemas de creencias ajenas a la Orden, que bajo el pretexto de un supuesto “esoterismo” da cabida a toda clase de predicamentos y ha desplazado en buena medida el simbolismo de las herramientas, las alegorías, las leyendas especulativas, Etc. propias del método constructivo Masónico.
                             
Normalmente, a un interesado en conocer el devenir bicentenario de la Masonería cartagenera se le recomienda acercarse a su historia de la mano de Américo Carnicelli, Julio Hoenigsberg, Ernesto Ahumada, Antonio Prada Fortul, Gilberto Loaiza Cano… a los que desde ahora hay que añadir a Edison Posso.
                         
El autor, muestra con lujo de competencia que la Masonería cartagenera tiene un mérito diferencial propio. De hecho, allí tuvo sede la única Logia Masónica de la que existe evidencia cierta que funcionó en el periodo independentista nacional (1810 – 1821), nació la primera estructura Masónica de cobertura nacional (1833), y, en lenguaje anglosajón, también levantaron Columnas en la urbe la “Logia Madre” (1824) y el “Supremo Consejo Madre” (1833) del país, que desafortunadamente hoy no mantienen relaciones entre sí.
                            
Son más de dos siglos de existencia de la Orden en la ciudad, durante los cuales ha
Edison Posso Basanta
marchado al ritmo de los acontecimientos nacionales, proyectando su presencia y sembrando semillas al interior de Colombia, Centroamérica y México, tanto con la fundación de Logias y cuerpos escocistas como a través de sus miembros que han tenido una destacada vida pública. El libro lo explica muy bien.
                                
Bien lo dice Loaiza Cano: “en buena medida, la Obediencia creada en Cartagena (en 1833) era la heredera de la antigua influencia que había ejercido, entre 1739 y 1813, el Gran Oriente de Jamaica en la región Caribe”. (La Masonería y las Facciones del Liberalismo Colombiano durante el Siglo XIX. El Caso de la Masonería de la Costa Atlántica – 2007. Historia y Sociedad no. 13, Medellín, Colombia, noviembre 2007, pp. 65 – 89).
                          
Tópico que profundiza José Ferrer Benimeli, en “Sobre la decadencia del Gran Oriente de Jamaica y la Aparición del Gran Oriente de Cartagena. La Isla de Jamaica y su Influencia Masónica en la Región”. (La Masonería Española entre Europa y América, Zaragoza, 1993, pp. 205 – 221).
                           
El libro de Édison Posso es rico en anécdotas, datos históricos, biografías de sus Grandes Maestros, personajes ilustres e historia de los Talleres jurisdiccionados a la Serenísima Gran Logia Nacional de Colombia.
                         
Y basado en los archivos de la Gran Logia relata los conflictos institucionales vividos a finales del siglo XX, de los cuales Posso fue testigo y parte, entre su Obediencia y el Supremo Consejo del Grado 33° para Colombia (1833), cuyas posiciones aún generan vivos debates; y los problemas ya resueltos con la Confederación Masónica Colombiana (que reúne a las Grandes Logias masculinas del país) y con la IV Zona de la Confederación Masónica Interamericana (que reúne a las Grandes Logias masculinas de Colombia, Ecuador y Venezuela).
                             
En conclusión, que frente a la “Reseña del Centenario de la Serenísima Gran Logia Nacional de Colombia”, de Édison Posso, nos encontramos ante una obra de interés general y de obligada lectura para quienes estén interesados en conocer la diversidad de hechos y personajes que moldearon la historia de la Orden en Cartagena de Indias.
                  
Una historia que se entremezcla con el acontecer político, el crecimiento económico y el desarrollo social de la ciudad durante más de dos siglos, y deja extrañar que sea de las  ciudades capitales de Colombia en donde aún no coexiste paralelamente con la masculina una versión Masónica incluyente, adogmática y progresista de la Masonería.  

Bienvenido sea este nuevo aporte a la literatura Masónica nacional.
                
                         
                     
                                   


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