miércoles, 30 de junio de 2010

DEL RITO MODERNO LLAMADO FRANCÉS Y DE LA HISTORIA DE LA HISTORIA MASÓNICA


Por Iván Herrera Michel


Le había prometido a mi incansable Hermano Víctor Guerra que iba a hacer un comentario a la edición que acaba de coordinar del libro “Rito Francés. Historia, Reflexiones y Desarrollo”, que fue publicado hace unos días por MASÓNICA.ES (www.masonica.es), que él mismo me presentó como una especie de necesario “Corpus Teórico” pionero sobre ese Rito dirigido a lectores de lengua castellana.

La verdad es que el Hno:. Víctor Guerra es un Masón muy activo y poco común. En ocasiones, desde las playas del Mar Caribe se alcanzan a ver las nubes de las polvaredas que levanta. Pero aparte de eso, posee una inclinación muy valiosa al estudio de la Masonería que ojalá se observara con más frecuencia aquí y allá. Ya es suficiente carta de presentación el que sea miembro de los prestigiosos Centro de Estudios de la Historia de la Masonería Española (CEHME), y del Institut d´etudes et de Recherche Maconnique (IDERM) del Gran Oriente de Francia, así como Presidente del Círculo de Estudios del Rito Francés Roettiers de Montaleau.

La promesa inicial al Hermano, sumada a que mi idioma nativo es el español y a que poseo la V Orden del Rito Francés, otorgada por el Gran Capítulo General del Gran Oriente de Francia, me convirtió en un destinatario natural del trabajo, y me obligó a leer el libro, reflexionar sobre su contenido y presentar una opinión personal. Veamos.

Puesto en la tarea, lo primero que me asombra es que la antología que conforman sus treinta y tres escritos, la mayoría traducidos del idioma francés, y los menos redactados originalmente en castellano, están firmados por una nómina realmente impresionante de estudiosos: Pierre Besses, Roger Dachez, Ives Hivert Messeca, Jean Pierre Lefevre, Daniel Ligou, Ludovic Marcos, Pierre Molier, Jacques George Plumet, Jean FranÇois Pluviaud, Charles Porset, el belga Jean Van Win, y los españoles Víctor Guerra y Joaquín Villalta.

Si lo que pretendía Víctor Guerra era dar a conocer un “Corpus Teórico” sobre el Rito Francés, de la mano de sus más brillantes exponentes, para llenar el vacío de la bibliografía existente en español sobre el tema, doy testimonio que lo logró, y solo me resta felicitarlo, y recomendar vivamente su lectura porque nos ayuda a comprender a ese jacobino que tenemos dentro los Masones españoles y latinoamericanos, que nos hace andar permanentemente en plan libertario, así estemos inmersos en las propuestas del Rito Escocés Antiguo y Aceptado al que le tenemos tan alta estima y apego. Porque, la verdad hay que decirla, de este lado del Océano se mira la práctica de diferentes Ritos Masónicos como una oportunidad constructiva paralela y no se consideran excluyentes ni antagónicas.

La edición es excelente, el libro barato y la entrega, ya sea en PDF o en papel, es rápida. No hay excusa.

No voy a detenerme, en este escrito, sobre el que en palabras del “Jefe Plumet” es un Rito “coherente, progresivo, federalista, abierto y sin exclusiones… acogedor y fraternal, democrático, libre e independiente, sin tener que reclamarse heredero de un principio divino obligatorio o de una regularidad venida por otra parte de ciertos devaneos inútiles e ilusorios; ni sobre “… la tradición que estamos llamados a transmitir…”, de la que habla con lucidez Jean François Pluviaud; ni de “como el positivismo entró en los rituales del Gran Oriente de Francia”, explicado nada menos que por Daniel Ligou, el autor del diccionario Masónico de cabecera de los franceses; ni de los “revoltijos de altos Grados” (la expresión es de Gastón Martín, citado por Charles Porset, el que le hizo el prefacio al libro “República Planetaria”, de Jacques Georges Plumet) que quiso poner en orden en cinco estadios el Muy Respetable y Perfecto Hermano Caballero Alexandre Louis Roettiers Señor de Montaleau en 1783.

Tampoco me ocuparé de los 72 años de militancia Masónica de Arthur Grussier que dieron origen a la modalidad del Rito que lleva su nombre expuesto por Ludovic Marcos. Un verdadero Bocatto di Cardinale. Ocuparse ahora de cada uno de estos y otros temas y autores, excedería por lo extenso la decencia de este escrito y la paciencia de sus lectores.

Por el contrario, voy a dejarle eso y mucho más a la buena lectura de los estudiosos que tendrán este libro en sus manos.

Por lo tanto, y con la venia de mi Querido Hermano Víctor, voy a apuntarle que yo creo que los alcances del libro, para los lectores que solo leen en español, van más allá del dotar a las bibliotecas y a las memorias de los Kindles de un texto que describe el devenir y lo que los autores creen que debe ser el aporte y el destino del Rito Francés, en sus modalidades y franjas.

Es decir, que muestra, por contera, algo muy importante sobre lo que existe mucha literatura en inglés, francés y alemán, procedente de Escocia, Inglaterra, Francia, Bélgica y Alemania, pero muy poca en español, como es que la historia de la Masonería, tal como nos llegó, está siendo reexaminada y reescrita, como resultado del trabajo historiográfico adelantado con rigor científico desde la academia universitaria por historiadores profesionales.

Es por esta falta de actualización de las fuentes en castellano, que, todavía hoy, la mayor parte de los nuevos libros sobre la Masonería que encontramos en las librerías españolas y latinoamericanas relatan la versión rectificada.

Yo mismo, modestamente, he colaborado para que se conozcan en castellano los resultados de los estudios que se vienen realizando con rigor metodológico científico, mediante la publicación de mi libro “Historia de la Masonería”, cuya primera de varias ediciones en español data del año 2004.

Este mismo texto, fue editado en idioma portugués gracias a la traducción que hizo en el año 2007 mi amigo y Hermano Masón el Gran Maestro de la Grande Loja Unida do Rio Grande do Sul, en Brasil, y tercer Presidente de la Confederação da Maçonaria Universal Unida no Brasil (COMUB,,) Mauricio de Oliveira Kropidlofscky, complementando igualmente la escasa bibliografía actualizada disponible en lengua lusitana.

Para el lector interesado en estos nuevos paradigmas históricos, el libro “De Oficio Masón Revelaciones de una Gran Maestre”, de mi Hermana y también amiga, Ascensión Tejerina, es también un trabajo actualizado que se consigue fácilmente. Pero, realmente, son muy pocos los trabajos con que contamos hasta ahora.

Por otra parte, algunos Blogs, medios de comunicación y agencias de noticias Masónicas están adelantando una extraordinaria labor de difusión. En idioma castellano los Blogs de los Víctor Guerra y Joaquím Villalta, la editorial MASÓNICA.ES y la revista virtual FÉNIX son muy efectivos.

De hecho, los Blogs Círculo de Estudios de Rito Francés Roettiers de Montaleau(www.ritofrances.es), Rito Francés (htpp//ritofrances.blogspot.com/), y Racó de la Llum (racodelallum.blogspot.com/), son hoy por hoy las más consultadas fuentes de información sobre el Rito Francés, sus particularidades y sus modalidades.

Para quien desee conocer como le entra el agua al molino en relación con las nuevas teorías sobre la historia de la Masonería, el libro “Rito Francés. Historia, Reflexiones y Desarrollo”, apegado al transcurrir del Rito fundacional de los “Modernos” de principios del siglo XVIII, hoy llamado Francés, es una excelente herramienta. Aunque de partida, cabe la advertencia de que no es fácil asumir la verdadera historia de la Masonería cuando sobre la versión anterior se ha construido un edificio en el que han habitado cómodamente las últimas cinco generaciones y se han escrito miles de libros, revistas y trabajos Logiales que hasta hace muy poco eran la única fuente de estudio.

Así que, de la autorizada mano del Hno:. Roger Dachez, Presidente del Instituto Masónico de Francia, apoyado en algunos otros de sus compañeros de libro, y apelando a descubrimientos tomados de Centros Universitarios de investigación sobre la Masonería, en especial de la ponencia del Doctor Jan A. M. Snoek, profesor de la Universidad de Heidelberg, en Alemania, presentada en la Conferencia de Historia de la Masonería, celebrada en mayo del año 2008, en Edimburgo, Escocia, voy a aprovechar la invitación adicional que me hace el libro de Víctor Guerra para tratar de resumir la “historia de la historia Masónica”, que es una invitación tácita y un valor agregado principalísimo de la obra, de la siguiente manera:

HISTORIA DE LA HISTORIA MASÓNICA

En los últimos 25 años se han incrementado los trabajos de investigación científica sobre la Masonería, y es un hecho notorio que la mayor parte de los investigadores no son Masones, sino académicos independientes, y, al parecer, el tópico de mayor interés para ellos ha sido el de la historia.

En este orden de ideas, podemos dividir la historia de la historia de la Masonería en varias etapas, claramente diferenciadas y coherentes con el pensamiento de su época y lugar. Veamos:

LA PRE MASONERÍA

Los documentos más antiguos que se conocen, y de los cuales se ha afirmado que poseen cierta relación con la Masonería, son Constituciones manuscritas, por lo general compuestas por varias partes diferentes, como oraciones, textos de juramentos y una relación de deberes, empezando con una evocación “legendaria” o “tradicional” del oficio de la construcción.

Es una “historia” que es muy difícil tomarla como real en el sentido moderno del término. Es más, uno podría dudar si sus autores la tomaban como una historia en sí. Aunque lo que debe tener claro cualquiera que estudie la Masonería es que poseen una función interior que una historia de hechos puros no brinda. Este rol es algo parecido al que tenía la mitología en Grecia o los relatos bíblicos en la cristiandad medieval. Trasmiten mensajes.

No obstante, ante la ausencia de registros de hechos históricos suele buscarse la identificación de ellos detrás de la tradición verbal, las leyendas, o las tradiciones populares, para citar unos pocos ejemplos. Por lo tanto, estas “tradiciones” Masónicas, a pesar de su carácter legendario, son las primeras historias con que contamos y no deben descartarse como material de trabajo al escudriñar la verdadera.

LA OBRA DE ANDERSON

Cuando las Constituciones de Anderson de 1723 fueron publicadas el carácter de la “historia oficial” ancestral fue claramente alterado, y cuando el texto se revisó en 1738, ampliándolo, fue transformado otra vez. Es un hecho muy conocido que Anderson escribió su historia de la Masonería de una manera diferente con el fin de ser leída en la admisión de un nuevo Hermano manteniendo un tono legendario, después de haber comparado una serie de documentos antiguos y agregado, de su cosecha, una teología y una cronología desconocida hasta entonces, pero muy cerca a su tiempo.
De todos modos, es lamentable que los documentos en que se basó Anderson hayan desaparecido. Y es también sorprendente que aunque las generaciones de estudiosos posteriores han considerados los informes de Anderson como poco fiables, paradójicamente aceptan la creación de la denominada “Gran Logia Premier” en 1717, basados solamente en lo que afirmó Anderson.

Durante la segunda mitad del siglo XVIII y la primera del XIX, un número importante de Masones escribió obras sobre la historia y el desarrollo de la Masonería, si no en su totalidad, al menos circunscritas al país en que vivían o al Rito Masónico que practicaban. Entre las más conocidas encontramos “Ilustraciones de la Masonería” de William Preston de 1772, “El Espíritu de la Masonería” de William Hutchinson de 1775, “Uso y Abuso de la Masonería” de George Smith de 1783, los tres libros de Claude-Antoine Thory “Historia de la Fundación del Gran Oriente de Francia” de 1812, “Acta Latomorum, o Historia de la Francmasonería Francesa y Extranjera” de 1815, e “Historia Precisa de la Orden de la Francmasonería” de 1829, y los tres libros de George Oliver: “Las Antigüedades de la Francmasonería” de 1823, “La Historia de la Iniciación” de 1840 y “Revelaciones de una Escuadra” de 1855.

Aunque ninguna de estas obras se ajusta a la moderna historiografía, son importantes como germen de información ya que sus autores tuvieron acceso a fuentes que hoy se han perdido o habían sido testigos de algunos acontecimientos que describen.

LA ESCUELA AUTENTICA

El año 1886 se considera formalmente como el del inicio de la “Escuela Autentica” de la Masonería, la cual buscó solo sostener aquello que podía ser probado experimentalmente o soportado con pruebas autenticas, así como la redacción de una real historia de la Masonería. Aunque en honor a la verdad, esta corriente comenzó desde mediados del siglo XIX en Alemania con la publicación de la “Enciclopedia de la Francmasonería” en 1822 y el “Manual General de la Masonería” en 1863, de Lenning, la “Masonería en su Sentido Genuino” en 1846 y los dos volúmenes de la “Historia de la Masonería” en 1852, de Georg Klob, y la “Historia del Sistema Masónico en Inglaterra, Francia y Alemania” en 1879, de Christian Carl Friedrich Wilhelm y Freiherr von Nettelbladt.

Pero es con la creación de la Logia de Investigación “Quatuor Coronati” en Londres en 1884 – 86, que la “Escuela Autentica” se convirtió en referente obligado para la historia de la Masonería con Robert Freke Gould como su más recio defensor y su libro “La Historia de la Masonería”, de 1884, como un referente imprescindible.

Gould fue posiblemente el primero en formular la teoría acerca del origen de la Masonería más difundida. De acuerdo a esta tesis, al principio los Masones eran simples albañiles que no “especulaban” sobre su oficio ni sobre sus herramientas de trabajo. Es decir, que no los interpretaban simbólicamente. No eran “simbólatras”, como diría el H:. Ludovic Marcos. Luego, a principios del siglo dieciocho, cada vez más “Masones aceptados” (que no eran del oficio de la construcción) habrían sido admitidos en las Logias, presentándose un periodo de transición, al final del cual surgió la Masonería “Especulativa”.

Esta teoría “Autentica” se consideraría como un hecho cierto por cerca una centuria y prácticamente, todos los investigadores del siglo XX la dieron por sentada. Así lo hicieron Wilhelm Begemann, Fernando Runkel, Douglas Knoop, Jones Gwilym Peredur, Harry Carr, Pierre Chevallier. De igual manera, las Logias de Investigación fundadas después de la Segunda Guerra Mundial se matricularon en la “Escuela Autentica”. Entre ellas “El Institut d'Études et de Recherches Maçonniques” (IDERM) del Gran Oriente de Francia, fundado en 1949, el “Quatuor Coronati Loge Bayreuth” de la Gran Logia Unida de Alemania, fundada en 1951, el “Villard de Honnecourt” de la Gran Logia Nacional de Francia, fundado en 1964, el “Instituto Masónico de Francia”, que no pertenece a ninguna Gran Logia en particular y posee la publicación más importante, el Renaissance Traditionnelle, fundado en 1970, la “American Scottish Rite Research Society”, que publica su libro anual “Heredom”, fundado en 1991.y “Ars Macionica” de la Gran Logia Regular de Bélgica, fundado en 1994.

No obstante, como hemos visto en el libro de Víctor Guerra, algunos investigadores que iniciaron sus trabajos bajo la orbita “Auténtica” han ido precisando conceptos y datos alrededor de la historia de la Masonería trabajando como columna principal el desarrollo del que llaman Rito Fundacional de la Masonería Especulativa, hoy conocido como Rito Francés.

Un hecho para resaltar es que casi todos estos autores, centros y Logias de investigaciones trabajaron desde el interior de la Masonería, con excepción de Knoop y Jones que lo hicieron de manera independiente. Y aunque la gran mayoría de ellos eran académicos capacitados, por lo general lo eran en disciplinas diferentes a la de la historia de la Masonería, que practicaban como afición. Esto cambiaría alrededor de 1980.

1979-1983. LA MASONERÍA SE CONVIERTE EN UN TEMA ACADÉMICO

Por alguna razón una serie de académicos comenzó a incluir la investigación sobre la Masonería en sus programas de investigaciones universitarias. Fueron hechos notables de esta tendencia los siguientes:

a) En 1979, Antoine Faivre fue nombrado en la École Pratique des Hautes Études, de la Sorbona, en la Cátedra de "Historia del Esoterismo y las Corrientes Míticas en la Europa Moderna”. En 1986, publicó la primera edición de “Acceso al Esoterismo Occidental”.

b) En 1981, Margaret Jacob, titular de la Cátedra de Historia en la Universidad de California, en Los Ángeles (UCLA), publicó “La Ilustración Radical: Panteístas, Masones y Republicanos”. Con esta publicación, la Masonería entró de lleno en el mundo académico. Diez años más tarde, su “Viviendo la Ilustración. Masones y Políticos en el Siglo Dieciocho Europeo” confirmó que la Masonería es un tema apto para la investigación académica.

c) En el mismo año en que Jacob publicó su primer libro académico sobre la Masonería, Helmut Reinalter fue nombrado en la Universidad de Innsbruck como Catedrático en Historia Moderna. Dos años después publicó el libro “Masones y Sociedades Secretas en el Siglo XVIII en Europa Central”.

d) En 1983 fue fundado el Centro de Estudios Históricos de la Masonería Española, (CEHME) bajo la dirección del Prof. José Antonio Ferrer Benimeli, que ya había publicado en 1976 su libro “Los Archivos Secretos del Vaticanos y la Masonería – Motivos Políticos de una Condena Papal”.

e) Igualmente, en 1983 la Universidad Libre de Bruselas creó la Cátedra Théodore Verhaegen, en la que cada año un investigador, que se haya distinguido en el estudio académico sobre laMasonería, es nombrado por un año.

Con esta nueva oleada de interés académico sobre la Masonería surgió y creció una firme crítica metodológica sobre los orígenes de la Masonería moderna.

1986. EL CAMBIO DE PARADIGMA COMIENZA A MANIFESTARSE

En 1986, John Hamill publicó su “The Craft. A History of English Freemasonry”, cuyo primer capítulo está dedicado a las “Teorías de Origen”. En 11 páginas ilustró el cambio de paradigma que había tomado lugar en la historiografía Masónica. Basado ya no en los viejos paradigmas positivistas de la ciencia, característicos de la “Escuela Autentica” sino en los modernos principios metodológicos de la historiografía.

Hamill atacó frontalmente las tesis de Gould y afirmó:

“Si bien el enfoque de los escritores de la Escuela Auténtica tiene la apariencia de la investigación científica sus métodos no podemos aceptarlos hoy como científicos...su trabajo, de hecho, da la apariencia de una búsqueda de evidencias para adaptarlas a una teoría preconcebida. Intentan probar una descendencia directa de la Masonería Especulativa de una fase transitoria posterior a la Operativa. Ensamblaron fragmentos de información de diversos lugares de las islas británicas para establecer vínculos en la cadena descendente.

De este modo, a menudo toman evidencias fuera de sus contextos y elaboran hipótesis para las que sólo existían una débil sustanciación. En particular, ellos asumen una igualdad de condiciones y actividades en Inglaterra, Irlanda y Escocia, y por lo tanto ignoran la coyuntura social socia, cultural, política, legal y las circunstancias religiosas de cada país....De esta forma persuasiva y hábilmente escrita, ellos publicaron su teoría de una transición Operativa – Especulativa que ha estado peligrosamente cerca de ser aceptada como un hecho indiscutible. ... A pesar de la falta de sustanciación de la “Escuela Autentica” se construyó una teoría de la transición Operativa - Especulativa de los orígenes de la Masonería, haciendo caso omiso de las diferencias y las discrepancias entre las pruebas.”

La crítica de Hamill fue fundamental y crucial. Y en consecuencia, ningún investigador académico de hoy se adhiere a la vieja teoría de Gould. No obstante, a pesar de que Hamill no propuso una teoría sustitutiva y solo mostró que en realidad no sabíamos como había surgido la Masonería moderna, una nueva generación de investigadores ha nacido y está adelantando una revisión sistemática de los archivos y evidencias, en donde deben estar preparados para el hecho de que no existe una Masonería, sino que se presenta en una multitud de variedades que pueden ser confusas para un investigador que desee trabajar sobre el tema.

Como resultado, muchas áreas de la Masonería han sido fundamentalmente reescritas desde 1986. Y este proceso, seguramente continuará, debido al enorme material a examinar en diferentes países en bibliotecas, archivos policiales, ficheros eclesiásticos, archivos públicos y privados, museos, Etc.

Ahora se sabe, por ejemplo, que la Masonería Moderna no nació en 1717, como afirmó Anderson y repitió Gould, sino mucho antes, aunque todavía no se puede decir exactamente cuando. Sabemos que William Schaw, Maestro de Obras del Rey de Escocia, firmó unos estatutos para las Logias que existían en ese país en el año 1598, y estos estatutos muestran claramente que estas Logias practican una Masonería especulativa. Alrededor de las mismas fechas en Londres se presenta la “Aceptación” en la “London Company of Masons” y existe una línea continua con las Logias que se reunieron en 1716 y 1717. Por lo tanto, las formas de lo que hoy llamamos Masonería debieron existir antes de 1600.

De la misma manera, se conoce que, contrariamente a lo que se sostuvo, aquellos albañiles no eran personas sencillas. Por el contrario, algunos eran gente muy bien educada y equivaldría a lo que hoy llamamos arquitecto. A partir de esta razón, la utilización de la distinción entre Masones “Operativos” y “Especulativos”, se ha llegado a proponer que desaparezca por completo por inexistente, y se adopte, en cambio, la distinción de “Masones Albañiles” y “Masones Caballeros” por ser más cercana a la realidad.

Y esto es apenas un aspecto de las investigaciones que se están adelantando desde la academia universitaria. Igualmente, se están estudiando los reales alcances en los últimos tres siglos en múltiples países y regiones, de manera particular y global. Su influencia local y geopolítica como agencias culturales, generadoras y transmisoras de ideas y símbolos, y como fuentes y/o propagadoras de actitudes e imágenes hacia la sociedad, Etc.

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Entonces vemos como el libro “Rito Francés. Historia, Reflexiones y desarrollo”, del Q:. Hno:. Víctor Guerra, publicado por MASÓNICA.ES (www.masonica.es), excede con creces la intención divulgativa de todo lo que tiene que ver con el Rito Francés en que está empeñado el Hno:. Víctor Guerra.

En lo personal, estoy agradecido por la lectura.