sábado, 12 de mayo de 2018

Hola Milana,


Te estaba esperando. Es un placer saludarte.
                      

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El aviso de tu nacimiento ha sido una realidad abrumadora y sin excusas que, como la lluvia fina, fue calando lentamente.
                
Y que, como sucedió con muchas de las cosas a las que me acostumbró tu mamá, fue un hecho inesperado, vertiginoso y fascinante.
                   
Sin habernos consultado, nos convirtieron, por voluntad ajena e inapelable, a mí en un abuelo cuando me estaba preparando para el último ramal del camino, y a ti en una promesa que se enfrenta a una página en blanco.
                    
Naciste mujer y eso será esencial en tu vida. Encontrarás que la misoginia es parte de la historia, que la sumisión es una tragedia personal y que el feminismo es a veces un veneno.
                  
Se tú.
                 
Se libre.
               
Se feliz.
                 
Nunca des valor a una idea que te limite.
                
Que ningún dogma restrinja tus pensamientos, determine tu ética o ate tu conciencia.
               
No hay dignidad en caminar mirando hacia abajo, pero tampoco hacia arriba.
                
Presta más atención a tus instintos, que a los consejos de los demás.
                   
Siente el placer de tus opciones, afronta tus decisiones y vive tus consecuencias.
           
Siempre habrá nuevos cielos por conquistar, nuevos mares por descubrir y nuevos horizontes por perseguir.
             
La vida no se aprende.
               
Se siente, se disfruta, se respira, se transpira, se construye…
              
¡Se vive!

Y lo más importante:
           
¡Es tuya!