martes, 2 de octubre de 2018

MICROMACHISMOS EN MASONERÍAS MIXTAS Y FEMENINAS

   
Por Iván Herrera Michel
             
La expresión “Aprendiza Masona” a la que me referí en anterior post, ha dado lugar a verdaderas acrobacias semánticas para negar su corrección gramatical.
             
Y recuerdan las piruetas sexistas más conocidas hoy en día en la Orden, que corren por cuenta de la Gran Logia Unida de Inglaterra que niega ser mixta a pesar de haber aceptado en sus Logias a “hombres que devienen en mujeres” y a “hombres que fueron antes mujeres”; y del Gran Oriente de Francia, que también niega ser mixto a pesar de tener casi cuatro mil Masonas a bordo.
                 
En medio de todo esto, me llamó poderosamente la atención un correo que luego de anotar las razones que ha conocido el autor para justificar el patriarcado Masónico, el masculinísmo en rituales, la discriminación de género y la resistencia a utilizar el femenino de una palabra (aun cuando sea gramaticalmente correcto), pasó a reseñar el micromachismo que ha observado en Obediencias mixtas y femeninas, mostrándome que allí también se cuecen habas a calderadas.
               
Al parecer, no solo es cuestión de estar de acuerdo con que se Inicien mujeres en igualdad de condiciones y oportunidades que los hombres, sino que además hay que estar revisando empáticamente las formas, el trato y las decisiones.
                 
El concepto de micromachismo se lo debemos al psiquiatra y psicoterapeuta Luis Bonino Méndez, director del Centro de Estudios de la Condición Masculina de Madrid, quien en 1990 dio nombre a prácticas, en ocasiones inconscientes e imperceptibles, legitimadas por el entorno, que “producen un daño sostenido a la autonomía femenina”.
                 
Para no alargar este escrito, voy a relacionar
Sede de la Real Academia en
 Madrid, España
algunos micromachismos observados hasta en las más cuidadosas Obediencias mixtas y femeninas, advirtiendo de antemano que he constatado que cada expresión esté en concordancia con lo dispuesto por el “Diccionario de la lengua española”, por la “Nueva gramática de la lengua española”, por la “Ortografía de la lengua española” y por el “Diccionario de autoridades”, que publica la Real Academia de la Lengua Española (RAE) en asocio con las otras veintitrés agrupadas en la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), además de por la cuarta versión (2016) del “Diccionario de uso del español” de María Moliner. 

Veamos:
                       
La Masón: Lo correcto es decir "la Masona". La RAE incluye la palabra en su diccionario.
                       
La Aprendiz Masón: Lo correcto gramaticalmente es decir “La Aprendiza Masona” porque ambas palabras están aceptadas por la RAE. Además, debe haber concordancia de género entre el artículo, el adjetivo y el sustantivo.
              
La Gran Maestre: el diccionario de la RAE explica que “Maestre” es un vocablo masculino en todos y cada uno de sus significados. Cuando una mujer ocupa la Gran Maestría, lo correcto es llamarla “Gran Maestra”. Cuando es un hombre, se le puede llamar “Gran Maestre” o “Gran Maestro”.
                       
La Venerable Maestro: Lo correcto es la expresión “La Venerable Maestra”, por concordancia de género entre el artículo, el adjetivo y el sustantivo
               
La Primer Vigilante: Lo correcto es decir “La primera Vigilante”. No se considera un buen uso del español apocopar los adjetivos ordinales ante sustantivos femeninos.
                 
La Juez, la Elegido, la Electo, la Arquitecto, la Perfecto, la Príncipe, la Soberano, la Escocés, la Inspector y la Inquisidor (Por ejemplo, en los Altos Grados del REAA): Cuando se aplica a una Masona, lo correcto de acuerdo con la RAE es denominarla: la Jueza, la Elegida, la Electa, la Arquitecta, la Perfecta, la Princesa, la Soberana, la Escocesa, la Inspectora y la Inquisidora.
                     
Dama (Por ejemplo, en los Grados 13°, 15°, 17°, 18°, 25° y 30° del REAA): El femenino de “Caballero”, de acuerdo con el diccionario de la RAE es “Caballera”. La expresión deriva y hace referencia a los hombres y mujeres que pertenecieron a Ordenes medievales de Caballería investidos de armas y espada al cinto por méritos militares.
                     
Una “Dama”, según la Rae, es una “mujer noble o distinguida” y una “mujer galanteada o amada por un hombre”, que es algo muy distinto tanto en la Masonería como en el idioma español.