viernes, 1 de mayo de 2015

QUE PENA CON LA CMI…

            
Por Iván Herrera Michel
        
La noticia apenas mojó prensa en internet y la había tomado como una anécdota más de la siempre sorprendente geopolítica Masónica sin mayores efectos reales. Pero con el paso de los días uno va sufriendo de pena ajena por lo que hizo en España la Confederación Masónica Interamericana (CMI). 
         
Hasta un Q:. H:. “regular” argentino me escribió sentenciando que “… si los americanos no mostraron dignidad en Madrid, los europeos han debido mostrar pudor...”.
           
Oscar de Alfonso Ortega
Lo primero que llama la atención es que en el Hotel Auditórium de Madrid, España, del 11 al 14 de abril de 2015, la CMI se reunió por primera vez desde 1947 fuera de su continente. Que es como si las Grandes Logias “regulares” de Europa se reunieran este año en Lima, Perú.
    
Pero ahí no acaban las sorpresas: por 45 votos contra 15 se eligió como nuevo presidente de la CMI al abogado valenciano Oscar de Alfonso Ortega, Gran Maestro de la Gran Logia de España, que también es como si las Grandes Logias “regulares” de Europa eligieran presidente a un Gran Maestro de la Gran Logia del Ecuador, que viviera en Guayaquil a orillas del Océano Pacífico.
    
Lo curioso es que todo pasó el 14 de abril en que se celebra desde 1931 el “Día de las Américas” para resaltar la soberanía regional y la unión continental hemisférica. La fecha fue escogida por ser la de la creación en 1890 de la “Unión de las Repúblicas Americanas” que es la antecesora  de la “Unión Panamericana”, y desde 1948 de la “Organización de los Estados Americanos” (OEA).
          
Los primeros sorprendidos debieron ser los HH:. españoles, franceses y portugueses presentes.
        
Nunca hubieran imaginado los participantes de la “Primera Reunión de Grandes Logias Sudamericanas” en 1936 en Santiago de Chile, que esta reunión de Madrid podría ser posible. Tampoco lo hubieran hecho los de la de 1943 cuando los Grandes Maestros de Argentina, Chile y Uruguay, se reunieron para unirse contra la hegemonía de la Gran Logia Unida de Inglaterra. Y muchos menos el 14 de abril de 1947 cuando se creó la CMI precisamente con este mismo objetivo.
            
No obstante, sería injusto no reconocer que la Asamblea General de Madrid eligió a Rudy Barbosa Levy, ex Gran Maestro de la Gran Logia de Bolivia (2009 – 2011) como nuevo Secretario Ejecutivo de la CMI. Su talante fraternal, sus quilates Masónicos, su residencia en el continente y su intensa trayectoria internacional en América seguramente serán de gran ayuda a un improvisado presidente recién llegado a la realidad americana que vive en la costa levantina española frente al mar Mediterráneo. 
                 
El brasilero Marcos José Da Silva, Presidente saliente de la CMI declaró que la cita tenía “importancia histórica”. En eso estamos de acuerdo, pero por diferentes razones.
          
Asistió a la reunión de la CMI como representante oficial de la Gran Logia Unida de Inglaterra su Gran Canciller Derek Dinsmore, quien recordó muy cumplidamente a los centro y sudamericanos que la regularidad Masónica es “un concepto absoluto” y pidió la unión de los "masones de todo el mundo" en la “batalla contra la irregularidad” expresando su preocupación por el “ruido de las nuevas tecnologías”.
              
El rumano Radu Bălănescu, Secretario Ejecutivo de la Conferencia Mundial de Grandes Logias Regulares, aprovechó la oportunidad para resaltar la importancia de reuniones como las de la CMI porque generan una “conexión continua… dentro de los principios básicos de la regularidad que otorgan a cada Gran Logia plena soberanía e independencia”.
                
Derek Dinsmore
Por su parte, Óscar de Alfonso, Gran Maestro de la Gran Logia de España, orgulloso anfitrión y flamante nuevo presidente de la CMI al dar la bienvenida afirmó que " La Gran Logia de España, como nuestro país, no se puede entender sin América Latina”.  Pueda que lo de su país se entienda a la luz de los últimos 500 años de historia, pero lo de su Gran Logia no se lo creen ni en su propia casa.
               
En este marco festivo y soberbio, pocas cosas definieron el clima general como la frase del peruano Tomás Álvarez, Secretario Ejecutivo saliente de la CMI, cuando recordó que el objetivo de estas reuniones de cada tres años es "rendir cuentas de nuestros actos para fiscalizar el interior de nosotros mismos".
               
Evidentemente, el carácter y la intencionalidad  de estas reuniones “regulares” es de muy distinta naturaleza y sustancia de las que anima a los círculos “progresistas”. Y un raro concepto de falsa soberanía campea por los recintos “regulares”.
              
La noticia del llamado a la cruzada me sorprendió precisamente cuando leía una conferencia de 1858 de Albert Pike, que me facilitó un Q:. H:. de mi Obediencia, redactada a solicitud de la Gran Logia de Arkansas, que su autor tituló “Las nocivas consecuencias de las escisiones y disputas por el poder en la masonería, y de las envidias y los desacuerdos entre los ritos Masónicos”. El solo título invita a reflexiones muy serias.
                
Radu Bălănescu
Y al margen de la más completa inutilidad del mandato inglés para los fines hegemónicos que buscan, resulta un verdadero despropósito la invitación a una batalla contra las Grandes Logias masculinas, femeninas y mixtas que “no reconocen” o no desean ni aceptan ser “reconocidas” sobre la plataforma de la genuflexión sistemática y la dependencia institucional.
               
Sorprende que en este tipo de reuniones lo doctrinal no ofrezca noticias a considerar. Pareciera que se educa a sus miembros para observar correctamente los signos, toques y palabras, pero no para tener un pensamiento independiente, unir lo disperso o fortalecer la libertad de conciencia. Es como preparar cortesanos expertos en etiquetas, protocolos y títulos nobiliarios Masónicos, y aceptar las tutelas y los monopolios por encima de los principios, la tradición y la construcción soberana.
             
No he sabido que el llamamiento a la cruzada hecho por el Gran Canciller inglés haya causado el más mínimo nerviosismo a la Masonería que llama “irregular”. A lo sumo ocasionaría una sonrisita lateral parecida a la de la Mona Lisa. También es decepcionante que su Alteza Real el Duque de Kent, una vez más reelegido, y después de haber visto reducirse a su Obediencia a menos de la mitad durante su mandato no tenga más nada que proponerle a su Masonería súbdita.
               
La situación no podía ser más sugestiva, y me trae a la memoria a Thomas Hobbes cuando en “Leviathan” dice que “las naciones prosperan bajo una Monarquía, no porque tienen un príncipe, sino porque le obedecen”.  Creo que este es el mensaje central de la Great Queen Street de Londres a los americanos, y es exactamente lo contrario de lo que he aprendido a defender y respetar en el tema de la soberanía y la independencia de las Grandes Logias y los Grandes Orientes.