lunes, 11 de junio de 2007

El Eslabón Cantero - Francmasón

Iván Herrera Michel
EL ESLABÓN CANTERO FRANCMASÓN
(SIGLOS XIV A XVI)

En el siglo XIV aparecen en Inglaterra el Poema o Manuscrito Regio o Manuscrito de Halliwell (1380) y el Manuscrito Cooke (1420) que se reputan como la compilación esencial de los antiguos preceptos Francmasónicos comunicados oral y reservadamente entre los miembros de la Fraternitas y el nexo fundamental entre las antiguas asociaciones de picapedreros y canteros y la Masonería Operativa. Paralelamente, en Alemania se redactan los Estatutos de los Canteros Alemanes (1459), lo cual nos lleva a considerar el nacimiento de la Masonería Operativa en un amplio espacio geográfico europeo. Los documentos anteriores de los Gremios de Constructores en realidad pertenecen a lo que hemos denominado la Protomasonería Operativa. Y en este punto, debemos remitir necesariamente al lector, para una amplia comprensión de la compleja evolución de la Masonería al excelente libro Antiguos Documentos de la Masonería, publicado por la Gran Logia del Norte de Colombia, con sede capital en Barranquilla, en el año 2004, el cual contiene una recopilación completa de reglamentaciones relacionadas con la Orden desde el siglo IX hasta 1717, elaborada por el ex Gran Maestro y tratadista Masónico Mario Morales Charris.

Estas lecturas además, son la prueba reina de que desde los comienzos medievales de la Masonería existe un “Código Moral Masónico”, en principio con acento religioso, que en esencia se mantiene, aunque ahora con un enfoque basado en valores.

De acuerdo al Poema o Manuscrito Regio se prohibe de manera absoluta admitir como Aprendices a los Siervos y a los Inválidos y se hacen repetidas referencias a la fraternidad entre “hermana y hermano” prescribiéndose expresamente que se debería pagar “bien y lealmente” al “hombre y mujer sean quienes fueren”.

Ni en el Poema o Manuscrito Regio o Manuscrito de Halliwell, ni en el Manuscrito Cooke, ni tampoco en los Estatutos de los Canteros Alemanes, aparece referencia alguna a la leyenda de Hiram tal como la conocemos hoy, ni al trabajo en presencia de un libro sagrado, ni a la invocación al Gran Arquitecto del Universo.

Sin embargo, estos documentos traen un relato fantástico de la historia de la geometría y la construcción que en realidad no resiste el más ligero análisis histórico, pero que ha dado pie a una tradición mágica que se ha tomado frecuentemente al pie de la letra. Tampoco se hace referencia a los “Altos Grados”, los cuales se introdujeron a mediados del siglo XVIII a la Masonería Especulativa y no tienen nada que ver con la Operativa.

En 1459 se reunieron en Regensburgo los Maestros canteros de Estrasburgo, Constanza, Berna, Colonia y otras ciudades alemanas, y aprobaron un texto conocido como Ordenanzas de la Asociación de Logias de Constructores. Esta asociación se tiene como el antecedente más antiguo, documentado, de la federación de Logias que siglos más tarde se conocerá con los títulos de Gran Logia y Gran Oriente.

Un punto importante para resaltar es que en el Poema o Manuscrito Regio inglés y en el documento alemán Ordenanzas de la Asociación de Logias de Constructores, se tiene a los “Cuatro Santos Coronados” (Quatuor Coronati), como los santos patrones de las corporaciones de constructores, coincidencia en la que se ve un enlazamiento entre los canteros alemanes y los ingleses. La diferencia consiste en que en lo sucesivo los documentos alemanes además traerán la invocación a la trinidad cristiana (padre, hijo y espíritu santo) y a la virgen María. La invocación a los dos San Juan –el Bautista y el Evangelista– brilla por su ausencia en los textos iniciales de la Masonería Operativa.

Sobre estos santos coronados, y su leyenda, veamos lo que dice el tratadista José Schlosser, de la Gran Logia de Israel, (Obediencia fundada sobre las columnas de la antigua y extinta Gran Logia de Palestina), en un estudio que aparece ampliamente difundido en Internet, titulado Quatuor Coronati, la Leyenda de los Cuatro Mártires Coronados que fueron Nueve, relato que transcribimos completo por su importancia y evocación patronal en la Masonería Operativa de Francia, Alemania e Inglaterra hasta el siglo XVII:


“... Los Cinco

Claudio, Nicóstrato, Sinforiano, Castorio (y el ayudante de este último, Simplicio) eran cristianos secretos y destacados operarios en las canteras de piedra de Diocleciano, en Panonia, región del Danubio medio. La leyenda agrega el romántico detalle de que su excelente trabajo se explicaba porque era hecho en honor a Dios.

Recordemos que Diocleciano fue emperador romano desde el 284 al 305 d. C. y que reorganizó el Imperio de acuerdo a un sistema jerárquico, la Tetrarquía. Su yerno y luego Emperador Valerio Maximiliano Galerio lo instó a desatar una dura persecución contra los cristianos.

Diocleciano ordenó a estos expertos que tallasen una estatua en honor a Esculapio (dios pagano de la medicina, hijo de Apolo). Firmes en su fe, ellos se negaron, perdiendo el favor del emperador. Fueron condenados a una horrible muerte: se los encerró vivos en ataúdes de plomo, lanzándolos al río el 8 de noviembre del año 287 d.C.(?). Un correligionario escondió los restos en su propia casa.

Los Cuatro

Cuando Diocleciano regresó a Roma edificó un templo para el culto de Esculapio, ordenando que los soldados romanos y especialmente los Milicianos de Roma le rindieran culto y quemaran incienso ante su imagen. Cuatro soldados cristianos que se negaron fueron azotados hasta morir y sus cuerpos arrojados a los perros. Los cadáveres de Severus, Severianus, Corpophorus y Victorinus –nombres con los que se les conoció posteriormente– fueron sin embargo rescatados y enterrados junto a los otros santos.


Los Nueve

Continúa la leyenda contando que pasaron doce años y el Obispo edificó en memoria de los nueve una Iglesia con el nombre de Cuatro Mártires Coronados. Como lo dice el título, los Cuatro Mártires fueron en realidad nueve.


Veneración

Los relatos dicen que las “reliquias” de los santos fueron depositadas en la Iglesia: sierra, martillo, mazo, compás y escuadra (los gremios de carpinteros también tenían a estos santos por Patronos; recordemos que gran parte de los edificios de la época se construían con madera). Estas mismas herramientas junto a una corona y a la imagen de un perro o un lobo (que rehusaron comer los cuerpos y los defendieron de otros carniceros) forman la insignia de los santos. La iglesia Católica dedicó el 8 de noviembre para homenajearlos y los santificó. San Jerónimo (Sofronio Aurelio Jerónimo, autor de la versión latina “Vulgata” de la Biblia, 347420) ya se refiere a ellos.


Masonería

En siglos posteriores (VI) se organizan los Collegia Fabrorum: sus integrantes ocupaban la retaguardia de los ejércitos romanos que destruían a su paso todo lo existente en sus acciones de conquista por Europa, Asia y el norte de África. La misión de los “collegiati” era la de reconstruir. Dentro de esos Collegii, se veneró la memoria de los santos y sus herramientas se convirtieron en sus emblemas. Al simple efecto informativo y si quisiéramos aceptar una línea de continuidad –muchas veces argumentada pero totalmente infundada– entre hechos históricos cuyo origen, causa y estructura son totalmente distintos, cabría mencionar que los Maestros “Comacinos” (arquitectos aislados en el Lago de Como en la época en que se disgrega el Imperio, legendarios precursores de los Masones medievales), el franco (francos: tribus de Germania, hoy Alemania), Carlomagno (742814), Emperador de Occidente (800), el Reino Germánico (843), el Sacro Imperio Romano (962), fueron los puentes por los que pasó la leyenda para llegar a los “Freemasons” ingleses (s. XII, “guildas”, que para complacer a la Iglesia se colocaban bajo el amparo de un Rey o un Santo) y a los “Steinmetzen” (canteros alemanes) del medioevo (s. XII, quienes bajo la maestría de Erwin de Steinbach construyeron la Catedral de Estrasburgo), que adoptaron a los Quatuor Coronati como santos patrones del Gremio Operativo.


Documentos

El “Manuscrito Regio” es el más antiguo documento normativo Masónico conocido hasta ahora, data de 1380 y fue encontrado por Jones O. Halliwell, de quien toma su nombre, en 1839. Es un poema de 794 versos conteniendo ricas lecciones éticas y armonizadas enseñanzas de tolerancia y fraternidad, tendiendo un puente entre la Masonería Operativa, a la que se refiere, y la Especulativa que practicamos. Su título es “Hic Incipiunt Constitutiones Artis Geometrae Secundum Euclidem”. En su conclusión dice: “Roguemos ahora al Dios Todopoderoso y a su madre la dulce Virgen María, que nos ayuden a observar estos artículos y estos puntos en todas sus partes, como lo hicieron otras veces los Cuatro Coronados, santos mártires, que son la gloria de la comunidad. Buenos Masones, elegidos, también ellos fueron escultores y tallistas de piedra. Eran obreros dotados de todas las virtudes. El emperador los llamó cerca de sí, y les mandó que labrasen la imagen de un falso dios y que la adorasen como si fuera el Dios supremo ...”. Tras relatar la leyenda, dice: “Su fiesta se festeja ocho días después de la de Todos los Santos ...”.

Los “Estatutos de los Canteros Alemanes”, constituciones de los Steinmetzen (Gremio de Constructores germanos) jurados en la Asamblea de Ratisbona (Regesburg, Alemania) en 1459, y aprobados posteriormente por el emperador Maximiliano I, comienza con la siguiente invocación: “En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y de nuestra Madre la graciosa María, y de sus santos servidores, los Cuatro Mártires Coronados de perdurable memoria”.”

La existencia simultánea de la Leyenda en estos dos documentos constituye una prueba determinante del origen común de la Masonería Operativa en Inglaterra y el continente.

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