jueves, 27 de febrero de 2020

¿ES HORA DE CAMBIAR EL LENGUAJE MASÓNICO?

Por Iván Herrera Michel
                        
He sido testigo de un vivo debate sobre un artículo publicado en el mes de septiembre de 2013 en “Freemasonry Today”, que es la revista oficial de la Gran Logia Unida de Inglaterra, escrito por John Hamill, su Director de Proyectos Especiales, preguntándose si ya “es tiempo de modernizar los rituales… en las palabras y frases utilizadas… para dar mayor claridad”.
            
El texto se refiere tanto a las formas habladas como a las escritas en donde la evolución del tejido ideológico de las palabras, de su significado y de su pronunciación, varía de acuerdo con las épocas y los lugares. 
          
Una muestra al canto que trae Hamill, es la de la palabra inglesa “mystery” (misterio, en español) usada comúnmente desde el siglo XVII en las Logias británicas, y hoy en día, traducida a múltiples idiomas, con muy diferentes significados.
                  
Si queremos rastrear en el tiempo el significado de “mystery” hasta el inglés que hablaban las Logias anglosajonas del siglo XVII, tenemos que apoyarnos en el Oxford English Dictionary, que es el más respetado y completo referente para estudios etimológicos de esa lengua. Aunque el diccionario data de mediados del siglo XIX, de todos modos, muestra que en el XVI con el vocablo “mystery” se referían a una ocupación, un servicio o al ministerio de un arte, explicando que la expresión “art and mystery”” era de común uso en los contratos en los que un aprendiz se obligaba a aprender el oficio que el maestro le enseñara.
                      
En otra acepción del mismo diccionario aparece que “mystery”” denominaba un gremio comercial y conexiones, directas o indirectas, con el oficio de los albañiles. Por otra parte, la palabra inglesa “mystery” deriva del francés "metier, que significa "profesión” u “oficio”.
                 
Si esta evolución llamativa del significado de una palabra se presenta en el transcurso del tiempo, en un mismo idioma y en una misma geografía, es fácil imaginar cuanto varía cuando además hace tránsito a otro idioma. Por ejemplo, en claro contraste con lo anterior, “misterio” significa algo muy distinto en castellano, de acuerdo con el Diccionario de la Lengua Española que edita la Real Academia Española:
             
1. Cosa arcana o muy recóndita, que no se puede comprender o explicar; 2. Negocio muy reservado; 3. Arcano o cosa secreta en cualquier religión; 4. En la religión cristiana, cosa inaccesible a la razón y que debe ser objeto de fe; 5. Cada uno de los pasos de la vida, pasión y muerte de Jesucristo, cuando se consideran por separado. Los misterios del Rosario; 6. Cualquier paso de estos o de la Sagrada Escritura, cuando se representan con imágenes; 7. Pieza dramática que desarrolla algún paso bíblico de la historia y tradición cristianas. Reciben especialmente este nombre determinadas obras medievales de Francia y del antiguo reino de Aragón; 8. pl. Rel. Ceremonias del culto sagrado; 9. pl. Ceremonias secretas del culto de algunas divinidades.
                
El paso del “mystery” inglés al “misterio” castellano representa apenas un ejemplo de una problematizada traducción inglés/español que degeneró el concepto, creó nuevas asociaciones y fomentó en la Orden una deriva alejada de la tradición Masónica inicial que propició líneas inéditas de desarrollo místico. Es un caso entre muchos, que igualmente se presentan en todos los idiomas, porque la traducción nunca ha sido fácil ni en su forma literal ni de manera libre.
               
Nuestro patrimonio Masónico no solo es un compromiso, una propuesta y un decorum. Es también lo que cimentó la Masonería que recibimos y consideramos útil. Envuelve evocaciones, formas y costumbres que poseen un significado o despiertan una inspiración.
                   
Una parte de ese patrimonio es material y visible (decorado, Mandiles, herramientas, edificios, Logias…), otra es intangible (rituales, tradición, simbolismo, usos, costumbres, metalenguajes, alegorías, leyendas, metáforas, inferencias, egregor,…), y una más es de reconocimiento (signos, toques, palabras…). Y todas forman lo que trasmitimos a las próximas generaciones para entender como, por qué y para que se es Masón.
             
He conocido debates interminables entre los que defienden la trasmisión de lo heredado tal cual como lo recibimos, y los que sostienen que el mensaje debe trasmitirse de una manera más clara. Es decir, con la capacidad de remozarse conservando su sentido, esencia y utilidad.
                      
¿Es indispensable conservar todas las partes sin variación? ¿Es preciso abrirnos a una actualización del lenguaje que nos parece vetusto? ¿Existe una tercera opción?
                    
El debate es oportuno. Al fin y al cabo, estamos hablando de comunicar tradiciones y conceptos por medio de palabras y símbolos que estimulan conexiones inconscientes con el pasado. 
                    
                     
                         
                               

lunes, 17 de febrero de 2020

RESEÑA DEL CENTENARIO DE LA SERENÍSIMA GRAN LOGIA NACIONAL DE COLOMBIA



Por Iván Herrera Michel
                        
Ha llegado a mis manos un reciente libro titulado “Reseña del Centenario de la Serenísima Gran Logia Nacional de Colombia”, con sede capital en Cartagena de Indias, Colombia, escrito por el profesor universitario y experimentado Masón de esa Obediencia Edison Posso Basanta, que constituye un inmejorable aporte a la historiografía local, que me ha encantado leer y que conservaré para consultas. Y es que, además está bien redactado y muy bien editado.
                   
El texto está elaborado con rigor académico y basado en fuentes confiables, lo cual es altamente apreciable en épocas de post verdades y falsos pasados, aunque no se puede dejar de advertir un cierto tufillo “regular” que, en honor a la verdad, resulta innecesario para este magnífico compendio que le hacía falta a una historia local que en oportunidades fue la historia nacional de la Orden.
                        
Y en buena hora lo leo porque desde hace unas décadas las noticias que provienen de Ciudad Heroica hablan de que su trajinar Masónico ha sido colonizado por sistemas de creencias ajenas a la Orden, que bajo el pretexto de un supuesto “esoterismo” da cabida a toda clase de predicamentos y ha desplazado en buena medida el simbolismo de las herramientas, las alegorías, las leyendas especulativas, Etc. propias del método constructivo Masónico.
                             
Normalmente, a un interesado en conocer el devenir bicentenario de la Masonería cartagenera se le recomienda acercarse a su historia de la mano de Américo Carnicelli, Julio Hoenigsberg, Ernesto Ahumada, Antonio Prada Fortul, Gilberto Loaiza Cano… a los que desde ahora hay que añadir a Edison Posso.
                         
El autor, muestra con lujo de competencia que la Masonería cartagenera tiene un mérito diferencial propio. De hecho, allí tuvo sede la única Logia Masónica de la que existe evidencia cierta que funcionó en el periodo independentista nacional (1810 – 1821), nació la primera estructura Masónica de cobertura nacional (1833), y, en lenguaje anglosajón, también levantaron Columnas en la urbe la “Logia Madre” (1824) y el “Supremo Consejo Madre” (1833) del país, que desafortunadamente hoy no mantienen relaciones entre sí.
                            
Son más de dos siglos de existencia de la Orden en la ciudad, durante los cuales ha
Edison Posso Basanta
marchado al ritmo de los acontecimientos nacionales, proyectando su presencia y sembrando semillas al interior de Colombia, Centroamérica y México, tanto con la fundación de Logias y cuerpos escocistas como a través de sus miembros que han tenido una destacada vida pública. El libro lo explica muy bien.
                                
Bien lo dice Loaiza Cano: “en buena medida, la Obediencia creada en Cartagena (en 1833) era la heredera de la antigua influencia que había ejercido, entre 1739 y 1813, el Gran Oriente de Jamaica en la región Caribe”. (La Masonería y las Facciones del Liberalismo Colombiano durante el Siglo XIX. El Caso de la Masonería de la Costa Atlántica – 2007. Historia y Sociedad no. 13, Medellín, Colombia, noviembre 2007, pp. 65 – 89).
                          
Tópico que profundiza José Ferrer Benimeli, en “Sobre la decadencia del Gran Oriente de Jamaica y la Aparición del Gran Oriente de Cartagena. La Isla de Jamaica y su Influencia Masónica en la Región”. (La Masonería Española entre Europa y América, Zaragoza, 1993, pp. 205 – 221).
                           
El libro de Édison Posso es rico en anécdotas, datos históricos, biografías de sus Grandes Maestros, personajes ilustres e historia de los Talleres jurisdiccionados a la Serenísima Gran Logia Nacional de Colombia.
                         
Y basado en los archivos de la Gran Logia relata los conflictos institucionales vividos a finales del siglo XX, de los cuales Posso fue testigo y parte, entre su Obediencia y el Supremo Consejo del Grado 33° para Colombia (1833), cuyas posiciones aún generan vivos debates; y los problemas ya resueltos con la Confederación Masónica Colombiana (que reúne a las Grandes Logias masculinas del país) y con la IV Zona de la Confederación Masónica Interamericana (que reúne a las Grandes Logias masculinas de Colombia, Ecuador y Venezuela).
                             
En conclusión, que frente a la “Reseña del Centenario de la Serenísima Gran Logia Nacional de Colombia”, de Édison Posso, nos encontramos ante una obra de interés general y de obligada lectura para quienes estén interesados en conocer la diversidad de hechos y personajes que moldearon la historia de la Orden en Cartagena de Indias.
                  
Una historia que se entremezcla con el acontecer político, el crecimiento económico y el desarrollo social de la ciudad durante más de dos siglos, y deja extrañar que sea de las  ciudades capitales de Colombia en donde aún no coexiste paralelamente con la masculina una versión Masónica incluyente, adogmática y progresista de la Masonería.  

Bienvenido sea este nuevo aporte a la literatura Masónica nacional.
                
                         
                     
                                   


viernes, 14 de febrero de 2020

PENSAR LA FRANCMASONERÍA DEL SIGLO XXI. ¿La Orden Masónica está Amenazada?


Por Iván Herrera Michel
             
Acaba de salir a la luz pública un extraordinario libro en francés bajo el título original de “Penser la Franc-Maçonnerie du XXIe Siècle. L’Ordre maçonnique est-il menacé?” de la editorial “Éditions Champs-Élysées – Deauville” (12/14, Rond-Point des Champs-Élysées l 75008 Paris), que contiene una importante y crítica reflexión prospectiva sobre el futuro de la Masonería.
                         
Sua autores constituyen una nómina de lujo: Alain De Keghel, Ex Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del REAA del Gran Oriente de Francia, y Philippe Liénard, ex Gran Maestro de la Gran Logia de Bélgica. El prólogo fue escrito por Michel Barat, ex Gran Maestro de la Gran Logia de Francia, y Jean-Pierre Legay, ex Consejero de la Orden del Gran Oriente de Francia.
                          
Alain De Keghel
De Keghel es diplomático y Liénard es abogado. Uno es un apasionado de la política y el otro de la historia. Ninguno de los dos es ajeno a la diplomacia. El primero ha representado a Francia en los Estados Unidos de América y el segundo en la ONU. Ambos tienen una visión internacional y supranacional de la Masonería más allá de las estructuras locales. Ambos han sido conferencista y tienen en su haber un buen número de libros y artículos. Ambos son optimistas y realistas sobre la Orden Masónica.
                   
El libro ofrece una mirada conjunta y diferente de dos Masones de Altos Grados y amplia experiencia que no dudan en considerarse Aprendices. Diseccionan y analizan de forma minuciosa y detallada la Orden en su diversidad, en su riqueza histórica y en su actualidad, con una retrospectiva respetuosa, seria y portadora de preguntas valientes del tenor de:
                    
Philippe Liénard
“¿Están los valores Masónicos a la deriva? ¿Ha decaído la Orden masónica? ¿Tiene futuro a la luz de su pasado? Los distintos niveles de los grados viven una evolución, ¿cuál? ¿Las mujeres y hombres de la Masonería leen la misma esencia, pero con interpretación "libre"?. ¿Deberíamos repensar la Orden Masónica del siglo XXI? ¿Debemos pensar también que la Orden, tres siglos después de su aparición, lejos de distinguirse por su ambición de sacar el Cosmos del Caos, ahora estaría amenazada por su opuesto dentro de sí misma? ¿Puede sobrevivir? ¿De qué Orden Masónica podemos hablar hoy en un mundo en rápido cambio cuyas fuentes luchan por responder a trastornos de todo tipo?”
              
Los dos autores, alimentados por una larga experiencia, discuten estos temas. Sugieren el lugar donde los Masones del siglo XXI pueden buscar una Orden, cada cual con vocación de trabajar para mejorar la condición humana.
                      
En resumen, “Penser la Franc-Maçonnerie du XXIe Siècle” es un libro que hay que leer.
             
Es de esperar que pronto podamos contar con una edición en lengua castellana para los lectores de Iberoamérica.