Portada del libro |
De
nuevo hay que resaltar la contribución que a la literatura de la Orden hace desde
la ciudad de Pereira un escritor Masón. Y
aunque la actividad literaria primordial de Oscar Aguirre Gómez está dirigida al
cuento, el ensayo y la poesía, su producción de contenido Masónico sigue siendo
considerable.
El
libro “Eterno Mozart” sale a la luz
pública en el mes de mayo de 2016 y consta de siete ensayos, de los cuales tres
se ocupan con profusión de datos y análisis del paso del genio de Salzburgo por
la Masonería y de su abundante contribución a la Orden a la que estuvo
fuertemente vinculado durante los últimos siete años de su vida: “Mozart y la Masonería”, “Círculo Masónico de Mozart”, y “La Flauta Mágica”.
Llama
la atención la manera creativa como en la construcción del texto (280 Págs.) se
combinan los ensayos con tres cuentos alrededor de la figura de Mozart: “Encuentro en Sol Menor”, “Mozart en Praga” y “El adiós”.
Pocos
Masones en el mundo han hecho derramar tanta tinta y han sido objeto de tantos
análisis como Wolfgang Amadeus Mozart (Salzburgo, 1756 - Viena, 1791). De hecho, es uno de los compositores más
prestigiosos y notorios de la historia. En
clave Masónica Oscar Aguirre define así la fascinación que ha despertado su
obra:
Oscar Aguirre Gómez |
“¿Por qué tanta insistencia
acerca de Mozart? Porque la Belleza es uno de los pilares del Templo del
Universo, y la hallamos a través de la obra del genio. Me acerco, repito, con respeto a Mozart, pues
su arte es el resultado de la más fina elaboración; de una dimensión luminosa
percibida a través del filtro de su genio.
Su música poderosa es el tránsito hacia altas esferas… Mozart es el
reflejo de lo que el hombre puede alcanzar si hace a un lado la montaña que
obstaculiza su visión cotidiana… es el receptor privilegiado de la música, templo invisible y portentoso,
construido sin ruido de herramientas… Mozart es una incógnita”.
Nos
reencuentra el libro con “La Flauta
Mágica” que no nos cansamos de degustar, una admirable pequeña pieza de
teatro popular en solo dos actos, propia de la cultura alemana, de las que
llaman “singspiel” (emparentada con
la ópera cómica francesa, la opera balada inglesa y la zarzuela española), un poco
simple y con diálogos más bien hablados.
Su complejidad surge cuando tratamos de interpretarla, más allá de un
cuento de hadas o de lo bufo, como una descripción de la Iniciación Masónica
según la versión del siglo XVIII del Rito Zinnendorf. En ella, Mozart compuso la música al libreto escrito
por el también Masón Emanuel Schikaneder, y la estrenó dos meses antes de su
muerte ocurrida en la fría madrugada del cinco de diciembre de 1791.
Constanze Weber |
Dos
semanas antes de su fallecimiento, a los treinta y cinco años de edad, el 18 de
noviembre de 1791, Mozart estrenó la “Pequeña
Cantata Masónica K. 623”, la última
de las muchas obras que compuso a la Masonería, en la consagración del nuevo
Templo de la Logia “La Esperanza Coronada”,
en Viena, de la que era entonces miembro activo, siendo Venerable Maestro el
Conde Johann Esterházy. Posteriormente, su
Logia publicó la partitura para ayudar económicamente a la joven y bella esposa
Constanze Weber, a quien dejó viuda con dos hijos varones, Karl Thomas de 7
años y Franz Xaver Wolfgang de cinco meses.
Años
más tarde, Constanze se casaría con el escritor danés Georg Nikolaus von
Nissen, en cuyo epitafio en Salzburgo aún se lee "El esposo de la viuda de Mozart". En esa misma ciudad Constanze murió el 6 de
marzo de 1842, dos veces viuda a los 80 años de edad.
Hace
unos años, Oscar Aguirre había publicado los libros “La Masonería en la Literatura” y “Bolivar y la Francmasonería”, que reseñé en su oportunidad. Ahora remata con “Eterno Mozart” para una triada que muestra la estructura de
pensamiento Masónico que ha hecho grandes aportes a la construcción de la
sociedad occidental en los últimos tres siglos a partir de las ejecutorias de
alguno de sus más conocidos miembros.
Es
una saga Masónica imprescindible en la biblioteca de un Masón.
Q.·.H.·. Iván,
ResponderEliminarUna precisión que en nada desmerece el excelente comentario del libro, respecto a la Logia austríaca (en el siglo XVIII Imperio Austro-Húngaro) en que fue iniciado Wolfang Amadeus Mozart, el 14 de diciembre de 1784. Dicha Logia, de nombre "Zur Wohltätigheit" (La Beneficencia) no practicaba el Rito de Zinnendorf como dices, sino que seguía el sistema masónico alemán de la época conocido como Estricta Observancia. La Estricta Observancia, a la sazón bajo la presidencia del duque Ferdinand von Brunswick como Gran Maestro, organizó un Convento en Wilhemsbad en 1782, siendo aprobada una Reforma del sistema propuesta por Jean-Baptiste Willermoz y los Hermanos de las provincias de Auvernia y Borgoña, que pasó a llamarse Régimen Escocés Rectificado. Brunswick, ante las reticencias de los delegados representantes de las logias alemanas en aceptar la reforma aprobada, les concedió el plazo de un año para decidirla, lo que provocó que lo acordado en Wilhelmsbad apenas tuviera consecuencias en Alemania. Sin embargo no fue así en Austria, y la Logia en que se inició Mozart dos años más tarde practicaba plenamente el Rito Escocés Rectificado, de modo que Wolfang Amadeus Mozart fue masón del Rito Escocés Rectificado.
Sabemos todo esto gracias a recientes estudios de Jean-François Var que publicará en el Tomo II de "La Francmasonería a la Luz del Verbo" el próximo año 2017 la editorial francesa Dervy Livres, cuyo texto del libro he traducido.
Es habitual este tipo de confusión, debido a la poca implantación por razones históricas que serían demasiado largas de explicar aquí, que el Régimen Escocés Rectificado ha tenido en el mundo masónico.
Espero tener la ocasión de hacerlo en un próximo libro que tengo en preparación.
Un fraternal abrazo.
Ramón Martí Blanco
ResponderEliminarQ:. H:. Ramón,
Gracias por tus precisiones de las que quedo agradecido. Quedo a la espera de la publicación en el año 2017 de los resultados de los recientes estudios del Q:. H:. Jean-François Var, así como de las explicaciones de tu pronto libro sobre el Régimen Escocés Rectificado.
Los estudios historiográficos basados en evidencias están en estos días corrigiendo muchos de los relatos que recibimos del pasado y hay que estar muy atentos a sus descubrimientos.
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Iván Herrera Michel