jueves, 3 de octubre de 2024

LA SEMIOTICA PARA EL MASÓN

Por Iván Herrera Michel

Generalmente cuando se Inicia una persona en una Logia Masónica encuentra en su primera instrucción que todo lo que conocerá en adelante será simbólico y alegórico, y que esta es la manera como trasmite la Orden los conocimientos e inspiraciones, pero no halla un marco conceptual institucional ni la invitación a una capacitación personal que lo prepare para interpretar y comprender correctamente lo que es un símbolo, una alegoría o una ritualidad.
 
La semiótica es la disciplina que estudia los sistemas de signos (y entre estos los símbolos, que son aquellos que no poseen una relación intrínseca sino convencional con lo que representan), sus procesos de significación y comunicación, así como la manera en que se crean y se trasmiten los significados, lo que en la Masonería constituye la columna vertebral del edificio. Por lo tanto, para un Masón no es una materia opcional sino una asignatura básica e imprescindible para la construcción idónea de su propia vida Masónica. Y lo es cuando los aboca en su dimensión semántica que estudia su significado, sintáctica que se ocupa de las relaciones entre ellos y pragmática que tiene que ver con la manera en que son interpretados.
 
Desde la Grecia antigua, ya Platón reflexionaba sobre los conceptos implícitos en los signos, Aristóteles estudiaba la representación que tenían las palabras en su obra "Sobre la interpretación", y los estoicos los clasificaban en “naturales” y “convencionales”. Posteriormente, John Locke en Inglaterra analizó su naturaleza en el “Ensayo sobre el entendimiento humano", y el suizo Ferdinand de Saussure, padre de la semiótica moderna, concluyó que un signo está compuesto por su forma (significante) y por las ideas o concentos que representa (significado). La correspondencia entre la forma y lo que representa un símbolo depende de las convenciones, que en nuestro caso son las correspondientes a la tradición Masónica.
 
Mediante la función interpretativa de la semiótica, un Masón tiene la oportunidad de encontrar significados subyacentes con mayor solvencia, profundidad, comprensión y asimilación. Por ejemplo, puede encontrar en el simbolismo del Mazo, el Cincel y la Piedra Bruta principios éticos y filosóficos para guiar su propia vida e influir en la sociedad, y además encontrar significados en la forma que la Masonería invita a instrumentalizar ese simbolismo. De igual manera, le proporcionará herramientas valiosas para la comprensión de las diversas formas en que se comunican los contenidos Masónicos: palabras, marchas, cuadros, posturas, objetos, vestimentas, contactos, Etc.
 
La semiótica no es una asignatura opcional para un Masón, sino una esencial que le ofrece el marco teórico necesario para la correcta interpretación de los símbolos, y por este camino para la correcta preservación y transmisión de la Tradición Masónica al enfrentar el corpus simbólico con una persona preparada para ello.
 
El tema no es menor. Al fomentar el estudio de la semiótica en las Logias se facilita la preservación de la tradición y los usos y costumbres Masónicos. Los Masones no solo pueden captar profundamente, y de mejor manera, desde un principio, sino además trasmitir posteriormente, las esenciales enseñanzas Masónicas, reduciendo su vulnerabilidad frente a la injerencia de concepciones foráneas que desvirtúan su práctica.
 
Por otra parte, una mirada instruida e idónea a la simbología fortalece la capacidad de análisis, la reflexión y la búsqueda ampliada de significados en la vida Masónica, y, a través de ella, en la vida social.
 
Que tampoco es un asunto de poca monta en una época cada vez más plural.

Iván HERRERA MICHEL
Ex Presidente de CLIPSAS

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