Por Iván Herrera Michel
Finalmente el Masón y periodista argentino Ricardo Polo publicó su anunciado libro bajo el título “El Protector”. Y lo hizo con la editorial de libros en papel y electrónicos MASÓNICA.ES (http://masonica.es/el-protector-p-147.html) que dirige nuestro Q:. H:. Ignacio Méndez-Trelles Díaz en Oviedo, España, a unos precios realmente accesibles para todos y con una entrega rápida a cualquier país del mundo. A mí me llegan, de España a Colombia, los de papel en 20 días y los electrónicos en lo que demora un e – mail.
Hacia el año 2000, comencé a encontrarme con escritos de Ricardo Polo en diferentes listas en Internet, siempre en “plan libertario”. Polémico como ninguno: en unas listas suprimían su membrecía y en otras generaba vivos debates por sus opiniones poco afines a la ortodoxia de corte anglosajón, sin dejar de ocuparse en colocar de vez en cuando una que otra banderilla al sector liberal de la Orden.
No obstante lo anterior (o precisamente, por lo anterior), y a pesar de que hace una década no existía la conectividad que hoy nos facilita buscar contenidos en la “nube”, mes tras mes, sin siquiera un intervalo, he recibido las 123 ediciones mensuales de su Revista Internacional Masónica Hiram Abif, leído sus 35 “Cuadernillos Masónicos”, y visitado el sitio web que le han hackeado varias veces. Definitivamente, nuestro Q:. H:. Ricardo constituye un verdadero ejemplo de trabajo y entrega desinteresada en favor de la Orden.
Y aunque en ocasiones no compartamos sus conclusiones – la verdad sea dicha -, siempre hay que reconocer que sus alegatos están tercamente originados en el estudio aplicado y la crítica ilustrada. Y eso es muy respetable, entre tantos opinadores espontáneos a que da cabida la Orden Masónica.
Ahora Ricardo Polo ha escrito un libro, mediante el cual según sus propias palabras pretende una “apertura de ventana, acorde con la imperiosa necesidad de lograr saber con más imaginación que ortodoxia, cuales pudieron haber sido los orígenes volitivos de la Masonería e inclusive su indeterminismo que pudo haber intervenido en el decurso de su existencia”.
He leído el libro “El Protector” con mente abierta y actitud crítica. En el complejo paisaje lleno de detalles, misterios, datos históricos, artísticos, enigmas, Etc., que ofrecen sus primeras tres partes (son cuatro) se me fue configurando en la mente y la imaginación, a la manera de la teoría – M o “teoría Universal” de la física, la existencia de universos paralelos entremezclados y poco conocidos que a través de los tiempos irían condensando la doctrina, la filosofía y el “espíritu Masónico, de los que de cualquier manera, somos herederos no siempre – o no del todo - conscientes.
No en balde, la editorial MASONICA.ES tuvo que crear una sección nueva con el rótulo “Otras Perspectivas” para clasificar la obra. No había opción.
En cuanto a la razón de ser del título, que es la primera sorpresa del texto, escojo como la más esclarecedora, entre las varias que propone, la que define “El Protector” como “algo arquetípico que desde lo más remoto de la antigüedad se ha instalado en el inconsciente colectivo de la historia, no ya como un “personaje” mágico o feérico, sino como “algo” que interviene y contribuye a superar los momentos aciagos de la humanidad.” A mí me parece sumamente interesante que la evolución de la sicología en los humanos haya producido semejante arquetipo ordenador. Ya vendría la discusión si el fenómeno es de estirpe cultural o si tiene un componente genético concomitante.
En este orden de ideas, el libro va mostrando sucesos extraños a lo largo de la historia, conocimientos inexplicables en épocas que no deberían haberse alcanzado, puertas y ventanas dimensionales, entresijos, Etc., para finalmente mostrarse crítico con respecto al “inconsciente colectivo” de la Masonería que incorporó a René Guenón, Albert Gallatin Mackey, James Anderson y Desaguliers, sin haber profundizado los alcances reales de sus roles en la Orden.
Y aunque Ricardo Polo afirma expresamente no pretender escribir una historia de la Orden, en la cuarta y última parte del texto, se adentra en su nacimiento y desarrollo, a partir de la creación con el impulso decisivo de Leonardo da Vinci de la Academia de Arquitectura de Milán, transformada en 1484 en la “Primera Agrupación de Masones Libres y Aceptados” del mundo, y luego conocida como Masonería Moderna o Francmasonería en la Francia de 1517. Es decir, la Masonería Progresista Universal Rito Primitivo que desde el principio se interesó en separar la filosofía de la teología.
Naturalmente, este relato lo sobrepone al que sostiene que la Masonería Moderna surgió en Londres como colofón de la penetración de no operarios en las Logias Operativas de esa ciudad que se presentó a lo largo del siglo XVII.
Definitivamente, es un libro diferente, alternativo, que ningún estudioso de la doctrina y la historia de la Masonería debe dejar de leer.
Por lo tanto, desde ya le auguro que va a ser punto de partida de vivas polémicas entre entendidos, negaciones entre no entendidos, y debates en Tenidas y Masticaciones de muchas Logias a lo largo y ancho de Hispanoamérica.
Que es algo, que creo que no le disgusta a nuestro Q:. Hno:. Ricardo.