viernes, 31 de agosto de 2018

¿ES CORRECTO DECIR APRENDIZA MASONA?

            

Por Iván Herrera Michel

              
Me consultan continuamente sobre si es correcto decir Masona y Aprendiza. Esta vez desde Honduras con una redacción que dista mucho de ser incluyente.
          
Para decepción de quien así me requiere, debo responder que sí son correctas las expresiones Masona y Aprendiza. De tal manera que, si dice “un Aprendiz Masón”, puede perfectamente y sin incurrir en error gramatical decir “una Aprendiza Masona”. Por muy rara que le parezca la expresión.
               
Así lo dispone la Real Academia Española (RAE) en su más reciente versión oficial del “Diccionario de la Lengua Española” (Vigésima tercera – 2014. Edición del Tricentenario), publicado en colaboración con la Asociación de Academias de la Lengua Española, que agrupa las veintitrés existentes. Veamos:
           
A) Masón, na: m. y f. Miembro de la masonería.
                      
B) Aprendiz, za. 1) m. y f. Persona que aprende algún arte u oficio. / 2) m. y f. Persona que, a efectos laborales, se halla en el primer grado de una profesión manual, antes de pasar a oficial.
                
Más allá de lo anterior, que de por sí agota la consulta, a mí me llama la atención la renuencia a adaptar el idioma a realidades de igualdad y género, ya que la lengua española, como la Orden Masónica, siempre ha estado en permanente evolución.
              
De hecho, hoy muy pocos podrían leer de corrido las “Glosas Emilianenses” escritas por un monje anónimo hace algo más de mil años y consideradas el texto en castellano más antiguo que se conoce. A manera de ilustración, recordemos la homilía que aparece en su página 72. Se trata de doce renglones que el filólogo español Dámaso Alonso (Director de la RAE, miembro de la Real Academia de la Historia, Premio Nacional de Literatura de España y Premio Miguel de Cervantes), denominó “el primer vagido de la lengua española”:
                
“Con o aiutorio de nuestro / dueno Christo, dueno / salbatore, qual dueno / get ena honore et qual / duenno tienet ela / mandatione con o / patre con o spiritu Sancto / en os sieculos de lo siecu / los Facanos Deus Omnipotes / tal serbitio fere ke / denante ela sua face / gaudioso segamus. Amen.”
               
Dos siglos más tarde de las “Glosas”, hacia el año 1200 de nuestra era, hallamos en el fragmento “Tañen las campanas en San Pero a clamor”, del muy castellano “Cantar de Mio Cid” (verso 286), el siguiente español evolucionado:
              
“¡Merced, ya rey e señor, por amor de caridad! / La rencura mayor non se me puede olvidar / oídme toda la cort e pésevos de mio mal, / los ifantes de Carrión, que m' desondraron tan mal.”
               
Y como dato curioso del “Cantar”, encontramos que ya en el siglo XII el copista anónimo de la primera obra poética extensa de la literatura española diferenciaba entre “mugieres e uarones, burgeses e burguesas” al narrar el ingreso del Cid Campeador en Burgos. Algo contra lo que hoy - ochos siglos después - muchos combaten con ardor.  
               
Cuatro siglos más adelante, en 1605, Miguel de Cervantes Saavedra, en una lengua española mucho más cercana a nosotros, inició así “El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha”:  
             
“En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelo y quebrantos los sábados, lantejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda. El resto de ella concluían sayo de velarte, calzas de velludo para las fiestas, con sus pantuflos de lo mismo, y los días de entresemana se honraba con su vellorí de lo más fino.”
                
Son tres textos principales e icónicos de la lengua española que no dejan dudas acerca de su carácter progresivo. Al día de hoy, transcurridos otros cuatro siglos desde el “Quijote”, la RAE ha incorporado a su diccionario curiosas voces, como palabro, pompis, descambiar, uebos, arremangarse, norabuena, jonrón, toballa, bluyín, yin, güisqui, apartotel, quitaipón, burka, ciclogénesis, coach, establishment, gigabyte, hacker, hiyab, intranet, spa, tuit, wifi…
           
De tal manera, que son evidentes los cambios que ha ido sufriendo el idioma en fonética, fonología, ortografía, morfología, sintaxis, léxico..., y no encuentro una razón válida para pensar que no vayan a continuar al ritmo que se han venido presentando. Como tampoco conozco un argumento que me revele, en sana crítica, que la lengua si puede variar, pero no en la dirección de abrazar un lenguaje inclusivo con las mujeres.
         
Por otra parte, la RAE no ha estado exenta de críticas por discriminación de género.
          
Fundada en 1713, solo hasta 1998 (casi 300 años después) aceptó por primera vez una
María Molinar
mujer entre sus 46 miembros de número y hasta la fecha apenas han ingresado diez. Ni siquiera fue aceptada en 1972 María Moliner autora del célebre “Diccionario de uso del español”. Al no ser aceptada, declaró decepcionada al “Heraldo de Aragón” el 7 de noviembre de 1972 que “si ese diccionario lo hubiera escrito un hombre, diría: «¡Pero y ese hombre, ¡cómo no está en la Academia!”
            
La filósofa italiana Delfina Lusiardi, en su libro “Lejos de los caminos trillados (Sabina Editorial, Madrid, 2008), afirma con lucidez que “la palabra es la forma que los seres humanos dan a lo real. De esta manera lo real asume una forma. Por eso la cuestión del lenguaje es una cuestión de responsabilidad.”
              
Aunque los estereotipos limitan nuestros pensamientos a la vez que le dan forma, estoy seguro que más temprano que tarde, se diluirá el sexismo en el idioma español.
               
Y también en el sector de la Masonería que lo practica, ya que, en honor a la realidad histórica, ni siquiera existen razones válidas que lo soporten, y la Gran Logia Unida de Inglaterra desde el 17 de julio de 2018 no ve ningún inconveniente en que los transgéneros sean Masones y Masonas.
                    
                
                           

lunes, 6 de agosto de 2018

LA MIXTICIDAD DE LA GRAN LOGIA UNIDA DE INGLATERRA

          
Por Iván Herrera Michel
          
Vivir para ver, dijo el sabio:
           
La Gran Logia Unida de Inglaterra y el Gran Oriente de Francia, que son desde el siglo XVIII las dos más influyentes y antiguas Obediencias Masónicas del mundo, se convirtieron en mixtas por cuenta de los transgéneros.
          
Ya se conoce la historia de Olivia Chaumont, la transexual que convirtió en mixto al Gran Oriente de Francia al convertirse en mujer.
          
Ahora, el turno es para la Gran Logia Unida de Inglaterra (GLUI), que el 17 de julio de 2018 sorprendió a sus miembros con la noticia de que en adelante Iniciará a mujeres que se hayan cambiado en hombres y no expulsará a sus miembros que se conviertan en mujeres. Lo que de jure la convierte en una Gran Logia mixta.
              
Al igual que en Francia, la noticia se extrapoló, y en ediciones del primer día de agosto del mismo año importantes medios (como la BBC, el Huffington Post, The Guardian, The New York Times…), lo anunciaron al público en general. De esta manera, se enteró también el sector de la Orden al que la GLUI le había prohibido Iniciar mujeres, afiliar Masonas y relacionarse con Grandes Logias femeninas y mixtas.
             
Como era de esperarse, el tema produjo variadas reacciones y agrias discusiones en donde ser hombre es un requisito Sine Qua Non para la membresía Masónica. Se generaron desde carcajadas, memes y sarcasmos, hasta cejas fruncidas y furiosos retiros de las Logias.
               
Algunos celebran la medida por considerarla un avance importante en el tema de la igualdad al interior de la Orden. He encontrado mensajes acerca de que permitirá a los Masones homofóbicos y transfóbicos acercarse con respeto al tema, aprender sobre géneros y tratar a todos con respeto.
           
Oros han comenzado a brindar creativas explicaciones filosóficas, esotéricas, sociales, simbólicas, postmodernistas… sobre el hecho de abrir las puertas a los transgéneros y no a las mujeres que nacieron mujeres, han permanecido mujeres y quieren seguir siéndolo el resto de sus vidas.
               
Curiosamente en Washington, DC, USA, se celebró dos meses antes la “Conferencia Mundial sobre Fraternidad, Capital Social y Sociedad Civil – 2018”, en el mes de mayo de este año, en donde una de las oradoras principales fue la Masona Olivia Chaumont.
              
La novedad inglesa plantea algunas preguntas a los observadores. Por ejemplo:
                
¿Al convertirse en mixta la GLUI, las Grandes Logias de su amistad quedan en libertad para establecer relaciones con Grandes Logias mixtas y femeninas?
            
¿Al convertirse en mixta la GLUI, las Grandes Logias de su amistad quedan en libertad para hacer lo mismo?
        
¿Se tratará el tema de la mixticidad sobreviniente de la GLUI en la XVI “Conferencia Mundial de Grandes Logias Regulares” que se celebrará en Panamá, Panamá, en noviembre de este año?
                
¿Se tratará el tema de la mixticidad sobreviniente de la GLUI en las ponencias que sobre “los cambios en el entorno global en el que vivimos”, se presentarán en esa ocasión?
             


De todos modos, nadie puede decir que la Masonería no se está moviendo.