lunes, 30 de abril de 2018

LA CMI SE CORRIGE DE LA MANO DE BOLIVIA

              
Por Iván Herrera Michel
            
Tres años después de la desventurada elección de un europeo para presidir la Confederación Masónica Interamericana (CMI), su XXIV Gran Asamblea General reunida el 12 de abril de este año en Santa Cruz, Bolivia, eligió por unanimidad al Gran Maestro de la Gran Logia de Bolivia (GLB), Il:. H:. Jose Crespo Bonadona, como su Presidente para el próximo trienio.
             
El nuevo Presidente de la CMI es un experimentado Masón iniciado hace 30 años, de los cuales 12 se desempeñó como Gran Secretario de Relaciones Internacionales y 3 como Diputado Gran Maestro de su Obediencia. En su vida profesional es Ingeniero Civil y propietario de la Empresa Constructora Apolo Ltda.
                    
Panorámica de la XXIV Asamblea General de la CMI

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Tuve la grata oportunidad de conocerlo en una cena ofrecida en los jardines de su residencia por un alto dignatario de la Masonería boliviana el 31 de agosto del año 2013, a la cual asistió también el Secretario General saliente de la CMI y Ex Gran Maestro, Rudy Barbosa, quien fuera la cara decente del anterior cuadro directivo. En esa ocasión, compartimos reflexiones acerca de la Masonería, el desarrollo de sus diferentes vertientes y la funcionalidad constructiva general de sus distintas sensibilidades, en el marco de la Primera Jornada Nacional de Grados Superiores del REAA de Bolivia, organizado por el Supremo Consejo Masónico de Santa Cruz - Bolivia, el 31 de agosto de 2013, en el auditorio del Eagles School.
                         
Y debo reconocer que los miembros de la GLB, con los que compartí, muestran una solvencia Masónica y un nivel intelectual y ético admirable, algo que seguramente será visible por contraste en la gestión de la nueva presidencia, dentro del marco doctrinal que la distingue. Testimonio de ello, lo ofrecen sus numerosas publicaciones tanto en el simbolismo como en los Altos Grados.
                         
La GLB, valga decirlo, posee características propias que no encontramos en otros países, ya sea en el área anglosajona o en la progresista de la Orden. Terminó el año 2017 con unos 5.800 Masones, todos hombres y sin ninguna mujer, agrupados en 111 Logias, que tienen la particularidad única de pertenecer a tres Supremos Consejos del REAA. Uno de la amistad de la Jurisdicción para el Sur de Estados Unidos, y los otros dos del Supremo Consejo de Francia, en un maravilloso ejemplo de convivencia fraterna que ojalá viéramos más a menudo. Para la GLB, un Masón es “Regular” cuando está al día con la Tesorería de su Logia. Y punto.
                    
Todos los Masones y Masonas latinoamericanos necesitábamos que después de los dislates mediáticos del “hombre de los cocos” (razones tendrán para haberlo reelegido 3 veces en la Gran Logia de España. Diferentes a la de los cocos, me imagino), la CMI, por su historia, sus alcances y su implantación, enviara alguna señal que indicara que, en medio de nuestras diferencias conceptuales, nunca nos ha faltado en la región decoro ni ponderación pública. Y que la forma de nuestro método es parte de su fondo Iniciatico.
                     
A la Asamblea General de la CMI asistieron 55 Grandes Logias que se suman a otras 5 que estuvieron representadas, para un total de 60, de las cuales 30 eran brasileras y ocho mexicanas. Entre los Grandes Maestros asistentes y los miembros de sus comitivas hubo 152 Hermanos, y 27 esposas de ellos tuvieron una actividad propia. La asistencia a la Tenida Magna del 12 de abril colmó, en el Hotel “Los Tajibos” un salón con capacidad ´para 850 personas.
                  
Paralelo con la XXIV Gran Asamblea General, se celebró en la misma ciudad el V Congreso Masónico Internacional, cuyos ejes temáticos fueron los de la “Razón de ser de los Deberes Humanos, Catalogación de los Deberes Humanos, El plan de acción institucional y El trabajo masónico en Logias”, con más de medio millar de asistentes. El evento fue transmitido desde Santa Cruz en vivo a televisores instalados en los comedores de las diez sedes nacionales de la Gran Logia de Bolivia.
                 
Sobra decirlo:
                     
La no reelección de Óscar de Alfonso al frente de la CMI, aunada a la elección del boliviano José Crespo Bonadona como Presidente, envía las señales correctas en la dirección adecuada, mostrando que la Orden Masónica es tan humana que se puede equivocar y corregir a sí misma. Sus razones tendrán en España para reelegirlo por tercera vez, pero eso es harina de otro costal.
                
Creo que esta vez, todos los Masones y Masonas latinoamericanos tenemos algo que agradecerle a la CMI, porque en términos generales todos respondemos por lo que todos hacemos y decimos.