Por
Iván Herrera Michel
Me
admira la insistencia de los Masones en formar la Cadena de Unión en las
reuniones telemáticas. Parece que existiera la necesidad de rubricar la fraternidad entre Hermanos y Hermanas con una expresión corporal. Una maravillosa costumbre que ni los confinamientos, ni los toques de queda, ni las medidas sanitarias ni los cierres de Templos han perturbado, a pesar de la imposibilidad de las reuniones a puerta cerrada que son esenciales en la Orden.
La verdad es que las
Tenidas Masónicas conllevan una interacción personal que las
convierte en particularmente propicias para la transmisión del COVID – 19, y la
Cadena de Unión la posibilita más que otras experiencias rituales, al
poner en contacto directo las manos sin guantes.
En la
Masonería los símbolos tienen un gran peso. La Cadena de Unión simboliza la fraternidad
Masónica decidida y voluntaria. Por eso se terminan los trabajos formando una,
se reciben en su seno a los nuevos Masones el día de su Iniciación, antes del
Ágape de la Tenida, y se hacen con ocasión del paso al Oriente Eterno de un
Hermano.
Existen antecedentes que remontan su existencia al año 1777 en Francia para circular la Palabra Semestral, necesaria para ingresar a los
trabajos de otras Logias de la misma Obediencia, y que, desde alrededor de 1760, se “realizaba
cantando a la vez que se juntaban las manos cruzadas, de tal modo que formaba
una cadena. Una vez concluida la ceremonia de la Cadena de Unión se sacudían de
arriba abajo los brazos, a modo de cierre, volviendo todos los miembros a sus
respectivos asientos en Logia… (Guerra, Víctor. La Masonería de los
Modernos. Historia y Ritualidad. Editorial Entreacacias. 2020).
Para
evitar el riesgo de contagio he visto que se han intentado creativas fórmulas
para formar la Cadena de Unión presencial. Por ejemplo, usando guantes dobles, o untándose
las manos con gel hidroalcohólico, antes y después, o parados a un metro de
distancia sujetando una cuerda, o abriendo los brazos y acercando las palmas de
las manos a pocos centímetros de las del vecino sin tocarse, Etc. Alternativas que me parecen validas en la medida en que expresan la intención real de los
Masones de sentirse unidos, fraternales y solidarios.
La
Cadena de Unión siempre ha ido acompañada de un hermoso y antiguo texto que se recita todavía en todas partes, con unas pocas variaciones, que, más o menos, es del siguiente
tenor:
“Que nuestro corazones se unan al mismo tiempo que nuestras manos.
Que el amor fraternal una todos los eslabones de esta cadena;
formada libremente por todos nosotros.
Comprendamos la grandeza y la belleza de este símbolo.
Inspirémonos en su sentido profundo.
Esta cadena nos enlaza en el tiempo y en el espacio.
Ella nos viene del pasado y tiende hacia el futuro.
Por ella estamos unidos a nuestros predecesores,
Maestros venerados que la formaron en el pasado.
Por ella, deben unirse los masones de todos los ritos y de todos los países.
Enriquezcámosla con numerosos y sólidos eslabones de puro metal
y elevando nuestro espíritu hacia el ideal de nuestra orden,
esforzándonos en acercar a todos los hombre a la fraternidad.
Mantengamos los unos hacia los otros el más fraternal afecto,
trabajemos sin descanso el amor fraternal,
realicemos la gran obra de la fraternidad universal*.”
¡Que así sea!