Por: Iván Herrera Michel
Blog de Iván Herrera Michel dedicado al cultivo de la tolerancia y el respeto a la diferencia
domingo, 20 de diciembre de 2009
A MI PADRINO CON OCASIÓN DE SU PASO AL ORIENTE ETERNO
Por: Iván Herrera Michel
domingo, 15 de noviembre de 2009
LOS DOS MOMENTOS DEL GABINETE DE REFLEXIONES
Por: Iván Herrera Michel
Hay en el proceso de la Iniciación Masónica un momento de soledad inesperada en un contorno imprevisto. Un espacio para la reflexión que a mí me llama mucho la atención por la entrega total y sin egoísmo a la que estimula al candidato.
Normalmente, esta situación se presenta en un recinto alejado de las miradas de los curiosos, sombrío, y de atmósfera fúnebre, que cuenta con una mesa, un banco y algo para escribir, en el que se hace permanecer un rato a la persona que va a ingresar a la Orden.
Esa estancia suele denominarse “Cuarto de Reflexiones”, “Gabinete de Reflexiones” o “Cámara de Reflexiones”, y la encontramos en los Rituales más difundidos en el mundo desde el Siglo XVII, cuando llegaron a la práctica Masónica de la mano de los alquimistas y los hermetistas, que determinaron su decorado.
La idea de la primera parte de la experiencia, es que la persona que ingrese en su interior viva un momento de meditación acerca de la frugalidad de la vida, o que tenga la sensación de estar, en palabras de José Asunción Silva, “entre lo sombrío de lo ignorado y de lo inmenso”.
Se pretende que en este primer momento el futuro Masón o Masona, despojado de su dinero y objetos de valor, cavile acerca de que su ser en sí mismo está unido a su propia conciencia.
Los emblemas funerarios y los símbolos de renacimiento que caracterizan al Gabinete de Reflexiones buscan recordar el final necesario de todas las cosas, la fragilidad de la vida humana y la intranscendencia de las ambiciones. De allí, puede surgir una persona resucitada a la vida del ser, después de la muerte de las apariencias.
En la soledad del Gabinete, el candidato se esfuerza espontáneamente en penetrar en lo que allí se encuentra, en deducir de que se trata todo aquello, y en tratar de comprender de antemano el objeto de la iniciación Masónica, que ordena a todos meditar sobre los problemas de la existencia humana, así como sobre la razón de esa existencia.
En un segundo momento temático de la estadía en el Cuarto de Reflexiones, el recipiendario debe contestar tres preguntas básicas sobre sus deberes para consigo mismo, con sus semejantes y con su patria, o sobre los compromisos que tiene con la humanidad, la familia y hacia sí mismo, y en algunos sectores de la Masonería, sobre sus deberes para con el Dios de su fe. Finalmente, redacta un testamento moral sobre lo que quisiera dejar de su paso por la tierra.
En mi opinión, es en esta última introspección en la que el candidato alcanza la cumbre de la invitación que hace el Gabinete de Reflexiones.
Alejado del mundo de las apariencias y de los símbolos de la vanidad, convocado a un careo con su propia finitud, el futuro Masón se esfuerza en construir, a partir de la percepción directa de su propio deber ser, un ser para otro.
Realmente, es fascinante este ejercicio Masónico de trascendencia reflexiva que se presenta en el marco de la Iniciación Masónica, así como las potencialidades que suelen desprenderse de la experiencia en una persona inclinada a la ampliación de su propia conciencia.
Afirmaba en una entrevista publicada en la revista FORUM, concedida el 21 de octubre de 2009, el abogado Bertrand Fondu, Gran Maestro (2008 – 2011) del Gran Oriente de Bélgica, una Obediencia con 175 años de antigüedad y 10.000 miembros repartidos en 109 Logias, que “la Iniciación es una magnífica experiencia. Única. A la medida de cada ser humano. Como una bella luz, o un hermoso poema, que tiene una parte de razón, de irracionalidad y de emoción”.
Y esto es algo que un Masón sabe apreciar muy bien.
lunes, 3 de agosto de 2009
EL PUNTO CRISTIANO DEL RITUAL MASÓNICO
Iván Herrera Michel, 33º
En estas condiciones, era muy difícil que esas Constituciones de 1723 no estuvieran vigorosamente impregnadas de cristianismo.
No obstante lo anterior, la catolización del ritual Masónico solo se da en Francia a partir de los años 1740s, a propósito de la Gran Maestría de Luis de Clemont, para señalar ciertas expresiones de hostilidad hacia el protestantismo, aunque de forma solo momentánea y superficial.
La introducción de un nuevo vocabulario utilizado (Orden, Capítulo, Venerable, Liturgia, etc.), contiene más una imitación monástica que una verdadera intención religiosa. La presencia de la Biblia en diversas ocasiones es contemporánea con los primeros usos de la Masonería “especulativa”, pero el hábito de abrirla en el prólogo del Evangelio de Juan, como al final de la misa católica, es típicamente francesa.
Todos los indicios muestran, al contrario, que en la Masonería francesa de finales del siglo XVIII, se presenta un carácter filosófico y moral que diluye las obligaciones basadas en dogmas religiosos. La presencia de la Biblia es una referencia y una evidencia para los creyentes, pero no tiene los mismos efectos en los indiferentes y los incrédulos. En realidad, se observa como a lo largo del siglo XVIII van decreciendo los rasgos más religiosos hasta que finalmente están poco presentes en los rituales franceses de 1786, lo cual se observa claramente en la literatura relacionada con la reconstitución del Gran Capítulo General de Francia del Rito Francés.
Todo esto va siendo influencia de la descristianización de amplios sectores de la sociedad en el siglo XVIII, que llevó a la iglesia Católica a incesantes acciones de recristianización en el siglo XIX. Muchos sectores de la Masonería no fueron ajenos a estos flujos y reflujos religiosos. Ni entonces, ni ahora.
Este afinamiento de una filosofía ilustrada, impregnada de racionalismo, con tonos que evocan el deísmo teofilantropico, contribuye ciertamente a modificar la concepción de los Masones en sus Logias.
La influencia del Siglo de las Luces se sobrepone así a la continuidad de la referencia al Templo de Salomón, objeto de inspiración e imitación, y también a la idea que se tiene de la antigüedad clásica, fuente de la belleza, la virtud y la sabiduría.
En las Masonerías fuertemente influenciadas por un contexto social cristiano las interpolaciones semánticas no coinciden siempre en el sesgo. Por ejemplo, en la tradicional estadounidense el puritanismo anticatólico es evidente, sobre todo en los altos grados del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Y por el contrario, en aquellas naciones en donde el catolicismo ha sido dominante esta influencia inclina la balanza hacia la teología católica, aún cuando se presente un cierto anticlericalismo. Por su parte, en las Masonerías con un fuerte acento racional, la terminología común permanece, pero se deja su contenido a la libre interpretación de sus miembros.
Para la Masonería liberal, las cuestiones religiosas se dejan al juicio y la conciencia individual de cada Masón y Masona, y para las que se siguen por referentes anglosajones, el tema de la religión está proscrito de sus deliberaciones junto con el de la política.
Sin embargo sería un error histórico considerar la cristianización del Ritual Masónico como solo inherente a la Masonería que se cierne en la Francia del siglo XVIII.
Es un hecho muy conocido el que la Masonería Obediencial nace en la Inglaterra de los años 1717 – 1723, aunque posee antecedentes especulativos en Escocia e Irlanda con anterioridad a esa fecha.
En Irlanda, por ejemplo, cuando en 1730 son publicadas las Constituciones de Pennel, ya se menciona el Grado de Maestro que no estaba en las de Anderson de 1723. Y cuando los inmigrantes irlandeses en Inglaterra (en su mayoría católicos) crean en 1751 – 1753, con los antiguos usos irlandeses, la Gran Logia que luego se conocería como la “de los Antiguos”, recrean el Grado del “Arco Real” que era desconocido aún por la Gran Logia fundada en 1717, conocida como la “de los Modernos” y de mayorías protestantes y anglicanas.
En resumen, y sin profundizar en este escrito sobre el origen y característica del Grado del “Arco Real” irlandés, cabe resaltar que en sus dos versiones contiene, ya sea la Leyenda de Zorobabel o la de Josias. Es decir, que se trata de un Grado vetero – testamentario, como puede ser concebida en términos generales la inspiración de la Leyenda de Hiram, igualmente en cualquiera de sus dos modalidades.
Cuando en Inglaterra, en 1813 se unen las dos Grandes Logias de “los Antiguos” y “los Modernos” es la primera la que impone su sello característico aunque se descristianiza un poco los rituales.
Por lo tanto, hay que reconocer que, en resumen, tienen mucha razón los que hablan de una impregnación cristiana de la Masonería o de una cristianización parcial del lenguaje a partir del siglo XVIII. Pero no hay que olvidar que en las influencias de los tiempos, algunos aspectos de la cultura religiosa, o la purificación por el fuego y el agua en la ceremonia de Iniciación, por ejemplo, no provienen de una intención religiosa. Algunas prácticas de los banquetes, en ocasiones, o apartes de textos que parecen discriminar a los protestantes y judíos también han sido actos pasajeros.
Todo este bagaje histórico de presencia en la Masonería de elementos católicos, protestantes y anglicanos, hace que se observe en la mayoría de sus rituales una tintura inconfundiblemente cristiana en su semántica.
No obstante, de lo anterior no se puede inferir que la Masonería compite con las iglesias judías y cristianas, o musulmanas, en experiencias o practicas religiosas, sino que contiene en su seno la diversidad civilizacional occidental.
Y en ese orden de ideas, no resulta ser competencia ni opción contraria a ellas, como a veces se ha entendido sin razón real alguna, porque la Masonería es otra cosa y se debe a fines muy distintos.
sábado, 18 de julio de 2009
PARA LEER EL 20 DE JULIO
martes, 23 de junio de 2009
A PROPOSITO DE LOS SOLSTICIOS
viernes, 3 de abril de 2009
La Masonería ante la Crísis del Medio Ambiente
Por Iván Herrera Michel
Palabras pronunciadas el día 28 de marzo de 2009 (E:. V:.), en el Or.. de Iquitos, República del Perú, en el Coloquio internacional que sobre la Crisis del Medio Ambiente se desarrollo en el marco de la celebración del 32º Aniversario de la Gran Logia Oriental del Perú, en el auditorio principal del "Centro de Referencia e Información de Suelos de la Amazonía Peruana" (CRISAP), del 27 al 30 de ese mismo mes, que reunió a Grandes Maestros, Grandes Maestras y Soberanos Grandes Comendadores del REAA de Perú, América y Europa.
Ven:. Hno:. Jorge León Cabrera, Presidente de la Confederación de Grandes Logias Masónicas del Perú – CONFEGLOMAS,
Ven:. Hno:. Jorge León Cabrera, Presidente de la Confederación de Grandes Logias Masónicas del Perú – CONFEGLOMAS,
Señor Presidente de la Confederación Interamericana de Masonería Simbólica – CIMAS -, Muy Resp:. H:. Elbio Laxalte Terra,
Distinguidos Dignatarios de la República del Perú,
Muy Respetables y Serenísimos Grandes Maestros y Grandes Maestras Peruanos y Visitantes de Europa y América,
Dignidades y Oficiales de la Masonería Peruana y Representantes de Grandes Logias y Supremos Consejos de Europa y América,
Queridos Hermanos y Queridas Hermanas,
Ciudadanos peruanos que me han honrado con su amable acogida,
Señoras y señores que nos honran con su presencia,
Reciban ante todo, un fraternal y cálido saludo de este Masón latinoamericano que ha venido de lejos para darse el gusto de saludarlos personalmente recorriendo los legendarios caminos del evocador Tahuantinsuyo Inca, dentro del marco de los festejos del trigésimo segundo aniversario de labores Masónicas de la Muy Resp:. Gran Logia Oriental del Perú, con sede en el Oriente de Iquitos, en la tierra de los Boras ubicada en pleno corazón del ecosistema amazónico.
Me explico mejor: yo acabo de hacer un viaje fascinante desde el azul inmenso e interminable del Mar Caribe colombiano hasta el verde intenso y profundo de la Amazonía peruana.