- UNA
APROXIMACIÓN AL TEMA -
(Palabras pronunciadas en la Primera Jornada Nacional de Grados Superiores del REAA de Bolivia, organizado por el Supremo Consejo Masónico de Santa Cruz - Bolivia, el 31 de agosto de 2013, en el auditorio del Colegio Eagles School, en ese Cenit)
Por: Iván Herrera Michel
(Saludos
Fraternales),
Queridos Hermanos todos,
|
IPH:. Iván Herrera Michel |
El
pasado cuatro (4) de junio se cumplieron treinta (30) años desde la noche en
que me Inicié en nuestros Augustos Misterios en una Logia Simbólica en el Cenit
de Barranquilla, Colombia, jurisdiccionada a una Gran Logia de las adjetivadas como
“Regular”, en el sentido anglosajón
del vocablo.
En
esa primera Tenida de mi vida Masónica, recibí la orden perentoria de no
relacionarme con una parte de la Masonería a la que llamaban “irregular”, so pena de verme “irradiado a perpetuidad” del seno de
una sociedad a la que le tenía una gran consideración, a la que había aplicado
con mucho respeto y la que, para mi gran sorpresa, me recibía con vivas
expresiones de la mayor cordialidad y afecto.
La
presencia esa noche de ciudadanos respetables de mi ciudad y de algunos de mis
mejores profesores y directivos universitarios, que me saludaban con confianza,
me confirmaba que había ingresado a un lugar muy serio en el que debía observar
juiciosamente los preceptos que se me ponían de presente.
Últimamente, he reflexionado mucho acerca de
los alcances de esa experiencia sicológica, porque las consecuencias de la introducción de un prejuicio en
medio del decorado y los pasajes de la Iniciación Masónica - repetido posteriormente
hasta el cansancio en documentos, discursos y brindis -, son discretas al
principio, aunque progresivas y claramente palpables con el tiempo. Van centrándonos en nosotros mismos, vendándonos ante la diferencia Masónica y sesgando
nuestras potencialidades Iniciáticas. A nivel
macro, las secuelas en la Orden han sido catastróficas y son el origen de
muchos de nuestros males actuales.
Es
una prohibición muy familiar en todas partes del mundo, en la que se gasta una
gran cantidad de tiempo y esfuerzos. Y que
en ocasiones llega hasta lo sicótico, y se aplica indistintamente tanto para el
Simbolismo como para el Escocismo.
Desde
entonces, muchas cosas he aprendido, otras he ido comprendiendo, y a algunas
|
IPH:. Antonio J. A. Rossi |
más he visto cambiar y evolucionar. Pero
créanme, por favor, cuando les digo, con la mano en el corazón, que aún no
salgo de mi asombro por estar aquí entre ustedes, ante esta Asamblea de Masones,
saludando con mucho respeto, en nombre de los Supremos Consejos que conforman
la Federación Americana de Supremos Consejos del REAA (FASCREAA), a nuestro Muy
IPH:. Antonio José Aniceto Rossi, Presidente de la Confederación Panamericana
de Supremos Consejos del REAA, y a través de su muy digno conducto a todos los
Supremos Consejos que la integran.
Y
estoy orgulloso, además, de mis QQ:. HH:. del Supremo Consejo Masónico de Santa
Cruz-Bolivia, presididos por el IPH:. SGC:. Tonchi Eterovic Nigoevic, que han
dado un ejemplo histórico de lo que pudiéramos llamar Diplomacia Masónica de
alto nivel al haber organizado, bajo el alero de su Primera Jornada Nacional de
Grados Superiores del REAA, el primer encuentro escocista de América al que
asisten en plena fraternidad, los Presidentes de dos de los tres conglomerados
de Supremos Consejos de nuestro hemisferio, seguramente como resultado de haber
observado con singular lucidez los peligros de una “guerra civil” entre los Masones.
Y
estoy todavía más sorprendido de constatar que son muchísimas más las cosas que
nos unen que las que le dan un toque distinto a nuestras prácticas. Porque la verdad sea dicha: no he encontrado aquí
nada que no nos permita reunirnos, ni que nos obligue a permanecer atascados en
divisiones o bajo el embrujo del matoneo de alguien, como si estuviéramos en el
patio de una escuela.
Solo
he hallado en Santa Cruz de la Sierra y en sus distinguidos visitantes
brasileros, matices enriquecedores en las particulares expresiones escocistas,
una sola conciencia colectiva y la preocupación compartida acerca de la mejor
forma en que el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, en su pureza y Tradición, puede
ofrecer un futuro a nuestros pueblos y a nosotros mismos a partir de un
quehacer Iniciático fundamentado en sus rituales.
Semejantes
coincidencias, es un claro ejemplo de las conexiones que existen entre todos
nosotros en esta “Ruta Salomónica”, como
la llama el IPH:. Claude Collin, Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo
de Francia, en la que en palabras del IPH:. Jean Pierre Cordier, Soberano Gran
Comendador del Supremo Consejo del Gran Oriente de Francia, “el método iniciático propio del Rito y el
ideal humanista se complementan”.
Sin
embargo, no podemos extraer falsas ni ligeras conclusiones, ni soslayar
nuestros desencuentros al influjo de la satisfacción que nos produce estar aquí
con ustedes: las diferencias entre los dos modelos Iniciáticos que
representamos no tienen nada que ver con los principios generales de la Orden,
ni con que alguno de nosotros se haya apartado de la observancia de la pureza y
la Tradición del Rito, ni, mucho menos, con que haya desconocido las diferentes
herencias Iniciáticas y espirituales que han enriquecido a la Masonería, sino
en que hemos sido arrastrados por los tejemanejes del entramado histórico, y en
eso la sociología y la geopolítica profana fueron determinante en la forma en
que se trenzaron las relaciones, y (¿por qué no decirlo?) en lo que finalmente
quedó consignado en la parte no iniciática de la redacción de los “Criterios de Regularidad” con que los
líderes de cada grupo internacional quieren imponer su supremacía.
|
Con el IPH:. SGC:. Tonchi Eterovic Nigoevic |
En
la mecánica newtoniana, un momento es una magnitud que muestra el potencial de
una fuerza para cambiar la rotación de un cuerpo alrededor de un eje. En esta cita cruceña, yo identifico una
fuerza innegable – un momento, dirán los físicos - que hará que, tarde o
temprano, los dos bloques de Supremos Consejos que hoy convergen en este salón giren
sobre el eje de la Fraternidad Masónica sin perder sus particularidades ni sus
criterios de relacionamiento, ni sus jurisdicciones amigas, y sin variar un milímetro
las opiniones, las convicciones y los compromisos adquiridos.
La
altura, la grandeza y la trascendencia es un deber irrenunciable de todo aquel
que afirme haber pulido la Piedra Bruta, y ninguna razón, propia ni extraña a
la Orden, lo exonera de honrar estas obligaciones en toda circunstancia.
QQ:.
HH:.
Hace
poco me escribía un joven Ven:. Maestro nicaragüense, pidiéndome un resumen de
la geopolítica actual Masónica para ser presentado en una Tenida de su Logia
como tema de debate, a la que asistirían Hermanos desde el Grado de Aprendiz en
adelante. Al parecer, lo que observaban en Internet no se ajustaba a la versión
oficial de la realidad Masónica.
Hoy
los nuevos Masones se preguntan de manera distinta ¿Qué es la Masonería? ¿Cuál
es el oficio del Masón? ¿Qué aportan realmente los Altos Grados? Y, lo que es
más de fondo, si ¿Realmente importa la Masonería?, en el entendido de que, en
la acelerada atmósfera de la Aldea Global, la Masonería no empieza ni termina
en una Tenida.
De
igual manera, estos jóvenes Masones poseen conciencia de las ampliadas posibilidades
del conocimiento y de cómo en una mayor comprensión de esos conocimientos se
encuentran los puentes esenciales entre su silencio, su pensamiento, su actuar dentro
de nuestros Talleres, y su relación en clave Masónica con el mundo profano.
Hoy
en día, el concepto de geopolítica envuelve el estudio y análisis de la
causalidad de los eventos políticos y sus efectos en el tiempo y la geografía. Y se habla de diferentes escuelas. Entre ellas, la de la Masonería.
El
fenómeno es tan cierto, que en el mes de noviembre del año 2009, la Facultad de
Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de México en su
programa permanente de geopolítica organizó el Sexto Seminario Internacional
sobre “La Geopolítica de la Franc
Masonería”, con la participación destacada del Q:. H:. Pierre Mollier, ex
Gran Maestro del Gran Oriente de Francia, entre otros académicos y especialistas.
Por
otra parte, cuando en 1962, McLuhan acuñó la expresión “Aldea Global” en su libro “La
Galaxia Gutenberg”, se refería a que la televisión, el cine, la radio, el
teléfono, la fotografía y las grabadoras traerían cambios significativos en la
forma como percibimos el mundo, de tal manera que sucesos lejanos serían apreciados
en relación con los que ocurren en la vida cotidiana. Cincuenta años después, el Internet, la velocidad
de las comunicaciones, la globalización, un mundo en permanente movimiento, la
conectividad y las redes sociales han dado alcances inimaginados al concepto,
cediendo importancia el espacio territorial en favor de una visión más amplia.
Como
era de esperarse, semejante prodigio, imposible de prever, también afecto a la
Masonería, ya que la Orden nunca ha estado exenta de comportarse a partir de
causas exógenas, tanto en lo doctrinal como en lo organizativo.
En
el caso nuestro, gracias a este desarrollo tecnológico, nos hemos podido dar
cuenta de que en el mundo existen tres grandes familias internacionales de
Supremos Consejos del REAA, y de que los Supremos Consejos miembros de cada uno
de ellas han ido conformando, a su vez, asociaciones continentales que, naturalmente,
gozan de análogos referentes ideológicos, e interpretaciones sobre lo que es “Regular” y lo que es “Tradicional”.
Nuestro
IPH:. Antonio José Aniceto Rossi y yo presidimos dos de las tres agrupaciones
americanas. La tercera, que no está aquí
representada, no se relaciona – por lo menos hasta hoy – con nosotros y es el
que orienta el Supremo Consejo para la Jurisdicción Sur de Estados Unidos en
calidad de “Supremo Consejo Madre”,
reclamando una primogenitura y jefatura en los términos que lo hace la Gran
Logia Unida de Inglaterra para el Simbolismo.
Por
nuestra parte, la “Confederación
Panamericana de Supremos Consejos del Rito Escocés Antiguo y Aceptado” y la
“Federación Americana de Supremos
Consejos del Rito Escocés Antiguo y Aceptado” agrupan a Supremos Consejos
que no necesariamente pertenecen a la “Alianza
Internacional de la Masonería Escocesa” o a los “Encuentros Internacionales de Altos Grados del Rito Escocés Antiguo y
Aceptado”. Que son los conjuntos globales con los que compartimos
convicciones.
Ya
que en términos generales, el Simbolismo y el Escocismo en el mundo manejan un
mismo panorama geopolítico, por lo que en esta charla me oirán con frecuencia
referirme a ambos.
Pareciera
en principio que el universo Masónico fuera independiente de la geopolítica de
los estados y los imperios, y se comportara a partir de dinámicas internas muy antiguas. Nada más alejado de la realidad. Un repaso desapasionado de las áreas de
influencia, los conceptos que se defienden en cada una de sus parcelas y las
fechas de las tensiones que la han agitado, lleva a la obligada conclusión de
que van de la mano con los intereses contemporáneos de los grandes imperios
europeos del siglo XVIII al XX y de los
Estados Unidos. Así como de los
encuentros y desencuentros de sus gobiernos con las diferentes religiones.
Pero
hoy, gracias a la conectividad en que vivimos, desaparecida la ilusión de una
Masonería igual y simétrica en todas partes, las cosas se han complicado un
poco. Comúnmente nos referimos a los
clichés de las placas anglosajonas y francesas de la Masonería para explicar
los vectores ideológicos que le son transversales. No obstante, en la actualidad no se puede
soslayar la gran cantidad de pequeñas Obediencias y Supremos Consejos de
variado espectro doctrinal que está surgiendo en todas partes.
Sin
contar con el perfil fácilmente identificable de la Masonería latinoamericana,
tan diferente al de las europeas. Realmente,
nosotros somos un cuerpo histórico y doctrinal muy distinto al inglés, al estadounidense,
al francés, al italiano o al escandinavo, y ya es hora de que nos demos cuenta
de lo mucho que compartimos desde el periodo de nuestra independencia del
Imperio español hasta hoy, y de las luces que podemos brindar desde nuestra
experiencia histórica. Hemos diferido
durante demasiado tiempo la reflexión sobre la relación entre nuestra
particularidad Masónica regional y nuestro destino común.
El
punto geopolítico que deseo resaltar, es que las pequeñas Obediencias y
Supremos Consejos están conformando asociaciones regionales con un mayor aporte
doctrinal que el que están haciendo sus Obediencias y Supremos Consejos de
origen. De las que se separaron, en la
mayoría de los casos, ante la falta de coherencia entre el discurso y la
práctica.
En
estas Obediencias y Supremos Consejos pequeños se observa una mayor capacidad
para pensar en voz alta y para brindar una estancia más fraternal a sus
miembros en los Talleres. Además, la
integración Masónica regional les resulta mucho más económica frente a los
viajes transoceánicos que demandan los organismos multilaterales de espectro
mundial (detalle que en una Obediencia y un Supremo Consejo chicos es un asunto
mayor). Por otra parte, la
horizontalidad en las relaciones diplomáticas es una pretensión común no
negociable.
En
consecuencia, es obvio que la trasmisión de la Tradición y el método Masónico se
enfrenta a nuevos retos planteados por el acceso general de una nueva
asignatura que podríamos llamar “Masonería
Comparada”, que ha dejado de ser entretención de eruditos y ratones de
bibliotecas para convertirse en el instrumento preferido para repensar lo
Masónico desde el mismísimo Grado de Aprendiz.
Podemos
afirmar, sin temor a equivocarnos, que mediante el estudio comparado de la
Masonería se está descubriendo - y comprendiendo - con mayor apertura mental la compleja trama de
la realidad Masónica. Es una lástima,
que esto se esté desarrollando en la intimidad de nuestras conexiones caseras a
la Internet, de manera autodidacta y a ritmo personal, y no por acción planeada
y sistemática del nivel central de nuestras Grandes Logias y Supremos Consejos.
Por
otra parte, el necesario debate ha estado ausente de las grandes citas,
mientras la mentalidad de las bases está cambiando. Y como sabemos, esto no es un asunto de poca
monta, ya que los préstamos de un modelo Masónico a otro serán inevitables, y
una Masonería que no respeta la Tradición, o la confunde con los requerimientos
diplomáticos, es un fraude.
En
este novedoso paisaje, la verdad es que las grandes Obediencias y los grandes
Supremos Consejos, tanto los de estirpe anglosajona como los de musa liberal,
aún no han reaccionado adecuadamente, aunque en su interior se están oyendo
voces de alerta sobre una nueva realidad que reclama hechos y no más dilaciones.
Todos
sabemos que existen, por diferentes razones que no vale la pena recordar ahora,
verdaderas autarquías Masónicas, cuando no curiosas parodias monárquicas, de
difícil digestión Iniciática, que valoran mucho su auto-abastecimiento ideológico,
rechazan la reflexión en común y cuentan con un nivel central con plenos
atributos a la manera de los despotismos ilustrados, antecesores del
pensamiento liberal que impulsó, ya hace casi tres siglos, la separación de
poderes e introdujo hábitos democráticos en los estados y en la Masonería.
Ahora bien, ¿Qué podemos
esperar de una Masonería así dividida?
A
estas alturas, permítanme por favor detenerme para expresar una profunda
convicción Masónica, que creo que es necesaria:
Yo
creo en los Landmarks. Los Landmarks si existen. Yo creo en la necesidad de respetarlos
en su sentido funcional, ordenador y autolimitante. La Masonería sin Landmarks no es Masonería. Y estos Landmarks gobiernan tanto el Simbolismo como el Escocismo y
cualquier otro filosofismo que pretenda llamarse Masónico.
Sin
los Landmarks se pierde la noción de lo que es Masónico y lo que no lo es,
desaparecen los límites entre el mundo exterior y nuestros trabajos. Se pierde la elemental compostura. La riqueza Masónica toma un destino desviado
y el augusto recinto de nuestros Talleres se desnaturaliza.
Pero
hay que preguntarse por ellos con mucha objetividad, porque el tema ha sido
fuente de discusiones bizantinas desde hace siglo y medio en que unos Masones
en los Estados Unidos escribieron unas normativas de dudosa o ninguna fidelidad
histórica bajo ese título. Y lo que era
una especie de “Derecho Natural Masónico”,
emanado de la naturaleza misma de la Orden, destinado a no variar por su
carácter permanente y validez universal, se transformó en un “Derecho Positivo Masónico”,
representativo de un modelo ideológico exportado al influjo de la geopolítica
estadounidense.
La
única verdad acerca de los Landmarks, es que los historiadores aún no se ponen
de acuerdo acerca del conjunto de conceptos y criterios que llegaron a la “Taberna del Ganso y la Parrilla” el 24
de junio de 1717, en la esquina noroeste
de la Catedral de San Pablo en Londres, y que desde allí hizo tránsito hacia lo
que desde entonces se conoce como la Masonería Especulativa, y que nosotros
identificamos fácilmente como la sutil apariencia y sustancia que distingue a
la Masonería.
Volviendo
al Siglo XX, tenemos que en el siglo XX, las dos grandes guerras mundiales fueron una
catástrofe para las relaciones entre la Masonería europea y la latinoamericana. Paralelamente, las relaciones con las Grandes
Logias de blancos y el Supremo Consejo para la Jurisdicción Sur de Estados
Unidos se fortalecieron, y al “Reconocimiento”
diplomático Masónico se le llamó “Regularidad”.
En
consecuencia, mientras la Masonería
continental europea casi desaparece por acción del nazismo, el fascismo, el
franquismo, Etc. y los Masones ingleses
estaban concentrados en la segunda guerra mundial, Latinoamérica se “regularizaba” en términos de geopolítica
Masónica norteamericana.
Una
prueba al canto, lo constituye el que la Confederación Masónica Interamericana
(CMI), que nace con un discurso anti “reconocimiento”
anglosajón, en el camino se “regulariza”
de tal forma que desde hace décadas es el guardián del grupo en nuestros países,
aunque muchos de los documentos emanados de sus reuniones son tan progresistas
como los que más.
También
es un hecho cierto, que esa Masonería de la “regularidad” anglosajona hoy está siendo sacudida por múltiples
divisiones, motivadas, en la mayoría de los casos, por temas internos como el
de la centralización administrativa y la concentración de poderes. Cuando no, por tópicos relacionados con la
versión de Landmarks adoptada.
No
existe un solo país desde el Polo Norte canadiense hasta la Patagonia que no
esté siendo testigo de este fenómeno liberador, y escuchándose decir que la
jurisdicción de un cuerpo Masónico se ejerce sobre sus miembros y no sobre un
territorio geográfico.
Por
otra parte, debemos reconocer con admiración que la academia está acercando
investigadores de todos los bandos, inclusive a estudiosos no Masones, en el
marco general de los 300 años de la Masonería Especulativa. Tres décadas de vida académica personal me
inclinan a pensar que la convergencia de científicos es inevitable en la común
curiosidad.
La
metodología de la investigación científica en ciencias sociales que se está
aplicando a la Masonería como objeto de estudio, impone la trasparencia en el
tratamiento de las fuentes, la discusión abierta sobre las hipótesis y la
publicidad de las conclusiones. Es una
nueva y valiosa oportunidad para el conocimiento.
No
es fácil entender plenamente lo que está sucediendo en la Masonería, y mucho
menos pronosticar cómo será el mapa dentro de 50 años. Pero lo que sí está claro es que se necesita
humildad y mente abierta para interpretar lo que ya es una tendencia mundialmente
generalizada. Nunca antes había habido
tanta necesidad de oír a los Hermanos sin cargos que pueblan la Cámara del
Medio, quienes, entre otras cosas, hoy, a todas luces, son más progresistas que
conservadores y representan el futuro de la Orden.
Es
comprensible que muchas mentalidades sensibles, se resistan a aceptar las
grietas que están apareciendo en todas partes.
Prescindir de una organización Masónica sólida, que sea interlocutora doctrinal,
legítima y representativa para la sociedad y el estado, es sin lugar a dudas
una clara muestra de oscurantismo, pero ceñirse únicamente a ella nos condena a
una imperdonable superficialidad sin ninguna dimensión moral ni filosófica.
La
Masonería debe contar con una forma que sea digna de su fondo Iniciático, y a
la vez con un fondo que sea digno de su forma histórica. Y si no existe, hay que construirla con las
herramientas mismas que nos proporciona nuestra augusta institución. Porque lo que si no podemos permitir, si
valoramos la pureza y la tradición del Rito, es aceptar un modelo defectuoso de
Masonería.
La
tendencia centrifuga que observamos, es un movimiento de Masones que se aleja
de aquello que habitualmente pesa sobre ellos y petrifica sus movimientos. Luego vendrán las discusiones acerca del grupo
internacional en el que se sentirán más cómodos, o sobre las fronteras
ideológicas que querrán cruzar.
Un
punto importante a resaltar, es que la Masonería de la “regularidad” anglosajona
de Latinoamericana es desde el siglo XVIII de estirpe liberal francesa y no
anglosajona. Naturalmente que excluyendo el tema de la Iniciación de la mujer
(que se cumple rigurosamente) y el de la obligación de creer en el GADU (que se
practica a medias), fueron referentes importantes para los valores que nuestros
Masones han querido inculcar, las luces de la Revolución Francesa, la
Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, los jacobinos y el
liberalismo español.
Y
a menudo olvidamos que hemos sido tan progresista en la Masonería
Latinoamericana, que en México tuvimos una Gran Logia mixta en 1826 (casi 70
años antes de fundarse la OMMI “El
Derecho Humano”, que se pondera como la primera mixta de la historia); en
1865 una Gran Logia mexicana dejó de trabajar “a la Gloria del Gran Arquitecto del Universo" (doce años antes
que lo hiciera el Gran Oriente de Francia) y en ese mismo país se Levantaron
las Columnas de una Gran Logia femenina en 1958 (un año antes de que la Gran
Logia Femenina de Francia adoptara el Rito Escocés Antiguo y Aceptado).
Cuando
nos “regularizamos” los
latinoamericanos (en general, por la vía norteamericana y no de Londres), lo
hicimos solamente en las normas de relacionamiento interobedencial. Y no en lo doctrinal. Prueba de ello, es el fuerte compromiso que “regulares” y “progresistas” aún tienen con la laicidad en países como Uruguay,
Chile y México, así como la participación histórica significativa de Masones en
la fundación y devenir de los Partidos políticos Liberal de Colombia, Colorado
de Paraguay, Etc.
Otra
prueba al canto, lo constituye el hecho de que aquí mismo en Bolivia, Andrés de
Santa Cruz, José Ballivián, José María Linares, Adolfo Ballivián, Tomás Frías,
Narciso Campero, José Manuel Pando, Ismael Montes, Germán Busch, Gualberto
Villarroel y René Barrientos (a los que hay que añadir los nombres de aquellos que
participaron de 1932 a 1934 en las luchas del Chaco), son apenas unos cuantos
nombres conocidos de los de miles de Hermanos bolivianos que han comprometido
sus esfuerzos a favor de los valores que las Masonerías “regulares” y progresistas han propagado en nuestras naciones desde
hace ya dos siglos.
Es
esta la forma política en que los Masones latinoamericanos siempre nos hemos
relacionado con nuestras sociedades. De
eso es de lo que más orgullosos hemos estado, y nadie puede alegar que lo “regular” o lo “progresista” tenga algo que ver en ello, pero si se puede reclamar
que es el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, en un enfoque libertario y progresista,
en el necesario marco de su pureza y Tradición, el ritual más practicado por
todos nosotros.
La
realidad palpable, es que hoy en día la dispersión a la que nos hemos referido se
encuentra atomizada. Pero también es
cierto que en esta dinámica, la geopolítica de bloques, más o menos
ideológicos, en calidad de Federaciones o Confederaciones, se está imponiendo. Inclusive, muchas de las Logias americanas y
europeas que conocemos como “Salvajes”
(un adjetivo que no me gusta utilizar, y a las que yo prefiero llamar con
respeto y fraternidad, “que trabajan bajo la Bóveda Celeste”), están
convergiendo en asociaciones. Por este
camino, ya se escuchará su voz en el concierto general de la Orden.
Nadie
podrá negar que estemos en la era de los bloques Masónicos. La más reciente iniciativa escocista en esta
dirección es la creación el 16 de mayo de este año 2013 de la “Confederación de Supremos Consejos Europeos”
por parte de los del ámbito de influencia del de la Jurisdicción Sur de Estados
Unidos que tienen sede en Francia, España, Grecia, Suiza, Italia, Rumanía,
Alemania y Portugal.
En
desarrollo de esto, yo sueño con que periódicamente la Confederación
Panamericana y la Federación Americana de Supremos Consejos del REAA, sean
capaces de reunirse de vez en cuando, como hoy aquí, no solo para reflexionar
sobre los grandes temas latinoamericanos, sino además para dar ejemplo y
catedra de respeto mutuo, promoviendo la cooperación y sin discriminar las
distintas dimensiones tradicionales y espirituales, así como el espíritu
caballeresco que nos anima.
En
mi concepto, en lo macro, no veo por ahora un acercamiento real entre las tres
grandes placas tectónicas que conforman los “regulares reconocidos”, los “regulares
no reconocidos” y los “progresistas”. Cuantas etiquetas excluyentes nos han
impuesto desde el viejo mundo!! Y lo
peor para todos nosotros: Cuanto desconocimiento mutuo!!
A
mí me llama mucho la atención que para los “regulares”,
“reconocidos” o no por Londres o
Washington, una Gran Logia o un Supremo Consejo “progresista” es un club político alejado de la verdadera tradición
Masónica. Para los “progresistas”, una Gran Logia o un Supremo Consejo “regular” conlleva un sincretismo entre
cristianismo y practicas esotéricas de diversos orígenes.
Yo
que he sido en treinta años de vida Masónica “regular reconocido”, “regular
no reconocido” y “progresista”, puedo asegurarles sin
faltar a la verdad que ninguno de los tres grupos conoce bien a los otros dos,
ni tampoco están muy inclinados a aceptar que se parecen entre sí mucho más de
lo que imaginan. Hasta en las fotos de
los encuentros se parecen mucho, con la única salvedad de que en las fotos de
mis amigos hay IIPPHnas:. El resto es
igual, porque hasta compramos los Collarines en los mismos almacenes, con los
mismos diseños y a los mismos precios.
Naturalmente,
que el bloque Masónico bajo el patrocinio de la Gran Logia Unida de Londres y
del Supremo Consejo para la Jurisdicción Sur de Estados Unidos será el último
que se integre a los demás. Pero, ya se
integrará.
Al
respecto, quiero contarles algo reciente de este grupo en nuestra América, que
quizás ya algunos de ustedes sepan.
Está
circulando desde hace unos meses la convocatoria del Supremo Consejo del Grado
33º para la República de Cuba, fundado en 1859, para una reunión del 11 al 13
de octubre de este año, dirigida a los “Hnos:.
Masones cubanos que por cualquier causa residan en el exterior y a muchos de
los actuales directivos y otros prestigiosos Masones de aquí para la
realización de un Encuentro Necesario por nuestra unidad Masónica…”
En el entendido de que esta invitación es tan
amplia como parece, indiscutiblemente, el acontecimiento señalaría un aggiornamento
para la Masonería. La mala noticia, es
que en la XIX “Reunión de Soberanos
Grandes Comendadores de América”, celebrado en el Cenit de Santo Domingo,
en República Dominicana, del 26 al 30 de junio de 2013, se oyeron voces
opositoras a la aceptación amplia y fraternal de los Masones cubanos en el
exilio, en plena aceptación de sus autonomías.
Pero los cubanos hasta ahora no han retirado la convocatoria, y estamos
hablando - hasta donde llegan mis
noticias - de Masones congregados en Logias, Grandes Logias y Supremos Consejos
“no reconocidos” en Estados Unidos,
España, Venezuela, Inglaterra, Islas Canarias, China, Canadá, Alemania, Brasil,
República Dominicana y México.
Ojalá, el IPH. Eduardo Mejía Jabid, 33º,
Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo de la República Dominicana, elegido
hace tan solo un par de meses como Presidente de las “Reuniones de los Soberanos Grandes Comendadores de América”, para
el periodo 2013 – 2016, nos acompañara
en una próxima cita.
¿Por qué no nos reunimos los tres
Presidentes? ¿Qué delito de lesa Masonería nos divide? Y no quiero meterme en
terrenos ajenos, pero ¿Por qué el Presidente de la CMI y el de CIMAS no se
toman un café juntos un día de estos?
Por lo pronto, desde aquí, con la venia de
todos ustedes, hago un llamado sincero, histórico, desinteresado y
trascendente, para que en cualquier lugar de nuestra América que señalen, nos
reunamos los tres Presidentes de la “Confederación
Panamericana de Supremos Consejos del Rito Escocés Antiguo y Aceptado”, de
las “Reuniones de los Soberanos Grandes
Comendadores de América” y de la “Federación
Americana de Supremos Consejos del REAA”, para analizar en conjunto los
grandes retos que se le plantean al Escocismo en el Siglo XXI, las Masonerías
emergentes y la necesidad de mantenernos unidos y lucidos.
Y hago esta invitación, en palabras que tomo del
IPH:. Lázaro Cuesta Valdés, Soberano Gran Comendador de Cuba, “considerando los graves problemas que se
evidencian actualmente en el mundo, cuando se enseñorean las fuerzas negativas,
los antagonismos, desencuentros y diferencias que también vulneran nuestro
entorno Masónico…” y para “…contribuir a un verdadero clima donde prevalezca la
verdadera luz y la verdad”.
QQ:.
HH:. ,
En
lo continental, tanto en América como en Europa y África, percibo como
factibles la aparición de acercamientos cordiales entre bloques de Obediencias y
de Supremos Consejos. Estas uniones
coyunturales, conseguirán reflexionar periódicamente sobre temas Iniciáticos,
filosóficos o sociales que les sean de interés, aunque los acercamientos deberán
lidiar en su interior el tema de los dogmas en la mente de los Hermanos y en la
práctica colectiva, además de con los fraternales palos en la rueda que colocan
nuestros Queridos Hermanos amigos de la división Masónica.
En
lo regional, gracias al impulso
asociativo que se observa, dos o más bloques puede ser que conformen un bloque
mayor cuya cohesión dependerá de los intereses compartidos, la animadversión
común frente a otro, o la pretensión de liderazgo de una Obediencia o de un Supremo
Consejo. En lo personal, yo preferiría
que en cualquier circunstancia la fraternidad sea el motor de la iniciativa.
Pero
hay que tener cuidado, porque el de la integración y la aceptación de las
visitas es un asunto espinoso. Un
peligro real hoy en día, lo constituyen los seudo cuerpos Masónicos que pululan
en la red, con toda una estrategia para conceder Grados y “relacionarse” con líderes incautos que bajo la invocación de una
fraternidad, excesivamente laxa, les permiten entrar por la puerta de atrás de organizaciones
y sectores de reconocida seriedad.
Hoy
hay que fijarse mucho con quien se firma un Tratado, porque no todo el que se
presenta como Masón, es un Masón, y, como sabemos, los Masones lo son en la
medida en que los otros los reconozcan como tal.
La
Masonería desde sus inicios ha contado con una cantidad significativa de
imitadores y con organizaciones que se dicen Masónicas y poseen prácticas
incompatibles con los principios generales de la Masonería y con las
Constituciones de Anderson de 1723, que es el documento fundacional por
excelencia de la Orden. O con las
Constituciones atribuidas a Federico II de Prusia de 1762 y 1786, que lo son
para el Escocismo. También tenemos, y no
es un tema de poca monta, a aquellos que dejaron de comportarse como Masones.
Ya
estamos lejos de los tiempos en que desde algún lugar del mundo, se formulaba
una teoría general de la Masonería para ser aplicada en todas partes. Algunas de ellas fueron provechosas pero no
suficientes para pasar por encima de las realidades nacionales que imprimen una
impronta a la construcción Masónica. Un
lente desenfocado conserva la virtud de generar una imagen fácilmente
reconocible, pero siempre defectuosa y menos útil de todas maneras.
La
Masonería hoy necesita una entidad global, independiente, multilateral y
autónoma, con capacidad, credibilidad y legitimidad para certificar la calidad
de la tradición de las entidades Masónicas.
Para ello se requiere como mínimo un cambio de mentalidad, no concebir
las Cartas Patentes a la manera de las franquicias comerciales y no inducir
subordinación por la vía del “reconocimiento”. Los Vaticanos de la Orden deben dar paso a una
nueva forma multilateral de geopolítica Masónica.
Mientras
tanto, las Confederaciones Masónicas, ya sean Simbólicas o Escocistas, deben
velar por que en el área de su implantación se mantenga la solvencia tradicional
de los distintos modelos constructivos de la Orden.
La
igualdad de derechos, la libre determinación y la soberanía de los Supremos
Consejos y de las Grandes Logias, es un derecho inalienable. Deben desaparecer la sumisión y la dominación
de un ente Masónico sobre otro con base en falsas prerrogativas políticas,
ideológicas o de antigüedad.
QQ:.
HH:.,
A
mí me preguntan con frecuencia sobre la historia de la Masonería y del Rito
Escocés Antiguo y Aceptado, y yo he escrito algunas Planchas y un libro sobre cada
uno de estas cuestiones que a todos nos enlazan. Hasta nuestro Q:. H:. y Sublime Príncipe del
Real Secreto, Hugo Eguez, tan preocupado por la teoría como por la práctica, me
ha tocado el tema a través de nuestro muy Ilustre y Poderoso Hermano José Luis Sandoval.
Pero
yo quiero decirles algo con toda sinceridad: tenemos muchas verdades que damos
por sentadas que no resisten el más mínimo análisis histórico. Y no
me refiero a lo mítico, a lo legendario, a lo simbólico ni a lo alegórico, sino
a cosas que damos por ciertas. Y para
redondear este panorama, por ahí andan vendiendo Grados 33° a distancia y por
Internet, a unos US$ 2.000 Dólares americanos, y hasta la curiosa facultad de
trasmitirlos de boca a oído.
Pero
no hay que alarmarse, porque no estoy diciendo que el que salga de último
apague la luz.
Muy
por el contrario, si algo aceptan todos los escocistas del mundo, sin la más
mínima excepción, es que las Grandes Constituciones de 1762 y 1786, sin
importar su origen, contienen los verdaderos límites y la misión del Rito
Escocés Antiguo y Aceptado, en su forma más pura y Tradicional. Algunos admiten las “Reformas de Lausana” de 1875, y otros la “Declaración de Ginebra” del año 2005.
Pues
bien, la constitución de 1786,
fuente primigenia de la normativa del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, es clara
cuando dispone que “tiene la Masonería
por objeto la Unión, la Felicidad, y el Bienestar de la familia humana en
general y de cada hombre en particular. Debe, pues, trabajar con confianza y
energía y hacer incesantes esfuerzos por conseguir esos objetivos. Únicos que
reconoce dignos de ella".
La Masonería, y, dentro de la Masonería, el
Rito Escocés Antiguo y Aceptado, posee un largo listado de trabajos en aras del
bienestar de la familia humana en Latinoamérica. Hemos sido caja de resonancia, cuando no nuestras
ideas parte de la superestructura de los Derechos Humanos en occidente, y aún
podemos dedicarnos a temas más allá de la relación entre fe y ciencia, y fe y
razón, que parecen preocupar a muchos Masones, para citar un ejemplo.
En estos momentos, hay Masonerías dedicadas a
desarrollar temas como la separación entre el estado y el sector financiero, la
moral en la economía, los prejuicios que son obstáculos para los derechos
humanos, la democracia en espacios supranacionales, la necesaria convivencia de
diferentes espiritualidades en sociedades cosmopolitas, Etc. Algunas lo hacen desde la institucionalidad, y
otras a través de sus miembros, espontanea o mancomunadamente. Pero lo más importante, es que han seguido haciendo
el trabajo iniciado por nuestros predecesores en la Orden y siguen construyendo
el bienestar de la familia humana, o por decirlo de una manera que nos es más conocida,
generando “Orden desde el Caos”.
Y la verdad es que los “indignados” de la Masonería (y traigo con mucho respeto el término
de moda para denominar a los ciudadanos de a pie que sueñan con un mundo mejor
que aquel en el que nacieron), mediante un ejercicio moral e intelectual
intenso, están propiciando en todas partes movilizaciones dirigidas a
consolidar, con cuerpos Masónicos nuevos, una forma diferente de ser y estar en
la Orden más acorde que la anterior con los verdaderos Landmarks, y, en nuestro
caso, con la pureza y la tradición del Rito Escocés Antiguo y Aceptado.
Así es que, mis muy QQ:. HH:. en sus Grados y
dignidades, tenemos una ardua tarea por delante, a la que seguir entregando
nuestras mentes y nuestros corazones, porque, como repite con frecuencia
nuestro Q:. H:. Elbio Laxalte, Presidente de CIMAS, “conservar la tradición no es guardar las cenizas,
sino mantener la llama encendida”.
Y eso es lo que yo he observado en Santa Cruz
de la Sierra.
Muchas gracias a todos.
Iván HERRERA MICHEL, 33°
Presidente de FASCREAA
Cenit de Santa Cruz, Bolivia
Agosto 31/2013 (E:.V:.)