Por
Iván Herrera Michel
Se
cumplen 100 años desde que el 29 de marzo de 1922, en el Teatro Torres de Ibagué,
Departamento de Tolima; Colombia, se instaló la Convención Nacional del Partido
Liberal bajo la presidencia del Masón Simón Bossa Pereira, que desde 1911 era el
Soberano Gran Comendador del Gran Oriente y Supremo Consejo Neogranadino del
Grado 33º.
Rios
de tinta corren sobre la efeméride liberal, y un profesor amigo de
la Universidad Libre de Colombia, por mi condición de egresado de su facultad
de Derecho, antiguo funcionario académico y Masón, me ha preguntado
sobre la vida Masónica del General Benjamín Herrera, cuyo retrato con decoraciones del Grado 33º del REAA adorna sus salones a nivel nacional.
Comencemos recordando que asesinado
el General Rafael Uribe Uribe en Bogotá el 6 de octubre de 1914, el Partido
Liberal elige para sucederlo al veterano de la Guerra de los Mil Días, el General Benjamín Herrera Cortés como
su nuevo Director Nacional. Eran días convulsionados tanto para la vida
nacional como para la Masonería y el General aceptó el nombramiento de Ministro
de Agricultura que le ofreció el Presidente conservador José Vicente Concha.
11
meses después, se Inició Herrera en la Logia “Estrella del Tequendama No. 4”,
de Bogotá, jurisdiccionada al “Supremo Consejo
Central de Colombia”, fundado el 28 de noviembre de 1911, que se
atribuyó a sí mismo (en la dudosa calidad de “reinstalado”) ser el mismo
“Supremo Consejo de la Jurisdicción del Centro del Grado 33º”, fundado por
el General Tomás Cipriano de Mosquera en 1864 y que había sido declarado en
sueños 23 años antes, el 23 de febrero de 1888, por presión de la “Hegemonía
Conservadora” (1885 – 1930), constituida por gobiernos confesionales
conservadores.
Al conocer
la noticia de la aparición en el territorio nacional de un nuevo Supremo
Consejo, el Gran Oriente y Supremo Consejo Neogranadino, instalado en 1833, lo declaró
“espurio” junto con sus Logias y cuerpos Jurisdiccionados, y mediante Decreto del
22 de enero de 1913 irregular, suspendido de sus derechos Masónicos y culpable
de violación de sus deberes a su primer Soberano Gran Comendador, Francisco
Ospina Álvarez, al igual que a otros 7 “reinstaladores” y “a todos
los hermanos que hayan propendido directa o indirectamente, como cómplices y
auxiliadores, a la insubordinación que se censura y condena”
Aún
no había sido introducido al país el esquema administrativo de Grandes Logias
que lo caracterizó en el futuro, y las Logias dependían directamente de los Supremos
Consejos del Grado 33º que se habían fundado a partir de 1833.
En líneas generales este era el contexto y el ambiente que se vivía cuando
Benjamín Herrera se Inicia en la Logia “Estrella del Tequendama No. 4”, el
domingo 20 de septiembre de 1915, a los 65 años de edad. Al comienzo de la ceremonia el Venerable
Maestro, Rafael Espinoza Guzmán, ordenó a los presentes no hacerle preguntas
durante el ritual, y Eugenio Gómez Parra, 33º, propuso, y fue aceptado por los
92 asistentes, exonerarlo de las pruebas propias de la Iniciación Masónica. En adelante
su carrera fue meteórica y llena de dispensas, lo que lo llevó al récord de
hacer toda su carrera Masónica sin ritual ni presentar una sola Plancha en apenas
75 días.
El domingo
siguiente al de su Iniciación, 27 de septiembre, subió al segundo Grado, el
viernes 15 de octubre recibió el de Maestro Masón, el lunes 8 de noviembre el Grado 30, y el sábado 4 de diciembre de ese mismo año el "Supremo Consejo
Central de Colombia” le concedió el Grado 33º y último del REAA.
En el próximo año, el 24 de junio de 1916, se le elige Venerable Maestro de la
Logia “Estrella del Tequendama No. 4”, cargo al que renuncia a los 4
meses alegando falta de tiempo. Posteriormente, el 19 de febrero de
1922, siete días después de haber perdido las elecciones como candidato oficial
del Partido Liberal a la Presidencia de la república, se funda en Bogotá la
Gran Logia de Colombia, y al tiempo de elegir como su primer Gran Maestro a
Arturo Pardo Morales, se designa a Herrera como “Gran Patrono de la Masonería
Colombiana”.
Hoy
su figura con decoraciones del Grado 33º se ve en muchas partes, y su busto en diversas
plazas y parques, pero la verdad es que su paso por la Masonería fue más político
que Iniciático. En la Orden se le concedió todo sin intersticios y apenas la
frecuentó en ocasiones festivas hasta su muerte por bronconeumonía el 29 de
febrero de 1924. Solo fue Masón 9 años de sus 74 de vida.
No
obstante, su mayor legado a Colombia fue la fundación de la Universidad Libre
de Colombia a la que la Masonería apoyó con determinación hasta el punto de
hacer de su memoria un icono inspirador del pensamiento y las luchas sociales
que ha caracterizado al Partido Liberal colombiano.
Todo
honor a su memoria.