lunes, 11 de junio de 2007

El Futuro de la Masonería

LEYENDO LAS SEÑALES DE LA CARRETERA, EL DARWINISMO SOCIAL Y LAS TENDENCIAS INEVITABLES.
Iván Herrera Michel

El mundo por el que transitó la Masonería moderna durante tres siglos ya no existe.

Una estadística muy propagada afirma que tan solo en los Estados Unidos el sector Regular de la Masonería decayó desde 1960 hasta el año 2000 en un 75%, es decir que de 4.000.000 de miembros que tenía en ese entonces, solo cuenta hoy con escasos un millón de Masones.

Es una verdad incuestionable que la Masonería Regular, viene en franco declive. Y aquí incluyo no solo a los que aparecen en el Libro List of Lodge de los Masones anglosajones americanos y a los que aparecen en el Year Book de Londres, sino a todos aquellos, que aunque “Irregulares” por no aparecer en ellos, también practican un estilo de Masonería dogmática y excluyente, de corte Regular.

Hoy por hoy, el discurso Masónico “Liberal” se ha abierto paso en el espacio Masónico Regular. El obstáculo en Latinoamérica, y por consiguiente en Colombia, al momento de llevarlo a la práctica por parte de esas Grandes Logias, es que en estas, la definición como “Regular”, en los términos acordados por Londres, e impuestos por la Cmi y la Cmc, les impone límites ideológicos difíciles de superar. Todavía sus dirigentes poseen muchas ideas fijas y sus planteamientos una gran cantidad de preconceptos.

Sin embargo, aún los Masones progresistas, por el mismo hecho de serlo, requieren el continuo profundizar en el estudio de las nuevas corrientes de pensamiento en la búsqueda de ser mejores interlocutores de la sociedad contemporánea, y por qué no, líderes en la discusión de los grandes temas de la sociedad de las comunicaciones en que se ha transformado la humanidad, o, por lo menos, creadores de espacios de debate dirigidos a ella, sobre las nuevas esclavitudes, como son la adicción a las drogas sicoactivas, el alcoholismo, el tabaquismo, el consumismo, la violencia intrafamiliar, el ataque a la ecología, la propiedad intelectual sobre la biodiversidad, el maniqueísmo en la bioética, las enfermedades sociales, el pensamiento único, el fundamentalismo cristiano e islámico, la estupidización masiva que ofrecen la prensa, la radio y la televisión, la disminución de la solidaridad social, el socavamiento de las bases de la democracia, la permanencia de las monarquías que aún subsisten, los derechos de las minorías, el debilitamiento del Estado, el abandono de la educación laica, los “Paraísos Fiscales”, etc. Aún hay mucha tela por cortar.

Muy al contrario de lo que se observa en el mundo Masónico “Regular”, observando las noticias se nota que la Masonería “Liberal”, y aquí quedan incluidas principalmente las Grandes Logias Mixtas y Femeninas, está creciendo exponencialmente, es decir multiplicándose por su propio número. Inclusive, se nota cómo algunas Grandes Logias “Regulares” han hecho tránsito hacia la más absoluta libertad de conciencia y presentan un gran dinamismo hacia la tendencia liberal. Es lo que llama el instruido Masón Jaime Castilla Camacho, las “tendencias inevitables”.
En Europa la Masonería liberal y adogmática posee una amplia mayoría, tanto en en número de Obediencias como de Masones, frente a la Regular del estilo anglosajón, y África va por el mismo camino. De tal forma, que latinoamérica es de los últimos enclaves del dogmatismo Masónico.

Un punto digno de mencionar en esta modernización doctrinal es la modificación que la Gran Logia Unida de Inglaterra introdujo a su sistema ritual en 1983 al eliminar de sus liturgias toda mención a una sanción física por el incumplimiento de los deberes Masónicos. Desde esa fecha sus signos evocan valores mas no castigos.

Otra actualización significativa la encontramos en la revisión que en el año 2005 llevó a cabo el Supremo Consejo del Grado 33 del Rito Escocés Antiguo y Aceptado de la Masonería para la Jurisdicción Sur de los Estados Unidos de América, sobre los rituales redactados por Albert Pike, que venía practicando desde la segunda mitad del siglo XIX. Los nuevos textos preservaron el rico lenguaje y el drama original pero simplificaron y condensaron los trabajos, eliminando lo que se consideró material repetitivo. Así, se logró, en palabras de Ronald A. Seale, Soberano Gran Comendador, en su informe bienal del período 2003 2005, una “mejor presentación de las ceremonias”.

Los Masones también son hijos de su cultura nacional. Por ejemplo, en Colombia, solo en 1991, se logró la igualdad legal de la mujer y el hombre gracias a la incorporación en la Carta Magna de los Derechos Humanos de 1948 en calidad de Principios Fundamentales.

Sin embargo, la igualdad social total aún no llega, a pesar de que han habido avances importantes. Al fin y al cabo Colombia fue el último país latinoamericano en otorgar el derecho al voto a la mujer.

La Masonería Regular colombiana, como muchas otras, se volvió autista y prisionera del pasado por cuenta de la “Regularidad”, y en ella se repitieron, en privado y en público, las mismas mentiras, tantas veces, que terminaron por convertirse en verdades y dogmas incuestionables, llegando al punto de que todavía existen Masones que desde el Or:. Et:. la gobiernan en lo esencial y doctrinario.

A las nuevas Grandes Logias, provenientes de cismas operados en Grandes Logias Regulares, generalmente la libertad de conciencia los encuentra en su búsqueda de fortalecer la autoestima Masónica institucional. Es una ganancia inesperada, que les genera grandes discusiones internas, ya que existe una fuerza inercial hacia los paradigmas de la Regularidad que poco a poco va diluyéndose.

Este encuentro ideológico, les ofrece oportunidades intelectuales y les cuestiona paradigmas, y como si fuera poco, las noticias que les llegan por Internet las dejan sorprendidas, porque les muestran, en toda su dimensión, lo que se habían atrasado, y cuál es la dimensión del reto que tienen frente a sí, con cara, no solo a entregar una buena Masonería a las próximas generaciones, sino a contar en los talleres con unas próximas generaciones a quien entregársela.

Una vez en este punto, hay que entender al joven profesional de 25 a 35 años de edad, que ha estudiado un postgrado que le otorga un título novedoso consecuente con las necesidades actuales de la sociedad, y posee conocimientos en tecnologías inalámbricas y anchos de banda que no existían tan solo hace unos cuantos años. Cualquiera que sea la profesión de este nuevo actor social generalmente está cifrando sus expectativas en proyectos de vida trascendentes más transparentes, más respetuosos con las mujeres y los minusválidos, y más abiertos al conocimiento científico que lo que la Masonería Regular les está ofreciendo desde las Logias, los cuales se les antojan anacrónicos y obsoletos.

El futuro será de aquellas Masonerías que puedan configurar sus reglas y generar ofertas Masónicas que sean apetecibles; y en esta dirección, es importante conocer al cliente, que en el caso de la Masonería es la sociedad profana real, y no una burbuja ideológica. Una regla evolutiva indiscutible sostiene que solo lo funcional se conserva en el tiempo.

Preocupado por estos temas, recientemente la Gran Logia Unida de Inglaterra, se vio en la necesidad de contratar una empresa asesora de imagen para contrarrestar la disminución de sus iniciaciones y lo poco atractivo que resulta hoy la Masonería practicada bajo el esquema “Regular”, frente a los nuevos proyectos de vida familiar y social, en donde los Clubes solo para Hombres tienden a desaparecer.

Desde 1961 existe Clipsas, que es una asociación Masónica que propone entre sus miembros la posibilidad, a decir verdad, exótica en la Masonería Regular, de practicar la igualdad, la tolerancia, la aceptación de la diferencia, y la sensatez por la que siempre les han preguntado, la que siempre han querido y la que les desbloquea la fraternidad que reclaman.

Para persuadir a algunos Masones de abandonar siglos de tradicional división entre el hombre y la mujer, o entre regulares e irregulares, o sobre los Landmarks que han adoptado, no sirve practicar el enfoque usual de elaborar Planchas y discutir el tema en las Logias. Se requiere ser proactivo y tomar decisiones de mayoría. El consenso solo se da entre pusilánimes y no entre hombres de intelecto cultivado. Lo normal entre estudiosos y pensadores es el disenso en las perspectivas adoptadas y en las conclusiones a que se llegue.

Llega un ciudadano común y corriente a las columnas de la Masonería Regular, ilusionado en encontrar un espacio para discutir temas que les son intelectualmente atractivos e importantes y ¿qué encuentra?

Encuentra en ocasiones a unos señores buena vida que se toman muy en serio a sí mismos, que cada vez que hacen uso de la palabra hablan de “Regularidades” e “Irregularidades”, que se refieren en términos despectivos a otros sectores Masónicos, y que practican muchas veces un verdadero culto a la personalidad de algunos otros Masones. Unos más, son como beatos de las liturgias Masónicas. Y otros más, creen ser el ombligo moral e intelectual del mundo. Y aunque se reconoce la buena fe en lo que hacen y una inclinación general al conocimiento, a la filosofía liberal y a la conversación inteligente y chispeante, de todos modos, se les mira como cosas del pasado. Claro, que, en honor a la verdad, sería injusto, no reconocer que ese Aprendiz también encuentra algunas charlas que lo reconfortan con las expectativas que tenía al momento de su iniciación.

De la misma manera podemos observar que una amenaza muy distinta enfrenta la Masonería que se niega a ser funcional ideológicamente en la era actual. Y esta consiste en el hecho innegable que la propuesta que llenó de gloria durante los siglos XVIII a XX a la Orden corresponde a la etapa de la humanidad conocida como Modernismo. A esta forma de concebir el mundo pertenecen las Reformas Liberales de Alemania, el lema de Fraternidad, Libertad e Igualdad de la Revolución Francesa, la Independencia de América, el Liberalismo político, las reivindicaciones nacionalistas, y la fundación de Clubes de servicios como el Rotario, el de Leones, etc. Hoy por hoy, los grandes temas de la Modernidad se encuentran en crisis frente a una nueva concepción de la manera ética de relacionarse los hombres en sociedad que se ha dado en llamar postmodernidad. Lo de hoy es lo incluyente, lo multicultural, lo multiético, lo plural y la revisión de los paradigmas.

Frente a la correlación histórica del pensamiento Masónico con la Modernidad y la pérdida de vigencia de esta durante el transcurso del siglo XX, la Masonería cuenta con una destreza que se ha olvidado en el camino de las exclusiones y que le permitiría sobrevivir como algo actual, más allá del fin de la modernidad, y es el hecho que desde las Constituciones de Anderson se define expresamente como “punto de encuentro de aquellos que de otra forma no se hubieran conocido” y el de servir para “unir lo que está disperso”.

Es muy probable que sea esta la cualidad que brinde mejores oportunidades a la Masonería para la congregación de los nuevos hombres y mujeres libres y de buenas costumbres de estos tiempos. Esta visión incluyente es a lo que debe apuntar la Orden para presentar a la sociedad un proyecto Masónico sensato de construcción individual y colectiva.