Por Iván Herrera Michel
La noticia apenas mojó
prensa en internet y la había tomado como una anécdota más de la siempre
sorprendente geopolítica Masónica sin mayores efectos reales. Pero con el paso
de los días uno va sufriendo de pena ajena por lo que hizo en España la
Confederación Masónica Interamericana (CMI).
Hasta un Q:. H:. “regular” argentino me escribió sentenciando
que “… si los americanos no mostraron
dignidad en Madrid, los europeos han debido mostrar pudor...”.
Oscar de Alfonso Ortega |
Lo primero que llama la
atención es que en el Hotel Auditórium de Madrid, España, del 11 al 14 de abril
de 2015, la CMI se reunió por primera vez desde 1947 fuera de su continente. Que
es como si las Grandes Logias “regulares”
de Europa se reunieran este año en Lima, Perú.
Pero ahí no acaban las
sorpresas: por 45 votos contra 15 se eligió como nuevo presidente de la CMI al
abogado valenciano Oscar de Alfonso Ortega, Gran Maestro de la Gran Logia de
España, que también es como si las Grandes Logias “regulares” de Europa eligieran presidente a un Gran Maestro de la
Gran Logia del Ecuador, que viviera en Guayaquil a orillas del Océano Pacífico.
Lo curioso es que todo
pasó el 14 de abril en que se celebra desde 1931 el “Día de las Américas” para resaltar la soberanía regional y la unión
continental hemisférica. La fecha fue escogida por ser la de la creación en
1890 de la “Unión de las Repúblicas
Americanas” que es la antecesora de
la “Unión Panamericana”, y desde 1948
de la “Organización de los Estados
Americanos” (OEA).
Los primeros
sorprendidos debieron ser los HH:. españoles, franceses y portugueses presentes.
Nunca hubieran
imaginado los participantes de la “Primera
Reunión de Grandes Logias Sudamericanas” en 1936 en Santiago de Chile, que
esta reunión de Madrid podría ser posible. Tampoco lo hubieran hecho los de la
de 1943 cuando los Grandes Maestros de Argentina, Chile y Uruguay, se reunieron
para unirse contra la hegemonía de la Gran Logia Unida de Inglaterra. Y muchos
menos el 14 de abril de 1947 cuando se creó la CMI precisamente con este mismo
objetivo.
No obstante, sería
injusto no reconocer que la Asamblea General de Madrid eligió a Rudy Barbosa
Levy, ex Gran Maestro de la Gran Logia de Bolivia (2009 – 2011) como nuevo
Secretario Ejecutivo de la CMI. Su talante fraternal, sus quilates Masónicos,
su residencia en el continente y su intensa trayectoria internacional en
América seguramente serán de gran ayuda a un improvisado presidente recién
llegado a la realidad americana que vive en la costa levantina española frente
al mar Mediterráneo.
El brasilero Marcos
José Da Silva, Presidente saliente de la CMI declaró que la cita tenía “importancia histórica”. En eso estamos
de acuerdo, pero por diferentes razones.
Asistió a la reunión de
la CMI como representante oficial de la Gran Logia Unida de Inglaterra su Gran
Canciller Derek Dinsmore, quien recordó muy cumplidamente a los centro y
sudamericanos que la regularidad Masónica es “un concepto absoluto” y pidió la unión de los "masones de todo el mundo" en la “batalla contra la irregularidad” expresando su preocupación por el
“ruido de las nuevas tecnologías”.
El rumano Radu Bălănescu,
Secretario Ejecutivo de la Conferencia Mundial de Grandes Logias Regulares, aprovechó
la oportunidad para resaltar la importancia de reuniones como las de la CMI
porque generan una “conexión continua…
dentro de los principios básicos de la regularidad que otorgan a cada Gran
Logia plena soberanía e independencia”.
Derek Dinsmore |
Por su parte, Óscar de Alfonso, Gran Maestro de la Gran
Logia de España, orgulloso anfitrión y flamante nuevo presidente de la CMI al
dar la bienvenida afirmó que " La
Gran Logia de España, como nuestro país, no se puede entender sin América
Latina”. Pueda que lo de su país se entienda a la luz de los últimos 500 años de historia, pero lo de su Gran Logia no se lo creen ni en su propia casa.
En este marco festivo y
soberbio, pocas cosas definieron el clima general como la frase del peruano
Tomás Álvarez, Secretario Ejecutivo saliente de la CMI, cuando recordó que el
objetivo de estas reuniones de cada tres años es "rendir cuentas de nuestros actos para fiscalizar el interior de
nosotros mismos".
Evidentemente, el
carácter y la intencionalidad de estas
reuniones “regulares” es de muy
distinta naturaleza y sustancia de las que anima a los círculos “progresistas”. Y un raro concepto de
falsa soberanía campea por los recintos “regulares”.
La noticia del llamado
a la cruzada me sorprendió precisamente cuando leía una conferencia de 1858 de
Albert Pike, que me facilitó un Q:. H:. de mi Obediencia, redactada a solicitud
de la Gran Logia de Arkansas, que su autor tituló “Las nocivas consecuencias de las escisiones y disputas por el poder en
la masonería, y de las envidias y los desacuerdos entre los ritos Masónicos”.
El solo título invita a reflexiones muy serias.
Radu Bălănescu |
Y al margen de la más
completa inutilidad del mandato inglés para los fines hegemónicos que buscan, resulta
un verdadero despropósito la invitación a una batalla contra las Grandes Logias
masculinas, femeninas y mixtas que “no reconocen”
o no desean ni aceptan ser “reconocidas”
sobre la plataforma de la genuflexión sistemática y la dependencia
institucional.
Sorprende que en este
tipo de reuniones lo doctrinal no ofrezca noticias a considerar. Pareciera que
se educa a sus miembros para observar correctamente los signos, toques y
palabras, pero no para tener un pensamiento independiente, unir lo disperso o
fortalecer la libertad de conciencia. Es como preparar cortesanos expertos en
etiquetas, protocolos y títulos nobiliarios Masónicos, y aceptar las tutelas y los monopolios por encima de los principios,
la tradición y la construcción soberana.
No he sabido que el
llamamiento a la cruzada hecho por el Gran Canciller inglés haya causado el más
mínimo nerviosismo a la Masonería que llama “irregular”.
A lo sumo ocasionaría una
sonrisita lateral parecida a la de la Mona Lisa. También es decepcionante que
su Alteza Real el Duque de Kent, una vez más reelegido, y después de haber
visto reducirse a su Obediencia a menos de la mitad durante su mandato no tenga
más nada que proponerle a su Masonería súbdita.
La situación no podía
ser más sugestiva, y me trae a la memoria a Thomas Hobbes cuando en “Leviathan” dice que “las naciones prosperan bajo una Monarquía,
no porque tienen un príncipe, sino porque le obedecen”. Creo que este es el mensaje central de la
Great Queen Street de Londres a los americanos, y es exactamente lo contrario
de lo que he aprendido a defender y respetar en el tema de la soberanía y la
independencia de las Grandes Logias y los Grandes Orientes.