Por
Iván Herrera Michel
Me
pregunta un QH:. Guatemalteco acerca del simbolismo de la Colmena en la Orden,
y muy rápidamente le respondo:
En
idioma castellano, la palabra “colmena”
se refiere tanto a la “habitación natural
de las abejas” como al “enjambre que
vive en la colmena” (DRAE). Tal como sucede con la palabra “Logia”, que se emplea al igual que para
denominar el local en que se celebran las reuniones Masónicas como al grupo de
Masones que la conforman. El símbolo viene del siglo XVIII y comúnmente se
representa con siete abejas revoloteando alrededor de la colmena recordando que
siete es el número mínimo de Masones que se necesitan para que una Logia sea
considerada como perfecta.
En
clave Masónica la colmena representa básicamente el trabajo y la solidaridad en
las Tenidas de la Orden. Y a su vez, la abeja simboliza al Masón industrioso,
laborioso, previsor, vigilante, disciplinado, activo, constante en el
perfeccionamiento y el bienestar de la Logia y la sociedad. Es decir, que representa
un modelo de Masón ordenado hacía un fin trascendente y virtuoso.
En
un post anterior, reflexionaba acerca de que un Masón es metafóricamente un
albañil que construye una obra en una labor individual contenida en una faena
colectiva, de allí que el símbolo Masónico por excelencia para figurar el
sistema constructivo y fraternal de trabajar los Masones, es el de una Colmena integrada
y rodeada por un enjambre de abejas solidarias, laboriosas y organizadas por
roles y necesidades funcionales
Simbólicamente,
al producir la miel, que sería el fruto de su trabajo, el Masón se aparta de
las impurezas del consentimiento y genera ideas buenas, útiles y fraternales. Y
como la abeja, igualmente genera cordialidad y fecundidad en el trabajo.
La
colmena es un antiguo símbolo Masónico que fue proscrito de la Orden en
Inglaterra y Gales a partir del nacimiento de la Gran Logia Unida de Inglaterra
(GLUI) en 1813. Antes de esa fecha era común encontrarlo en el decorado de las
Logias de las islas británicas. De hecho, la más temprana referencia Masónica a
la colmena la encontramos en un escrito que se estima de 1731, titulado “A Letter from the Grand Mistress of the
Female Free-Masons to Mr. Harding, the Printer”, atribuido al escritor
satírico irlandés Jonathan Swift, fundamentalmente conocido por su obra clásica
“Los viajes de Gulliver” (1726).
La
razón de esta supresión inglesa podría encontrarse en que para la época
Napoleón Bonaparte había adoptado como emblema personal una abeja para
identificarse históricamente con un símbolo merovingio y distanciarse de la
dinastía Borbón. En desarrollo de esta decisión, cuando se coronó emperador el
2 de diciembre de 1804 vestía una capa purpura adornada con abejas doradas.
Naturalmente,
que una GLUI fuertemente comprometida con la realeza y los intereses del
imperio británico no deseaba compartir blasón con el imperio francés y eliminó
la colmena y la abeja de su simbolismo y decorado, sin importar que la alegoría
ya había atravesado el Atlántico y el Canal de la Mancha y arraigado en América
y Europa continental en donde todavía se utiliza.
Ha
sobrevivido hasta la fecha un ritual del tercer Grado que ya no se usa pero que
era utilizado en el siglo XVIII por la Royal Cumberland Lodge No.41, fundada en
la ciudad de Bath, Inglaterra, en 1785, que trae el siguiente texto sobre la
colmena:
"La colmena nos enseña
que, habiendo nacidos como seres racionales e inteligentes, también debemos ser
trabajadores, y no permanecer ociosos ni mirar con indiferencia apática ni
siquiera al más mezquino de nuestros semejantes cuando se encuentre en estado
de angustia si está en nuestro poder ayudarlos sin detrimento de nosotros
mismos o de nuestros cercanos. La práctica constante de esta virtud se ordena a
todos los seres creados, desde el más alto del cielo hasta el más
insignificante reptil que se arrastra en el polvo ".
Por
su parte, el estilo Masónico Preston-Webb de finales del siglo XVIII, que es de
donde se origina la versión mayoritariamente practicada en los Estados Unidos, explica
la colmena como un símbolo del trabajo y la cooperación, y como advertencia
contra la pereza intelectual afirma que “se
degrada a sí mismo el que no busca sumar al conocimiento común. Y puede ser
considerado como un zángano en la colmena natural, un miembro inútil de la sociedad
e indigno de nuestra protección Masónica”.
Visto
lo anterior, podemos ver en el simbolismo de la colmena, el modelo transversal
ideal para todos los métodos Masónicos en uso. Es decir, la interacción
simbiótica, estrecha y continua entre Masones pertenecientes a diferentes o
similares mapas doctrinales.
O,
mejor dicho, constatar en su existencia logial el néctar natural e
imprescindible de una solidaridad fraternal impregnad de acción. Siempre
recordando que, como enseñaban las abuelas, “si
a la colmena le va bien a la abeja le va bien”.