viernes, 30 de noviembre de 2018

“ENTRE LA POSICIÓN DOMINANTE Y EL PESO DE LA TRADICIÓN"

Escudo de la Universidad Libre
de Bruselas - 1834 -
                   
En el marco de la celebración del “Año de Francia”, el Grupo de Investigación Interdisciplinaria sobre la Masonería de la Universidad Libre de Bruselas, que cuenta con seis Premios Nobel y una Medalla Fields, organizó el 26 de noviembre de 2018, una jornada sobre la Masonería francesa y belga con perspectiva histórica comparativa. En el evento participaron el Gran Maestro del Gran Oriente de Bélgica (1833), investigadores universitarios de ambos países y Alain de Keghel, miembro de la “Sociedad Europea de Estudios e Investigaciones Escocista” (SEURE).
                             
Por considerarla de interés general, y debidamente autorizado por su autor, me permito publicar la conferencia pronunciada por Alain de Keghel.
               
IHM.
        
          
"CONTRASTES MASÓNICOS: ENTRE LA POSICIÓN DOMINANTE Y EL PESO DE LA TRADICIÓN."
        
Por Alain de Keghel
         
Acabamos de escuchar presentaciones que ambientan perfectamente el panorama Masónico en Bélgica y en Francia a partir de una serie de claridades ricas en diversidad y basadas en rigurosas fuentes históricas. También es un reflejo de lo que yo llamaría la galaxia Masónica. En esencia, ella es a la vez universal y polimórfica. Por lo tanto, a menudo difícil de entender a través de las lecturas clásicas.
            
Alain de Keghel
Por mi parte, me corresponde tratar de abordar en el contexto internacional lo que yo llamaría las tensiones entre fuerzas centrífugas y fuerzas centrípetas. Algo que también se aplica a las relaciones interobedenciales entre los cuerpos Masónicos más allá de las fronteras de los dos países en consideración, en las que el peso de la doxa en estado puro no es lo único que se debe tener en cuenta. Sin detenerme en las diferencias doctrinales, prefiero mantener el peso de los intereses geopolíticos desde casi los orígenes de la Orden Masónica. Michel Barat, ex Gran Maestre del GLDF, escribió al respecto: "La historia no es una exploración del pasado; es más bien una actualización de lo que hicimos ayer para revelar quiénes somos hoy”
          
Volvamos, pues, por un momento a las premisas de las tensiones internacionales que pesan y pesarán bastante sobre la Orden Masónica. Desaguliers, hijo de un pastor protestante de La Rochelle, obligado a exiliarse por la revocación del Edicto de Nantes en 1685, desempeñó un papel clave marcado por una hostilidad sin medida a la memoria de Luis XIV y a su despotismo. Desde 1714, trabaja junto a Isaac Newton en la Royal Society, y forma parte de una tendencia marcada por la evolución de los principios y metodologías de la filosofía natural. Gran Maestre de la Gran Logia de Londres desde 1719, él y su sucesor, el Duque de Montagu, construyeron el fermento de la masonería. A partir de entonces, la Orden se organizará como una fuerza social y política que no tardará mucho en reclamar la supremacía de Londres sobre todas las logias que, para ser "reconocidas" o "regulares", debían obedecer los cánones decretados en Londres. Esto da lugar a normas de reconocimiento, y estamos llegando al meollo del debate aquí, de las que las potencias Masónicas belgas y francesas, por supuesto, no son inmunes. Además, los primeros francmasones en Francia fueron inmigrantes británicos, incluyendo a los jacobitas que eran partidarios de la dinastía Stuart que fue expulsada del trono. Las fuerzas centrífugas Masónicas están, además, tan presentes en el Reino de Francia que la Gran Logia de París, conocida como la Gran Logia de Francia, luchará para establecer una apariencia de autoridad sobre todo el Reino. Sin embargo, una dinámica Masónica singular está emergiendo rápidamente en Francia. En 1814, un año después de la creación de la Gran Logia Unida de Inglaterra (GLUI), el Gran Oriente de Francia (GODF) tenía 886 logias mientras que Londres al final de la crisis entre los Modernos y los Antiguos tenía sólo 647.
         
Las rivalidades franco-británicas con sus grandes problemas geopolíticos también encuentran su expresión en el campo Masónico. No es ni el apoyo decisivo dado por Francia bajo Vergennes a los insurgentes en las colonias inglesas de América del Norte, ni el papel obvio desempeñado por los masones franceses y americanos en el logro de la independencia consagrada en Filadelfia el 4 de julio de 1776 y adquirida definitivamente tras la famosa derrota inglesa en Yorktown el 19 de octubre de 1781, lo que probablemente habría fomentado unas relaciones fraternales verdaderamente seguras a ambos lados del Canal.
             
En este sentido, todos conocemos el papel desempeñado por La Fayette y George Washington, ambos eminentes masones, en una dinámica en la que Benjamín Franklin fue también una parte significativa, siendo a la vez el representante diplomático de la joven nación americana y por un tiempo Venerable Maestro de la prestigiosa logia de las Nueve Hermanas. Por lo tanto, no es de extrañar que la rivalidad diplomática y militar franco-británica también tenga un impacto duradero en el campo Masónico continental europeo.
            
La GLUI vela, en efecto, celosamente por su campo publicando unos Landmarks cuya configuración evolucionará en función de los intereses en juego para establecer una indiscutible preponderancia universal a largo plazo. A pesar de la rápida y dramática disminución de sus miembros, la GLUI sigue empeñada en considerarse a sí misma como la Gran Logia madre a la que todavía se refiere el 97% del total de las Grandes Logias del mundo.
            
En Francia, el GODF, heredero desde 1773 de la Gran Logia de París, reivindica sin embargo su historicidad y un peso político que siempre ha pesado, más o menos, al demarcarse de Londres, en especial desde que en 1877 su convento abolió la obligación de referirse al Gran Arquitecto del Universo y a un Dios revelado. Sin embargo, previamente se habían establecido contactos exploratorios con Londres en un intento de satisfacer la ambición de universalidad proclamada por la Orden. Sabemos que el GODF se había negado finalmente a reconocer la obvia anterioridad de la Gran Logia de Londres, hasta tal punto que nunca en la historia las obediencias francesas y británica establecieron relaciones oficiales. La creación, en 1913, de la Gran Logia Nacional de Francia "regular" y el eterno gran abismo entre las dos opciones liberales o "regulares" no ayudará.
                 
No volveré aquí, salvo para referirme a las presentaciones escuchadas anteriormente. Me repito. Mis comentarios sobre estos antecedentes históricos se limitarán a tratar de evaluar el efecto del antagonismo franco-británico a nivel internacional y, en este caso, más concretamente en Bélgica y en Francia. No me detendré en la masonería belga original, la del Marqués de Garges, Joseph Bonaventure du Mont, o la de la Gran Logia provincial de los Países Bajos austriacos. Por otra parte, las sombras de la Revolución Francesa de 1789, la Batalla de Fleurus de 1794 y el paréntesis francés, hasta 1813, dejaron sin duda su huella en el espacio Masónico.
                   
La masonería belga, a pesar de sus amigos franceses, está demasiado a menudo convencida de que fue la primera en inventar una "laicidad a la francesa", obviamente incomparable. Esta masonería fue liberada de la referencia obligatoria a un Dios revelado y a la inmortalidad del alma ya en 1872, tres años antes del Convento del GODF. El otro paréntesis, el del Reino de los Países Bajos (1815-1830), y el advenimiento de la Gran Logia meridional en 1818 parece haber tenido un efecto menor, ya que este período fue menos significativo en términos de prosperidad Masónica comparado con el período francés.
                   
Si los francmasones belgas y franceses continúan manteniendo estrechas relaciones internacionales bilaterales - con predominio en Valonia y Bruselas, pero también en Flandes, a través de hermanamientos entre logias, numerosas y activas - las diversas obediencias y potencias Masónicas de los dos países se encuentran, sin embargo, en una situación de competencia más o menos frecuente en la escena Masónica internacional.
                    
Es cierto que las cifras concuerdan con la demografía de los dos países. El GODF tiene unos 58.000 miembros y la masonería francesa unos 180.000. El Gran Oriente de Bélgica, la principal obediencia belga, tiene unos 10.000 miembros para un total de 26.000 masones belgas, si mis datos están actualizados. Pero la masonería belga pesa objetivamente mucho más que lo que sugerirían sus estadísticas, incluso cuando se reconocen, más o menos, como el GODF, en los mismos valores de la llamada corriente liberal, o adogmática en un nuevo neologismo destinado a evitar los malentendidos que el término "liberal" puede generar
                 
Estas obediencias, sin embargo, profesan muy legítimamente su propia reivindicación de identidad, sin dudar en afirmarse en la escena internacional con posiciones que a veces las ponen en competencia o en fuente de emulación. Lo hemos visto en varias ocasiones desde la creación de CLIPSAS en Estrasburgo en 1961, así como en varios niveles europeos en el marco de las estructuras que se han creado a lo largo de los años para asegurar la coordinación y dar a la Orden Masónica un lugar en la Europa de los Veintiocho.
                      
Pienso en la Asociación Masónica Europea (AME), pero también en COMALACE, para
Universidad Libre de Bruselas - 1834 -
mencionar sólo dos ejemplos emblemáticos en los que la competencia prospera y puede considerarse como un generador de avances más allá de las posturas, a veces "seguras y dominantes", por las que los franceses son muy criticados. En otras palabras, el universo Masónico franco-belga no escapa totalmente a ciertos estereotipos o fenómenos bien conocidos en el mundo profano. Sin embargo, y quiero concluir con esta observación optimista, la proximidad franco-belga es excepcional y ha hecho maravillas en muchas circunstancias. Tomaré como ejemplo la iniciativa conjunta de las Jurisdicciones de los dos países de crear en 1975 los Encuentros Internacionales de los Altos Grados Escoceses, que desde entonces se han extendido a todo el planeta y en cuyo marco, hasta hace muy poco, la concertación franco-belga fue maravillosa al crear de esta manera una plataforma significativa para el diálogo Masónico internacional verdaderamente universal. Apostamos a que estos logros recuperarán el lugar que ameritan.
                  
Al titular mi declaración como lo he hecho aquí, quería introducir una serie de matices en la comprensión apropiada de un contexto Masónico internacional a menudo incomprendido. Que no figura, al menos en Francia, entre las prioridades de los dignatarios obedienciales cuyos breves mandatos se basan en tácticas electorales que no traspasan los límites hexagonales de su órbita obedencial. Esto puede explicar también por qué los centros de decisión Masónicos belgas y franceses, aunque comparten esencialmente las mismas opciones filosóficas, además del peso de sus respectivos entornos históricos, culturales y políticos, no necesariamente convergen en sus estrategias y cada uno juega su propia partida de forma natural sin perder de vista sus intereses comunes.
              
Esta observación es particularmente evidente en el campo de la erudición y la investigación. Así, desde 2007, Bruselas, la capital europea, alberga la sede de la Société d'Etudes et de Recherches (S.EU.RE), un "aisbl" independiente de derecho belga que, bajo un impulso principalmente franco-belga, se creó en la Europa de los Veintiocho y llegó a reunir a investigadores de la Europa y de Turquía.
                 
Ella se ha instalado en un paisaje editorial muy competitivo y disputado, un poco elitista, digamos claramente, con la publicación multilingüe KILWINNING. Doy las gracias a nuestro amigo y anfitrión de hoy, Jeffrey Thyssen, por el papel que ha estado dispuesto a desempeñar desde el principio en esta bella aventura.
                  
Me limitaré a este breve resumen, pero nuestros debates sin duda nos permitirán completarlo.
                  
Gracias por su atención.
       
                                
          
Bruselas, Bélgica
Nov. 26/2108
            
             
                   
 

miércoles, 31 de octubre de 2018

PANAMÁ TIENE LA PALABRA… SI ES QUE LA TIENE…

           
Por Iván Herrera Michel
        
Se celebra en Panamá, del 14 al 17 de noviembre de 2018, la XVI Conferencia de Grandes Logias Regulares del Mundo. Todas muy en lo suyo, orgullosas de ser masculinas y de no relacionarse con Masonas ni con cuerpos “irregulares”. Lo que a la luz de los nuevos acontecimientos comienza a ser percibido con sonrisas.
                      
Ya nos referimos en artículo anterior a la sorpresiva conversión en mixta de la Gran Logia Unida de Inglaterra el 17 de julio de 2018, cuando anunció que en lo sucesivo Iniciará mujeres que se hayan cambiado en hombres y no expulsará a Masones que se conviertan en Masonas.
               
Lo que en la práctica significa que tendremos que acostumbrarnos a ver tacones altos en la 60 Great Queen St, de Londres, y que en Panamá estará una Gran Logia mixta que puede retirarle el “reconocimiento” como “regular” a las demás si se relacionan con otras mixtas.
                 
Vivir para ver, diría un viejo Masón que conozco.
                
Por otra parte, y no es un tema menor, en Paraguay hace unos días se tomaron decisiones desde el escocismo con alcances en las relaciones entre las Grandes Logias de la Conferencia Masónica Interamericana (CMI), que hasta hace muy pocos años nadie hubiera imaginado.
                   
De manera puntual me refiero a que durante los días 28 y 29 de septiembre de 2018 se celebró en Asunción, Paraguay, la X° Reunión de la “Alliance Internationale de la Maçonnerie Ecossaise” (AIME), bajo la égida del Supremo Consejo de Francia en calidad de Secretario General permanente.
               
En esta oportunidad, actuó como Presidente anfitrión de veintisiete Supremos Consejos asistentes de América, Europa, Asia y África, y otros seis más representados por poder, el “Supremo Consejo de los Antiguos Libres y Aceptados Masones del REAA del Paraguay”, presidido por su SGC:. José Ismael Candía.
                     
Dicho sea de paso, de mi país es miembro activo de la AIME el “Supremo Consejo del Grado 33° para Colombia” con una historia permanente desde 1833, cuando fue fundado con el nombre de “Gran Oriente y Supremo Consejo Neogranadino”, con Carta Patente del “Gran Oriente de Francia” del 14 de agosto de 1851. Este Supremo Consejo cambió su nombre, sin interrumpir nunca sus trabajos, en desarrollo del tratado de fusión de agosto de 1938 firmado con el “Supremo Consejo Central Colombiano” (1864), que abatió columnas el 25 de septiembre del mismo año para que sus miembros se integraran al primero. 
                        
En Paraguay se profundizaron dos tendencias que tocan directamente el universo de Grandes Logias reunidas en noviembre en Panamá. A saber:
                      
1) Con la incorporación en Asunción del “Supremo Consejo Federal de la República Argentina” a la AIME, la “Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones” sigue el ejemplo de la “Gran Logia de Bolivia” que nutre las Columnas de tres Supremos Consejos en La Paz, Santa Cruz de la Sierra y Cochabamba. Uno de la amistad del “Supremo Consejo para la Jurisdicción Sur de Estados Unidos” y dos de la amistad del “Supremo Consejo de Francia”, considerado “irregular” por el primero desde 1964.
                       
Con el complemento, de que ello no impidió a los miembros de la CMI elegir, el 12 de abril de 2018, a la “Gran Logia de Bolivia” para presidirla por los próximos tres años.
                       
Ahora el turno es para los Maestros de la “Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones” que podrán elegir entre el escocismo que ofrece el “Supremo Consejo Grado 33° para la República Argentina del Rito Escoces Antiguo y Aceptado”, de la amistad del Supremo Consejo para la Jurisdicción Sur de Estados Unidos, y el que brinda el “Supremo Consejo Federal de la República Argentina”, de la amistad del “Supremo Consejo de Francia”.
                         
2) Por otra parte, llama la atención la labor en que está empeñada la AIME desde el año 2017 para uniformar los rituales de sus treinta y seis Supremos Consejos con base en los que practica el “Supremo Consejo de Francia”. En esta tarea, según declaraciones de su “Comisión de Rituales”, se han examinado más de 300 de ellos y se están adelantando cambios en los que no se ajustan.
                        
La idea central parece ser que sus Logias concuerden con las del “Supremo Consejo de Francia” en cuanto a decoraciones, pinturas, títulos, participantes, edades, joyas, puesta en orden, toques, baterías, marchas, palabras, aclamaciones, duración de los trabajos, enseñanzas de los grados, y adopten un “trazado esotérico” basado en un mito de origen del universo establecido desde la Rue Puteaux de París.
                         
Nunca antes se había intentado una unificación de esta magnitud, que paradójicamente se presenta en medio de reflexiones que uno pensaría, en principio, podrían traer vientos de descolonización de una buena parte de la Masonería, sometida con la imposición centralizada de Criterios Fundamentales para el Reconocimiento, Criterios de Regularidad, Principios Básicos para el Reconocimiento, Estándares de Regularidad. Etc.
                                              

De todos modos, Panamá tiene la palabra… si es que la tiene…

martes, 16 de octubre de 2018

PEDAGOGÍA MASÓNICA

                   
Por Iván Herrera Michel
                                   
Ponencia presentada el 29 de Septiembre de 2018 (E:. V:.), en la Asamblea extraordinaria de la Orden Francmasónica Universal celebrada en Pomptom Planes, New Jersey, USA, siendo anfitrionas la Gran Logia de Habla Hispana en los Estados Unidos de América, la Omega Grand Lodge of New York y la Grande Loge Haitienne de Saint Jean Des Orient D'Ultramer of New York.
                             
(Saludos protocolarios y fraternales)
                       
Louis Daly, Nadja Gordon y Gloria Sabido
Grandes Maestros Anfitriones
Mis Queridas Hermanas. Mis Queridos Hermanos.
                  
Ante todo, gracias por aceptar que comparta con ustedes en New Jersey unas cuantas reflexiones sobre lo Masónico, y, sobre todo, por haberme permitido conocer unas ponencias tan magnificas como las que he escuchado hoy.
              
Hablemos de como hace pedagogía de lo suyo, la Masonería.
               
Para mí, lo Masónico es muy sencillo, es íntimo, es bastante útil y es profundamente moral.
                
En lo básico, común y simbólico, se trata de una metáfora creativa de la construcción de sí mismo y de nuestras sociedades utilizando progresivamente las herramientas de la albañilería, de acuerdo con los niveles organizacionales de este oficio.
                  
A lo que añadimos una teatralidad sobre un asesinato legendario por parte de un pequeño grupo de hipócritas motivados por la ignorancia y la ambición. Paro lo cual, la pedagogía que utiliza la Masonería se vale de un juego de roles, mediante el cual se hace actuar al futuro Maestro en un guion que sigue este sicodrama.    
                    
En lo público y visible, la metodología Masónica propone un perfeccionamiento moral, individual y social de la persona, con una implicación humanista que debe proyectarse a la sociedad en general, a nuestros espacios profesionales, laborales, familiares...

En este sentido, somos Maestros y pedagogos del nuevo tipo de ciudadanía y de sociedad que anhelamos.

En lo íntimo y personal, la pedagogía Masónica nos orienta a un conocimiento profundo de nuestra realidad interior en tanto seres trascendentes, para estimular el nacimiento de una persona nueva. Nos guía hacia un antes y un después.

Es decir, que la pedagogía Masónica implica una labor de doble vía.

Por un lado, una de Introspección o de mirada hacia el interior de nosotros mismos, y por el otro, una mirada prospectiva que es, como lo define el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, una “exploración de posibilidades futuras basada en indicios presentes”.                                                             

Estas dos clases de pedagogía (exotéricas, con X y esotéricas con S), mezcla de teatro y filosofía, componen la que utilizan las Logias con una clara intención Iniciática. Es decir, como una experiencia decisiva de transito que inicia progresivamente, Grado tras Grado, un nuevo orden de sensibilidades. Para ello, la Orden recurre a unos rituales, a unas ceremonias, a unos símbolos y a unas alegorías.

Ejercicios Masónicos que, en honor a la verdad, puede seguir cualquier persona, sin importar su sexo, su orientación sexual, el color de su piel, si posee una ideología de derecha o de izquierda, si profesa una religión o ninguna, si ejerce una profesión o un oficio, si tiene mucho, poco o ningún bien material, si es un veinteañero o un octogenario, o si es un atleta o un minusválido funcional, por ejemplo.

Ya que la práctica de pasar de una oscuridad a una claridad no es monopolizable y la herencia de la tradición Masónica es un patrimonio inmaterial e intangible de la humanidad.

Que una Logia abra o cierre el pórtico de su templo con base en prejuicios o discriminaciones, no ha sido nunca una buena política en el camino de construir una humanidad con más libertad, con más igualdad y con más fraternidad que las que nos tocó en suerte. Ni en el de hacer énfasis en los intereses compartidos de la humanidad para un mundo más pacífico, más saludable y, más respetuoso de la diferencia.

Un punto importante de partida, para abordar el tema de la pedagogía Masónica es el reconocimiento del hecho incontrovertible de su aproximación al conocimiento ético, científico y sociológico sigue manteniendo validez. La libertad de pensamiento, la ética incluyente y el respeto por la diversidad de las concepciones y las posturas ajenas es un requisito mínimo de socialización en un mundo globalizado que, contando con un crecimiento poblacional desbordado y procesos migratorios dinámicos, juntan modelos culturales diversos en una misma sociedad.

Como dice René Hubert en su “Historia de la Pedagogía”: “El problema de la educación es el problema del destino del hombre”.

Es natural que el contar con un pensamiento libre y con unas buenas costumbres, como atributo de la personalidad, sea el distintivo de las personas que ingresen a la Masonería.

No obstante, aunque este sello de carácter debe acompañar la aceptación y la permanencia en las Logias, no debe ser tomado, en sí mismo, como un objetivo general de la Orden. Es tan solo, la necesaria plataforma sobre la que habrá de levantarse el edificio de la construcción personal y grupal.

Cualquiera que sea la ocupación del nuevo Masón – abogado, arquitecto, pintor, comerciante, médico, músico, pastor, peluquero, ingeniero, filósofo, rentista de capital, astronauta, contador, militar, industrial, piloto, cura, periodista, etc. –, en el Taller Masónico debe tener la posibilidad de acrecentar su formación personal y académica con otra adicional de corte humanista que permita potenciar la propagación de aptitudes útiles en la conformación de una sociedad más justa e igualitaria.

Este es el núcleo fundamental del asunto.

No es sencillo diseñar un programa de instrucción en la Masonería. Entre sus miembros existen desniveles en su formación, así como diferencias culturales originadas en las diversas procedencias geográficas de cada uno de ellos, distintas motivaciones para pertenecer a la Orden, y cada quien ingresa con una maleta llena con su pasado, sus valores y sus convicciones.

Algunos Masones son estudiosos de los textos básicos y continuamente encuentran nuevos contenidos en su redacción, otros son imprescindibles para la buena marcha del componente social del grupo, otros llegaron a la Orden buscando un camino esotérico, otros tienen una formación sicológica militar, otros quieren cambiar el mundo hacia una dirección más liberal, otros quieren conciliar su formación religiosa con los predicamentos Masónicos, otros consideran que la Orden es un grupo de opinión, otros que es un taller de pensamiento, otros quieren hacer obras filantrópicas, a otros les parece agradable estar entre todos los anteriores, y así un largo etc.

Por su parte, cuenta la Masonería entre sus normas universales, en sus tres primeros Grados, con dos funcionarios expresamente señalados para servir de guía en la formación de los nuevos miembros, actuando de paso como una especie de tutores e intermediarios entre estos y las directivas de la Logia.

Para el éxito de esta relación “tutorial”, es ideal mantener una línea de comunicación abierta que permita la confianza de los neófitos y la detección oportuna de problemas en su formación Masónica. Siempre en un clima de absoluto respeto y de amplia tolerancia cuando se presenten novedosas interpretaciones como resultado del discurso Masónico a la luz de nuevos paradigmas del conocimiento científico y la reflexión filosófica.

Al fin y al cabo, las respuestas institucionales de la Orden deben estar acordes con la satisfacción de la demanda humanista de la sociedad, como eslabones de una misma cadena progresista, y son precisamente estas nuevas lecturas las que sirven de combustible a la evolución del pensamiento.

De la misma manera, las ayudas audiovisuales y las consultas frecuentes a la Internet, deben ser exigidas a los Aprendices y Compañeros en la preparación y presentación de sus trabajos, así como también deben constituirse en herramientas frecuentes para los Maestros Masones en la configuración de una imagen no anacrónica de la Masonería y de sus miembros.

Es bastante seguro que los nuevos Masones provengan de contextos académicos universitarios en donde la educación va de la mano con los avances de la tecnología, la Web sea reputada como la principal fuente de conocimientos, y el descalificarlas sea símbolo de atraso. Esta última desconfianza tiene sus orígenes esencialmente en el cambio de época que venimos atravesando.

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Hoy practicamos la Masonería en la mejor etapa de la humanidad. Y lo digo a pesar de que diariamente veo la cantidad de violencia que muestran los noticieros, los periódicos y las revistas. Y también lo digo, a pesar de que conozco más violentologos que pazologos, que me podrían inclinar a mermar mi confianza en la humanidad.

Pero lo cierto es que, por primera vez en la historia de la especie humana, muere en el mundo más gente por obesidad que por hambre. Mueren más personas de vieja que por epidemias. Y los accidentes matan más individuos que todas las clases de violencia sumadas. El pensador Yuval Noah Arari, demostró en su libro, “21 Lecciones para el Siglo XXI” (Penguin Random House Grupo Editorial España, 30/08/2018) que en las antiguas sociedades agrícolas la humanidad causaba hasta el 15% de las muertes. En el siglo XX, la violencia mató el 5% de las personas. Hoy la violencia de todo tipo es responsable del 1%.

Hemos avanzado penosamente y falta mucho por hacer. Pero creo que el mayor triunfo de la Orden Masónica es que sembró, y ayudó a sembrar, las semillas de las ideas básicas que dejaron su huella en los últimos tres siglos, en infinidad de grandes y pequeñas corporaciones, tribunales, tratados, universidades, ONGs, Etc., que hoy las defienden con ardor.

La pedagogía Masónica siempre ha funcionado mejor cuando ha logrado contar con densidad humanista en una sociedad, y cuando ha luchado por los derechos de las personas, de los colectivos y de los pueblos.

Los Masones latinoamericanos tenemos la obligación de hacer pedagogía en nuestras sociedades, en la común tarea de construir un mundo mejor.

Tenemos obligaciones pedagógicas, frente a la violencia contra las mujeres, sus menores salarios frente a igual trabajo que el hombre y la negación del derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos.

Tenemos obligaciones pedagógicas, para fortalecer los valores y los derechos de las diferentes formas de familias, sean heterosexuales u homosexuales, propiciando un relacionamiento incluyente e igualitario.

Practicando y enseñando a nuestros hijos que no se debe agraviar ni desconocer el derecho a la igualdad del que ama diferente.

Tenemos obligaciones pedagógicas, frente a las migraciones de todos nuestros países, sin excepción, que, desde la década de los 60s del siglo pasado, se dirigen a Europa, Australia y Estados Unidos, huyendo de las dictaduras militares, la violencia y la pobreza, o buscando mejores horizontes para sus hijos.  

Tenemos obligaciones pedagógicas, frente a la migración de venezolanos y nicaragüenses, huyendo de las dificultades económicas de sus naciones, a quienes debemos recibir sin discriminaciones, creando oportunidades de integración social con apego a una sólida línea humanista y un indeclinable respeto a sus derechos fundamentales al asilo, a la vida, a la salud, al trabajo, a la igualdad, al buen nombre, a la honra, a la intimidad, al libre desarrollo de su personalidad, a no ser objeto de esclavitud, servidumbre ni trata de seres humanos, a la libertad de culto y de expresión, a la paz, a presentar peticiones a las autoridades, a circular libremente por nuestros países, a un debido proceso con las garantías necesarias para ejercer su defensa, a la libertad y a reunirse y asociarse.

Tenemos obligaciones pedagógicas, frente a los discursos populistas de derecha y de izquierda que promueven totalitarismos, odios y miedos.

Tenemos obligaciones pedagógicas para no convertir la Masonería en una cuestión exótica, trivial y etérea, que solo exista en nuestra imaginación, soportada por creencias extrañas y pseudociencias.

Y, sobre todo, tenemos obligaciones pedagógicas para conservarla como algo que propicia que quienes accedemos a ella no nos mitifiquemos a nosotros mismos.

Para que comprendamos que la violencia verbal y los discursos de odio, como el bumerang, siempre vuelven a quien lo lanza.

Para que no seamos insensibles al dolor que podemos ocasionar.

Para concebir las relaciones sociales en un marco abierto y cooperativo.

Y para que la historia no nos recuerde como la generación Masónica de los Masones indiferentes.


Muchas Gracias.

New Jersey, USA.
Sept. 29 de 2018 (E:. V:.)

martes, 2 de octubre de 2018

MICROMACHISMOS EN MASONERÍAS MIXTAS Y FEMENINAS

   
Por Iván Herrera Michel
             
La expresión “Aprendiza Masona” a la que me referí en anterior post, ha dado lugar a verdaderas acrobacias semánticas para negar su corrección gramatical.
             
Y recuerdan las piruetas sexistas más conocidas hoy en día en la Orden, que corren por cuenta de la Gran Logia Unida de Inglaterra que niega ser mixta a pesar de haber aceptado en sus Logias a “hombres que devienen en mujeres” y a “hombres que fueron antes mujeres”; y del Gran Oriente de Francia, que también niega ser mixto a pesar de tener casi cuatro mil Masonas a bordo.
                 
En medio de todo esto, me llamó poderosamente la atención un correo que luego de anotar las razones que ha conocido el autor para justificar el patriarcado Masónico, el masculinísmo en rituales, la discriminación de género y la resistencia a utilizar el femenino de una palabra (aun cuando sea gramaticalmente correcto), pasó a reseñar el micromachismo que ha observado en Obediencias mixtas y femeninas, mostrándome que allí también se cuecen habas a calderadas.
               
Al parecer, no solo es cuestión de estar de acuerdo con que se Inicien mujeres en igualdad de condiciones y oportunidades que los hombres, sino que además hay que estar revisando empáticamente las formas, el trato y las decisiones.
                 
El concepto de micromachismo se lo debemos al psiquiatra y psicoterapeuta Luis Bonino Méndez, director del Centro de Estudios de la Condición Masculina de Madrid, quien en 1990 dio nombre a prácticas, en ocasiones inconscientes e imperceptibles, legitimadas por el entorno, que “producen un daño sostenido a la autonomía femenina”.
                 
Para no alargar este escrito, voy a relacionar
Sede de la Real Academia en
 Madrid, España
algunos micromachismos observados hasta en las más cuidadosas Obediencias mixtas y femeninas, advirtiendo de antemano que he constatado que cada expresión esté en concordancia con lo dispuesto por el “Diccionario de la lengua española”, por la “Nueva gramática de la lengua española”, por la “Ortografía de la lengua española” y por el “Diccionario de autoridades”, que publica la Real Academia de la Lengua Española (RAE) en asocio con las otras veintitrés agrupadas en la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), además de por la cuarta versión (2016) del “Diccionario de uso del español” de María Moliner. 

Veamos:
                       
La Masón: Lo correcto es decir "la Masona". La RAE incluye la palabra en su diccionario.
                       
La Aprendiz Masón: Lo correcto gramaticalmente es decir “La Aprendiza Masona” porque ambas palabras están aceptadas por la RAE. Además, debe haber concordancia de género entre el artículo, el adjetivo y el sustantivo.
              
La Gran Maestre: el diccionario de la RAE explica que “Maestre” es un vocablo masculino en todos y cada uno de sus significados. Cuando una mujer ocupa la Gran Maestría, lo correcto es llamarla “Gran Maestra”. Cuando es un hombre, se le puede llamar “Gran Maestre” o “Gran Maestro”.
                       
La Venerable Maestro: Lo correcto es la expresión “La Venerable Maestra”, por concordancia de género entre el artículo, el adjetivo y el sustantivo
               
La Primer Vigilante: Lo correcto es decir “La primera Vigilante”. No se considera un buen uso del español apocopar los adjetivos ordinales ante sustantivos femeninos.
                 
La Juez, la Elegido, la Electo, la Arquitecto, la Perfecto, la Príncipe, la Soberano, la Escocés, la Inspector y la Inquisidor (Por ejemplo, en los Altos Grados del REAA): Cuando se aplica a una Masona, lo correcto de acuerdo con la RAE es denominarla: la Jueza, la Elegida, la Electa, la Arquitecta, la Perfecta, la Princesa, la Soberana, la Escocesa, la Inspectora y la Inquisidora.
                     
Dama (Por ejemplo, en los Grados 13°, 15°, 17°, 18°, 25° y 30° del REAA): El femenino de “Caballero”, de acuerdo con el diccionario de la RAE es “Caballera”. La expresión deriva y hace referencia a los hombres y mujeres que pertenecieron a Ordenes medievales de Caballería investidos de armas y espada al cinto por méritos militares.
                     
Una “Dama”, según la Rae, es una “mujer noble o distinguida” y una “mujer galanteada o amada por un hombre”, que es algo muy distinto tanto en la Masonería como en el idioma español.

                     
           
                 
                       
                 
                   








                            












viernes, 31 de agosto de 2018

¿ES CORRECTO DECIR APRENDIZA MASONA?

            

Por Iván Herrera Michel

              
Me consultan continuamente sobre si es correcto decir Masona y Aprendiza. Esta vez desde Honduras con una redacción que dista mucho de ser incluyente.
          
Para decepción de quien así me requiere, debo responder que sí son correctas las expresiones Masona y Aprendiza. De tal manera que, si dice “un Aprendiz Masón”, puede perfectamente y sin incurrir en error gramatical decir “una Aprendiza Masona”. Por muy rara que le parezca la expresión.
               
Así lo dispone la Real Academia Española (RAE) en su más reciente versión oficial del “Diccionario de la Lengua Española” (Vigésima tercera – 2014. Edición del Tricentenario), publicado en colaboración con la Asociación de Academias de la Lengua Española, que agrupa las veintitrés existentes. Veamos:
           
A) Masón, na: m. y f. Miembro de la masonería.
                      
B) Aprendiz, za. 1) m. y f. Persona que aprende algún arte u oficio. / 2) m. y f. Persona que, a efectos laborales, se halla en el primer grado de una profesión manual, antes de pasar a oficial.
                
Más allá de lo anterior, que de por sí agota la consulta, a mí me llama la atención la renuencia a adaptar el idioma a realidades de igualdad y género, ya que la lengua española, como la Orden Masónica, siempre ha estado en permanente evolución.
              
De hecho, hoy muy pocos podrían leer de corrido las “Glosas Emilianenses” escritas por un monje anónimo hace algo más de mil años y consideradas el texto en castellano más antiguo que se conoce. A manera de ilustración, recordemos la homilía que aparece en su página 72. Se trata de doce renglones que el filólogo español Dámaso Alonso (Director de la RAE, miembro de la Real Academia de la Historia, Premio Nacional de Literatura de España y Premio Miguel de Cervantes), denominó “el primer vagido de la lengua española”:
                
“Con o aiutorio de nuestro / dueno Christo, dueno / salbatore, qual dueno / get ena honore et qual / duenno tienet ela / mandatione con o / patre con o spiritu Sancto / en os sieculos de lo siecu / los Facanos Deus Omnipotes / tal serbitio fere ke / denante ela sua face / gaudioso segamus. Amen.”
               
Dos siglos más tarde de las “Glosas”, hacia el año 1200 de nuestra era, hallamos en el fragmento “Tañen las campanas en San Pero a clamor”, del muy castellano “Cantar de Mio Cid” (verso 286), el siguiente español evolucionado:
              
“¡Merced, ya rey e señor, por amor de caridad! / La rencura mayor non se me puede olvidar / oídme toda la cort e pésevos de mio mal, / los ifantes de Carrión, que m' desondraron tan mal.”
               
Y como dato curioso del “Cantar”, encontramos que ya en el siglo XII el copista anónimo de la primera obra poética extensa de la literatura española diferenciaba entre “mugieres e uarones, burgeses e burguesas” al narrar el ingreso del Cid Campeador en Burgos. Algo contra lo que hoy - ochos siglos después - muchos combaten con ardor.  
               
Cuatro siglos más adelante, en 1605, Miguel de Cervantes Saavedra, en una lengua española mucho más cercana a nosotros, inició así “El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha”:  
             
“En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelo y quebrantos los sábados, lantejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda. El resto de ella concluían sayo de velarte, calzas de velludo para las fiestas, con sus pantuflos de lo mismo, y los días de entresemana se honraba con su vellorí de lo más fino.”
                
Son tres textos principales e icónicos de la lengua española que no dejan dudas acerca de su carácter progresivo. Al día de hoy, transcurridos otros cuatro siglos desde el “Quijote”, la RAE ha incorporado a su diccionario curiosas voces, como palabro, pompis, descambiar, uebos, arremangarse, norabuena, jonrón, toballa, bluyín, yin, güisqui, apartotel, quitaipón, burka, ciclogénesis, coach, establishment, gigabyte, hacker, hiyab, intranet, spa, tuit, wifi…
           
De tal manera, que son evidentes los cambios que ha ido sufriendo el idioma en fonética, fonología, ortografía, morfología, sintaxis, léxico..., y no encuentro una razón válida para pensar que no vayan a continuar al ritmo que se han venido presentando. Como tampoco conozco un argumento que me revele, en sana crítica, que la lengua si puede variar, pero no en la dirección de abrazar un lenguaje inclusivo con las mujeres.
         
Por otra parte, la RAE no ha estado exenta de críticas por discriminación de género.
          
Fundada en 1713, solo hasta 1998 (casi 300 años después) aceptó por primera vez una
María Molinar
mujer entre sus 46 miembros de número y hasta la fecha apenas han ingresado diez. Ni siquiera fue aceptada en 1972 María Moliner autora del célebre “Diccionario de uso del español”. Al no ser aceptada, declaró decepcionada al “Heraldo de Aragón” el 7 de noviembre de 1972 que “si ese diccionario lo hubiera escrito un hombre, diría: «¡Pero y ese hombre, ¡cómo no está en la Academia!”
            
La filósofa italiana Delfina Lusiardi, en su libro “Lejos de los caminos trillados (Sabina Editorial, Madrid, 2008), afirma con lucidez que “la palabra es la forma que los seres humanos dan a lo real. De esta manera lo real asume una forma. Por eso la cuestión del lenguaje es una cuestión de responsabilidad.”
              
Aunque los estereotipos limitan nuestros pensamientos a la vez que le dan forma, estoy seguro que más temprano que tarde, se diluirá el sexismo en el idioma español.
               
Y también en el sector de la Masonería que lo practica, ya que, en honor a la realidad histórica, ni siquiera existen razones válidas que lo soporten, y la Gran Logia Unida de Inglaterra desde el 17 de julio de 2018 no ve ningún inconveniente en que los transgéneros sean Masones y Masonas.