Me
pregunta un Masón brasileño si hubo aborígenes americanos en las Logias de las colonias
del nuevo mundo.
En
realidad, si los hubo de los que la sociedad política indiana española que
siguió a la conquista llamaba de “raza”
indígena con “sangre limpia”. Aunque
muy pocos, en verdad.
Pero solo
fue durante y después del primer periodo independentista de las colonias
inglesas, francesas y españolas (1780 – 1830), cuando las Logias se llenaron
de descendientes de indígenas, “de sangre
manchada”, pertenecientes a las “castas”
de los mestizos, castizos, cuarterones, zambos, zambos prietos, apiñonados, cholos,
chinos, harnizos, saltapatrás, lobos, jíbaros, albarazados, cambujos, chamizos,
zambaigos, calpamulatos, tente en el aire, no te entiendo, tornatrás, coyotes,
genízaros, jarochos, tresalbos …
Especialmente
en Latinoamérica, en donde hoy son mayoría en las Grandes Logias, con excepción
de Uruguay, con el 96% de la población sin rastros de sangre indígena, y Argentina,
en la que el 40% tampoco la tiene.
Sin
embargo, y en contra de lo que se pudiera esperar, el primer Masón totalmente indígena
del nuevo mundo no fue latinoamericano, no se Inició en el continente en el que
nació ni tampoco formó parte de una Logia independentista. Nació en lo que hoy son los Estados Unidos, se
Inició en Londres y luchó al servicio colonial del imperio británico.
Thayendangea por Charles Wilson Peale - 1797 |
Se
trató de “Thayendangea”, nacido a
orillas del Río Ohio, USA, en el mes de marzo de 1743, hijo del jefe del pueblo
Iroqués de los Mohawks que se autodenomina “Kaniengehaga”
(Pueblo del Lugar del Pedernal). Hoy los
Mohawks habitan en Estados Unidos en las reservas de Sant Regis (Nueva York), y
en Canadá en Oka, Kanesatake y Kahnawake (Quebec), y en Brantford y la Bahía de
Quinte (Ontario).
Después
de que su padre falleció en 1753, la madre de Thayendangea decidió mudarse con sus
dos hijos de Ohio a Canajoharie, en el Estado de Nueva York. Ese mismo año conoció y se casó con un Mohawk
de apellido Brant, cuya familia estaba vinculada con los británicos, ya que su
abuelo Sagayendwarahton (Old Smoke) fue uno de los cuatro jefes Mohawk que
visitaron a la Reina Ana en Londres en 1710.
El niño y su hermana adoptaron el apellido del segundo esposo de la
madre y pasaron a llamarse Joseph y Molly Brant.
Años
después, la vieja conexión del nuevo apellido con el Imperio Británico favorecerá
a Joseph Brant, permitiéndole relacionarse con el acaudalado diplomático y
político inglés William Johnson, quien a la postre se convertiría en Gran
Maestro Provincial de Nueva York y amante de su hermana Molly, con quien se
casó a la muerte de la esposa.
Con
la ayuda de Johnson, Joseph Brant se convirtió en parte del ejército británico
y a su lado peleó en la guerra franco británica que se libró en Norteamérica
entre 1754 y 1763, estudió en la Escuela de Caridad para indios, en Lebanon,
Connecticut, en donde aprendió inglés e historia europea y culminada la guerra se
convirtió a la religión anglicana.
Al
morir su protector, Brant atrajo al lado inglés de la guerra de independencia a
los pueblos Iroqueses
Mohawks, Onondagas, Cayugas y Senecas con el argumento de
que si ganaban los independentistas perderían sus tierras ancestrales. También tradujo al idioma Mohawk el Libro de
Oración y el Evangelio de San Marcos, Los Hechos de los Apóstoles y una breve
historia de la Biblia, entre otros textos.
Fue
recibido en Londres en 1776 como un alto dignatario de los indios americanos. Y estando allí, el 26 de abril de ese mismo
año, se Inició en la Logia “Hiram’s
Cliftonian”, que celebraba sus Tenidas en la taberna Falcon, en Princess
Street, Leicester Fields, bajo la jurisdicción de la Gran Logia de Inglaterra,
durante la Gran Maestría de Robert Edward Petre, 9° Baron de Petre.
La
Logia “Hiram’s Cliftonian” Levantó
Columnas en 1771 y las Abatió en 1782, y existe la leyenda de que el Mandil de
Brant fue un obsequio personal de Jorge III, que entre 1760 y 1801 fue el
tercer Rey Hannover de Gran Bretaña e Irlanda, y el primero en hablar en inglés
de esa dinastía tan cercana a los Masonería de los Modernos.
En
la Inglaterra de finales del siglo XVIII Joseph Brant se convirtió en una verdadera
atracción. Era la encarnación viva del
mito del “buen salvaje”, que para esos
años comenzaba a propagar la Ilustración (John Locke, Jean-Jacques Rousseau,
Joseph-Marie Loaisel de Tréogate…) y viajeros como James Cook.
De
regreso a América y al servicio de las tropas británicas, Brant se enfrentó a
los “Padres fundadores de los Estados
Unidos de América” en la guerra de independencia (1775 – 1783), en donde se
distinguió por una tan exagerada crueldad con los prisioneros antes de
asesinarlos, que hasta los mismos oficiales de Gran Bretaña lo acusaban de poco
ajustado a los usos de la guerra.
Monumento en memoria de Joseph Brant - Brantford (Ontario) - 1886 |
No
obstante, cuenta otra leyenda que luego de la rendición de las fuerzas
independentistas en la batalla de Cedars en el Rio San Lorenzo, en 1776, Brant
le perdonó la vida al Capitan patriota John McKinstry, miembro de la Hudson
Lodge No.13 de Nueva York, después de que se identificó como Masón. Brant y McKinstry se convirtieron en grandes
amigos y en 1805 visitaron juntos la Logia Hudson No. 13, en donde se les tributó una fraternal
acogida. Hoy de sus paredes cuelga un
retrato de Brant.
Brant
se afilió y presidió la Logia No. 11, en
el pueblo Mohawk en Grand River, y posteriormente se afilió a la Barton Lodge
No.10 en la ciudad de Hamilton, Ontario.
El
24 de noviembre de 1807, murió en su casa en la cabecera del lago Ontario (hoy
ciudad de Burlington, Ontario), a la edad de 64 años, después de una breve
enfermedad. Sus últimas palabras,
dirigidas a su sobrino adoptivo John Norton, reflejan su compromiso con su
pueblo: "Ten piedad de los indios
pobres. Si tienes alguna influencia con
los grandes, trata de usarla para su bien".
En
1850, sus restos fueron transportados en hombros a lo largo de 55 kilómetros
por jóvenes Mohawks de Grand River a una tumba en “Her Majesty's Chapel” en Brantford.
Desde
entonces, allí reposan los restos del H:. Thayendangea, el primer aborigen americano
en ser Iniciado en una Logia Masónica.