viernes, 1 de agosto de 2014

¿PARA QUE SIRVEN LOS BLOGS MASÓNICOS?

  
Por Iván Herrera Michel
  
Un veterano Masón panameño, al parecer con varias décadas y alta graduación en la Orden (circunstancias que menciona cumplidamente), me ha hecho llegar, con cierto escepticismo, la pregunta que da origen a esta publicación, y yo le he contestado, palabras más palabras menos, que sigo pensando que la web 2.0 es algo irremediable. 

Porque no creo que alguien en su sano juicio piense que vamos a volver a un mundo sin tecnología ni redes sociales virtuales, a menos que tenga la sospecha de que se va a producir una catástrofe que nos devuelva al paleolítico. De otra manera, la humanidad (y en ella, los Masones y Masonas), seguirá frecuentando con mayor constancia el computador y navegando por Internet, que es el canal de comunicaciones y contenidos más grande y el de mayor crecimiento que jamás haya existido.  

En la "nube" se han “montado” alrededor de 200 millones de blogs desde el año 2001 en que se popularizaron, de los cuales unos cuantos cientos son “Masónicos”.  Yo he creado el mío en 2007, y por haber estado allí siete de los trece que lleva el fenómeno, puedo decir que los de la Orden son muy diferentes a otros de divulgación científica, análisis literario, superación personal, opinión política, comentarios deportivos, de noticias,  chismes, comida, moda, salud, educativos, corporativos, Etc.   

La fuente de los temas de mi blog suelen ser los debates entre los Hermanos de mi Logia o
los que constantemente se presentan en las Masticaciones de mi Obediencia, matices de los rituales que suscitan nuevas inquietudes, tópicos sobre los que surge el deseo de profundizar, libros y revistas que he leído o releído, noticias del planeta Masónico, correspondencia recibida, preguntas de los lectores o correos como el del Masón veterano que motivó estas líneas

Los temas más controvertidos y comentados tienen que ver con la exclusión de los ateos, la Iniciación de la mujer en pie de igualdad, los Masones homosexuales, y la famosa “regularidad” anglosajona. Escribir sobre ellos garantiza lectura y controversia.

A los blogs Masónicos a veces los distingue un cierto tono didáctico, que en mi caso puede atribuirse a treinta años de docencia universitaria.  Un blog personal es como llevar un diálogo con una comunidad que se va conformando en torno a él, que es incomparable con la de los lectores de revistas impresas. Lo digo por experiencia propia, ya que he tenido la oportunidad de estar vinculado a algunas de contenido Masónico como director, consejero de redacción o colaborador habitual y puedo notar la diferencia.


Hay cosas curiosas que he notado en el comportamiento de mis Queridos Hermanos.  Por ejemplo, me resulta cómico que algunos que conozco sigan mi blog de incognito para que yo no me entere. Cada quien tiene sus maneras. Así mismo, conozco casos de quien en público se ha prometido a sí mismo no leer una sola línea en Internet, y a un SGC:. que hizo jurar a sus pares en una ceremonia de Colación del Grado 33° no seguir las ideas que aparecen en la red. También los hay blogofóbicos como el Querido Hermano panameño que me escribió.   

La Internet ha cambiado hasta la manera en que los interesados se aproximan a la Orden. Si quisiera resaltar una ruta generalmente seguida por quienes desean hoy iniciarse en la Masonería, diría que primero están visitando Wikipedia, luego tratan de hablar con un miembro de la Orden al tiempo que consultan la blogosfera Masónica. Cuando al fin se deciden, suelen tocar el pórtico de una Obediencia por Internet, pedirle a un Masón que los apadrine o escribir a un blogger pidiendo ayuda para ingresar.  

En este último caso, siempre canalizo su solicitud hacia Masonerías que les sean cercanas o afines ideológicamente, siempre y cuando entre las costumbres del interesado no advierta una discriminación o un irrespeto a los Derechos Humanos que termine reforzando los vicios que han hecho nido en la Orden.     

También existe el Aprendiz y el Compañero que pide que lo instruyan en lo de su Grado.  Aquí siempre contesto lo mismo: “esa es una labor exclusiva de los Vigilantes de su Logia”.  Pero si desea que comentemos asuntos generales o noticias públicas de la Orden, suelo intercambiar impresiones con ellos.

En mi opinión, la blogosfera Masónica ha arrojado los siguientes resultados positivos:

1) Ofrece una imagen fresca y contemporánea de la Masonería,

2) Estimula la búsqueda de conocimientos y la investigación sobre diferentes sensibilidades de la Orden,

3) Constituye un modo de adquirir comprensiones y es un medio privilegiado de distribución del conocimiento,

4) Brinda intercambios de ideas, posibilitando el enriquecimiento mutuo sin barreras de espacio y tiempo, y

5) Permite apoyarse en diversas fuentes Masónicas evitando el adoctrinamiento en un solo pensamiento. 

El redactor de un blog Masónico debe tener claro que es importante que el pensamiento del lector fluya libremente y que valore autónomamente la información cotejándola con la que proviene de otras áreas ideológicas de la Masonería. 

¿Qué hace el lector con esa información?: Lo que él decida. 

Es lo Masónico.




martes, 1 de julio de 2014

EL MÉTODO MASÓNICO

           
Una aproximación a su experiencia
            
Palabras leídas en nombre de la Federación Americana de Supremos Consejos del REAA – FASCREAA - en el Foro Masónico organizado por la Gran Logia Central de Colombia, fundada en 1985, en el Templo de la Log:. Umbral de Oriente Nº 7, en el Oriente de Villavicencio, Colombia, el día 28 de junio de 2014 (E:. V:.), en el que presentaron Ponencias el Gran Oriente de Colombia, la Gran Logia del Caribe Colombiano, la Federación Colombiana de Logias Masónicas y la Obediencia anfitriona.
                      
Por: Iván Herrera Michel.
          
(Saludos protocolarios)
             
Queridos Hermanos y Hermanas,
           
Tengo mucho gusto en saludarlos en nombre de las Jurisdicciones de Altos Grados que conforman la Federación Americana de Supremos Consejos del REAA (FASCREAA), y en unirnos a este homenaje que se hace al ex Gran Maestro e IPH:. Gabriel Dávila Mejía. Pilar fundamental del nacimiento y la construcción de un pensamiento Masónico progresista en nuestro país. 
            
De igual manera, soy portador de un cálido y fuerte abrazo fraternal que desde el Caribe colombiano les envía el Muy Resp:. Gran Maestro de la Federación Colombiana de Logias Masónicas, Q:. H:. David Name Terán, junto con sus felicitaciones por este hermoso templo que ustedes han construido en el Or:. de Villavicencio en bien general de la Masonería colombiana.
              
En lo personal, siempre ha sido para mí un placer visitar la Gran Logia Central de Colombia, y encontrarme con mis Queridos Hermanos de muchos años en el accidentado camino de mostrar a la Masonería colombiana que más allá de apremiarnos con dificultades estériles, existe una manera progresista, no discriminadora y no dogmática de entender y practicar nuestros cometidos constructivos. 
          
Es por esto que yo les agradezco muchísimo que me hayan invitado a repasar con ustedes

Panorámica de Villavicencio
la manera que tiene la Masonería para buscar sus fines, y honestamente quiero contarles cuales han sido mis impresiones después de estar asistiendo a las Logias Masónicas durante algún tiempo, advirtiendo escrupulosamente que suelo admirar la óptica tradicional y no prejuiciada sobre los asuntos Masónicos, que reconoce una gran importancia a la cantidad de libertad que otorga la Orden para repensar la realidad Masónica, para juzgar autónomamente su presente y para valorar su aporte a la sociedad, desde una institución contrahegemónica, diversa e incluyente.
              
Comenzaré diciendo lo obvio.  Lo que todo el mundo sabe: Que en las Tenidas los Masones hablamos y discutimos sobre todo lo divino y lo humano.  Los Masones podemos, como Terencio en el siglo II, decir que “nada de lo humano nos es ajeno”,
                
Podemos en una semana hablar de la prevalencia de nuevas infecciones del SIDA en Colombia, y en la siguiente Tenida de las características esenciales de la entelequia aristotélica, o de los 51 millones de desplazados que hay en el mundo, o de si los chacras son seis como dice la teosofía o siete como enseña el gnosticismo, o si simplemente no existen. O en cambio, ocuparnos de algo mucho más prosaico y cercano como puede ser el suministro de agua en 100 barrios de Villavicencio a raíz de la llegada del fenómeno del niño.  
                 
También hay temas que nos exigen un gran esfuerzo de comprensión. Por ejemplo: El Gran Oriente de Francia propuso para la vigencia 2012 – 2013, que todas sus 1.200 Logias se ocuparan, como una cuestión de interés general, de responder a la pregunta de ¿Cómo una sociedad que valora un ideal de competición puede esperar concretar un ideal de igualdad?  Yo he leído con atención las conclusiones de sus 16 regiones nacionales e internacionales, y les puedo asegurar con absoluta franqueza que el asunto está muy lejos de estar concluido.  También he conocido un documento para la reflexión general emanado del Gran Capitulo General del Rito Francés Femenino de Francia, sobre lo que llama “Un discurso amoroso sobre la laicidad”, que como se puede adivinar por su título ofrece una óptica muy poco convencional.
           
Y si queremos recordar una cuestión, todavía más difícil de tratar que la parcela religiosa de la laicidad que se refiere a la separación entre la iglesia y el estado, podemos traer a cuento el de la laicidad financiera que recomienda la separación entre el estado y el sector financiero y económico.  Son argumentos que tienen tanto de largo como de ancho, que, de nuevo con Terencio, podemos decir que “es muy malo tener un lobo cogido por las orejas, porque no sabemos cómo soltarlo ni cómo seguir aguantándolo”.
               
Frente a estos apuros, y cualquiera que sea el tema tratado, la Masonería ofrece una ruta particular y esforzada en la búsqueda de la materialización de un mundo más libre, más igualitario y más solidario. Esta vía constituye su método y en ella se vale de la metáfora de la construcción, en un transcurso Iniciático sucesivo, en el que, como dicen los Masones franceses: “Lo que tú haces, te hace” (Cela que tu fais, te fait).
                
El proceso comienza, en resumidos términos simbólicos, con la aceptación y la admisión de personas que se convierten al mismo tiempo en un constructor y en una construcción, y que proviniendo de un mismo contexto social y poseyendo diferencias personales de todo tipo, a veces contradictorias entre sí, deben participar armónicamente en una obra comunitaria a lo largo de su membresía, en tres originales espacios especulativos que corresponden a cada uno de los tres Grados básicos de la Orden.
               
En medio de esta pluralidad, siempre retadora, conflictiva y asumida desde la realidad circundante, la Masonería se ocupa en primer término, filosófica y fraternalmente, de reunir y recoger en su seno a hombres y mujeres que de otra forma difícilmente hubieran compartido un espacio común. A partir de allí, y contra todo pronóstico, la especificidad del Método Masónico les hace girar sobre esa diversidad, a la vez que se aprovecha de ella para la construcción que promete.
                
El Método Masónico se sustenta única y exclusivamente en el trabajo en Logia. No hay
lugar para él en una labor solitaria fuera del Taller. La razón de ser de esta particularidad gravita en que impone que trabajemos en presencia e intrincados con otros, de quienes a la vez somos otros diferentes. La experiencia florece gracias a las opiniones cruzadas.
                
Las discusiones que permanentemente vemos en las Tenidas sobre todo tipo de saberes, adelantadas por personas no necesariamente especialistas en ellos, terminan enriqueciendo y matizando las versiones filosóficas, intelectuales, emocionales, religiosas, espirituales, profesionales, artísticas, Etc., de sus participantes. En el sentido de posibilitarles una nueva visión que incorpore perspectivas que antes no habían sido tenidas en cuenta o no les eran conocidas.
                     
La singularidad del Método Masónico se fundamenta en una ritualidad propia y en la reflexión moralizada y convocante de sus símbolos constructivos, acompañadas de una acción compatible, por su amplitud de cobertura, con cualquier convicción personal, mientras ella admita inequívocamente el respeto al otro y la aceptación de la diferencia.
             
Un ritual, cualesquiera que sean sus objetivos, siempre es simbólico y representativo de unos estándares de procedimientos enmarcados en una memoria histórica, tan categóricos como redundantes, dirigidos a un determinado colectivo, en donde a cada quien se le ha estipulado un rol en el tiempo y en el espacio.   
                  
El Método Masónico implica querer pasar permanentemente de un estado presente a una nueva fase de vida. Conlleva una promesa personal acerca de cómo deseamos llegar a ser en el día de mañana en relación con lo que pensamos que es mejor para nosotros y para los otros. En el entendido de que repensar nuestras convicciones y opiniones de manera autónoma y crítica a la luz de otras miradas puede facilitarnos una mayor conexión con nuestra conciencia moral así como brindar más coherencia a nuestras acciones.
                
En palabras del pensador y escritor español José Luis Cobos, “nuestro método Iniciático persigue hacer más dúctil nuestra Piedra, nuestra condición, para que podamos acometer la serie de cambios que necesitamos para conducirnos hacia el adueñamiento de nuestro ser” (Cobos, J. L. (2013) El Método Masónico. Pág. 122. Oviedo, España: Editorial masónica.es)
                   
La ceremonia de “Iniciación” Masónica, con la que se aborda la pertenencia formal a la Masonería, es un Rito de Pasaje.  Formaliza el cambio de un estado previo a uno nuevo, mediante el cual ampliamos nuestras comprensiones sobre “el hombre y sus circunstancias” gracias al contacto repetitivo con fórmulas de interiorización, socialización, integración al pasado y consustanciación con el futuro, diferentes a otros caminos y procedimientos Iniciáticos o especulativos.
                 
Con el uso del ritual, las herramientas y las estructuras administrativas como símbolos, el Método Masónico busca sentar en el ámbito de lo concreto, nociones y formas de pensamiento abstracto, al mismo tiempo que sugiere un patrón constructivo centrado en el ser humano, portador de horizontes de sentidos y comprensiones.
              
En ese orden de ideas, el ritual Masónico, y las ceremonias que contiene, Grado tras Grado, repiten cánones de conductas que señalan una manera de comportarse en el presente, en la que los hechos, las personas, sus pensamientos y sus emociones, se despojan de su dimensión común para adquirir una médula humanista trascendental.
             
De tal manera, que los Grados Superiores, Colaterales, Aliados, Adicionales, Suplementarios, Accesorios, Ordenes de Sabiduría, Etc., nacidos en el siglo XVIII al calor de diferentes inspiraciones míticas, legendarias, filosóficas, religiosas o históricas, que se fueron articulando en rituales independientes por cercanía, afinidad o negociación, formulan una oportunidad adicional a la simbólica para aproximarnos con visión sistémica a algunas de las ideas e hitos que han movido la civilización occidental, conservando el permanente pulido de la Piedra Bruta y de su posterior ubicación, horizontal y vertical, en el levantamiento del “Gran Templo de la Humanidad”, que no es otro diferente a una persona más consciente de sus potencialidades y una humanidad más feliz.
                
En el curso del Método Masónico, un Masón cree y trabaja en y desde la autonomía de su
pensamiento, y la valora como el prerrequisito para su biografía personal.  En este sentido, el psiquiatra y escritor húngaro Thomas Szasz, fallecido hace un par de años, dijo con acierto en una ocasión: "La gente suele decir que tal o cual persona no se ha encontrado todavía a sí misma. Pero la autonomía no es algo que uno encuentra, es algo que uno crea."
                 
Tampoco le faltaba razón a Nietzsche cuando afirmó que ser independiente es un “privilegio de los fuertes”.  Y lo digo porque me he dado cuenta de que en el pulido de nuestra Piedra Bruta tenemos que confrontar con nuestro propio inconsciente.  Y eso reclama un gran esfuerzo, porque exige trasgredir los límites de nuestra zona de confort genética y ambiental.
          
Los Masones insistimos en el compromiso con nuestros rituales, sin perder de vista la esencia primera de la maquinaria teatral, con todos sus mecanismos de espectáculo y entretenimiento, porque sabemos que sin ellos no funciona la arenga doctrinal. 
               
Queridos Hermanos y Queridas Hermanas,
           
Por último, y de nuevo, les reitero mis más sinceros agradecimientos por regalarme esta impagable oportunidad para repasar el método que nos ofrece la Orden, en medio de una inmejorable compañía, en la que reconozco a buena parte de lo más avanzado del pensamiento Masónico colombiano.
             
Muchas gracias a todos por esta oportunidad y por sus luces.
  
                        
IHM.
Or:. de Villavicencio - Colombia
Junio 28/2014


sábado, 14 de junio de 2014

CULMINA EL CULEBRÓN MASÓNICO FRANCÉS

Y deja una tarea pendiente

           
Por Iván Herrera Michel
             


Con la decisión unilateral de restablecer las relaciones con la Gran Logia Nacional de Francia, anunciada el 11 de junio de 2014 por  parte de la Gran Logia Unida de Inglaterra, parece languidecer luego de casi tres años el culebrón que comenzó cuando le retiró el “reconocimiento” en una clara injerencia en sus asuntos internos, que hubieran podido tramitarse en los tribunales de justicia Masónicos o en la próximas elecciones para Gran Maestro.
                 
Todo hubiera quedado allí y el tema no pasaría de ser uno más de la diplomacia de las Grandes Logias de la amistad anglosajona, sino fuera porque el 10 de junio de 2012 la Gran Logia de Austria, la Gran Logia Regular de Bélgica, la Gran Logia de Luxemburgo, la Gran Logia Alpina de Suiza y una coalición de cinco Grandes Logias germanas fundada en 1958 denominada “Grandes Logias Unidas de Alemania”, se dieron el lujo de meter mano en el panorama Masónico francés firmando la “Declaración de Basilea” por la cual invitaron a la Gran Logia de Francia a romper relaciones con la mayoría de los Masones y Masonas de su país y a subordinarse a la Gran Logia Unida de Inglaterra.
               
El caso podría haber sido uno eminentemente francés, pero se implicaron un buen número de Grandes Logias norteamericanas y de Europa (de las autodenominadas “regulares”), con la intención de dejar sentado que la subordinación a Londres es lo más Masónico que puede existir en el mundo de la diplomacia internacional. 
               
Tres días después del restablecimiento, el 14 de junio de 2014,  la Convención de Delegados de la Gran Logia de Francia aprobó con el 78% de los votos, “establecer vínculos con las cinco Obediencias signatarias de la Declaración de Basilea”. Lo que en la práctica no deja de ser un insubstancial pataleo de ahogado, porque nadie espera en su sano juicio que vayan a perder la amistad de Londres relacionándose con la Gran Logia de Francia.
                  
Lo importante aquí para todos, es que siempre estuvo sobre el tapete la subordinación que, en nombre de una “regularidad” definida a partir de preceptos norteamericanos y Landmarks ingleses, se ha impuesto en todos los continentes con graves consecuencia para la Orden.   
              
Por lo tanto, si algo deja claro la tirantez Londres –  París de estos tres años, es que una vez más estamos frente a la necesidad de asumir con responsabilidad uno de los más grandes retos institucionales que tiene la Masonería hoy en día:
                 
-       Establecer un organismo multilateral, legítimo e idóneo, que garantice, en plena pluralidad y aceptando las diferencias, la condición mínima que debe cumplir una organización para poder ser llamada con propiedad “Obediencia Masónica”, alejándonos de una vez por todas de los “Vaticanos” de la Orden.
                      
La importancia de un régimen plural y calificado de certificación basado en la solvencia Masónica es imprescindible, ya que la deriva Masónica de tres siglos de deambular por épocas, geografías e ideologías ha ido generando Grandes Logias cuyo accionar no corresponden a la tradición ni al método Masónico y en ocasiones han reemplazado leyendas y alegorías propias por imaginarios ajenos. 
                   
Lo primero que aprende quien tenga un mínimo de experiencia en relaciones interobedienciales, es que siempre hay que tener cuidado y saber dónde pisar.