martes, 1 de julio de 2014

EL MÉTODO MASÓNICO

           
Una aproximación a su experiencia
            
Palabras leídas en nombre de la Federación Americana de Supremos Consejos del REAA – FASCREAA - en el Foro Masónico organizado por la Gran Logia Central de Colombia, fundada en 1985, en el Templo de la Log:. Umbral de Oriente Nº 7, en el Oriente de Villavicencio, Colombia, el día 28 de junio de 2014 (E:. V:.), en el que presentaron Ponencias el Gran Oriente de Colombia, la Gran Logia del Caribe Colombiano, la Federación Colombiana de Logias Masónicas y la Obediencia anfitriona.
                      
Por: Iván Herrera Michel.
          
(Saludos protocolarios)
             
Queridos Hermanos y Hermanas,
           
Tengo mucho gusto en saludarlos en nombre de las Jurisdicciones de Altos Grados que conforman la Federación Americana de Supremos Consejos del REAA (FASCREAA), y en unirnos a este homenaje que se hace al ex Gran Maestro e IPH:. Gabriel Dávila Mejía. Pilar fundamental del nacimiento y la construcción de un pensamiento Masónico progresista en nuestro país. 
            
De igual manera, soy portador de un cálido y fuerte abrazo fraternal que desde el Caribe colombiano les envía el Muy Resp:. Gran Maestro de la Federación Colombiana de Logias Masónicas, Q:. H:. David Name Terán, junto con sus felicitaciones por este hermoso templo que ustedes han construido en el Or:. de Villavicencio en bien general de la Masonería colombiana.
              
En lo personal, siempre ha sido para mí un placer visitar la Gran Logia Central de Colombia, y encontrarme con mis Queridos Hermanos de muchos años en el accidentado camino de mostrar a la Masonería colombiana que más allá de apremiarnos con dificultades estériles, existe una manera progresista, no discriminadora y no dogmática de entender y practicar nuestros cometidos constructivos. 
          
Es por esto que yo les agradezco muchísimo que me hayan invitado a repasar con ustedes

Panorámica de Villavicencio
la manera que tiene la Masonería para buscar sus fines, y honestamente quiero contarles cuales han sido mis impresiones después de estar asistiendo a las Logias Masónicas durante algún tiempo, advirtiendo escrupulosamente que suelo admirar la óptica tradicional y no prejuiciada sobre los asuntos Masónicos, que reconoce una gran importancia a la cantidad de libertad que otorga la Orden para repensar la realidad Masónica, para juzgar autónomamente su presente y para valorar su aporte a la sociedad, desde una institución contrahegemónica, diversa e incluyente.
              
Comenzaré diciendo lo obvio.  Lo que todo el mundo sabe: Que en las Tenidas los Masones hablamos y discutimos sobre todo lo divino y lo humano.  Los Masones podemos, como Terencio en el siglo II, decir que “nada de lo humano nos es ajeno”,
                
Podemos en una semana hablar de la prevalencia de nuevas infecciones del SIDA en Colombia, y en la siguiente Tenida de las características esenciales de la entelequia aristotélica, o de los 51 millones de desplazados que hay en el mundo, o de si los chacras son seis como dice la teosofía o siete como enseña el gnosticismo, o si simplemente no existen. O en cambio, ocuparnos de algo mucho más prosaico y cercano como puede ser el suministro de agua en 100 barrios de Villavicencio a raíz de la llegada del fenómeno del niño.  
                 
También hay temas que nos exigen un gran esfuerzo de comprensión. Por ejemplo: El Gran Oriente de Francia propuso para la vigencia 2012 – 2013, que todas sus 1.200 Logias se ocuparan, como una cuestión de interés general, de responder a la pregunta de ¿Cómo una sociedad que valora un ideal de competición puede esperar concretar un ideal de igualdad?  Yo he leído con atención las conclusiones de sus 16 regiones nacionales e internacionales, y les puedo asegurar con absoluta franqueza que el asunto está muy lejos de estar concluido.  También he conocido un documento para la reflexión general emanado del Gran Capitulo General del Rito Francés Femenino de Francia, sobre lo que llama “Un discurso amoroso sobre la laicidad”, que como se puede adivinar por su título ofrece una óptica muy poco convencional.
           
Y si queremos recordar una cuestión, todavía más difícil de tratar que la parcela religiosa de la laicidad que se refiere a la separación entre la iglesia y el estado, podemos traer a cuento el de la laicidad financiera que recomienda la separación entre el estado y el sector financiero y económico.  Son argumentos que tienen tanto de largo como de ancho, que, de nuevo con Terencio, podemos decir que “es muy malo tener un lobo cogido por las orejas, porque no sabemos cómo soltarlo ni cómo seguir aguantándolo”.
               
Frente a estos apuros, y cualquiera que sea el tema tratado, la Masonería ofrece una ruta particular y esforzada en la búsqueda de la materialización de un mundo más libre, más igualitario y más solidario. Esta vía constituye su método y en ella se vale de la metáfora de la construcción, en un transcurso Iniciático sucesivo, en el que, como dicen los Masones franceses: “Lo que tú haces, te hace” (Cela que tu fais, te fait).
                
El proceso comienza, en resumidos términos simbólicos, con la aceptación y la admisión de personas que se convierten al mismo tiempo en un constructor y en una construcción, y que proviniendo de un mismo contexto social y poseyendo diferencias personales de todo tipo, a veces contradictorias entre sí, deben participar armónicamente en una obra comunitaria a lo largo de su membresía, en tres originales espacios especulativos que corresponden a cada uno de los tres Grados básicos de la Orden.
               
En medio de esta pluralidad, siempre retadora, conflictiva y asumida desde la realidad circundante, la Masonería se ocupa en primer término, filosófica y fraternalmente, de reunir y recoger en su seno a hombres y mujeres que de otra forma difícilmente hubieran compartido un espacio común. A partir de allí, y contra todo pronóstico, la especificidad del Método Masónico les hace girar sobre esa diversidad, a la vez que se aprovecha de ella para la construcción que promete.
                
El Método Masónico se sustenta única y exclusivamente en el trabajo en Logia. No hay
lugar para él en una labor solitaria fuera del Taller. La razón de ser de esta particularidad gravita en que impone que trabajemos en presencia e intrincados con otros, de quienes a la vez somos otros diferentes. La experiencia florece gracias a las opiniones cruzadas.
                
Las discusiones que permanentemente vemos en las Tenidas sobre todo tipo de saberes, adelantadas por personas no necesariamente especialistas en ellos, terminan enriqueciendo y matizando las versiones filosóficas, intelectuales, emocionales, religiosas, espirituales, profesionales, artísticas, Etc., de sus participantes. En el sentido de posibilitarles una nueva visión que incorpore perspectivas que antes no habían sido tenidas en cuenta o no les eran conocidas.
                     
La singularidad del Método Masónico se fundamenta en una ritualidad propia y en la reflexión moralizada y convocante de sus símbolos constructivos, acompañadas de una acción compatible, por su amplitud de cobertura, con cualquier convicción personal, mientras ella admita inequívocamente el respeto al otro y la aceptación de la diferencia.
             
Un ritual, cualesquiera que sean sus objetivos, siempre es simbólico y representativo de unos estándares de procedimientos enmarcados en una memoria histórica, tan categóricos como redundantes, dirigidos a un determinado colectivo, en donde a cada quien se le ha estipulado un rol en el tiempo y en el espacio.   
                  
El Método Masónico implica querer pasar permanentemente de un estado presente a una nueva fase de vida. Conlleva una promesa personal acerca de cómo deseamos llegar a ser en el día de mañana en relación con lo que pensamos que es mejor para nosotros y para los otros. En el entendido de que repensar nuestras convicciones y opiniones de manera autónoma y crítica a la luz de otras miradas puede facilitarnos una mayor conexión con nuestra conciencia moral así como brindar más coherencia a nuestras acciones.
                
En palabras del pensador y escritor español José Luis Cobos, “nuestro método Iniciático persigue hacer más dúctil nuestra Piedra, nuestra condición, para que podamos acometer la serie de cambios que necesitamos para conducirnos hacia el adueñamiento de nuestro ser” (Cobos, J. L. (2013) El Método Masónico. Pág. 122. Oviedo, España: Editorial masónica.es)
                   
La ceremonia de “Iniciación” Masónica, con la que se aborda la pertenencia formal a la Masonería, es un Rito de Pasaje.  Formaliza el cambio de un estado previo a uno nuevo, mediante el cual ampliamos nuestras comprensiones sobre “el hombre y sus circunstancias” gracias al contacto repetitivo con fórmulas de interiorización, socialización, integración al pasado y consustanciación con el futuro, diferentes a otros caminos y procedimientos Iniciáticos o especulativos.
                 
Con el uso del ritual, las herramientas y las estructuras administrativas como símbolos, el Método Masónico busca sentar en el ámbito de lo concreto, nociones y formas de pensamiento abstracto, al mismo tiempo que sugiere un patrón constructivo centrado en el ser humano, portador de horizontes de sentidos y comprensiones.
              
En ese orden de ideas, el ritual Masónico, y las ceremonias que contiene, Grado tras Grado, repiten cánones de conductas que señalan una manera de comportarse en el presente, en la que los hechos, las personas, sus pensamientos y sus emociones, se despojan de su dimensión común para adquirir una médula humanista trascendental.
             
De tal manera, que los Grados Superiores, Colaterales, Aliados, Adicionales, Suplementarios, Accesorios, Ordenes de Sabiduría, Etc., nacidos en el siglo XVIII al calor de diferentes inspiraciones míticas, legendarias, filosóficas, religiosas o históricas, que se fueron articulando en rituales independientes por cercanía, afinidad o negociación, formulan una oportunidad adicional a la simbólica para aproximarnos con visión sistémica a algunas de las ideas e hitos que han movido la civilización occidental, conservando el permanente pulido de la Piedra Bruta y de su posterior ubicación, horizontal y vertical, en el levantamiento del “Gran Templo de la Humanidad”, que no es otro diferente a una persona más consciente de sus potencialidades y una humanidad más feliz.
                
En el curso del Método Masónico, un Masón cree y trabaja en y desde la autonomía de su
pensamiento, y la valora como el prerrequisito para su biografía personal.  En este sentido, el psiquiatra y escritor húngaro Thomas Szasz, fallecido hace un par de años, dijo con acierto en una ocasión: "La gente suele decir que tal o cual persona no se ha encontrado todavía a sí misma. Pero la autonomía no es algo que uno encuentra, es algo que uno crea."
                 
Tampoco le faltaba razón a Nietzsche cuando afirmó que ser independiente es un “privilegio de los fuertes”.  Y lo digo porque me he dado cuenta de que en el pulido de nuestra Piedra Bruta tenemos que confrontar con nuestro propio inconsciente.  Y eso reclama un gran esfuerzo, porque exige trasgredir los límites de nuestra zona de confort genética y ambiental.
          
Los Masones insistimos en el compromiso con nuestros rituales, sin perder de vista la esencia primera de la maquinaria teatral, con todos sus mecanismos de espectáculo y entretenimiento, porque sabemos que sin ellos no funciona la arenga doctrinal. 
               
Queridos Hermanos y Queridas Hermanas,
           
Por último, y de nuevo, les reitero mis más sinceros agradecimientos por regalarme esta impagable oportunidad para repasar el método que nos ofrece la Orden, en medio de una inmejorable compañía, en la que reconozco a buena parte de lo más avanzado del pensamiento Masónico colombiano.
             
Muchas gracias a todos por esta oportunidad y por sus luces.
  
                        
IHM.
Or:. de Villavicencio - Colombia
Junio 28/2014


sábado, 14 de junio de 2014

CULMINA EL CULEBRÓN MASÓNICO FRANCÉS

Y deja una tarea pendiente

           
Por Iván Herrera Michel
             


Con la decisión unilateral de restablecer las relaciones con la Gran Logia Nacional de Francia, anunciada el 11 de junio de 2014 por  parte de la Gran Logia Unida de Inglaterra, parece languidecer luego de casi tres años el culebrón que comenzó cuando le retiró el “reconocimiento” en una clara injerencia en sus asuntos internos, que hubieran podido tramitarse en los tribunales de justicia Masónicos o en la próximas elecciones para Gran Maestro.
                 
Todo hubiera quedado allí y el tema no pasaría de ser uno más de la diplomacia de las Grandes Logias de la amistad anglosajona, sino fuera porque el 10 de junio de 2012 la Gran Logia de Austria, la Gran Logia Regular de Bélgica, la Gran Logia de Luxemburgo, la Gran Logia Alpina de Suiza y una coalición de cinco Grandes Logias germanas fundada en 1958 denominada “Grandes Logias Unidas de Alemania”, se dieron el lujo de meter mano en el panorama Masónico francés firmando la “Declaración de Basilea” por la cual invitaron a la Gran Logia de Francia a romper relaciones con la mayoría de los Masones y Masonas de su país y a subordinarse a la Gran Logia Unida de Inglaterra.
               
El caso podría haber sido uno eminentemente francés, pero se implicaron un buen número de Grandes Logias norteamericanas y de Europa (de las autodenominadas “regulares”), con la intención de dejar sentado que la subordinación a Londres es lo más Masónico que puede existir en el mundo de la diplomacia internacional. 
               
Tres días después del restablecimiento, el 14 de junio de 2014,  la Convención de Delegados de la Gran Logia de Francia aprobó con el 78% de los votos, “establecer vínculos con las cinco Obediencias signatarias de la Declaración de Basilea”. Lo que en la práctica no deja de ser un insubstancial pataleo de ahogado, porque nadie espera en su sano juicio que vayan a perder la amistad de Londres relacionándose con la Gran Logia de Francia.
                  
Lo importante aquí para todos, es que siempre estuvo sobre el tapete la subordinación que, en nombre de una “regularidad” definida a partir de preceptos norteamericanos y Landmarks ingleses, se ha impuesto en todos los continentes con graves consecuencia para la Orden.   
              
Por lo tanto, si algo deja claro la tirantez Londres –  París de estos tres años, es que una vez más estamos frente a la necesidad de asumir con responsabilidad uno de los más grandes retos institucionales que tiene la Masonería hoy en día:
                 
-       Establecer un organismo multilateral, legítimo e idóneo, que garantice, en plena pluralidad y aceptando las diferencias, la condición mínima que debe cumplir una organización para poder ser llamada con propiedad “Obediencia Masónica”, alejándonos de una vez por todas de los “Vaticanos” de la Orden.
                      
La importancia de un régimen plural y calificado de certificación basado en la solvencia Masónica es imprescindible, ya que la deriva Masónica de tres siglos de deambular por épocas, geografías e ideologías ha ido generando Grandes Logias cuyo accionar no corresponden a la tradición ni al método Masónico y en ocasiones han reemplazado leyendas y alegorías propias por imaginarios ajenos. 
                   
Lo primero que aprende quien tenga un mínimo de experiencia en relaciones interobedienciales, es que siempre hay que tener cuidado y saber dónde pisar.
                  
                     
                        


martes, 20 de mayo de 2014

“EN COLUMNAS DE IGUALDAD”

               
Por Iván Herrera Michel
     
            
Pareciera que estamos asistiendo al boom de una literatura Masónica que está despojando de su representación patriarcal a la Orden y haciendo visible su historia real.  Por este camino, está quedando claro que el tema de las Masonas, por ejemplo, ni es francés, ni es moderno ni sus inicios fueron marginales o por circunstancias accidentales.
                 
En este campo, las novedades editoriales corren por cuenta de una Masona colombiana (sobre Masonería mixta) y dos españolas (sobre Masonería femenina), que con unas credenciales impecables, han publicado en los últimos cuatro meses igual número de libros.  Sus títulos, en orden cronológico de aparición, son:
             
1) “En Columnas de igualdad. Una experiencia histórica en busca de la equidad, escrito por Marina López Sepúlveda, Abogada, Magíster en Género, Sociedad y Políticas, y académica en Derechos Humanos desde una perspectiva de Género y enfoque de interseccionalidad. Miembro de la Logia Luz Hermética de la Federación Colombiana de Logias Masónicas, con sede en Barranquilla, Colombia. El libro lo publicó Editorial masónica.es. en el mes de mayo de 2014.  
                   
2) “La Masonería Femenina en España. Dos siglos de historia por  la Igualdad, de la Antropóloga Social y Cultural Rosa Elvira Presmanes García, Gran Maestra de la Gran Logia Femenina de España entre los años 2006 y 2009. El libro salió a la luz pública en el mes de abril de 2014, y
                  
3) “Masonas. Historia de la masonería femenina”, escrito por la periodista e investigadora Yolanda Alba Fernández Rodríguez, de la Logia Hermes y Tolerancia de la Gran Logia Simbólica Española, en Madrid, España.  El texto fue publicado por la Editorial Almuzara en febrero de 2014.
                   
En el caso de Marina López y Yolanda Alba, una y otra tuvieron la amabilidad de comentarme sus proyectos un año antes de la publicación de sus libros, y me consta la delicadeza en el manejo de las fuentes porque me pidieron permiso para citarme, algo que se ha vuelto excepcional en este mundo del “copia y pega” en que nos movemos.  De Rosa Elvira Presmanes, me ha gustado mucho su definición de la Masonería como una “asociación interclasista, intergeneracional y libre pensadora”. 
                                 
Es claro que nos encontramos inmersos en un instante de la historia en el que como nunca se cuestionan saberes y verdades que antes se tenían como inamovibles. En estos días se repiensan los discursos y se escuchan historias alternativas a la oficial que provienen de trabajos serios y académicos, que están arrojando luz sobre datos que habían quedado sepultados por leyes patriarcales que parecen formar parte del ADN de la Masonería, constituyen un obstáculos a sus fines, y en muchos casos han hecho tránsito al inconsciente colectivo de Masones y Masonas.
                
Los nuevos conocimientos sobre las Masonas están trabajando sobre las mentalidades, los imaginarios, y las representaciones Iniciáticas, al situarse en el difícil terreno de la reinterpretación de los discursos dominantes.  Están variando la idea de un eterno masculino en la Orden y de mujeres organizadas paralelamente en asociaciones de caridad. 
                 
Con la investigadora Florence Thomas aprendí que lo contrario a la igualdad no es la diferencia, sino la desigualdad, y que lo opuesto a lo diferente es lo idéntico. De la misma forma, la antípoda de la equidad es la inequidad.  Esta claridad, supone poner sobre el tapete un orden de inferiorización entre personas, cuando no de exclusión, incompatible con los valores de libertad, igualdad y fraternidad que defiende la Masonería.
                   
En los tres libros mencionados, he notado que existe un énfasis en sus autoras por no reconocer ni querer que las Masonas sean idénticas a los Masones, en razón de que supondría la neutralización de la diferencia y el convertirse en protagonistas de segunda clase asimiladas a lo que se tiene como elaborado correctamente por y para hombres.  Tampoco reclaman que las Masonas sean la medida de lo Masónico, que sean complementarias a lo masculino, ni que por naturaleza conciban una mejor forma de Masonería, como lo hace la Masonería masculina.  
                         
Reclaman igualdad y equidad en y desde la diferencia, que no es lo mismo.  Buscan abrir mentalidades por el conocimiento y edificar imagines constructivas que nos liberen de los figurados y las reglas de juego de un discurso patriarcal elaborado en contextos tan coyunturales ayer como superados hoy.
                       
Dejan ver el contrasentido de una institución que diciéndose portadora de un mensaje de libertad, igualdad y fraternidad para toda la humanidad, se vio enzarzada en exclusiones y discriminaciones.   
                 
Y la verdad es que la labor pendiente no se ve como una tarea fácil, ya que ante una Masonería que se hipotecó desde lo masculino en un principio, significa para muchos (y muchas, también hay que decirlo) casi como luchar contra el propio inconsciente en la búsqueda de la simetría en las oportunidades y el desaparecimiento de las respuesta automáticas. 
                           
                         
                      

jueves, 1 de mayo de 2014

MASONERÍA Y TEMPLARISMO. UNA PERSPECTIVA CONTEMPORANEA

Palabras leídas en el Coloquio sobre " Masonería y Templarismo desde una
Perspectiva Contemporánea" celebrado en el Or:. de Montevideo, Uruguay, el día 5 de abril de 2014 (E:. V:.), en el marco del 700 Aniversario de la muerte de Jacques de Molay, organizado por el  Gran Oriente de la Franc-masonería del Uruguay – GOFMU -
............................................

(Saludos protocolarios)
            
Queridos Hermanos y Queridas Hermanas,
                       
Quiero iniciar estas palabras agradeciendo en nombre de los Supremos Consejos que conforman FASCREAA está inmejorable oportunidad que nos ofrece el Gran Oriente de la Franc-Masonería del Uruguay, para que en un encuentro en Montevideo, y bajo el alero del Escocismo, repasemos el tema de la influencia que la “Orden de los Pobres Caballeros de Cristo y del Templo de Salomón”, que existió entre los siglos XII al XIV, tendría en la Masonería.
                               
En desarrollo de esta convocatoria, creo que hay que comenzar recordando que no solo la Masonería no es descendiente de los Caballeros Templarios europeos que hicieron presencia en la Palestina de la edad media, sino que además tampoco lo son las múltiples ordenes neotemplarias que hoy se reclaman como sus herederos y sucesores.  
                      
Tampoco lo son los miembros del cartel delincuencial de los “Caballeros Templarios” fundado en Michoacán, México, en el año 2011, para, según sus palabras, luchar contra el “desmoronamiento de los valores morales y los elementos destructivos que prevalecen hoy en la sociedad". 
                                        
No obstante, en todos ellos vemos como al espíritu gregario que les anima, se une una firme inspiración motivacional justiciera basada en lo legendario de la Orden del Temple, y una inclinación a identificarse como unos Templarios modernos.
                                      
Precisamente, en relación con estos neotemplarios contemporáneos, yo recuerdo que una asociación denominada “Orden Soberana del Temple de Cristo”, sin poder demostrar su filiación histórica con la Templaria disuelta en 1307 por Clemente V, pero asegurando ser su heredera universal presentó en Madrid, España, en el año 2008, una demanda judicial contra el Papa Ratzinger exigiendo la rehabilitación de la Orden y el pago de una indemnización de 100.000 millones de Euros.  Es decir, el equivalente a unos ocho veces el Producto Interno Bruto de Uruguay. Por su parte, el Papa Karol Wojtyła trató de reunirse con ellos y al llamado acudieron más de 400 organizaciones. Ninguna pudo demostrar por lo menos 300 años de antigüedad. 
                       
Para resumir, traigo estos datos a cuento para resaltar el hecho de que lo que hoy existe son cientos de organizaciones que se autodenominan Templarias, sin tener la más mínima legitimidad histórica para hacerlo. 
                         
La historia muestra que los inicios en el siglo XVIII de la corriente neotemplaria florecen en coincidencia con la difusión de la naciente Masonería Especulativa en el continente europeo.  Los principales puntos de encuentros y de hibridación de ambas organizaciones se darían a partir de 1730, especialmente en Alemania, con la aparición del rito de la “Estricta Observancia Templaria”, y en Francia con el célebre Discurso del Caballero de Ramsay de 1737 en París.  De esta suerte de encuentros surgieron algunas ramas evolutivas que fueron desapareciendo o diversificándose con el tiempo.  
                              
En la inflamada imaginación de aquellos Masones del siglo XVIII se articuló la unión entre lo mitológico del neotemplarismo y el romanticismo de un origen de la Masonería ligado a las cruzadas.
                        
Estas nuevas asociaciones híbridas, resultantes del cruce de la Masonería y los neotemplarios, conservaron, cual más cual menos, características religiosas y formas de pensamiento simbólicas, unidas a un decorado personal y locativo adaptable, que incluye, por ejemplo, en algunos casos, el uso simultaneo de la capa blanca y la cruz roja de los Templarios con el Mandil de los Masones.  También suelen utilizar en sus rituales formas estructurales de la Masonería empalmadas con invocaciones místicas atribuidas a los Templarios. 
                                    
La verdadera historia de los Templarios, es decir, la de los devotos monjes, hábiles guerreros, grandes terratenientes, eficientes banqueros y políticos influyentes que vivieron durante dos siglos de la edad Media, es tanto o más interesante que la entonada, romántica, mágica y esotérica que se propagó desde el siglo XVIII.    
                             
De hecho, el adoctrinamiento que practicaron los fundadores de la “Estricta Observancia Templaria”, durante la segunda mitad del siglo XVIII, fue reducido con el paso del tiempo a unos cuantos ritos más dentro del corpus Masónico general, que aunque alejados del objetivo inicial, finalmente instituyeron una forma de Masonería cristiana que aún persiste.      
                          
Por lo que no obstante contar con una corta existencia de 44 años, la “Estricta Observancia Templaria” dejó una huella muy visible en la Masonería.  A grandes rasgos, el Rito actual que más se le aproxima es el “Rito Escoces Rectificado”, que combina el pensamiento esotérico de Martínez de Pasqually con un cristianismo de corte trinitario, y surge cuando en 1783 el Convento de Wilhemlmsbad, en Alemania, se pronunció en contra de la hipótesis que sostenía que los Masones eran descendientes de los templarios de la edad media.
                                      
De igual manera, para esa época se presentó una profusa dispersión de “Altos Grados” Masónicos de inspiración Templaria que terminaría permeando y dejando sus retoños en la franja filosófica de varios Ritos, como por ejemplo, el de York, el Francés y el REAA, de los más conocidos en Hispanoamérica, entre otros que se siguen practicando en Suecia, Alemania, Etc.
                   
Ahora bien, esbozado este rápido panorama, corresponde aclarar que los préstamos entre la Masonería y los neotemplarios, no se presentaron en el campo de lo esotérico, puesto que muy por el contrario de lo que afirma la construcción fantasiosa que ha propagado la leyenda de los Templarios desde hace tres siglos, los miembros de la Orden del Temple no practicaron un esoterismo tomado de oriente, en el sentido espiritualista que se le quiere atribuir, y que trasmitido a los gremios de constructores llegó a la Masonería Moderna. 
                                       
Entre otras cosas, porque la presencia de la iglesia Católica en todas las actividades de los gremios de constructores era omnipresente, y en sus archivos documentales y en su correspondencia conocida no aparece rastro alguno de ello. Por lo tanto, mal se puede sostener que los constructores de catedrales poseyeron un esoterismo que traspasado de boca a oído durante cuatrocientos años no dejó la más mínima huella para la historiografía científica. De haberse presentado, estaríamos frente a una gigantesca muestra de secretismo de cuatro siglos que el teléfono roto de múltiples generaciones de obreros casi analfabetas hubiera trastocado en grado sumo.
                               
Los Templarios eran cristianos católicos, leales al Papa, que profesaban un culto especial a la Virgen María, hombres y mujeres, mitad clérigos y mitad seculares, monjes y soldados al tiempo, nacidos poco después de la reforma gregoriana y del cisma de oriente, que se diferenciaban de los otros cruzados en que mantenían buenas relaciones con el cristianismo y el islamismo del este.  Prueba de ello, es que llegaron incluso a disponer en algunas de sus iglesia de un lugar especial para que los musulmanes fueran a orar, y hasta abogaron ante el Vaticano por un diálogo interreligioso. 
                         
Y esa característica diplomática de tolerancia frente a otras culturas y pueblos, nacida seguramente como consecuencia de su rol de guardián de las fronteras entre la cristiandad latina, la cristiandad oriental y el islamismo, hay que admitirlo, era y es una rareza, tanto en el siglo XII como en el XXI.  
                                  
Pero de allí, a sostener que por su proximidad y contacto en Palestina con otros sistemas de creencias fueron receptores de antiguos misterios que practicaban en secreto, hay una distancia muy grande que solo se sostiene en la leyenda. 
                             
Los rasgos de la única forma de pensamiento esotérico que encontramos en la historia de los Templarios corresponden a préstamos parciales de origen europeo desde la Cábala.  Con una salvedad, los encontramos en sus documentos a partir del siglo XIII, ya que la Cábala nace a finales del XII en el sur de Francia y España, e influenció por igual a los cristianos europeos de la época, fueran o no Templarios.   
                                  
Hecha esta salvedad, debemos también señalar que las mediciones científicas que se han hecho sobre concentraciones elevadas de algún tipo de energía en territorios, enclaves y construcciones templarias, no han arrojado resultados que permitan concluir que es cierta la hipótesis que en tal sentido afirma la leyenda. 
                                    
Y salvo alguna información secreta, encriptada o codificada, que requiere toda institución del tamaño y los intereses de la Orden del Temple, no hay pruebas de que los Templarios usaran un alfabeto propio.  El que se predica como de ellos, y goza de gran popularidad, concebido a partir de la llamada “Cruz de las Ocho Beatitudes”, fue una creación del neotemplarismo en el siglo XIX. Tampoco existió en Europa en los siglos XII y XIII una arquitectura que pudiéramos denominar templaria.
                                      
Y en cuanto a las mujeres que formaron parte del Temple, queda para la historia una anécdota muy interesante.  Resulta que en el año 1324, las Templarias de Mülen, en la Diócesis de Worms, a orillas del rio Rin en Alemania, aún continuaban sin acatar la Bula papal que había abolido la Orden.  Doce años después de promulgada.  Por causa de esta rebeldía femenina, los últimos Templarios de la historia fueron curiosamente unas Templarias.       
                                                 
…………………………………..
                          
Ahora bien, mis QQ:. HH:.
                            
Llegados a este punto, no quiero ni puedo soslayar que esta fraternal invitación para compartir con ustedes en el Or:. de Montevideo, me la ha cursado conjuntamente el Gran Oriente de la Franc-Masonería del Uruguay en asocio con su Supremo Consejo del Grado 33°, por lo que deseo culminar estas reflexiones con unas rápidas palabras sobre la presencia del imaginario neotemplario y de la historia templaria en el REAA.  En particular, en su versión liberal y adogmática, que es como lo concebimos. 
                                         
Conforme a lo que he dicho, y en el entendido de que el combate de los templarios de la edad media se ubicaba en el campo religioso y militar, y el de la Masonería desde el siglo XVIII en el terreno de lo moral, ¿Cómo debemos entonces entender las referencias a los templarios que poseen los Grados 23 al 30 del REAA? ¿Qué aportan estos relatos a la formación de un Masón escocista? 
                              
Detengámonos un poco, porque es muy probable que aquí estemos frente al núcleo duro del método de aproximarnos a los contenidos de la Orden, desde sus primeros Grados hasta los últimos. 
                                
Para efectos de la invitación que propone el REAA, la metáfora inicial del pulido de la Piedra Bruta pertenece al mismo conjunto de cosas que la leyenda de Hiram y la versión neotemplaria de la muerte de Jacques de Molay.  A todas estas alusiones hay que tomarlas en el marco del sinigual encuentro de historias, leyendas y alegorías con el propósito particular de la búsqueda Masónica. 
                      
El Rito Escocés Antiguo y Aceptado, en su conjunto, a la vez que retoma las diferentes etapas del pensamiento occidental, brinda una filosofía humanista que convoca a tener una conciencia esclarecida de la historia, para de esta manera conciliar la defensa de las libertades y las autonomías personales, con la pertenencia a un colectivo social, étnico, cultural o religioso. En donde el valor fundamental a observar, es que la humanidad es un fenómeno plural a cuya pluralidad debemos acercarnos con absoluto respeto.  Un IPH:. De la Federación Colombiana de Logias Masónicas, mi buen amigo y Q:. H:. Alberto Martelo, que dirige la Orquesta Filarmónica de mi Obediencia, suele explicar el trabajo armónico que debe distinguir el REAA elaborando una metáfora a partir de la cantidad de arreglos musicales que los músicos pueden llevar a cabo con solo siete notas.
                         
No es correcto tratar de hacer hablar el Templarismo medieval o el neotemplarismo a través de los contenidos de los Grados del REAA.  Sería perder el tiempo.  También lo sería el intentarlo con los Caballeros Teutones o de Malta, o con los Iluminados de Baviera, o con los Sufíes, o con la Iglesia Católica, o con los Patriarcas hebreos, o con los rabinos judíos, o con la escuela pitagórica, o con la Cábala, o con los misterios egipcios, o con un largo etcétera de asociaciones de las que encontramos noticias reales, legendarias o míticas en nuestra Iniciación progresiva.
                                       
Cada una de estas asociaciones constituyó o constituye una entidad propia, con autonomía particular.  Pretender captarlas en la ficción de un máximo de dos horas, que dura en promedio la puesta en escena de un Grado Masónico, solo arrojaría un pálido reflejo de su realidad que traicionaría por reduccionista su original contenido filosófico e histórico.    
                      
Si en el siglo XVIII los títulos de los “Altos Grados” lisonjeaban la vanidad de los nobles y plebeyos europeos, hoy bajo una óptica humanista los contenidos implícitos en cada uno de los Grados del REAA deben favorecer la construcción del que llamamos el “Gran Templo de la Humanidad”, que no es otro diferente a  un mundo más igualitario, libre y solidario que el que encontramos.
                                       
Lo que me propongo resaltar, es que a simple vista se observa que el REAA no está ensamblado para exaltar o reprobar algo en especial.  Muy por el contrario, al hacer eco de las diferentes doctrinas y episodios, reales, legendarios, alegóricos o ficticios, que han dejado su impronta en la construcción del mundo occidental, el Rito parece convidarnos a que adquiramos sabiduría sobre la dimensión fractal de la existencia social y transcendente del hombre y sus realidades. 
                                     
Cuando la Orden Templaria hizo su aparición en el escenario de la historia en el año 1120 el mundo era muy distinto al que conocemos.  Es más, los historiadores medievalistas coinciden en que más que Felipe el Hermoso o Clemente V, lo que hizo desaparecer a la Orden del Temple en 1313 fue que ya había perdido la razón de ser de su fundación y en consecuencia se había desnaturalizado su objetivo inicial.   Y ese es un punto importante al momento de estudiar la presencia de la Orden del Temple en Europa y en el Mediterráneo oriental.   Y ¿por qué no decirlo?, de la puesta en escena de la Masonería en el siglo XXI.
                                                     
Hoy en día, para el combate contra la pobreza, el hambre, la desigualdad, el mayor acceso al agua potable, la sostenibilidad de los recursos renovables, la democratización del mundo, la reducción de la brecha entre países ricos y pobres, la ampliación de la red de salud pública, la situación de la mujer, la transnacionalización del crimen organizado, Etc., que son algunos de los más apremiantes desafíos contemporáneos, no se requiere una Orden religiosa y militar. 
                                             
Los llamados ahora a primera fila son los gobiernos nacionales, la ONU, la Unión Europea, las ONGs, la Cruz Roja Internacional, Mercosur, Etc.  Para manejar las finanzas mundiales, hoy tenemos, por ejemplo, al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial.  Para una fuerza multinacional armada están los “Cascos Azules”, y así podríamos seguir con una larga lista de instituciones construidas multilateralmente con fines altruistas para trabajar, en palabras de las Grandes Constituciones escocistas de 1786, por “la Unión, la Felicidad, y el Bienestar de la familia humana en general y de cada hombre en particular”.
                                            
Esta búsqueda constituye el Big Bang propositivo del REAA, cuya inspiración está gobernada por la acción.  Para seguirlo diciendo en términos científicos, ella representa el porqué del Bang del Big Bang.
                                              
Hay que comenzar por proscribir desde nuestros Talleres Masónicos la no aceptación de la diferencia, hay que reflexionar sensatamente sobre lo que han sido las experiencias y las ideologías del pasado que el REAA nos muestra, y sus ecos en el presente. 
                               
Cuando llevemos adelante este trabajo, es posible que no haya institución más fuerte que la nuestra porque seremos un referente moral imprescindible para nuestros pueblos, en contraste con todas esas formas de pensamiento que manipulan la conciencia y arruinan la educación dotando a los jovenes con un mapa de convicciones equivocadas.
…………………..
                                                      
QQ:. HH:.,
                        
Al terminar estas palabras, ante todo quiero agradecerles su paciencia por escucharlas.  Y como siempre dice un amigo mío: “a la bondad del publico me remito”.
                                         
Muchas gracias a todos.
                     
IHM
Or:. de Montevideo – Uruguay

Abril 5 de 2014 (E:. V:.)