viernes, 19 de agosto de 2022

TRICENTENARIO DE LAS CONSTITUCIONES DE ANDERSON

Por Iván Herrera Michel
               
Si en el año 2017 la Masonería festejó sus 300 años con bombos y platillos, con la celebración de los tres siglos de las Constituciones de Anderson de 1723 desde ya se esperan un buen número de conferencias, exposiciones públicas, ediciones, mercadeos, Etc. 
                              
Y no es para menos: la fecha de su publicación es la segunda más importante de la Orden y el contenido de su primera edición de 92 páginas, adornada con una hermosa portada del afro John Pine, constituyó una formulación audaz de valores y reglas democráticas, principios filosóficos y estructura organizacional para la recién creada primera Gran Logia del mundo. 
              
De hecho, al tiempo que guardaba un estilo semejante al de los Olds Charges, las Constituciones formalizaron para la Masonería el deber de practicar ideas de la Ilustración que se venían abriendo paso en Europa. Como las de elecciones generales, gobierno mayoritario, constitución escrita, igualdad entre los miembros, meritocracia y ratificación democrática de las decisiones de los superiores. Rubricado con aquello de que “la Masonería es el Centro de Unión y el medio de conciliar verdadera fraternidad entre personas que hubieran permanecido perpetuamente distanciadas”.
             
Al respecto, la historiadora de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) Margaret Jacob ha señalado que "esta identidad no impidió que las logias fueran jerárquicas y estuvieran ansiosas en todas partes por el patrocinio aristocrático, aunque finalmente inclinó a las Logias en la dirección de ser escuelas de gobierno, inculcando principios para una política más republicana. Era una atmósfera social en la que podían florecer las nuevas ideas de la época, la tolerancia religiosa, la alfabetización científica y el intelecto, más que el nacimiento, como criterio de excelencia”.
             
Un rasgo primordial de las Constituciones es que nacen en un contexto newtoniano de apoyo a las ciencias experimentales y cercano a la filosofía natural, como consecuencia de la proximidad con la Royal Society y del liderazgo de su coautor Jean Theophile Desaguliers. 
                  
Y en lo político, surgen fuertemente influenciadas por los llamados Whigs, que no eran un partido propiamente dicho, sino grupos familiares aristócratas, terratenientes y con intereses financieros, presentes en el parlamento, de donde provenían los ministros y funcionarios que nombraba el Rey. Además, eran partidarios de la monarquía constitucional en lugar de un absolutismo de origen divino, y fueron precursores del Partido Liberal inglés que defendía los intereses de los disidentes religiosos, los industriales y los que deseaban reformas electorales y parlamentarias.
                   
Por lo que no es de extrañar que el libro de actas más antiguo que se conserva de la Masonería moderna documenta treinta y seis charlas en las Tenidas, entre la que encontramos siete de fisiología humana, seis de ética, cinco de arquitectura y tres de “procesos industriales”. Otras nueve se ocuparon de diferentes invenciones, técnicas y aparatos científicos, y unas más de tópicos que van desde el arte y la historia hasta las matemáticas. 
             
Lo que sumado a que igual temática se observa en las actas sueltas de Logias inglesas que han sobrevivido de sus dos primeras décadas, muestra a la Orden como un vector de la filosofía de la naturaleza y la educación científica, en un espacio social, político y religioso plural e incluyente, mucho menos cerrado y exigente que los encuentros del Colegio Invisible del siglo anterior que sirvieron de antecedente a la Royal Society. 
                  
En consonancia, el próximo año 2023 seremos testigos de múltiples análisis, hipótesis y discusiones prospectivas sobre el contexto de origen, el trasegar en el tiempo y la pertinencia contemporánea de las “Constituciones de los Francmasones, que Contienen la Historia, Deberes, Reglamentos, &c. de la más Antigua y Correcta Honorable Fraternidad”, editadas en Londres en 1723 “para uso de las Logias”, por mandato del Gran Maestro, el Duque de Wharton, después de haber sido ordenadas por el anterior Gran Maestro, el Duque de Montagu, y aprobadas por la Gran Logia y la Asamblea Trimestral.
         
Por mi parte, doy la bienvenida al debate.