Por Iván Herrera Michel
Recién creada, en plena expansión y organizada
con el novedoso formato de Gran Logia, la Masonería se dio a sí misma en 1723 sus
primeras Constituciones que publicó en un libro adornado con una hermosa portada de
cuero que elevó su precio comercial.
Los editores John Senex y John Hooke
encargaron su elaboración a John Pine, un grabador londinense afrodescendiente
de 33 años que en 1719 había regresado a Londres luego de haber sido aprendiz
en Amsterdam del grabador e ilustrador de libros Bernard Picart, y era miembro
de las Logias que se reunían en la Taberna El Globo (hoy Old Dundee Lodge No.
18, en Londres), y en la Taberna El Cuerno, en Westminster (hoy Royal Somerset
House and Inverness Lodge No. 4, en Londres).
El diseño original de la portada se atribuye a
Sir James Thornhill, un pintor inglés de temas históricos que poseía un estilo
barroco italiano y llegó a ser Gran Vigilante de la Gran Logia en 1728, y
muestra al ex Gran Maestro John, Duque de Montagu, entregando una copia de las
Constituciones y un compás a su sucesor, Philip, Duque de Wharton, cada uno
acompañado por sus Diputados y Vigilantes.
Un miembro del sequito de Montagu carga en
sus brazos unos guantes y unos Mandiles grandes que tienen tiras largas que
parecen ser de cuero y capaces de cubrir a un hombre del pecho a los tobillos.
Aunque la primera referencia oficial a la vestimenta Masónica se encuentra en
el artículo séptimo de los Reglamentos Generales de George Payne de 1721, sin
especificar el uso del Mandil, esta constituye la primera representación
gráfica de ellos. Por su lado, un hombre de la comitiva de Wharton es un
ministro religioso que se cree que es el ex Gran Maestro, entonces Diputado
Gran Maestro y corredactor de las Constituciones Jean Theophilus Desaguliers.
La escena se ubica en una arcada clásica con
columnas que representan las cinco ordenes de arquitectura: Compuesto,
Corintio, Jónico, Dórico y Toscano. Con la Compuesta, que es la más nueva, al
frente y la Toscana, que es la más antigua, al final. Por encima vuela Helios, el
dios griego del Sol, en un carruaje tirado por cuatro caballos sobre un mar
dividido. En algunos textos griegos
antiguos se confunde a Helios con Apolo, pero Homero los trata como dos dioses
diferentes. Y por último, la Proposición 47 de Euclides (que es la
representación gráfica del Teorema de Pitágoras) gravita entre los dos Grandes
Maestros.
No se conoce una explicación original de la
portada por parte de sus creadores o alguno de sus contemporáneos. No obstante,
se ha especulado que con la referencia a Helios y Euclides se quiso dotar a la
Gran Logia de una imagen de antigüedad griega. Con la colocación de las órdenes
de arquitectura de acuerdo con su aparición se figuraría el avance de la Orden
en el tiempo. El mar abierto podría simbolizar el Antiguo Testamento en donde
Anderson ubica el origen de la Masonería, y los dos Grandes Maestros personificarían
la arquitectura Palladiana y la Ilustración. El conjunto mostraría que la
Masonería viene progresando desde un pasado clásico y bíblico hasta el siglo
XVIII.
1 comentario:
Excelente!!! Muchas gracias!
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