Palabras leídas en la Conferencia sobre
“El REAA - Perspectiva Humanista de
Acción Transformadora”, celebrada el 6
de abril de 2014 (E:.V:.), en la
“República de Parva Domus”, en el C:. de
Montevideo, Uruguay, organizada por el Supremo Consejo del Grado 33 del REAA
para la República Oriental del Uruguay.
Por Iván Herrera Michel
(Saludos protocolarios y fraternales)
Tengo
varios motivos para sentirme muy contento de estar hoy en el Cenit de Montevideo,
entre mis Queridos Hermanos y Hermanas de vuestro Supremo Consejo y vuestro Gran
Oriente.
El
primero es la excesiva fraternidad con que siempre me han honrado mis QQ:. HH:.
uruguayos, desde hace 10 años, cuando en el mes de abril del año 2004 por primera
vez visitaba el GOFMU y sellaba con mi Q:. H:. Elbio un pacto por la unión de
la Masonería liberal americana que aún se encuentra vigente y con tareas
pendientes.
En
esos días Elbio partía hacia Sao Paulo, en Brasil, para fortalecer la recién
creada “Confederación Interamericana de
Masonería Simbólica” (CIMAS) y yo viajaba a Santiago de Chile en donde habría
de resultar elegido como el primer Secretario General de la “Conferencia Masónica Americana” (COMAM). En lo sucesivo, ambos trabajamos con mucha
generosidad, grandeza, desprendimiento y altitud de miras por la unión de CIMAS
y COMAM, que es una necesidad que aún posee plena vigencia, y que más temprano
que tarde veremos porque la semilla está sembrada en el terreno siempre fértil del
corazón de la mayoría de sus miembros.
Otro
motivo especial para regocijarme por mi visita a estas tierras lo constituye el
reconocimiento que tengo que hacer del Cenit de Montevideo, como el de la cuna
de la Federación Americana de Supremos Consejos del REAA (FASCREAA), en el
conocimiento de que este punto de encuentro Masónico adogmático de
Jurisdicciones escocistas de América germinó a partir de la convocatoria que
hiciera el Supremo Consejo del Grado 33° del Rito Escoces Antiguo y Aceptado
para la República Oriental del Uruguay, al 1° Encuentro de Altos Grados en el
mes de septiembre del año 2005.
También,
he estado recordando en estos días cuando asistí como conferencista invitado, en
Montevideo, al 3° Encuentro de Altos Grados, en el año
2008, en el marco de los actos conmemorativas del décimo aniversario del GOFMU,
en el que se acordó, siendo testigo de excepción el IPH:. Alain de Keghel,
institucionalizar estas citas en la próxima reunión, que para mayor suerte mía,
se llevó a cabo en el año 2009, en el Cenit de Barranquilla, Colombia, que es
mi ciudad, y se me eligió como Presidente de FASCREAA. En esa oportunidad ofició como anfitrión el
Supremo Consejo OMEGA del REAA para la República de Colombia.
Elbio Laxalte, SGC del SC del Gr 33 del REAA para laRep. Orient. del Uruguay |
Por
todo lo anterior, y como Presidente de FASCREAA rindo tributo de admiración y
agradecimiento histórico al puñado de Masones y Masonas uruguayos que hace
nueve años concibieron y crearon en el Cenit de Montevideo el primer y único
espacio que ha existido en el hemisferio occidental para que se reúnan en plena
libertad de conciencia los Supremos Consejos del REAA que conciben la tradición
Masónica desde una óptica liberal, laica y adogmática.
Desde
entonces mucha agua ha corrido bajo los puentes de la Masonería, y a FASCREAA
hay que reconocerla a partir de las Grandes Constituciones de 1762 y 1786 (E:.
V:.), desde sus reformas de Lausana de 1875 (E:. V:.), desde la “Declaración de Ginebra” promulgada en el
XVIII “Encuentro Internacional de Altos
Grados Escoceses”, del 5 al 8 de mayo del año 2005, y naturalmente, desde su
propia Declaración de Principios aprobada en el mes de septiembre del año 2013
en el Cenit de Mendoza, Argentina.
Pero
no solo desde sus grandes documentos referenciales se reconoce a FASCREAA, sino
además, y esto es lo más importante, desde el propósito tradicional de un
proyecto Iniciático sucesivo relacionado necesariamente con la laicidad como
espacio común en el que puede y debe desarrollarse en plena libertad la
pluralidad de concepciones filosóficas, racionales y metafísicas que han
acompañado a la humanidad desde siempre.
Y de igual manera, a amplios sectores de la Masonería.
En
este sentido, cuando las jurisdicciones de Altos Grados, reunidas en el Cenit
de Ginebra, en Suiza, por decimoctava ocasión, acordaron su “Declaración” del año 2005, dejaron bien
claro que había “llegado el momento de
marcar una nueva etapa tras la Declaración hecha en Lausana hacía ya 130 años
en un contexto Masónico internacional diferente”.
No
de un modo diferente al laicismo, se puede entender cómo, Grado a Grado,
contenido tras contenido, doctrinas tras leyendas, alegorías tras
religiosidades, metáforas tras símiles, racionalidades tras espiritualidades, siervos
tras ciudadanos, Maestres tras Reyes, podemos ocuparnos en cada ocasión de un
rol distinto.
Lo
iniciático del REAA nos obliga a ubicarnos en una perspectiva desde la que
podamos observar el conjunto sin implicarnos personalmente con una de las
partes, pero, eso sí, al mismo tiempo consustanciándonos con el conjunto de una
manera progresista, y sin presumir de nuestras opiniones. Es decir, siendo adogmáticos.
FASCREAA
funciona a partir de un grupo de Supremos Consejos inmersos en circuitos
conceptuales que, moviéndose entre el mito legendario y el entorno histórico,
no son ajenos a la realidad que vivimos.
Y por lo tanto, no conciben el REAA como una burbuja separada de ella.
De
todos estos textos, yo suelo recomendar a mis QQ:. HH:. una reflexión muy
detenida sobre el numeral primero de la Declaración de Principios de FASCREAA,
porque me parece que además de ser su contenido un componente medular de
nuestra tradición Masónica, es un mecanismo transversal imprescindible al
momento de abocar la puesta en escena de los Grados escocistas.
En
efecto, en el Cenit de Mendoza, FASCREAA declaró como uno de sus Principios el
de “Reafirmar con visión contemporánea el
carácter iniciático, tradicional y progresivo del Rito Escocés Antiguo y
Aceptado y la fidelidad a los antiguos usos y costumbres de la Masonería”
Como
vemos, en este párrafo expositivo, las dos oraciones que contiene, expresan
como idea cardinal la de la “visión
contemporánea” en armonía con la “fidelidad
a los antiguos usos y costumbres”.
Miryan Tardugno, Lugarteniente Gran Comendadora del SC del Gr 33 del REAA para la Rep. Orient. del Uruguay |
Para
quienes pertenecemos y tenemos en alta estima una institución que se basa en la
tradición, y al mismo tiempo tenemos la necesidad de preguntarnos por lo
trascendental del momento en que vivimos, y tratamos de entender nuestras
dificultades actuales, este inicio del siglo XXI nos estimula a considerar que
la historia de la humanidad se adentra en una nueva etapa de grandes cambios,
con la seguridad de que cualquiera que sea su particularidad, de todos modos ellos
competerán al hombre y a sus formas asociativas.
Los
siglos XVIII, XIX y XX, que son en los que ha existido la Masonería, han
encarnado una época decididamente más llena de transformaciones que cualquiera
otra de la historia de la humanidad.
Pareciera,
por el conjunto de convulsiones, revoluciones y guerras que hemos vivido en
estos últimos tres siglos, que una parte de la humanidad era consciente de las evoluciones
que estaba sufriendo el mundo.
De
la misma manera, para los Masones del siglo XXI no es una opción constructiva
el mirar ese mundo con la visión de la edad media o del renacimiento, por
ejemplo, apartándose de la visión contemporánea.
De
ahí, que haya que entender a la Masonería, y, dentro de ella al REAA, con un
discurso que consulte la naturaleza real de los cambios, así como sus
motivaciones, más allá de sus características temporales, con un enfoque laico que
admita que estamos en medio de procesos que están entramando un nuevo estado de
cosas que, sin desprenderse en lo fundamental de las anteriores, debemos asumir
sin dogmatizar nuestras convicciones.
Esta
postura requiere repensar permanentemente entre la incertidumbre y el laberinto
los problemas del presente, enfrentando niveles complejos de ambigüedad, pero
en permanente diálogo con nuestros usos y costumbres. Y sin decepcionar a nuestros QQ:. HH:., que
han nacido o han crecido en la era digital, con todo lo que esa circunstancia civilizacional
contribuye a la reformulación de las conductas y de los comportamientos sociales
de los actuales y futuros Masones.
Por
suerte, la especificidad propia de la concepción liberal y adogmática del REAA,
permite ir orquestando con relativa facilidad las cuestiones emergentes de una
manera integradora y arraigada en el pasado, a partir de los debates que se
presentan en las Tenidas rituales y de Masticación sobre el contenido y los
alcances de cada Grado.
Logo de la Republica del Parva Domus |
Frente
a esta manera filosófica y personal de idear un mundo, en lo social y político
los totalitarismos y los despotismos, se presentan como frenos al fluir espontáneo
de la voluntad soberana de un pueblo que desea gobernarse por valores y
principios que giren en torno a las libertades individuales y los derechos de
los colectivos. De allí, que acompañando
a la laicidad, el modelo republicano y la democracia liberal como forma de
gobierno nos sean tan caros.
Los
Masones, y en especial la formación iniciática que brinda el REAA, en su
versión liberal y adogmática, son incompatibles con la pereza mental, y
requieren esfuerzos que simplemente hay que hacerlos.
El
REAA forma hombres y mujeres comprometidos con la felicidad humana desde el
reconocimiento de sus derechos y libertades, desde su irrenunciable igualdad
social y en plena solidaridad.
Los
escocistas son hijos del espíritu de los tiempos. Con sus luces y con sus
sombras. Nuestra Iniciación tradicional sucesiva
nos ofrece el bouquet de la historia. El
REAA contiene lo intangible de nuestras sociedades. Lo impalpable de nuestra alma colectiva. Y una oportunidad para todos.
Muchas
gracias a todos.
IHM.
C:.
de Montevideo, Uruguay
Abril
6 de 2014 (E:. V:.)