lunes, 31 de julio de 2017

EL INEFICIENTE DUQUE DE KENT

                
 Por Iván Herrera Michel
          
Hace unos días conversábamos con un Masón estudioso acerca de los eventos que la Gran Logia Unida de Inglaterra (GLUI) ha organizado para celebrar los trescientos años de la primera Gran Logia del mundo y los 50 años en el cargo del actual Gran Maestro, que terminan con una reunión internacional en el Royal Albert Hall de Londres el 31 de octubre de 2017.
         
La conversación derivó hacia los problemas actuales de la GLUI bajo la batuta de un Gran Maestro que cumplió el 14 de junio de 2017 medio siglo de su posesión cuestionado dentro de la Orden por sus deficientes resultados, y por fuera de ella por sus no muy buenas costumbres.
           
De hecho, el Duque de Kent es un miembro de la realeza poco apreciado en Inglaterra al que se le apoda “el príncipe pobre” porque siempre anda metido en problemas económicos.
       
ESCÁNDALOS PÚBLICOS
                  
Duque de Kent
El primer escándalo económico del Duque estalló en la prensa en el año 2002, cuando se hizo público que estaba pagando un alquiler de menos de 320 Libras Esterlinas mensuales por su apartamento en el palacio de Kensington, un privilegio a costa de los contribuyentes. Su prima, la Reina Isabel II, acudió en su ayuda y desembolsó de su propio peculio a lo largo de los siguientes siete años las 120.000 Libras Esterlinas mensuales que cuesta realmente el alquiler. A partir del año 2010 el Duque de Kent fue obligado a pagar el canon de su propio bolsillo y para tal efecto vendió una casa de campo en 2006 por cerca de cinco millones seiscientos mil Libras Esterlinas.
             
Posteriormente explotó otro escándalo público de aún mayor trascendencia en el año 2012 cuando el diario The Sunday Times informó que el Duque de Kent recibió “por lo menos” 320.000 Libras Esterlinas de Boris Berezovski. Los pagos se realizaron en 56 entregas de entre 5.000 y 15.000 libras, desde 2002 hasta 2008, canalizados a través de empresas offshore con sede en Gibraltar, que es un paraíso fiscal, a nombre del secretario privado del Duque.
                    
No era para menos. En 1996 la revista Forbes publicó un artículo con el título “¿El padrino del Kremlin?”, escrito por el periodista ruso-americano Paul Klebnikov, en el que presentaba a Berezovski como un jefe mafioso que ordenaba asesinar a sus adversarios, que sirvió de base a un libro con el mismo nombre. Klebnikov fue asesinado en 2004. En el año 2007 un tribunal de Moscú encontró a Berezovski responsable de desfalco por 9 millones de dólares a la aerolínea Aeroflot, por lo que fue condenado a devolverlos y a pagar seis años de cárcel. En Rusia también se le había acusado de estar vinculado con la muerte de varios adversarios de Putin, entre ellos Alexander Litvinenko, desertor del Servicio Federal de Seguridad, y la periodista Anna Politkóvskaya. Además, se le expidieron ordenes de captura en Rusia y Brasil por fraude, desfalco y lavado de dinero.
                     
Berezovski fue investigado por las autoridades financieras suizas desde 1999 por blanqueo de dinero y pertenencia a una organización criminal. En 2003 la Bundesanwaltschaft inició una querella criminal en su contra por blanqueo de dinero a través de las empresas suizas Ovaco AG, situada en la Monbijoustrasse en Berna, y Años SA en el World Trade Center de Lausana. Finalmente, Boris Berezovski falleció en el año 2013 en Londres. Aparentemente se suicidó ahorcándose.
                         
De allí que los pagos de Berezovski a un miembro de la realeza británica mediante empresas de un tercero ubicadas en un paraíso fiscal, generaran tantas sospechas sobre la honestidad del Duque de Kent.
                       
LA GRAN MAESTRÍA DEL DUQUE DE KENT
                       
Posesionado como Gran Maestro de la Gran Logia Unida de Inglaterra a los 24 años de edad, el Duque de Kent es quien más tiempo ha estado al frente de la GLUI desde que fue constituida el 27 de diciembre de 1813, y su legado a los 50 años de ejercicio el más pobre. El Gran Maestro que le sigue en permanencia en el cargo fue el Príncipe Arthur, Duque de Connaught y Strathearn, quien ejerció el cargo de 1901 a 1939 y dejó una GLUI mucho mejor posesionada en el establecimiento británico.
                     
Durante los 50 años de Gran Maestría del Duque de Kent, la GLUI se alejó de ser una institución fundamental para la construcción y cohesión del Imperio Británico y de funcionar, en palabras de Jessica Harland – Jacobs, como “constructora de imperio”. Y el Sínodo General de la Iglesia de Inglaterra en 1987 sostuvo oficialmente que era incompatible con la Masonería. De todos modos, su actual primado desde marzo de 2013, el arzobispo de Canterbury Justin Welby ha guardado silencio cuando se le ha preguntado al respecto, y permitió en el mes de febrero de 2017 una ceremonia Masónica en la Catedral anglicana previo el pago de 300.000 Libras Esterlinas. 
Lawrence Roger Lumley,
11° Conde de Scarbrough
                                                               
Cuando Lawrence Roger Lumley, 11° Conde de Scarbrough, entregó la Gran Maestría a los 71 años de edad al joven Duque de Kent el 14 de junio de 1967, la GLUI contaba con 900.000 miembros activos según los registros que para la fecha brindaba el libro “List Of Lodge”. Hoy según datos oficiales sus efectivos apenas llegan a 200.000. Es decir, menos de una cuarta parte.


Para la misma fecha, la GLUI contaba con unas 9.000 Logias, y hoy posee 6.800. Según datos de la Quatur Coronati la disminución promedio sostenida es del 4%. El tiempo medio de permanencia de Masones en la GLUI pasó de 20 años a 5 años. Desde el año 2000 alrededor de 700 Logias han abatido Columnas. Y con ironía se afirma en los pasillos que algunas Logias “parecen la antesala de Dios”. La tendencia a la baja no disminuye.
            
Bajo la Gran Maestría del Duque de Kent, la GLUI en el campo internacional ha mantenido su política de fomento de la discriminación contra la mujer y se ha enrocado en su espíritu vaticanista y cismático. La terquedad en este sentido frente al crecimiento de la Masonería femenina y mixta ejerce una considerable presión interna. Paralelamente, con la caída de la Cortina de Hierro la GLUI se dio a la tarea de dividir sistemáticamente la Masonería que iba surgiendo en los países de Europa oriental en donde había sido prohibida. Y parece no notar que en el grupo de Grandes Logias “reconocidas” la membresía se reduce significativamente por deserción, baja en las Iniciaciones y por los cismas que sufre por Masones que desean practicar una Masonería más soberana.
             
COLOFÓN
              
Un Masón de la Gran Logia de España me escribió hace un par de años que el liderazgo del Gran Maestro de la GLUI es a la colectividad Masónica mundial, como el del presidente de Estados Unidos para el mundo.
                    
No deja de tener razón. La verdad es que nada de lo anterior pasaría de ser un asunto interno del GLUI y de su comunidad de Grandes Logias subordinadas, si no fuera porque los alcances de sus decisiones afectan el conjunto general de la Masonería, uniéndola, dividiéndola, haciéndola inclusoria o discriminadora. Lo que invariablemente repercute en el imaginario general interno y externo de la Orden.
              
Por lo tanto, y tal como sucede con Donald Trump en USA, frente a un líder internacional de sus alcances uno esperaría que tuviera mejores cartas de presentación, un gobierno más eficiente y que fuera más libre y de buenas costumbres.

                 
       
                
              
               

viernes, 30 de junio de 2017

¿QUE FUE DE LAS CUATRO LOGIAS FUNDADORAS?


Por Iván Herrera Michel
              
Si le damos crédito al relato de James Anderson de 1738 sobre los hechos del 24 de junio de 1717, una veintena de miembros de cuatro Logias, que entre todas apenas sumaban unos 130 en total, de los cuales solo diez eran nobles, se reunieron en una taberna popular de Londres y crearon la primera Gran Logia de la Masonería especulativa.
            
De acuerdo con Anderson, el acontecimiento se habría presentado en cumplimiento de una reunión previa y preparatoria celebrada en diciembre de 1716 en la Taberna El Manzano. Lo curioso del caso es que, según se ha establecido históricamente, para esa fecha la Taberna El Manzano ya no funcionaba. En 1717 tres de esas Logias contaban con no más de 4 años de creadas y la más antigua tenía 26. Hoy las tres únicas sobrevivientes ostentan la distinción de “Time Immemorial’.
               
Duque de Kent. Gran Maestro dela GLUI
1967 - 2017
Y aunque las cosas no están del todo claras, y hasta está cuestionada por algunos historiadores la existencia misma de la reunión, a diferencia de la de las cuatro Logias sobre las que hay pruebas objetivas concluyentes, vale la pena darles una ojeada a que ha sido de ellas ahora que se están celebrando con bombos y platillos las efemérides número trescientos.
             
1) “The Goose and Gridiron Ale House” (Casa de Ale El Ganso y la Parrilla): Creada en 1671 es la más antigua de las cuatro Logias fundadoras. En 1717 contaba con veintiséis años de existencia, y existe la posibilidad de que sea la misma Logia de la London Masons Company a la que Elias Ashmole asistió en 1682. La Logia recibió el No. 1 en 1717 y en 1760 cambió su nombre por el de American & West Indian Lodge que ostentó hasta 1770, que lo modificó nuevamente a Lodge of Antiquity, No. 2.
             
Cuando las Grandes Logias de los Modernos y los Antiguos crearon la Gran Logia Unida de Inglaterra, en 1813, la Logia conservó el No. 2 que la acompaña hasta el día de hoy. El Duque de Sussex fue su Venerable Maestro desde 1809 hasta su muerte en 1843 y al celebrar los veinticinco años de su posesión permitió a los Oficiales portar sus joyas Masónicas en oro.
             
Su membresía en 1717 no superaba los veinte miembros y no hay constancia de que hubiera un noble en ella.
                  
2) The Apple Tree Tavern” (Taberna El Manzano): Su nombre actual es Lodge of Fortitude & Old Cumberland, No. 12. Se desconoce por qué en la primera lista de Logias de la Gran Logia de Londres y Westminster aparece con el No. 11, lo cual le significó que no se le concediera el estatus de “Time Immemorial’, a pesar de que el primer Gran Maestro Anthony Sayer y sus dos primeros Grandes Vigilantes, pertenecieron a ella. Finalmente, y luego de mucho esfuerzo durante los siglos XIX y XX, la Gran Logia Unida de Inglaterra se lo reconoció en 1967 con ocasión del 250 aniversario de la Masonería.
                 
La Logia de la Taberna El Manzano, no debió superar en 1717 los veinte miembros. Ninguno de ellos noble.
                       
3) “The Rummer and Grapes Tavern” (Taberna La Copa y la Uva): Su nombre actual es Royal Somerset House and Inverness Lodge No. 4, y en la lista de Logias de Pine de 1729 aparece fundada en “1712– 6”. Al parecer está Logia, a diferencia de las otras tres fundadoras, estaba constituida mayoritariamente por Masones “aceptados”.
                  
En 1767 cambió su nombre a Old Horn Lodge, y se unió con la Somerset House Lodge en 1774 de la que tomó la denominación. Posteriormente, en 1828, se unió con la Royal Inverness Lodge, para conformar su nombre actual.
                            
Fue la Logia de John Theophilus Desaguliers y de sus Columnas surgieron el tercer y cuarto Gran Maestro, a partir de los cuales la Gran Logia y la Masonería levantaron vuelo social e histórico.
                      
Se cree que contaba con alrededor de setenta miembros en 1717, de los cuales unos diez eran nobles.
                  
4) “The Crown Ale House” (Casa de Ale La Corona): Es la única de las Logias fundadoras de 1717 que no existe en la actualidad, ya que dejó de reunirse en 1736. En virtud de que se desconoce su fecha de fundación se le concedió el estatus de ser de “time immemorial’ (Tiempo Inmemorial), que es un reconocimiento basado más en el agradecimiento que en datos ciertos.
                 
La Casa de Ale La Corona no superó la veintena de miembros en 1717. Ninguno noble.
                 
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El 23 de junio de 1917, cuando la Gran Logia Unida de Inglaterra festejó los doscientos
Arthur, Duque de Connaught 
años de la Masonería en el Royal Albert Hall de Londres, los miembros de las tres Logias fundadoras en existencia fueron resaltados y se anunció que los collarines de sus oficiales contarían en lo sucesivo con una franja azul en el centro, por deferencia de su Alteza Real Arthur, Duque de Connaught y Strathearn, séptimo hijo de la Reina Victoria y Gran Maestro de 1901 a 1939, quien al tiempo se designó a sí mismo como Venerable Maestro perpetuo de las tres Logias. Lo cual en Inglaterra y en esa Obediencia se considera un alto honor para la Logia
                         
En las conmemoraciones por el 250 aniversario en 1967 y el 275 en 1992, los Venerables Maestros de las tres Logias tituladas de “Tiempo Inmemorial” tuvieron un protagonismo especial: el Venerable Maestro de la Royal Somerset House and Inverness Lodge No. 4 (la de la Taberna La Copa y la Uva) le presentó ceremonialmente una Biblia al Gran Maestro; el Venerable Maestro de la Lodge of Fortitude & Old Cumberland No. 12 (la de la Taberna El Manzano) le presentó una escuadra y un compás; y el Venerable Maestro de la Lodge of Antiquity No. 2 (la de la Casa de Ale El Ganso y la Parrilla) le presentó un mazo.
                   
Posteriormente, en junio del año 2017, para resaltar el papel fundador que les atribuye Anderson, y en el marco de la celebración del tercer centenario de la Masonería moderna, asumió el cargo de Venerable Maestro Perpetuo de las tres Logias, en una ceremonia conjunta, el Gran Maestro de la Gran Logia Unida de Inglaterra desde 1967, el príncipe Edward George Nicholas Paul Patrick, Duque de Kent, Caballero de la Noble Orden de la Liga, Caballero de San Miguel y San Jorge, Caballero de la Orden Victoriana, y Ayudante militar de Campo del monarca del Reino Unido, los otros reinos de la Commonwealth y de todos sus virreyes.
                

Algo muy británico por supuesto. Y un alto honor en esa Obediencia.
                    

               

jueves, 8 de junio de 2017

MAS ALLÁ DE LA FIESTA POR LOS 300 AÑOS

   
Por Iván Herrera Michel
     

Abundan los festejos por el tercer centenario de la Masonería moderna, y algunas Obediencias los rodearán con la mayor pompa y circunstancia. Invitarán a presidentes, ministros, reyes… y utilizarán mantelería de hilo blanco, cubiertos de plata, cristalería de colección, meseros con guantes blancos, etiquetas rigurosas, Etc..
     
Pero no todo será fastuoso, y una buena cantidad de Masones y Masonas descendientes de aquella veintena de obreros que se reunieron el 24 de junio de 1717 en la Taberna del Ganso y la Parrilla de Londres, se congregarán en diferentes formas y estilos para recordar la historia, reflexionar sobre el presente y pensar un futuro para la Orden. Veremos actos académicos, fiestas de gala, Tenidas especiales, conferencias públicas, publicación de libros e investigadores con nuevas hipótesis.
       

Pero más allá de las fiestas, un hecho real lo constituye el que las unidades Masónicas llegan a su cuarto siglo coligadas, como nunca antes, en asociaciones y circuitos interobedenciales de diversas índoles. Las encontramos organizadas por Ritos, por regiones, por naciones, por continentes, por países, por sexos, por referentes ideológicos, por franjas filosóficas, por Logias Salvajes, Etc.
           
De allí, que más allá del boato, la fiesta y el brillo de las celebraciones, conviene detenerse en los asuntos que están sirviendo de reflexión a sus agrupaciones. Es una buena forma de saber en que ocupamos nuestras especulaciones los Masones de hoy en día. 

             
Por ejemplo, recientemente y al mismo tiempo en Suramérica y África, del 24 al 29 de mayo de 2017, se congregaron las dos organizaciones internacionales de mayor espectro en el mundo, con solo seis horas de diferencia, como indicación inequívoca (casual o causal) de la universalidad que ha ganado la Orden en tres siglos.
      
Por el lado de la masonería adogmática de inspiración liberal, el 56° Coloquio y Asamblea General de CLIPSAS se dio cita en Argentina, y por el lado de la Masonería de disciplina anglosajona, la XV Conferencia Mundial de Grandes Logias Regulares se celebró en Madagascar.
             
Un vistazo rápido, y sin entrar en detalles organizativos y fraternales, a lo que fueron las dos reuniones nos puede brindar pistas para enterarnos de en que anda la Masonería en el pórtico de su cuarto centenario. Veamos:   


1) XV Conferencia Mundial de Grandes Logias Regulares: Se reunió en el Hotel Carlton de Antananarivo, Madagascar, siendo anfitriona la Gran Logia de Madagascar, y congregó a representantes de treinta y cuatro (34) Obediencias masculinas y deístas procedentes de los cinco continentes. Las ponencias se centraron en los "Valores Masónicos para la Equidad Humana y el Desarrollo Sostenible”.
             
2) 56° Coloquio y Asamblea General de CLIPSAS: Se reunió en el Hotel Escala de Buenos Aires, Argentina, siendo anfitriona la Gran Logia Femenina de Argentina, contando con representantes de setenta y siete Obediencias masculinas, mixtas y femeninas de todos los continentes. Las ponencias versaron sobre el tema de “a tres siglos de la Francmasonería Moderna: ¿Qué perspectivas hay de futuro?"
       



  






                           







        
           
            


martes, 2 de mayo de 2017

¿QUE ES CLIPSAS?

             
Iván Herrera Michel
           
CLIPSAS es la sigla por la que se conoce la asociación intercontinental de Grandes Logias más grande y más antigua del planeta. Su nombre deriva de las iniciales en francés de: “Centre de Liaison et D’information des Puissances Maconniques Signataires de L’appel de Strasbourg” (Centro de Enlace e Información de las Potencias Masónicas Firmantes del Llamamiento de Estrasburgo). Y su posicionamiento doctrinal Masónico es liberal.
               
A finales del mes de mayo de este año, se celebrará en Buenos Aires, Argentina, el 56° Coloquio y Asamblea General de CLIPSAS en donde la Gran Logia Femenina de Argentina será la Obediencia anfitriona, y algunos Masones me han pedido que explique en que consiste esta asociación Masónica y cuál es su importancia en el mundo actual.
             
Yo habría de comenzar explicando por qué diez Grandes Logias se reunieron el 21 de enero de 1961, en la histórica ciudad francesa de Estrasburgo, para dirigir al universo Masónico un documento trascendental llamando a restablecer entre los Masones la cadena de unión rota por lamentables decisiones unilaterales, En resumen, CLIPSAS es la materialización asociativa de esa iniciativa de Estrasburgo y voy a intentar mostrar brevemente su deriva histórica y su implantación en el paisaje Masónico contemporáneo.
                  
El pensamiento que impulsa a CLIPSAS nace como respuesta a la ruptura de la cadena de unión universal de la Orden impuesta con el pretexto de una pretendida Regularidad. Entendida – para los efectos de este escrito - como una condición que emana del relacionamiento con la Gran Logia Unida de Inglaterra, que a su vez exige unilateralmente la adopción de una serie de dogmas, tales como la creencia en un ser supremo, la ubicación permanente de un volumen de la ley sagrada en el altar de los votos, la no incorporación de la mujer en igualdad con el hombre a las Logias, etc. De allí lo de la “Libertad de Conciencia” que sirve de lema a la “Unión de Estrasburgo”, como también se conoce a CLIPSAS.
                 
Buscando raíces, se puede afirmar sin lugar a dudas que CLIPSAS es la continuación en el tiempo del espíritu que animó a varias organizaciones Masónicas internacionales que se crearon por reacción contestataria a la agresión que en 1877 la Gran Logia Unida de Inglaterra hiciera al Gran Oriente de Francia.
                  
Ya desde 1889, en el Congreso Internacional de París, la Gran Logia Nacional de España propone la creación de una confederación, idea que es retomada en los Congresos de Anvers de 1894, de La Haya de 1896 y de París de 1900, para finalmente concretarse en el de Génova de 1902 en que se crea el “Bureau International des Relations Masoniques” (BIRM), conformado por veinticinco Grandes Logias de Europa, América Latina y Egipto, reconciliando de paso a la Masonería alemana con la francesa que estaban distanciadas desde la guerra franco prusiana de 1870.
                   
Louis Daly - Presidente de CLIPSAS
La organización inicial es encargada a la Gran Logia Alpina de Suiza, y en el Congreso Internacional de Génova de 1921 el BIRM se convierte en la “Asociación Masónica Internacional” (AMI).
                 
Desde un principio las Masonerías inglesa, escandinava y americana de blancos forman un bloque común contra el BIRM a pesar de que Londres asistió como observador a la reunión de 1913. La división definitiva de la Masonería mundial se concretó finalmente con la publicación unilateral de los 8 puntos de relacionamiento interobedenciales publicados por la Gran Logia Unida de Inglaterra en 1929,
                 
A la AMI se vincula formalmente en 1923 la Gran Logia Nacional de Colombia, con sede en Barranquilla, por gestión personal y directa de su Gran Maestro el R:. H:. Francisco Baena. En esa ocasión se afilió junto con otras Grandes Logias de Colombia, Luxemburgo, Hungría, Alemania, Chile, Yugoslavia, San Salvador, Venezuela, Filipinas, Checoslovaquia y Puerto Rico. En 1940, al comienzo de la Segunda Guerra mundial la AMI estaba integrada por 42 Grandes Logias: 18 en Europa, 1 en Asia, 5 en América del Norte, 7 en centro América y 11 en América del Sur. Es decir, que Latinoamérica era Masónicamente liberal.
               
Posteriormente, las dictaduras europeas y los estragos de la segunda guerra mundial hicieron desaparecer a la mayoría de las Grandes Logias del viejo continente, y la presión que ejerció Londres, junto con sus asociados de Estados Unidos, en Latinoamérica, variaron la región hacia el dogmatismo anglosajón. Debilitada, la AMI clausura sus trabajos en la Convención de París de 1950
                  
El segundo lugar en antigüedad y cobertura en el mundo lo ocupan las “Conferencias Mundiales de Grandes Logias Regulares”, de línea anglosajona, que cuenta con 22 años de existencia a partir de su primera cita en la ciudad de México en 1995. Su ideología Masónica es de inspiración anglosajona y exclusoria.
               
Por otra parte, existen diferencias básicas en los modos de actuar de las dos más grandes organizaciones mundiales. Por un lado, en las Conferencias Mundiales de Grandes Logias Regulares se deben someter a un examen previo todas las ponencias a presentar con el fin de que no sean introducidos temas polémicos a las deliberaciones. Por el contrario, en CLIPSAS las ponencias se presentan sin filtros previos. Igualmente, a los Coloquios de CLIPSAS puede asistir tranquilamente cualquier Masón del mundo sin importar que la Gran Logia a la que pertenezca no sea miembro del “Centro de Enlace”. En las “Conferencias” todos los asistentes deben ser miembro de alguna Gran Logia de las que el grupo entiende como Regular.
                   
La cuestión del respeto a la particularidad de cada Gran Logia también es determinante. CLIPSAS acepta la singularidad de cada Gran Logia, sin imponer ni exigir nada a nadie dentro de la mayor tolerancia mutua. Por su parte, las “Conferencias” se apegan con firmeza a las condiciones impuestas por la Gran Logia Unida de Inglaterra y las exigen a su membresía.
                      
De todos modos, y dentro de sus particulares estilos de trabajo, CLIPSAS y la Conferencias Mundiales en cada cita se preocupan por tratar un tema de actualidad para la humanidad, o de estudiar conjuntamente algún aspecto del devenir Masónico, los cuales son tratados a grandes rasgos desde la perspectiva filantrópica que identifica a la Masonería anglosajona, de reflexión filosófica que distingue a la de Europa continental, o acorde con el discurso social que caracteriza a la latinoamericana.
               
Estas asociaciones de amplia cobertura son importantes en una humanidad globalizada en donde los líderes de la Orden deben tener cabal comprensión de lo que significa ser Masón en un mundo altamente tecnificado y comunicado.
                    
A CLIPSAS le cabe el honor de haberse anticipado a esta tendencia civilizacional y su condición de ser la asociación Masónica de cobertura mundial más grande y vital le impone una función de servicio que no podemos dejar de admirar.
                       
                        

viernes, 31 de marzo de 2017

HISTORIA NO OFICIAL DE LA MASONERÍA 1717 -2017

              
Por Iván Herrera Michel
           

En el mes de marzo de 2017, la Editorial Kier ha puesto en circulación en las librerías argentinas mi más reciente libro, titulado HISTORIA NO OFICIAL DE LA MASONERÍA 1717 -2017. A partir de junio de este mismo año estará disponible en las principales cadenas de librerías de Latinoamérica y de España, así como en las más conocidas plataformas virtuales de ventas, tal como ya se ofrece en MERCADO LIBRE y TEMATICA.COM del país austral.
               
Como un abrebocas del libro, seguidamente trascribo el prólogo escrito por nuestro QH:. Eduardo R. Callaey, quien es hoy por hoy uno de los más respetados investigadores sobre la Masonería en idioma castellano:
     
HISTORIA NO OFICIAL DE LA MASONERÍA 1717 -2017
PRÓLOGO DE EDUARDO R. CALLAEY

Hace tres siglos, en una olvidada taberna de Londres, se produjo un hecho singular que tendría repercusión universal. Un grupo de masones provenientes de varias logias de la ciudad, junto a un puñado de intelectuales y aristócratas, decidió constituirse en asamblea y fundar la primera Gran Logia masónica de la Edad Moderna. Al momento de publicarse este libro se están cumpliendo trescientos años de su aparición en la escena europea. Y más allá de que el establecimiento de esta fecha pueda considerarse arbitrario lo cierto es que goza del consenso general de los masones.
             
A partir de 1717, en menos de veinte años y con una velocidad inusitada, la influencia de la masonería se expandió a toda Europa. Para fines del siglo XVIII ya era un factor de poder dentro de todas las grandes potencias del continente. Fue la punta de lanza del proceso de secularización del espacio cultural europeo. Su acción fue determinante en la emancipación de las colonias americanas, desde el episodio del Motín del Té en Boston hasta las epopeyas libertadoras en la Gran Colombia y el Cono Sur.
                                            
Como ocurre con todas las grandes instituciones de alcance histórico, la masonería encontró rápidamente grandes enemigos, a la vez que se convirtió en una de las herramientas de transformación social más formidables del mundo contemporáneo. De modo que, dicho esto, entenderá el lector por qué resulta importante publicar, al filo de las celebraciones de su tercer centenario, una “Historia No Oficial de la Masonería”.
Eduardo R. Callaey
En todo el orbe se sucederán actos recordatorios de esta fecha, y se repetirán hasta el hartazgo los mismos panegíricos a los que estamos acostumbrados los masones. Por esa razón hay que celebrar la aparición de este libro, escrito por un Hermano de la talla de Iván Herrera Michel, que se ha destacado precisamente por escribir sin medias tintas y plantear de manera directa los grandes desafíos que hoy enfrenta la Orden Masónica.
              
 Si bien el lector encontrará una amplia referencia biográfica al final de la obra, cabe señalar aquí que Herrera Michel es un destacado abogado y escritor colombiano. Se inició en la francmasonería en 1983 y desarrolló una extensa actividad institucional tanto en su país natal, como a nivel continental e internacional. Alcanzó el Grado 33º en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado y ha recibido la Quinta Orden del Rito Francés del Gran Capítulo General del Gran Oriente de Francia, siendo en la actualidad miembro activo, honorario y de número de diversas Logias, Grandes Logias, Supremos Consejos del REAA, Grandes Capítulos del Rito Francés y centros de investigaciones masónicas.
           
Su participación en foros internacionales y muy especialmente su actividad institucional en el Centro de Comunicación e Información de las Potencias firmantes del Llamado de Estrasburgo, en francés Centre de liaison et d’information des puissances maçonniques signataires de l’appel de Strasbourg (CLIPSAS) le ha permitido ser testigo y protagonista de los grandes debates que, en la actualidad, empeñan y desvelan a no pocos masones.
            
Iván Herrera Michel es, además, un prolífico comunicador que comprendió rápidamente la utilidad de las nuevas tecnologías y forma parte de la primera generación de masones que fundaron su propio blog. Su sitio “Pido la Palabra” se encuentra activo desde el año 2008 y esa presencia en la web me permitió conocerlo y conocer sus ideas.  
          
Ya por esos años, desde posiciones claramente diferentes, ambos creíamos en la necesidad de impulsar una nueva literatura que nos sacara de las eternas listas de masones famosos y nos condujera a un análisis de la fraternidad masónica, que bien puede ser considerada como uno de los fenómenos sociológicos más interesantes de nuestra época.
          
Posteriormente tuvo la gentileza de incluirme entre las personas entrevistadas a propósito de su libro El Toque y la Palabra – Diálogos masónicos, en el que vuelca las conversaciones mantenidas con quince masones referentes de la actualidad en nuestra Orden. Eso nos permitió conocernos mejor y estrechar lazos fraternales que no han dejado de fortalecerse desde entonces.
                  
Esta “Historia No Oficial de la Masonería” que hoy presentamos, es una investigación de larga data, que comenzó hace veinte años y que seguramente no se agotará en esta edición. A lo largo de sus ocho capítulos abarca desde la prehistoria masónica hasta la actual vanguardia cuyo principal desafío es crear el futuro. Pero una de las particularidades de este libro es el hecho de que la cronología no es más que un marco en el que el autor vuelca permanentemente sus reflexiones.
                 
En los últimos años se ha sentido un fuerte impulso respecto de la investigación histórica de la masonería. Y si bien esta corriente historiográfica no es nueva –como bien lo señala el autor– ha cobrado vigor a partir del nacimiento de centros académicos en donde podemos confrontar documentación dejando al margen los mitos y las leyendas que son tan habituales en los libros de masonería. Ivan Herrera Michel se sitúa en esa dirección al afirmar que este libro fue escrito con perspectiva histórico-científica, y con esa misma línea de pensamiento muestra el rumbo que ha tomado la Orden en la actualidad, sin esconder ni manipular datos y tendencias...
                  
Cada etapa de la historia de la masonería encierra enigmas, controversias y tabúes. El enfoque propio del que habla el autor se basa en una aguda observación de estos nudos: desde la regularidad hasta las cuestiones de género; desde la tradición hasta la revolución; desde la intimidad del Taller hasta la acción concreta de la masonería en la sociedad. Nada es soslayado.
            
Acostumbrados como estamos a esconder el polvo debajo de la alfombra estoy seguro de que este libro será revelador en muchos aspectos, justamente porque sale de lo reiterativo para hacerse camino en terreno pedregoso: ¿Qué es y que no es la Masonería?  ¿Cuál es su verdadera historia? ¿Cuáles son su filosofía y su deber ser en el mundo actual? ¿Cuál es (o debería ser) el rol interno de la mujer? ¿Hasta dónde llegan sus relaciones con la política y la religión?  ¿Cuál es la legitimidad Masónica del paradigma de la Regularidad? Estas son algunas de las cuestiones que se plantea Herrera Michel a lo largo de su relato histórico.
          
Aquellos interesados en la antigua sociedad de los masones encontrarán en estas páginas un baño de realidad poco habitual en los libros del género. Los Aprendices podrán ampliar su visión de la institución en la que se han iniciado, mientras que todos aquellos que tenemos responsabilidades que atender al interior de la Orden encontraremos numerosas cuestiones que nos quedan pendientes y sobre las que debemos trabajar si pretendemos ser artífices del mundo que viene.
 
Eduardo R. Callaey
         
         
          

miércoles, 1 de marzo de 2017

DE LA COLMENA EN LA MASONERÍA

          
Por Iván Herrera Michel
         
Me pregunta un QH:. Guatemalteco acerca del simbolismo de la Colmena en la Orden, y muy rápidamente le respondo:  
        
En idioma castellano, la palabra “colmena” se refiere tanto a la “habitación natural de las abejas” como al “enjambre que vive en la colmena” (DRAE). Tal como sucede con la palabra “Logia”, que se emplea al igual que para denominar el local en que se celebran las reuniones Masónicas como al grupo de Masones que la conforman. El símbolo viene del siglo XVIII y comúnmente se representa con siete abejas revoloteando alrededor de la colmena recordando que siete es el número mínimo de Masones que se necesitan para que una Logia sea considerada como perfecta.
                   
En clave Masónica la colmena representa básicamente el trabajo y la solidaridad en las Tenidas de la Orden. Y a su vez, la abeja simboliza al Masón industrioso, laborioso, previsor, vigilante, disciplinado, activo, constante en el perfeccionamiento y el bienestar de la Logia y la sociedad. Es decir, que representa un modelo de Masón ordenado hacía un fin trascendente y virtuoso.
             
En un post anterior, reflexionaba acerca de que un Masón es metafóricamente un albañil que construye una obra en una labor individual contenida en una faena colectiva, de allí que el símbolo Masónico por excelencia para figurar el sistema constructivo y fraternal de trabajar los Masones, es el de una Colmena integrada y rodeada por un enjambre de abejas solidarias, laboriosas y organizadas por roles y necesidades funcionales
              
Simbólicamente, al producir la miel, que sería el fruto de su trabajo, el Masón se aparta de las impurezas del consentimiento y genera ideas buenas, útiles y fraternales. Y como la abeja, igualmente genera cordialidad y fecundidad en el trabajo.
                 
La colmena es un antiguo símbolo Masónico que fue proscrito de la Orden en Inglaterra y Gales a partir del nacimiento de la Gran Logia Unida de Inglaterra (GLUI) en 1813. Antes de esa fecha era común encontrarlo en el decorado de las Logias de las islas británicas. De hecho, la más temprana referencia Masónica a la colmena la encontramos en un escrito que se estima de 1731, titulado “A Letter from the Grand Mistress of the Female Free-Masons to Mr. Harding, the Printer”, atribuido al escritor satírico irlandés Jonathan Swift, fundamentalmente conocido por su obra clásica “Los viajes de Gulliver” (1726).
               
La razón de esta supresión inglesa podría encontrarse en que para la época Napoleón Bonaparte había adoptado como emblema personal una abeja para identificarse históricamente con un símbolo merovingio y distanciarse de la dinastía Borbón. En desarrollo de esta decisión, cuando se coronó emperador el 2 de diciembre de 1804 vestía una capa purpura adornada con abejas doradas.
                
Naturalmente, que una GLUI fuertemente comprometida con la realeza y los intereses del imperio británico no deseaba compartir blasón con el imperio francés y eliminó la colmena y la abeja de su simbolismo y decorado, sin importar que la alegoría ya había atravesado el Atlántico y el Canal de la Mancha y arraigado en América y Europa continental en donde todavía se utiliza.
                 
Ha sobrevivido hasta la fecha un ritual del tercer Grado que ya no se usa pero que era utilizado en el siglo XVIII por la Royal Cumberland Lodge No.41, fundada en la ciudad de Bath, Inglaterra, en 1785, que trae el siguiente texto sobre la colmena:
             
"La colmena nos enseña que, habiendo nacidos como seres racionales e inteligentes, también debemos ser trabajadores, y no permanecer ociosos ni mirar con indiferencia apática ni siquiera al más mezquino de nuestros semejantes cuando se encuentre en estado de angustia si está en nuestro poder ayudarlos sin detrimento de nosotros mismos o de nuestros cercanos. La práctica constante de esta virtud se ordena a todos los seres creados, desde el más alto del cielo hasta el más insignificante reptil que se arrastra en el polvo ".
          
Por su parte, el estilo Masónico Preston-Webb de finales del siglo XVIII, que es de donde se origina la versión mayoritariamente practicada en los Estados Unidos, explica la colmena como un símbolo del trabajo y la cooperación, y como advertencia contra la pereza intelectual afirma que “se degrada a sí mismo el que no busca sumar al conocimiento común. Y puede ser considerado como un zángano en la colmena natural, un miembro inútil de la sociedad e indigno de nuestra protección Masónica”.
         
Visto lo anterior, podemos ver en el simbolismo de la colmena, el modelo transversal ideal para todos los métodos Masónicos en uso. Es decir, la interacción simbiótica, estrecha y continua entre Masones pertenecientes a diferentes o similares mapas doctrinales.
               
O, mejor dicho, constatar en su existencia logial el néctar natural e imprescindible de una solidaridad fraternal impregnad de acción. Siempre recordando que, como enseñaban las abuelas, “si a la colmena le va bien a la abeja le va bien”.