lunes, 1 de abril de 2019

COMPARTIR DE SABERES SOBRE EL ORIENTE ETERNO MASÓNICO (2)

Ponencia leída en el Centro de Museos de la Universidad de Caldas, en Manizales, Colombia, el 28 de marzo de 2019, en el marco del “II Festival Internacional de la Diversidad Bio – Cultural”, ante un público plural de Masones, Masonas, en medio de docentes y estudiantes no Masones universitarios


Estimados amigos,
                  
Quiero, ante todo, agradecer a la Universidad de Caldas y a la “Corporación Pro Diversitas Colombia” por haber tenido la gentileza de invitarme al “II Festival Internacional de la Diversidad Bio – Cultural” que tiene como eje temático el de "Transitando la Espiral de la Vida y la Muerte", lo que he aceptado encantado para hablar de algo tan raro para muchos de los presentes como es la Masonería.  
                 

Y como tengo claro que en este auditorio hay un buen número de personas que no son Masonas, deseo comenzar estas palabras aclarando que la Iniciación Masónica – Al decir del tratadista Javier Otaola – “no es un camino de salvación de carácter religioso o esotérico sino un proceso de auto esclarecimiento, y es compatible con cualquier fe religiosa o esotérica que no anule la libertad del individuo, así como también es compatible con el agnosticismo y el ateísmo.  

                 

Lo Masones y Masonas de hoy somos herederos, en varias formas, de quienes independizaron el continente americano hace dos siglos, y vieron en la Masonería una función social, incluyendo en sus vidas unas valoraciones morales en calidad de principios, después de haberse ungido de Tolerancia anglicana y de Revolución Francesa, gracias a un alma liberal colectiva dotada de un interés constructivo de autonomía.
                  
Lo cual es un claro ejemplo de desarrollo sostenible de unos arquetipos que siguen generando propuestas progresistas, como, por ejemplo, la que busca independizar la soberanía del ecosistema que sostiene la vida en la Tierra de las dictaduras del consumo desbocado y de la contaminación humana. O sea que ahora, en este solo caso que traigo a cuento, todos, Masones de la mano de los no Masones, estamos abocados, paradójicamente, a la tarea de conquistar la independencia de aquello que hemos querido siempre dominar.
                
En este orden de ideas, y mientras no nos hayamos ido a vivir a otro planeta, como parecen aconsejar nuestros científicos más imaginativos, el combate por la manumisión del ineludible hábitat para la supervivencia de la humanidad incluye la necesaria independencia de nuestra mente y de nuestros sentimientos de las presiones que nos asedian, así como el asignarnos autónomamente un valor basado en el respeto al ser humano en particular, y, en general en la inclusión plena en el marco de la subsistencia de todas las formas de vida, ya no solamente humanas, sino además la de los animales y los vegetales que ahora vemos con ojos de parientes que comparten una misma red interconectada.
                  
Conceptos que parecieran ser de distintas temáticas pero que se entrecruzan en el común combate en pro de la dignidad humana y contra los prejuicios y las inercias mentales que nos gobiernan.
                   
Y llegamos al punto de la dignidad humana, que es uno de los más sagrados de la esfera Masónica, a pesare de ser muy difícil definir con palabras.
                      
No obstante, a mí en particular me gusta la tesis que ofrece el filósofo alemán Robert Alexi cuando afirma que la dignidad humana posee tres elementos: 1) Autonomía ética para ver un fin en sí mismo; 2) un núcleo fuerte personal que no puede ser objeto de restricciones; y 3) la necesidad de un mínimo de condiciones de existencia. Reconozco que es un poco kantiana la definición, pero me parece afortunada.
                      
Hay muchas otras formas de dignidad por las que podríamos preocuparnos en la construcción actualizada de una familia humana más feliz. Están, por ejemplo, la de la población víctima de desplazamiento forzado, la atención especial para la niñez, la del adulto mayor y las personas discapacitadas, los derechos a la verdad, la justicia, la reparación integral y las garantías de no repetición, la protección de las minorías étnicas, la población campesina, indígena y afro descendiente, el derecho real a la libertad de conciencia, la de una educación basada en pensamientos sistémicos y complejos ligados a los derechos humanos culturales y colectivos, y un largo etcétera.
                   
Los Masones en realidad hemos querido construir, más que una reglamentación universal, un principio sustancial, referente e interpretativo de la realidad humana, que nos señala un camino.
               
Solo con un abordaje crítico de nuestras diferencias, alejándonos del carácter lineal de nuestras estructuras culturales e interrogando nuestros paradigmas con una perspectiva solidaria podemos hacer sostenible, “in crescendo”, aquello de una humanidad feliz a la que nos debemos.
                 
Llegado a este punto, es fácil darse cuenta de que es larga y exigente la tarea de reflexión sobre el rol que podría desarrollar la Masonería, dividida en diferentes dimensiones doctrinales, para abocarse a la temática de la dignidad humana en el marco del desarrollo sostenible. Pero lo que sí es seguro es que todos tenemos la obligación de continuar ocupándonos del ser humano en sus estructuras ideológicas, políticas y económicas, así como en sus costumbres, creencias y relaciones de las sociedades tribales y complejas con el ecosistema.
              
Quiero contarles que hace tan solo unas pocas horas he viajado, fascinado como siempre, mirando por la ventanilla de un avión, desde el Mar Caribe colombiano hasta el eje cafetero, atravesando dos cordilleras andinas, y una vez más he podido comprobar la inmensa responsabilidad que tenemos con el planeta los que vivimos de este lado del mundo.
                    
Y también deseo contarles que, una vez más, ha venido a mi mente la necesidad que existe de aprender de esas personas que viven allí abajo en las montañas y en las selvas, como integrarnos sin traumas al concierto de la vida en la Tierra.
                         
Ojalá pudiéramos impulsar un sistema educativo en nuestras ciudades que incluya una estancia de nuestros niños o adolescentes en sus hábitats. O que por lo menos tienda a asociar con argumentos a favor de una base ecológica sostenible su comportamiento personal y colectivo.
              
O que podamos, por otra parte, hacer realizable un arquetipo que admita el emprendimiento de una acción que muchos estados no están dispuestos a ejecutar, pues implica una gran inversión, un gran esfuerzo, una disminución de sus ganancias de acuerdo al modelo económico vigente y una nueva conciencia planetaria, que son cosas muy difíciles de adoptar, ya que a pesar de su urgencia evidente, todavía cuenta con conceptos tutelares en construcción que están siendo afectados negativamente por presiones de diversos órdenes.
                  
…………………………….
               
Dicho lo anterior, quizás algunos de ustedes se estarán preguntando, con toda razón y buen criterio, que tiene que ver lo que estoy diciendo acerca del deber ser de la Masonería con lo que los Masones llaman un “Oriente Eterno”, relacionado con el tema siempre presente de la muerte, y el de la supervivencia de algo de sí mismos, de alguna manera, en la muerte o más allá de la muerte.
                  
Permitanme explicarles, como es que para los Masones el ser y estar en la vida propia y en su acción social están influenciados por el Oriente Eterno.
                  
Teorías sobre lo que sucede en y después de la muerte hay muchas. Cada una con modalidades propias. Lo Masones también tenemos una expresión para designar, no a la muerte en sí misma, ni al hecho de morirse, sino al imaginario que los vivos tienen de lo que sigue a la muerte de un Masón o Masona. Le decimos “Oriente Eterno”.
              
Es decir, que los Masones al fallecer, en el lenguaje propio institucional, “pasan al Oriente Eterno” o “están en el Oriente Eterno”.
             
En el entendido de que el Oriente Eterno es una figura retórica que expresa y evoca una determinada circunstancia que se enseñorea entre los vivos como resultado del recuerdo de la vida y obra de los que mueren. Y que como todo lo Masónico, posee una funcionalidad constructiva de principios y valores. De personas y sociedades.
                   
Algo así como lo que decía Garcia Márquez acerca de que “la vida no es la que uno vivió, sino la que recuerda y cómo la recuerda para contarla”. La diferencia, en el caso de la Masonería y su Oriente Eterno, es que quienes la recuerdan y se la cuentan a sí mismos no son los que la vivieron, sino los que van quedando en el camino. Es un modo de estar el pasado en las Logias y en las cosas que nos inspira.
                    
Dicho lo anterior, voy a tratar de convertir en palabras, bajando del cielo de los conceptos y los símbolos al suelo de la realidad (más allá de una metafísica subjetiva alejada de la razón, y sin tratar de establecer arbitrariamente criterios de una especie de Masonería práctica aplicada), lo que se podría entender por esta metáfora abstracta y simbólica que llaman Oriente Eterno, por la que se expresa que la memoria que se tiene de un Masón fallecido parece depositarse en un fondo común de memorias, que a la manera de la materia oscura del universo, aunque invisible, desempeña un papel trascendental en la cohesión general.
                
Les voy a contar algo.
                  
En el mes de enero del año 2018, a raíz del fallecimiento del Masón Oscar Pérez en Venezuela, en hechos que recibieron una gran atención mediática, recibí una serie de correos en los que me preguntaban sobre que entendemos exactamente los Masones por “Oriente Eterno”, que sería el lugar o condición en donde se encontraría desde entonces.
                      
Premisa que parte de la idea de que Oscar Pérez, en virtud de su calidad de Masón, se encuentra en algún lugar a la manera del paraíso o el infierno cristiano. Reencarnando en otros seres humanos, animales o plantas como los budistas y los hinduistas. Volviendo al mundo de los vivos como mariposas o colibrís como los Aztecas. O su alma habría viajado a Etiopía como la de los Rastafaris. O está siendo atendido por una legión de vírgenes como algunos musulmanes. O, como los ateos, su existencia se habría diluido física y filosóficamente en la nada de una eternidad sin orillas.
                        
Los Masones somos tan plurales y tan diversos como lo pueden ser los profesores y los estudiantes de la Universidad de Caldas. En lo político, en lo religioso, en lo filosófico, en lo científico cada uno tiene sus propias ideas, y en las Logias hay de todo como en boticas, y de diferentes creencias. Y hasta sin creencias.
                    
Frente al tema de la muerte, que a muchos asusta dentro y fuera de la Masonería, también los hay entregados a vanidades esperanzadoras que bien podrían, una mañana de estas, llevarlos decir como el filósofo Ciorán frente al espejo, “no creo que hoy me vaya a morir con esta corbata tan bonita”.
                     
Por eso es importante que si a alguien en esta sala le entran ganas algún día de ingresar a una Logia Masónica, primero averigüe cuál es su perfil y si se va a sentir cómodo en ella. Así, es más probable que sea asertivo, que no pierda su valioso tiempo con algo que no le va y que tampoco se lo haga perder a la Logia.
                 
La Masonería es una metáfora de construcción sucesiva que invita a edificar una mejor persona y un mundo mejor. Y es lógico que solo se construye algo estando vivo.  Si se toca el tema de la muerte en las Logias, generalmente es para motivar una meditación acerca de la frugalidad de la vida o del estar vivos, en palabras de José Asunción Silva, “entre lo sombrío de lo ignorado y de lo inmenso”.
                    
Se busca recordar el final necesario de todas las cosas, la fragilidad de la vida humana y la intranscendencia de las ambiciones. Meditar sobre los problemas de la existencia humana, así como sobre la razón o el sentido de esa existencia.
                
Para los Masones, la expresión “Pasó al Oriente Eterno” se refiere a que, luego de su trasegar vital en busca de una luz (que puede ser, a elección del Masón, moral, intelectual, cognitiva, espiritual, metafísica, Etc.), finalmente al morir su memoria se confunde (y se funde) con el recuerdo de los Masones que han fallecido antes.
               
Es decir, que la metáfora no se refiere a un lugar, sino a una condición evocativa que no es incompatible con lo que creemos por el credo que profesamos, ni con las convicciones metafísicas que asumamos, ni con las conclusiones científicas que sostengamos, y que solo se aplica a los Masones.
                
El Oriente Eterno en la Masonería está constituido por un depósito de memoria ancestral, que va variando en la medida en que se agregan nuevos recuerdos de los Masones que van falleciendo. Contiene una forma dinámica de enlazar el pasado con el presente y sugiere una manera de entender las tradiciones, incorporando a los debates lo heredado y lo aprendido.
                      
Quienes hayan observado conversaciones entre Masones, se habrán dado cuenta que muchas veces a partir de la evocación de los fallecidos buscan conocerse, comprenderse y un modelo identitario.
                   
De todas las definiciones que he oído y leído sobre el concepto de Oriente Eterno hay dos poéticas que me aproximan a lo que daban a entender mis mayores sobre la memoria de un Masón luego de su fallecimiento, que, en resumidas cuentas, solo sería una estación de paso, o, en palabras de los indígenas Kogi de la Sierra Nevada de Santa Marta (Colombia), un corto paso en el viaje entre el vientre de la madre y el vientre de la tierra.
                         
Me refiero a que, en clave Masónica, si se me permite la extrapolación, me ubico en la perspectiva de Santa Teresa de Jesús cuando escribió que “Vivir se debe la vida, de tal suerte que viva quede en la muerte”, en afortunada armonía con los versos del colombiano Antonio Muñoz Feijoo que sostienen que “… / la vida es el honor, es el recuerdo. / Por eso hay muertos que en el mundo viven, / …”
                        
Por su parte, los Masones de Estados Unidos dicen que el Masón que muere “ha sido llamado a una más alta esfera de acción”.
                    
De hecho, de lo que más se habla cuando se refrenda el Paso al Oriente Eterno de un Masón es de sus ejecutorias. De su vida ejemplar, de su inclinación al estudio, de su fraternidad, de sus virtudes, de sus servicios desinteresados, de su compromiso con una causa noble, Etc., y siempre se destaca alguna particularidad por la que debería ser recordado con admiración o por la que se le pueda mostrar como ejemplo. Es como si quien muriera quedara “existiendo” de alguna forma virtual, real o aparente, en la mente de los Masones que le recuerdan y le sobreviven.
                     
Es un “algo” en común que se materializa dentro del marco de la construcción alegórica de un templo, trazado en el corazón mismo del decorado Masónico. Es gracias a este templo, simbólicamente representado como una edificación inacabada, que las múltiples energías individuales se unen en una sola que contiene un serio ideal de humanismo integral, mediante el cual se naturaliza la cultura y se culturiza la naturaleza, como afirma el sociólogo francés de la vida cotidiana Michel Maffesoly.
                         
Obviamente, que no cuestión de que los muertos gobiernen a los vivos. Debe entenderse que cuando las ideas se dispersan o están en peligro de desnaturalizarse, el acumulado memorioso del Oriente Eterno cursa una invitación a comportarse de determinada forma tradicional para la Orden.
                          
Cuando una época culmina y otra comienza, la reserva de la experiencia tradicional se vuelca al presente. Y la referencia al "Oriente", es decir al lugar de donde surge la luz, es un elemento constante de la sabiduría Masónica.
                     
Es un Método Iniciático orientado hacia la conciencia del deber ser. No la simple proyección del pasado sobre el futuro, sino un viaje, nunca terminado, arraigado profundamente en el presente de los Masones, de enraizamiento dinámico.
                     
La vida y la muerte constituyen una unidad que más allá del sepulcro sigue produciendo efectos. Comienza con la tumba el misterio insondable de la noche de la vida. Desde el mismo inicio de la carrera Masónica, los Masones nos acercamos, despojados de todo objeto de valor material, y conscientes de la fragilidad de la vida, a la infinitud de la gran verdad que es una eternidad que sobrepasa nuestro entendimiento, y que, como el horizonte, mantiene siempre su inalcanzada distancia.
                          
De donde resulta que el Oriente Eterno Masónico es un universo cálido de memoria colectiva, sugestivo de un ideal comunitario en el que está presente, y se campea, lo que se recuerda valorativamente de los Masones fallecidos, y en donde cada reminiscencia individual va diluyéndose hasta convertirse en “el olvido que seremos”, de Borges, de la misma manera en que la luz del día va diluyéndose suavemente en las sombras de la noche.
                       
Pero se equivoca quien considere que se apaga la luz cuando apenas la pierde de vista, porque la de quienes han partido sigue iluminando un camino que de por sí ya viene cargado de nuevos discernimientos que domestican el entusiasmo y controlan la exaltación, transmutándolos en una posición común de sabiduría ancestral que permea el espíritu de las épocas, y las proyecta hacia adelante.
                 
Muchas gracias a todos.
                  
              
                
                    





jueves, 28 de febrero de 2019

EL PRIMER INDIGENA AMERICANO MASÓN


                           
Por Iván Herrera Michel
               
Me pregunta un Masón brasileño si hubo aborígenes americanos en las Logias de las colonias del nuevo mundo.
          
En realidad, si los hubo de los que la sociedad política indiana española que siguió a la conquista llamaba de “raza” indígena con “sangre limpia”. Aunque muy pocos, en verdad.
                       
Pero solo fue durante y después del primer periodo independentista de las colonias inglesas, francesas y españolas (1780 – 1830), cuando las Logias se llenaron de descendientes de indígenas, “de sangre manchada”, pertenecientes a las “castas” de los mestizos, castizos, cuarterones, zambos, zambos prietos, apiñonados, cholos, chinos, harnizos, saltapatrás, lobos, jíbaros, albarazados, cambujos, chamizos, zambaigos, calpamulatos, tente en el aire, no te entiendo, tornatrás, coyotes, genízaros, jarochos, tresalbos …
                     
Especialmente en Latinoamérica, en donde hoy son mayoría en las Grandes Logias, con excepción de Uruguay, con el 96% de la población sin rastros de sangre indígena, y Argentina, en la que el 40% tampoco la tiene.
                   
Sin embargo, y en contra de lo que se pudiera esperar, el primer Masón totalmente indígena del nuevo mundo no fue latinoamericano, no se Inició en el continente en el que nació ni tampoco formó parte de una Logia independentista.  Nació en lo que hoy son los Estados Unidos, se Inició en Londres y luchó al servicio colonial del imperio británico.
                  
Thayendangea
por Charles Wilson
Peale - 1797
Se trató de “Thayendangea”, nacido a orillas del Río Ohio, USA, en el mes de marzo de 1743, hijo del jefe del pueblo Iroqués de los Mohawks que se autodenomina “Kaniengehaga” (Pueblo del Lugar del Pedernal).  Hoy los Mohawks habitan en Estados Unidos en las reservas de Sant Regis (Nueva York), y en Canadá en Oka, Kanesatake y Kahnawake (Quebec), y en Brantford y la Bahía de Quinte (Ontario).
                
Después de que su padre falleció en 1753, la madre de Thayendangea decidió mudarse con sus dos hijos de Ohio a Canajoharie, en el Estado de Nueva York.  Ese mismo año conoció y se casó con un Mohawk de apellido Brant, cuya familia estaba vinculada con los británicos, ya que su abuelo Sagayendwarahton (Old Smoke) fue uno de los cuatro jefes Mohawk que visitaron a la Reina Ana en Londres en 1710.  El niño y su hermana adoptaron el apellido del segundo esposo de la madre y pasaron a llamarse Joseph y Molly Brant.
               
Años después, la vieja conexión del nuevo apellido con el Imperio Británico favorecerá a Joseph Brant, permitiéndole relacionarse con el acaudalado diplomático y político inglés William Johnson, quien a la postre se convertiría en Gran Maestro Provincial de Nueva York y amante de su hermana Molly, con quien se casó a la muerte de la esposa.
                  
Con la ayuda de Johnson, Joseph Brant se convirtió en parte del ejército británico y a su lado peleó en la guerra franco británica que se libró en Norteamérica entre 1754 y 1763, estudió en la Escuela de Caridad para indios, en Lebanon, Connecticut, en donde aprendió inglés e historia europea y culminada la guerra se convirtió a la religión anglicana. 
                  
Al morir su protector, Brant atrajo al lado inglés de la guerra de independencia a los pueblos Iroqueses
Joseph Brant
por George Romney - 1776
Mohawks, Onondagas, Cayugas y Senecas con el argumento de que si ganaban los independentistas perderían sus tierras ancestrales.  También tradujo al idioma Mohawk el Libro de Oración y el Evangelio de San Marcos, Los Hechos de los Apóstoles y una breve historia de la Biblia, entre otros textos.
                             
Fue recibido en Londres en 1776 como un alto dignatario de los indios americanos.  Y estando allí, el 26 de abril de ese mismo año, se Inició en la Logia “Hiram’s Cliftonian”, que celebraba sus Tenidas en la taberna Falcon, en Princess Street, Leicester Fields, bajo la jurisdicción de la Gran Logia de Inglaterra, durante la Gran Maestría de Robert Edward Petre, 9° Baron de Petre. 
                     
La Logia “Hiram’s Cliftonian” Levantó Columnas en 1771 y las Abatió en 1782, y existe la leyenda de que el Mandil de Brant fue un obsequio personal de Jorge III, que entre 1760 y 1801 fue el tercer Rey Hannover de Gran Bretaña e Irlanda, y el primero en hablar en inglés de esa dinastía tan cercana a los Masonería de los Modernos.
                   
En la Inglaterra de finales del siglo XVIII Joseph Brant se convirtió en una verdadera atracción.  Era la encarnación viva del mito del “buen salvaje”, que para esos años comenzaba a propagar la Ilustración (John Locke, Jean-Jacques Rousseau, Joseph-Marie Loaisel de Tréogate…) y viajeros como James Cook.
                        
De regreso a América y al servicio de las tropas británicas, Brant se enfrentó a los “Padres fundadores de los Estados Unidos de América” en la guerra de independencia (1775 – 1783), en donde se distinguió por una tan exagerada crueldad con los prisioneros antes de asesinarlos, que hasta los mismos oficiales de Gran Bretaña lo acusaban de poco ajustado a los usos de la guerra.
                        

Monumento en memoria de
 Joseph Brant - Brantford (Ontario) - 1886 
No obstante, cuenta otra leyenda que luego de la rendición de las fuerzas independentistas en la batalla de Cedars en el Rio San Lorenzo, en 1776, Brant le perdonó la vida al Capitan patriota John McKinstry, miembro de la Hudson Lodge No.13 de Nueva York, después de que se identificó como Masón.  Brant y McKinstry se convirtieron en grandes amigos y en 1805 visitaron juntos la Logia Hudson No.  13, en donde se les tributó una fraternal acogida.  Hoy de sus paredes cuelga un retrato de Brant.
                            
Brant se afilió y presidió la Logia No.  11, en el pueblo Mohawk en Grand River, y posteriormente se afilió a la Barton Lodge No.10 en la ciudad de Hamilton, Ontario.
                       
El 24 de noviembre de 1807, murió en su casa en la cabecera del lago Ontario (hoy ciudad de Burlington, Ontario), a la edad de 64 años, después de una breve enfermedad.  Sus últimas palabras, dirigidas a su sobrino adoptivo John Norton, reflejan su compromiso con su pueblo: "Ten piedad de los indios pobres.  Si tienes alguna influencia con los grandes, trata de usarla para su bien".
                    
En 1850, sus restos fueron transportados en hombros a lo largo de 55 kilómetros por jóvenes Mohawks de Grand River a una tumba en “Her Majesty's Chapel” en Brantford.
                        
Desde entonces, allí reposan los restos del H:. Thayendangea, el primer aborigen americano en ser Iniciado en una Logia Masónica.
                    
                 
                       
                               

jueves, 7 de febrero de 2019

“LA FRANCMASONERÍA EN AMÉRICA LATINA. Idealismo, Complejidades y Poder” (Catalá)

Ressenya per Iván Herrera Michel y fraternal traducción al Catalán por J.M. en MASONERÍA BCN 
           
                                                    
L'editorial espanyola MASONICA.ES acaba de publicar el llibre   “LA FRANCMASONERÍA EN AMÉRICA LATINA. Idealismo, Complejidades y Poder”  és la versió en castellà del que es va publicar en francès Éditions Dervy l'any 2017 sota el títol “L'Amérique Latine et la Caraïbe des lumières: une franc-maçonnerie d'influence”.
             
He tingut l'honor de participar en el grup d'investigadors convidats inclosos en aquest llibre excepcional d'Alain de Keghel, qui fora durant un llarg període Gran Comanador del Suprem Consell del Ritu Escocès Antic Acceptat (REAA) del Gran Orient de França, reconegut autor de diversos llibres relatius a l'Ordre Maçònic i membre de diverses societats científiques. El text en espanyol té 420 pàgines, i es pot comprar fàcilment en els llocs web de MASÓNICA.ES i AMAZON.COM.
                
L'edició en francès porta un prefaci de l'historiador Pierre Mollier, Director de la Bibliotecai Conservador del Museu de la Francmaçoneria del Gran Orient de França, i la versió en  espanyol de l'historiador portuguès Fernando Marques dóna Costa, autor de diversos llibres d'història contemporània i sobre la Maçoneria. Circumstància, que constitueix una peça de garantia de la serietat del contingut.
                                
En paraules dels presentadors, el llibre és:
                     
“Una excepcional obra col·lectiva que, de la mà d'autèntics experts en la matèria, estudia en profunditat el panorama maçònic de l'immens territori d'Amèrica Llatina, situant al lector enfront d'una mitologia tenyida d'idealisme, maçoneria i poder. Una oportunitat per a retardar la influència de la Il·lustració i les ambicions d'emancipació, tenint com a tret comú la Revolució Francesa i els ideals de varis dels personatges llegendaris de la història: Simón Bolívar, Bernardo O’Higgins, Francisco de Sant Martí, José Martí, Benito Juárez i Guiseppe Garibaldi. Una lectura historiogràfica maçònica sota la direcció d'Alain de Keghel a través d'una perspectiva d'anàlisi clara, documentada i instructiva de la maçoneria contemporània a Amèrica Llatina. L'important repertori d'arxius emprats, ha permès contextualitzar el paper de les lògies i dels francmaçons en la societat civil llatinoamericana, seguint així la línia dels desafiaments metodològics empresos per la historiografia maçònica dels últims vint anys. Els autors que han contribuït en aquest projecte, acadèmics, historiadors, investigadors, diplomàtics, han assumit el repte de dur a terme un inventari acadèmic que permeti mesurar la realitat de l'Ordre Maçònic en aquestes àmplies regions del món a través d'una lectura transversal entre qüestions geopolítiques i qüestions maçòniques.”
               
L'obra gira entorn dels següents set eixos temàtics que constitueixen sengles nuclis estructurals de l'exposició:
                                        
CAPÍTULO I: LA MASONERÍA EN MEXICO  
           
CAPÍTULO II: LA FRANCMASONERIA EN CENTROAMÉRICA
                 
CAPÍTULO III: LA FRANCMASONERÍA EN GUYANA Y LAS ANTILLAS FRANCESAS                               
 
CAPÍTULO IV: CUBA Y HAITI, LAS ISLAS DONDE SE ENCUENTRAN LAS INFLUENCIAS MASÓNICAS             
              
CAPÍTULO V: AMÉRICA DEL SUR SEPTENTRIONAL Y OCCIDENTAL
              
CAPÍTULO VI: LA FRANCMASONERÍA EN BRASIL           
                
CAPÍTULO VII: EL CONO SUR, RELACIONES DE VECINDAD MUY COMPLICADAS
                 
               
                          
                   

jueves, 31 de enero de 2019

LA FRANCMASONERÍA EN AMÉRICA LATINA

IDEALISMO, COMPLEJIDADES Y PODER
          
Por Iván Herrera Michel
      
La española MASONICA.ES acaba de publicar el libro “La Francmasonería en América Latina. Idealismo, Complejidades y Poder”, que es la versión en castellano del que publicó en francés Éditions Dervy en el año 2017 bajo el título “L'Amérique Latine et la Caraïbe des lumières: une franc-maçonnerie d'influence”.
                  
He tenido el honor de participar en el grupo de investigadores invitados incluidos en este libro excepcional de Alain de Keghel, quien fuera durante un largo periodo Gran Comendador del Supremo Consejo del Rito Escocés Antiguo Aceptado (REAA) del Gran Oriente de Francia, reconocido autor de varios libros relativos a la Orden Masónica y miembro de varias sociedades científicas. El texto en español tiene 420 páginas, y se puede comprar fácilmente en los sitios web de MASÓNICA.ES y AMAZON.COM.
    
La edición en francés trae un prefacio del historiador Pierre Mollier, Director de la Biblioteca
Alain de Keghel
y Conservador del Museo de la Francmasonería del Gran Oriente de Francia, y la versión en español del historiador portugués Fernando Marques da Costa, autor de varios libros de historia contemporánea y sobre la Masonería. Circunstancia, que constituye una prenda de garantía de la seriedad del contenido.
         
En palabras de los presentadores, el libro es:
       
“Una excepcional obra colectiva que, de la mano de auténticos expertos en la materia, estudia en profundidad el panorama masónico del inmenso territorio de América Latina, situando al lector frente a una mitología teñida de idealismo, masonería y poder. Una oportunidad para retrasar la influencia de la Ilustración y las ambiciones de emancipación, teniendo como rasgo común la Revolución Francesa y los ideales de varios de los personajes legendarios de la historia: Simón Bolívar, Bernardo O’Higgins, Francisco de San Martín, José Martí, Benito Juárez y José Garibaldi. Una lectura historiográfica masónica bajo la dirección de Alain de Keghel a través de una perspectiva de análisis clara, documentada e instructiva de la masonería contemporánea en América Latina. El importante repertorio de archivos empleados, ha permitido contextualizar el papel de las logias y de los francmasones en la sociedad civil latinoamericana, siguiendo así la línea de los desafíos metodológicos emprendidos por la historiografía masónica de los últimos veinte años. Los autores que han contribuido en este proyecto, académicos, historiadores, investigadores, diplomáticos, han asumido el reto de llevar a cabo un inventario académico que permita medir la realidad de la Orden Masónica en estas amplias regiones del mundo a través de una lectura transversal entre cuestiones geopolíticas y cuestiones masónicas.”
         
La obra gira en torno a los siguientes siete ejes temáticos que constituyen otros tantos núcleos estructurales de la exposición:
          
CAPÍTULO I: LA MASONERÍA EN MEXICO  
   
CAPÍTULO II: LA FRANCMASONERIA EN CENTROAMÉRICA
   
CAPÍTULO III: LA FRANCMASONERÍA EN GUYANA Y LAS ANTILLAS FRANCESAS
          
CAPÍTULO IV: CUBA Y HAITI, LAS ISLAS DONDE SE ENCUENTRAN LAS INFLUENCIAS MASÓNICAS
            
CAPÍTULO V: AMÉRICA DEL SUR SEPTENTRIONAL Y OCCIDENTAL
          
CAPÍTULO VI: LA FRANCMASONERÍA EN BRASIL
          
CAPÍTULO VII: EL CONO SUR, RELACIONES DE VECINDAD MUY COMPLICADAS
                
                   
                    


viernes, 4 de enero de 2019

L'EGREGOR (Catalá)

         
Por Iván Herrera Michel y fraternal traducción al Catalán por J.M. en MASONERÍA BCN 
                         

Només com una representació subtil podríem assumir aquest "ànima fusionada", "sentiment col·lectiu", "ment grupal", "metabolisme corporatiu", "esperit comú", ... anomenat egrègor (o egrègora) que acompanya les reunions Maçòniques influenciant les seves Tingudes.

                   
Enmig de ritus, normes i estàndards, l'egrègor acaba sent un constructe dels estats d'ànim, trets, conviccions, emocions i repertori conductual dels que assisteixen a les Tingudes, que actua en el marc d'un decòrum de definicions acceptades i mútues fertilitzacions .
                   
Però no és un fenomen exclusiu de la Maçoneria, ni s'ha de confondre amb l'inconscient col·lectiu, que paral·lelament acompanya els treballs.
                    
És una espècie d'hàlit anímic que trobem igualment en les 'inxades' d'un equip de futbol, en un club de fans, en la conxorxa d'una cantonada de barri, en un grup d'oració, en un bar de tangos, a les set voltes a la Kaaba, a la seu d'un partit polític, en un convent de monges, en les reunions gremials, en els sindicats d'obrers, en els afiliats a un cinema club, al pati d'una presó ...
                        
I com els Maçons es reuneixen, més o menys els mateixos, al llarg d'un bon temps,  aquest egrègor tendeix a posseir cert grau de permanència i característiques pròpies. Encara que, l'experiència mostri que va variant al ritme de les circumstàncies i els nous membres.
                    
Podem assumir l'egrègor des de la filosofia, la psicologia, la racionalitat, o la inspiració comú ... o percebre-ho surant en l'aire, cenyit de versos o punyals, sobre el brodat de relacions amistoses o discrepants. 
                      
De qualsevol manera, és una representació intangible a la manera d'un paisatge, contínuament únic, però sempre variat, de vegades incomprensible, de vegades explicatiu, de vegades dotat de parles o saturat de silencis, de vegades efímer, però sempre diferent als arbres, núvols, rius, muntanyes, barrancs i prats que l'acoloreixen dispensant matisos, bellesa, feresa o raons.
                            
Quan és agradable permet "habitar junts i en harmonia", oferint una progressió de sentits al rusc.
                    
                      
                      
                   


L'ÉGRÉGORE


Por Iván Herrera Michel y fraternal traducción al francés de Serge Llorca
                       
Serge Llorca
Miremont, Midi-Pyrenees, France
Ce n’est qu’en tant que représentation subtile que nous pouvons supposer «âme fusionnée», «sentiment collectif», «esprit de groupe», «métabolisme corporatif», «esprit commun», ... appelé égrégore qui accompagne les réunions maçonniques influençant leur Tenues.                Au milieu des rites, des normes et des standards, l'égrégore finit par être une construction des états d'esprit, des traits, des convictions, des émotions et du répertoire comportemental de ceux qui fréquentent les Tenues, qui agit dans le cadre d'un décorum de définitions acceptées et de fécondations mutuelles.               Mais ce n’est pas un phénomène exclusif de la franc-maçonnerie, il ne faut pas non plus le confondre avec l’inconscient collectif, qui accompagne parallèlement les Travaux.                  C’est une sorte de souffle profond que l’on retrouve également chez les fans d’une équipe de football, dans un fan club, dans les bandes de copains de quartier, dans un groupe de prière, dans un bar de tango, dans les sept tours de la Kaaba, au siège d'un parti politique, dans un couvent de religieuses, dans des réunions syndicales, dans des syndicats de travailleurs, dans les affiliées d'un club de cinéma, dans la cour d'une prison ...              Et comme les maçons qui se rencontrent sont plus ou moins les mêmes, l'égrégore a tendance à posséder sur une longue période, un certain degré de permanence et ses propres caractéristiques. Bien que l'expérience montre que cela varie selon les circonstances et les nouveaux membres.              Nous pouvons assumer l'égrégore de la philosophie, de la psychologie, de la rationalité ou d'une inspiration commune ... ou le percevoir flotter dans les airs, enveloppé dans des paroles d'amour ou accérées, dans le cadre de relations amicales ou divergentes.                  En tout cas, il s’agit d’une représentation intangible à la manière d’un paysage, toujours unique, mais toujours variée, parfois incompréhensible, parfois explicative, parfois dotée de paroles ou saturée de silences, parfois éphémère, mais toujours différente des arbres, des nuages, des rivières, des montagnes, des ravins et des prairies qui le colorent, lui donnant des nuances, une beauté, une férocité ou des raisons.               "Quand il est agréable il permet "d'habiter ensemble et en harmonie", offrant une progression des sens à la ruche."
                            
                 




           

Administrar


Mostrar más reacciones

miércoles, 2 de enero de 2019

EL EGREGOR

            
Por: Iván Herrera Michel
               
Solo como una representación sutil podríamos asumir ese “alma fusionada”, “sentimiento colectivo”, “mente grupal”, “metabolismo corporativo”, “espíritu común”, … llamado egregor (o egregora) que acompaña las reuniones Masónicas influenciando sus Tenidas.
                 
En medio de ritos, normas y estándares, el egregor termina siendo un constructo de los estados de ánimo, rasgos, convicciones, emociones y repertorio conductual de quienes asisten a las Tenidas, que actúa en el marco de un decorum de definiciones aceptadas y mutuas fertilizaciones.                                        
                                                    
Pero no es un fenómeno exclusivo de la Masonería, ni debe confundirse con el inconsciente colectivo, que paralelamente acompaña los trabajos. 

Es una especie de hálito anímico que encontramos igualmente en las hinchadas de un equipo de fútbol, en un club de fans, en el compadreo de una esquina de barrio, en un grupo de oración, en un bar de tangos, en las siete vueltas a la Kaaba, en la sede de un partido político, en un convento de monjas, en las reuniones gremiales, en los sindicatos de obreros, en los afiliados a un cine club, en el patio de una cárcel…
                                      
Y como los Masones se reúnen, más o menos los mismos, a lo largo de un buen tiempo, el egregor tiende a poseer cierto grado de permanencia y características propias. Aunque, la experiencia muestre que va variando al ritmo de las circunstancias y los nuevos miembros. 

Podemos asumir el egregor desde la filosofía, la psicología, la racionalidad, o la inspiración común… o percibirlo flotando en el aire, ceñido de versos o puñales, sobre el bordado de relaciones amistosas o discrepantes. 

De cualquier modo, es una representación intangible a la manera de un paisaje, continuamente único, pero siempre variado, a veces incomprensible, a veces explicativo, a veces dotado de hablas o saturado de silencios, a veces efímero, pero siempre distinto a los arboles, nubes, ríos, montañas, barrancos y prados que lo colorean dispensándole matices, belleza, fiereza o razones. 

Cuando es agradable permite “habitar juntos y en armonía”, ofreciendo una progresión de sentidos a la colmena.

                 
                    
                      
                       

viernes, 7 de diciembre de 2018

LA GLUI EXPLICA SU POLÍTICA DE REASIGNACIÓN DE GÉNERO


En el mes de julio/2018 la Gran Logia Unida de Inglaterra sorprendía a propios y extraños al anunciar oficialmente que se convertía en mixta por cuenta de la aceptación de transgéneros en sus Logias. Ahora su director Legal explica sus fundamentos y alcances. 

IHM

DONALD TAYLOR, DIRECTOR DE SERVICIOS LEGALES DE LA GRAN LOGIA UNIDA DE INGLATERRA (GLUI), EXPLICA EL PENSAMIENTO DETRÁS DE SU POLÍTICA DE REASIGNACIÓN DE GÉNERO Y SUS APLICACIONES PRÁCTICAS
   
¿Por qué GLUI ha desarrollado una Política de Reasignación de Género?

Donald Taylor
Queríamos ayudar a los miembros a comprender y cumplir con la ley. Esto no es como otras áreas de la ley de discriminación, donde gran parte del tiempo se entiende lo que es legal y lo que no lo es. Para muchos de nosotros, la reasignación de género está fuera de nuestra experiencia y conocimiento. La segunda razón de la política es que debemos dar mensajes coherentes a los medios de comunicación, que a menudo tergiversan la Masonería. Esta política ayuda a educar a los medios de comunicación y al público de que muchos de los prejuicios que pueden tener sobre la Masonería son incorrectos. Los Masones tienen diversos puntos de vista sobre este tema, pero deben estar muy orgullosos de la compasión y cortesía con que tratan a otras personas.
    
¿Cuáles son los elementos principales de la Política de Reasignación de Género de GLUI?
               
La ley de igualdad afecta la forma en que operamos en dos áreas principales en relación con la reasignación de género. Primero, la admisión. Las Logias bajo GLUI admiten hombres y solo hombres. Ahora necesitamos ser precisos acerca de lo que queremos decir con un hombre. Debemos usar la definición legal: alguien nacido hombre. Pero también alguien cuyo certificado de nacimiento dice "mujer" pero desde entonces se ha sometido al proceso legal de cambio de género. Si un nuevo miembro nació femenino, pero ha cambiado de género, es tan elegible como cualquier otro hombre, siempre que cumpla con los otros requisitos.
              
La segunda área es la retención. La ley de igualdad permite que organismos como el Instituto de Mujeres Francmasonas y sus Logias se discriminen en función del género en el punto de admisión, pero no les permite discriminar después de ingresar. Eso significa que un Masón que se convierte en mujer tiene derecho a seguir siendo miembro de su (s) Logia (s).
              
¿Qué debe hacer un secretario de la Logia si un Masón dice que planea cambiar su género?
                
Nada. No recopilamos información sobre el género y es un asunto privado para el individuo. La privacidad de la persona debe respetarse y normalmente no habrá ningún requisito para informar a la Gran Secretaria Metropolitana, Provincial o del Distrito o a la Gran Secretaria sobre este cambio.
               
¿Debe un Masón que haya cambiado de género transferirse automáticamente a la Masonería femenina?
                 
Si un individuo solicita información sobre cómo ponerse en contacto con la Masonería femenina, ayudaremos y, si desea, la apoyaremos para que se transfiera, pero la solicitud debe ser dirigida por el individuo. Ningún miembro debe ser presionado para que renuncie a su Logia simplemente porque ya no es un hombre. Ya sea que ella quiera quedarse con su Logia o mudarse a la Masonería femenina, es totalmente su elección.
                
¿Si un Masón está cambiando su género a mujer, ¿debe informar a la secretaria de su Logia?
                
Un Masón que cambia de género solo tiene que pensar en lo que quiere hacer. Si desea anunciar a la Logia que ha cambiado su nombre o título, está bien, pero debe dejárselo todo a él.
             
¿Qué deben hacer otros Masones si uno de sus miembros ha cambiado de género?
               
Esto puede ser un momento difícil, cuando las personas a menudo necesitan apoyo y, a veces, pierden amigos o familiares, por lo que, si una Logia puede ofrecer apoyo, es algo maravilloso. Algunas personas se sienten incómodas con la reasignación de género y respetamos sus puntos de vista, pero un Francmasón siempre debe esforzarse por actuar legalmente y con cortesía hacia los demás.
               
¿Es esta la última palabra sobre el tema?
          
No. La ley en esta área está sujeta a cambios y la política y la orientación pueden ser modificadas de vez en cuando. Pero los fundamentos se mantendrán, de valores Masónicos y de ser sensibles a cualquier persona afectada por este tema, al menos hasta que la conozca lo suficiente como para saber qué comentarios y bromas son aceptables para ellas y cuáles no.
              
¿Cuál es el pensamiento detrás de esta política?
         
En última instancia, este es un tema que no afectará a muchas Logias y no es una amenaza para la Masonería y sus valores. Pero debemos asegurarnos de aplicar la ley correctamente. También es un área donde podemos demostrar los valores compartidos de la Masonería al público. La GLUI no le está diciendo a nadie qué pensar o sentir, pero los Masones tienen que actuar dentro de la ley. Y no importa lo mucho que un Francmasón pueda estar en desacuerdo con alguien, todavía debe tratarlos con respeto, dignidad y compasión.
               
 ..............................

Publicado originalmente por la revista oficial de la GLUI, FREEMASONRY TODAY, el 7 de diciembre de 2018. (ver artículo original en https://www.freemasonrytoday.com/ugle-sgc/ugle/donald-taylor-explains-why-ugle-developed-a-gender-reassignment-policy )