viernes, 2 de febrero de 2018

OSCAR PÉREZ Y LA MASONERÍA

                 
Por Iván Herrera Michel
                

Oscar Pérez con distintivos Masónicos
No todo es consenso en la Masonería venezolana acerca de la opción armada que lideró el Masón Oscar Pérez contra su gobierno, ya que existen Masones en ese país que tienen un sentir político diametralmente opuesto. Un punto de discusión importante que he conocido, y lo planteó tangencialmente la Gran Logia de la República de Venezuela (la de Jesuita a Maturín en Caracas), en su comunicado del 26 de enero de 2018, se centra en que el método Masónico sugiere que es el Masón individualmente el que construye bajo su absoluta responsabilidad personal. No la institucionalidad Masónica.
                       
De tal forma, por ejemplo, que sería válido afirmar bajo esta premisa que la Masonería no libertó cinco naciones suramericanas, sino que lo hizo el Masón Simón Bolívar. Y en honor a la verdad, la discusión tiene tanta antigüedad como la Masonería moderna.
                    
Para el método Masónico, la evocación de los Masones fallecidos posee un rol constructivo de fomento y refuerzo de los valores institucionales, como parece haber propiciado el caso de Oscar Pérez, Iniciado en la Gran Logia Sur Oriental de Antiguos Libres Masones de la República Bolivariana de Venezuela – San Félix de Guayana, en el Estado de Bolívar, y posteriormente, al trasladarse a Caracas, hecho miembro de la Gran Logia de la República de Venezuela.
                      
A partir de su muerte se produjo una conmoción en la región, y ha sido motivo para que se hayan pronunciado con luces largas condenando su muerte, apoyando los motivos de su lucha o justificando la pertinencia de su alzamiento armado, Grandes Logias y Grandes Orientes masculinos, femeninos y mixtos de Uruguay, Colombia, Paraguay, Argentina, Venezuela, Ecuador, Perú, Chile..., organizaciones multilaterales, medios de contenidos Masónicos, Blogs, y una buena cantidad de Masones y Masonas en las redes sociales.
                   
No obstante, es una realidad el que no hay unanimidad entre los Masones en Venezuela, por lo que no es correcto afirmar que “la” Masonería está afiliada o en contra del gobierno o de la oposición. Eso sería caer en reduccionismos y simplificar el análisis del paisaje Masónico en ese país.
                
Remontándonos al pasado (y ese parece ser un lugar común tácito o expreso), vemos que
Variedad de Acacia roja que es común en Venezuela
es cierto que mecieron la cuna de la independencia Masones como José Martí, Bernardo O’Higgins, José de San Martín,
Benito Juárez, Simón Bolívar, Andrés Bello, Francisco de Miranda, Simón Rodriguez, José Antonio Páez, Antonio José de Sucre, Antonio Ricaurte, Daniel Florencio O’Leary, Carlos Soublette, José Félix Ribas… Pero también fue notaria la participación activa de Masones realistas defendiendo los intereses de la monarquía española. Entre ellos, el Virrey José de la Serna, el Pacificador Pablo Morillo, el General José de La Mar, el General José María Barreiro (que ordenó fusilar el Masón Francisco de Paula Santander).
                   
Hoy en día, en Venezuela existen Logias en donde es mayoritaria la membresía de militares, así como muchos de ellos que ocupan dignidades en algunas de las varias Grandes Logias que operan en el país, y al igual que otros Masones civiles, tienen una mirada diferente a la de los pronunciamientos que se han hecho acerca del sentido del honor militar y la forma de servir a su pueblo invocado por Oscar Pérez.
                 
Tampoco es que sea algo nuevo que los masones se reúnan a pesar de que opinen diferente en lo político y en lo religioso. De hecho, de eso se trata lo de unir lo disperso que es la gran propuesta histórica de las Constituciones de Anderson de 1723.
               
El debate doctrinal es antiguo, está abierto, apenas comienza y bienvenido sea.
                        
Por lo pronto, yo deposito con respeto una rama de acacia sobre la tumba del Hermano fallecido. 
   
              
               
                
              
                                   

jueves, 18 de enero de 2018

ANTE LO BALADÍ: NO EN NUESTRO NOMBRE


Por Iván Herrera Michel
                  
Quisiera uno comentar siempre temas Masónicos de fondo, su método, su estética, su puesta en escena, su decorum, su desiderátum… pero cuando se administra un blog, el buzón recibe frecuentemente correos de Masones y no Masones, y en ocasiones se llega a un punto, en que el número de los mensajes sobre un mismo tópico constituye una masa crítica sobre la que simplemente no está bien pasar por alto.
             
En este orden de ideas, Oscar de Alfonso está atrayendo mucha atención y se ha convertido en un lugar común por sus salidas fuera de tono. En realidad, no pasaría de ser una singularidad de un sector de la Masonería, sino fuera porque la prensa y las redes sociales hacen continuo eco de sus disloques, con el peligro real de que ante propios y extraños se trivialice o desvirtúe la imagen de taller de pensamiento y sistema de moral ilustrado por alegorías y enseñado por símbolos que distinguen, aceptan y elogian tirios y troyanos desde hace 300 años.  
                         
Los llamativos e infructuosos diálogos del Monasterio de Poblet, la búsqueda de acercamiento con un Rey que no quiere acercarse, su participación en la política española, algunas declaraciones desafortunadas, la falsificación impúdica de la historia y las varias decenas de miles de euros de gastos de representación, pasaron a segundo plano cuando el planeta Masónico enmudeció ante las indecentes fotos sin camisa que publicó en Instagram de su reciente viaje a Brasil, en una piscina, con los impresentables hashtags “#sexo”, “#abuelopedofiloamilado”, “#chupar”, acompañando la gráfica con el texto “Tapándome las tetas con dos cocos. No pude resistirme a chupar un coco”.
                                  
Si para un cantante de reguetón ya son cuestionables estas expresiones vulgares, para un Gran Maestro de la Gran Logia de España a la vez que Presidente de la Confederación Masónica Interamericana (CMI), en ejercicio, la cuestión se convierte en escandalosa, por decir lo menos. Como me escribió un Masón mexicano: “No hay opción de engañarnos: con esta ordinariez todos perdemos”.
                     
Por sobradas razones, uno lo entiende cuando afirma que su mujer “piensa que todo esto es una pérdida de tiempo”. En honor a la verdad, dado lo que ella seguramente ve y oye, estoy seguro que su opinión debe ser aún más ácida, a menos que ya alguien le haya explicado que el 99.9% de los millones de Masones y Masonas que existen hoy en el mundo, jamás harían algo ni remotamente parecido.
                           
Cuando las cosas parecían haberse quedado de ese tamaño, surge la noticia a mediados de enero de este año que el presidente de Gabón, Alí Bongo, ha invitado a Oscar de Alfonso (y este ha aceptado gustoso) a su ceremonia de reelección como Gran Maestro de la Grand Lodge of Gabón (fundada en 1983), en calidad de “Gran Oficial Instalador”. Valga decir, que tanto el cargo de presidente de Gabón como el de Gran Maestro lo heredó en el año 2009 a la muerte de su padre Omar Bongo, son reelegibles indefinidamente y por ley su titular disfruta de inmunidad judicial Ad Vitam.
                          

No es asunto de poca monta asociar la Masonería con Alí Bongo y su Gran Logia, por muy reconocida que esté por la Gran Logia Unida de Inglaterra. Y sobre eso habrá que reflexionar seriamente si se desea salvaguardar una imagen de respetabilidad. Las señales que se envían no son las mejores. Los dos Bongo han presidido a Gabón con mano fuerte durante los últimos 50 años (el padre durante 42 hasta su muerte, el hijo desde entonces lleva 18), y Alí Bongo es considerado el dictador más corrupto de África. Por el reparto desigual de la riqueza, hoy el país posee, según el Banco Mundial, un tercio de su población por debajo de la línea de pobreza absoluta, a pesar de que sus grandes yacimientos de petróleo y la inversión extranjera tienen a Gabón como uno de los países más ricos del África subsahariana con el tercer PIB per cápita, siguiendo a Guinea Ecuatorial y Botsuana.
                         
Cuando Leonel Messi visitó el país en julio de 2015, invitado por Alí Bongo, le llovieron críticas por apoyar a un personaje de sus características y la prensa lo acusó de haber recibido 3.5 millones de euros para viajar a colocar la primera piedra de un estadio de futbol a su lado. Si esto sucede con un futbolista, con un dirigente de la Masonería el tópico se torna más sensible.
                  
En sana crítica, uno esperaría que los directivos Masónicos ofrezcan un buen ejemplo y que sus correrías y acciones públicas posean un mínimo de decoro y buenas costumbres, así como que la belleza, la fuerza y la sabiduría sean un atributo consustancial de su trasegar.
                  
Por lo pronto, los Masones y Masonas, de una y otra vertiente, que tenemos el convencimiento de que “las buenas costumbres se conforman unas con otras, y por eso duran” (Seneca), y de que no somos protagonistas de la sociedad del espectáculo, expresamos nuestra repulsa a la construcción de una imagen baladí de la Orden en contravía con la edificada con esfuerzo durante 300 años por cientos de millones de obreros, reafirmando con determinación:
                  
          
“No en nuestro nombre”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

martes, 2 de enero de 2018

EL 24 DE JUNIO DE 1717 ¿MITO O REALIDAD?

                 
Por Iván Herrera Michel
                         
Finalizó el año 2017 y aún no termina de armarse el rompecabezas de lo que de verdad pasó en Londres hace 300 años. La discusión está abierta y nos adentra en el delicado terreno de la especulación histórica.
                 
De acuerdo con James Anderson en 1738, el acontecimiento del 24 de junio de 1717 se habría presentado en cumplimiento de un compromiso adquirido en una reunión preparatoria celebrada en diciembre de 1716 en la Taberna El Manzano. Lo curioso del caso es que, según se ha establecido históricamente, para esa fecha la Taberna El Manzano ya no funcionaba. Pero ahí no terminan las dudas sobre la veracidad del relato y las reflexiones sobre sus intenciones.
                     
Entre las discusiones que he tenido sobre el tema, resalto una del pasado mes de junio con Christophe Habas, Gran Maestro del Gran Oriente de Francia, sobre las hipótesis que sostienen la posible no existencia de una reunión en la Taberna La Oca y la Parrilla el 24 de junio de 1717, y en especial acerca de las posiciones de los investigadores Roger Dachez y John Hamill (dos pesos pesados de la historiografía científica sobre la Orden), las cuales me voy a limitar a transcribir porque pueden ser referentes para un debate que aún no concluye:
                    
1) Dice Roger Dachez en entrevista del 4 de junio de 2017 a la emisora francesa “France Culture:
                   
Roger Dachez
"(...) hoy sabemos que es una leyenda dorada, y que lo del 24 de junio de 1717 no sucedió. Es un evento que fue creado años más tarde desde cero. (...) La única historia que tenemos de este suceso de 1717 es el relato de James Anderson. El autor, uno de los autores, o, en cualquier caso, el redactor principal de las Constituciones que se publicaron en 1723, que es el texto fundador de la masonería universal. La única historia que tenemos del acontecimiento de 1717 es el relato de Anderson en la segunda edición de sus Constituciones en 1738, es decir 21 años más tarde. ¡Y, sobre todo, él no estaba presente en 1717!
                    
Eso no disminuye el sentido profundo de este evento. Se debe considerar que el 24 de junio de 1717 es una fecha simbólica.
                
(La masonería moderna existe) "probablemente a partir de 1721, cuando fue elegido el primer Gran Maestro noble que es el Duque de Montagu, el pretendido sucesor de Anthony Sayers, pero en realidad, probablemente, el primer verdadero Gran Maestro de la Gran Logia de Londres. La Masonería londinense comienza a cambiar de naturaleza, y se dice en ese momento que eran cuatro Logias pequeñas con gente de modesta extracción, a la cabeza de la cual se ubicó el Duque de Montagu que es familiar del Rey y el hombre más rico de Inglaterra. Casualmente, uno de los primeros actos que ejecuta es abonar una considerable suma de dinero al fondo de solidaridad de una Gran Logia que solo busca tener más medios para ayudar a los Hermanos.
                 
Por la nueva situación política en Inglaterra, la realeza se mostraría de esta manera como amiga del pueblo”.
                 
                        
2) Dice John Hamill en la revista institucional de la Gran Logia Unida de Inglaterra, "Freemasonry Today" el 7 de junio de 2016:
                          
Si fuera posible viajar de ida y vuelta en el tiempo, sería fascinante traer de vuelta a algunos de los menos de 100 hermanos que se reunieron en la taberna Goose and Gridiron en Londres el 24 de junio de 1717 para elegir al primer Gran Maestro y crear la primera Gran Logia en el mundo.
                
Los Hermanos no pueden haber tenido idea de lo que estaban comenzando y se
John Hamill
sorprenderían de que fueran los responsables de lo que se ha convertido en una fraternidad mundial, que ahora existe en lugares que eran espacios inexplorados en los mapas de su tiempo.
                   
Los historiadores Masónicos lamentan el hecho de que haya tan poca evidencia documental para el período, olvidando que aquellos que provocaron la formación de la Gran Logia no sabían que estaban dando un paso tan trascendental. No guardaron registros de sus acciones hasta que se inició el primer libro de minutas de la Gran Logia en 1723. De hecho, si no hubiera sido por la información histórica incorporada por James Anderson en las ediciones de 1723 y 1738 del Libro de Constituciones, todavía podría no saberse lo que sucedió en 1717.
                 
La falta de documentación adicional en apoyo de los hechos de Anderson ha causado que algunos académicos cuestionen su veracidad. Mi respuesta sería repetir el mantra con el que mi profesor de historia comenzaba cada uno de nuestros tutoriales en mis primeros tiempos como estudiante: no puedes mirar el pasado con los ojos del presente, solo puedes mirarlo en el contexto del período.
                     
Las cuatro logias que se unieron en 1717 se convirtieron en un grupo más entre muchas otras sociedades y clubes de la época. Como no parece haber tenido una consecuencia social del día, no es sorprendente que el evento no se haya registrado en la prensa primitiva que existía en el siglo XVIII.
                  
Lo que parece haberse olvidado, es que cuando Anderson escribió sus historias todavía existían muchas personas que pudieron haber asistido o conocido a algunos de los que estuvieron presentes en el Goose and Gridiron en junio de 1717.
                      
No solo eso, la redacción de Anderson fue aprobada por un Comité de la Gran Logia y no tengo dudas de que, si hubiera registrado erróneamente los hechos recientes, se le habría señalado con fuerza y se habrían corregido antes de que el Libro de las Constituciones fuera a impresión.
                            
Poner en duda las declaraciones de Anderson con respecto a 1717 porque el resto de su historia temprana contiene indudables errores, es ignorar cómo ha cambiado la definición actual de lo que constituye la historia.
                       
En los días de Anderson, en lugar de ser una colección de hechos cuidadosamente documentados y verificables, la historia era una amalgama de hechos, folklore, historias bíblicas y mitología.