Publicado en la REVISTA CULTURA MASONICA No. 15 (Julio/13. http://masonica.es/ficha/?i=206)
Por Iván Herrera Michel
La verdad sea dicha: a los franceses solo los entienden, los
otros franceses.
En mi caso personal, tuve la oportunidad de tener un tío
abuelo, Gabriel Michel, que siendo hijo de palestinos, había nacido, crecido y
estudiado en París. Un verdadero trotamundos
- orgulloso hasta su muerte de un enredado parentesco con Louise Michel - cuyas
charlas dominicales en la década de los 60s y 70s eran lo más cercano al
Internet que yo podía encontrar.
Con él comprendí, que los franceses son un pueblo liberal
que posee consistentes referentes conservadores.
Y aunque este
contrasentido, constituye una noción muy difícil de
entender para alguien como yo, nacido, crecido y educado a orillas del Caribe,
es precisamente el marco didáctico a partir del cual suelo aproximarme al centenario
tema de la saga de la mujer en el Gran Oriente de Francia.
Un caso representativo de ello, es el siguiente:
El 17 de agosto de 1963 un Masón catalán de tan solo 29
años de edad, que había crecido como refugiado en Grenoble, y era miembro de
una Logia del Gran Oriente de Francia allí, fue ejecutado mediante el Garrote
Vil en la madrileña Cárcel de Carabanchel.
El franquismo lo acusó de haber puesto unas bombas tres
semanas antes en la Sección de Pasaportes de la Dirección General de Seguridad
y en la Delegación Nacional de Sindicatos, en Madrid, que provocaron más de
veinte heridos. En esos momentos se
desempeñaba como Secretario del Frente Ibérico de Jóvenes Libertarios de
Grenoble, y era un entusiasta miembro
del Consejo Ibérico de Liberación. En
consecuencia, la prensa española lo llamó “terrorista”
y años después, el Tribunal Supremo de España negó a sus familiares la revisión
del caso.
Al poco tiempo de su muerte, y en honor a su memoria, unos
Masones levantaron las Columnas de la “Logia
Iroise Joachim Delgado”, jurisdiccionada al Gran Oriente de Francia, que adquirió
celebridad en 1969 al ser disuelta e irradiadas sus dignidades como resultado
de haber Iniciado a una mujer en su Templo de Grenoble.
Una disposición radical, que en principio no se esperaría
del principal referente liberal del mundo, que además afirma sin temblarle el
pulso, como parte integral de su propuesta Masónica, que: “La Francmasonería, institución esencialmente
filantrópica, filosófica y progresiva, tiene por objeto la búsqueda de la
verdad, el estudio de la moral y la práctica de la solidaridad. Trabaja por la
mejora material, ética, y el perfeccionamiento intelectual y social de la
humanidad.”
Sin embargo, no fue esta drástica reacción un hecho
aislado, fruto de las coyunturas de la época o del sesgo personal de unos
funcionarios. Muy por el contrario, se
trataba para 1969 de la ratificación de una política institucional instalada muy
consistentemente desde hacía un siglo en el seno del Gran Oriente de Francia.
Ni siquiera, Grandes Maestros de la talla y el peso ideológico
e histórico del teólogo Frédéric
Desmons y el reconstructor Arthur Groussier
(cada uno con cinco mandatos a cuestas), se ocuparon de ofrecer a la mujer la
Iniciación Masónica. Tampoco lo hizo el intelectual
trotskista Fred Zeller en su paso por la Gran Maestría.
Frederic Desmons |
Aunque, en aras de la justicia, a Desmond hay que
abonarle que inicialmente defendió con notorio énfasis la Iniciación de las
mujeres en las Logias del Gran Oriente de Francia, para luego abandonar la idea,
y finalmente pasar a la historia vinculado con la controvertida decisión de
1877 sobre el Gran Arquitecto del Universo.
Medida que, dicho sea de paso, no era ninguna novedad en la Masonería,
puesto que ya la habían adoptado algunos años antes los Grandes Orientes de
Bélgica e Italia, y Grandes Logias de Buenos Aires, Hungría y México. Pero los franceses se llevaron los aplausos y
las peloteras. Y en esas estamos
todavía.
Igualmente, debe abonarse que Fred Zeller, siendo Gran
Maestro del Gran Oriente de Francia, otorgó a la Gran Logia Femenina de Francia
en 1973 Carta Patente del Rito Francés, para facilitarle a la Hermanas una
práctica alternativa al Rito Escocés Antiguo y Aceptado que venían practicando
desde su creación en la segunda postguerra mundial.
Así son los franceses.
Jacques Mitterrand |
Gracias al surgimiento de este nuevo paisaje Masónico
francés, hasta el año 2010, medio Gran Oriente de Francia remitiría a las
mujeres a estas y otras obediencias Masónicas mixtas y femeninas que fueron naciendo.
Yo mismo, le escuché hace
muy pocos años a un Gran Maestro del Gran Oriente de Francia que la mixidad en
sus Logias redundaría negativamente en las relaciones con las otras Obediencias
francesas de su amistad, a pesar de que recibían a las
Hermanas de visita desde 1974, en que se aprobó bajo la Gran Maestría de Jean-Pierre
Prouteau. Pero eso no satisfacía ni el
interés de la otra mitad de Hermanos, ni el deseo de las mujeres de practicar
la Masonería con el perfil y los valores del Gran Oriente del hexágono.
La historia ha demostrado lo infundada que estaba de esta
fraternal previsión.
Por otra parte, aunque los estatutos vigentes desde 1901 no
imponían que el Gran Oriente de Francia fuera masculino, sus autoridades prohibieron
administrativamente en 1910 a sus miembros formar parte de una Logia mixta, escenario
enrevesado que se repitió, con alguna variante en el Convento del año 2009,
cuando por una precaria mayoría de votos se definió que el Gran Oriente ni era
masculino ni podía tener mujeres entre sus miembros.
Así son los franceses.
COLOFÓN
INESPERADO
Llegados en estas al siglo XXI, los acontecimientos se
precipitaron en tan solo cuatro años, y lo que no pudo ser en más de un siglo
tomó por sorpresa a todo el mundo. Para mayor estupor, la mixidad llegó desde
las entrañas mismas del Gran Oriente de Francia, invocando sus valores más
fuertes y en la forma más insospechada que alguien pudiera imaginar:
- En
el año 2007, un Hermano amaneció un día convertido en Hermana!!
En efecto, un Maestro Masón transexual que se había
Iniciado quince años antes en la Logia parisina “L´Université Maçonnique”, asistió a su Taller como mujer sin las
particularidades masculinas con las que había nacido y con todos los atributos físicos
y civiles femeninos, gracias a unas costosas cirugías hechas en Tailandia y al
reconocimiento de la República Francesa de su nueva condición sexual.
Pierre Lambicchi |
“El Gran Oriente de Francia ha oficializado
el estado civil de uno de sus miembros, ahora una mujer, tras haber emprendido
ésta un valiente proceso que dice mucho en su favor. La Justicia de la
República le ha reconocido su nueva identidad y he pedido a los servicios
administrativos de la Obediencia la regularización de esta situación
específica. (…).
La iniciación es un proceso que, en la
intimidad de cada ser, permite el desarrollo de la personalidad y su
realización. La Francmasonería le ha permitido hacer esto realidad. La elección
de todo francmasón, de toda francmasona, es respetable. Se pueden tener dudas
pero cada uno, cada una, conoce la dificultad de vivir sus propias elecciones y
encontrar su identidad.
El Gran Oriente de Francia desea que ella
continúe su vida masónica en armonía, con sabiduría y comprensión.
En cualquier caso, esta decisión
administrativa no conlleva ninguna consecuencia sobre el debate relativo a la
libertad de las Logias de iniciar mujeres o afiliar Hermanas en el seno del
Gran Oriente de Francia. (…).”
Olivia Chaumont |
Paralelamente, y de manera independiente, se desarrollaba
un controvertido proceso en la misma Cámara Suprema de Justicia Masónica, contra
la Logia Combat (París IV) por haber Iniciado una mujer el 24 de mayo de 2008,
en el emblemático Templo Arthur
Groussier.
El Taller había solicitado sin éxito el permiso para la
Iniciación femenina desde el año 2006, y cansados de esperar decidieron
llevarla a cabo bajo el Mallete del Venerable Maestro Jean Jacques Mitterrand,
hijo del dos veces Gran Maestro del Gran Oriente de Francia Jacques Mitterrand (1962
- 1964 y 1969 – 1971) a quien le tocó disponer (Oh sorpresa!), en su segundo
ejercicio, la disolución de la “Logia
Iroise Joachim Delgado”.
El ejemplo fue imitado el 3 de junio del mismo año por
otras cuatro Logias: La Escalera Humana, La Línea Recta, Prairial y Saint Just
1793. La razón que se invocó siempre fue
la misma: La Constitución del Gran Oriente de Francia no distingue géneros.
Y entonces, ardió Troya. Se calificó a las Iniciaciones
como inaceptables vías de hecho, en virtud de que los defensores de la
iniciativa solo habían alcanzados en los Conventos del año 2008 un 49% de los
votos, y en el de 2009, un 44%. A pesar
de que en 2006 estuvieron a solo seis de triunfar.
Finalmente, el 2 de septiembre de 2010, el 146avo. Convento
del Gran Oriente de Francia reunido en Vichy aprobó la Iniciación de mujeres y
la afiliación de Masonas en sus Logias, y hoy, entre sus 53.000 miembros,
cuentan con 1.200 Hermanas y 500 solicitudes están en trámite de ingreso.
“Bien afiliadas y
bien iniciadas”, afirmó recientemente el Gran Maestro José Gulino a la
revista institucional "Humanisme".
Así son los franceses.
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