Por
Iván Herrera Michel
Pareciera
que estamos asistiendo al boom de una literatura Masónica que está despojando de
su representación patriarcal a la Orden y haciendo visible su historia real. Por este camino, está quedando claro que el
tema de las Masonas, por ejemplo, ni es francés, ni es moderno ni sus inicios
fueron marginales o por circunstancias accidentales.
En
este campo, las novedades editoriales corren por cuenta de una Masona colombiana
(sobre Masonería mixta) y dos españolas (sobre Masonería femenina), que con
unas credenciales impecables, han publicado en los últimos cuatro meses igual
número de libros. Sus títulos, en orden
cronológico de aparición, son:
1)
“En Columnas de igualdad. Una
experiencia histórica en busca de la equidad”, escrito por Marina
López Sepúlveda, Abogada, Magíster en Género, Sociedad y Políticas, y académica
en Derechos Humanos desde una perspectiva de Género y enfoque de interseccionalidad.
Miembro de la Logia Luz Hermética de la Federación Colombiana de Logias
Masónicas, con sede en Barranquilla, Colombia. El libro lo publicó Editorial
masónica.es. en el mes de mayo de 2014.
2)
“La Masonería Femenina en España. Dos
siglos de historia por la Igualdad”,
de la Antropóloga Social y Cultural Rosa Elvira Presmanes García, Gran
Maestra de la Gran Logia Femenina de España entre los años 2006 y 2009. El
libro salió a la luz pública en el mes de abril de 2014, y
3)
“Masonas. Historia de la masonería
femenina”, escrito por la periodista e investigadora Yolanda Alba
Fernández Rodríguez, de la Logia Hermes y Tolerancia de la Gran Logia Simbólica
Española, en Madrid, España. El texto
fue publicado por la Editorial Almuzara en febrero de 2014.
En
el caso de Marina López y Yolanda Alba, una y otra tuvieron la amabilidad de
comentarme sus proyectos un año antes de la publicación de sus libros, y me
consta la delicadeza en el manejo de las fuentes porque me pidieron permiso
para citarme, algo que se ha vuelto excepcional en este mundo del “copia y pega” en que nos movemos. De Rosa Elvira Presmanes, me ha gustado mucho
su definición de la Masonería como una “asociación
interclasista, intergeneracional y libre pensadora”.
Es
claro que nos encontramos inmersos en un instante de la historia en el que como
nunca se cuestionan saberes y verdades que antes se tenían como inamovibles. En
estos días se repiensan los discursos y se escuchan historias alternativas a la
oficial que provienen de trabajos serios y académicos, que están arrojando luz sobre
datos que habían quedado sepultados por leyes patriarcales que parecen formar
parte del ADN de la Masonería, constituyen un obstáculos a sus fines, y en
muchos casos han hecho tránsito al inconsciente colectivo de Masones y Masonas.
Los
nuevos conocimientos sobre las Masonas están trabajando sobre las mentalidades,
los imaginarios, y las representaciones Iniciáticas, al situarse en el difícil
terreno de la reinterpretación de los discursos dominantes. Están variando la idea de un eterno masculino
en la Orden y de mujeres organizadas paralelamente en asociaciones de caridad.
Con
la investigadora Florence Thomas aprendí que lo contrario a la igualdad no es
la diferencia, sino la desigualdad, y que lo opuesto a lo diferente es lo
idéntico. De la misma forma, la antípoda de la equidad es la inequidad. Esta claridad, supone poner sobre el tapete un
orden de inferiorización entre personas, cuando no de exclusión, incompatible
con los valores de libertad, igualdad y fraternidad que defiende la Masonería.
En
los tres libros mencionados, he notado que existe un énfasis en sus autoras por
no reconocer ni querer que las Masonas sean idénticas a los Masones, en razón
de que supondría la neutralización de la diferencia y el convertirse en protagonistas
de segunda clase asimiladas a lo que se tiene como elaborado correctamente por y
para hombres. Tampoco reclaman que las
Masonas sean la medida de lo Masónico, que sean complementarias a lo masculino,
ni que por naturaleza conciban una mejor forma de Masonería, como lo hace la
Masonería masculina.
Reclaman
igualdad y equidad en y desde la diferencia, que no es lo mismo. Buscan abrir mentalidades por el conocimiento
y edificar imagines constructivas que nos liberen de los figurados y las reglas
de juego de un discurso patriarcal elaborado en contextos tan coyunturales ayer
como superados hoy.
Dejan
ver el contrasentido de una institución que diciéndose portadora de un mensaje
de libertad, igualdad y fraternidad para toda la humanidad, se vio enzarzada en
exclusiones y discriminaciones.
Y
la verdad es que la labor pendiente no se ve como una tarea fácil, ya que ante
una Masonería que se hipotecó desde lo masculino en un principio, significa
para muchos (y muchas, también hay que decirlo) casi como luchar contra el propio
inconsciente en la búsqueda de la simetría en las oportunidades y el
desaparecimiento de las respuesta automáticas.