jueves, 9 de octubre de 2025

ENTRE EL MITO TEMPLARIO Y LA CLARIDAD DE LA HISTORIA

Por Iván Herrera Michel
           
En nuestras Logias y charlas de ágapes entre Hermanos y Hermanas vuelve recurrentemente la misma pregunta de si los Masones somos herederos secretos de los templarios. A veces lo preguntan los mismos con cierto orgullo, como si ese falso linaje monacal caballeresco fuera lo que le ha dado brillo a la Orden, y debo confesar sin rodeos que, cada vez que escucho esa historia siento que nos aparta de lo que de verdad importa de la raíz histórica, lo verdaderamente iniciático de la Masonería y el deber ser del Masón y la Masona, que es lo que se soporta con nombres y documentos verificables que nadie puede inventar.
                      
Por eso recibo con alegría la noticia del nuevo libro "El mito templario y los orígenes de la Masonería", de Raúl Renowitzky Comas, publicado por la Editorial Kier, que vuelve a demostrar su buen ojo para ofrecer títulos que marcan agenda en el debate Masónico y cultural. Conozco personalmente las conferencias y los escritos del autor y sé que tiene la virtud de aclarar sin pontificar, desmontar sin herir y de devolver serenidad allí donde otros prefieren el ruido, de tal manera, que solo espero de las páginas del libro un mapa claro y sin fantasías ni delirios de nuestro tránsito, desde aquellos gremios medievales y las pragmáticas de Schaw, pasando por Anderson, hasta ese Big Bang que dio inicio a la globalización y a la glocalización de la Masonería especulativa.
                    
Un libro de historia documentada más que un lujo erudito, es la llave que nos permite comprender el presente sin naufragar en el mito y mantener el hilo invisible que une una generación con las que le precedieron. Lo valioso de la obra de Renowitzky Comas es que pone en su lugar el mito templario, y que lo haga con elegancia y rigor, recordándonos que la historia real siempre supera a la ficción. En medio de tanta retórica ligera y seudoesoterismos de ocasión, un libro de este estilo devuelve dignidad al debate y nos recuerda que nuestra fuerza está en la piedra trabajada, la palabra compartida y la fraternidad practicada, no en burbujas de caballerías de novela.
                       
Lo espero con entusiasmo porque sé que me dará nuevas claves para pensar la Masonería real. Es decir, la que necesita menos espadas y más lucidez, menos genealogías inventadas y más responsabilidades con el presente. Sospecho que abrirlo será como escuchar a alguien que te habla con la verdad sin maquillaje. Leerlo, presiento, que será también como un acto iniciático.
             
Al final, uno no abandona un mito sin más, sino que entra en la claridad de la historia. Y esa claridad, como la del Caribe que no conoce de sombras duraderas, es la misma que mantiene viva la Masonería que quiero seguir practicando.
          
Celebro además que haya sido publicado por la Editorial Kier, que en tantas ocasiones ha sabido poner en circulación libros que terminan convirtiéndose en imprescindibles en nuestras bibliotecas. Y por último, agradezco este que, con elegante bisturí, nos recuerda que la Masonería no necesita de templarios para brillar, sino de Masones dispuestos a pensar con la frente despejada.
                      

Gracias, Q:. H:. Raúl, por darnos este bisturí para cortar mitos sin anestesia.