Por
Iván Herrera Michel
En una
reciente acción educativa de la Universidad Nacional de Educación a Distancia
de España (UNED), organizada en conjunto con la Gran Logia Simbólica Española,
y la Logia Sapientia No. 87, de Salamanca, me he referido al “Pergamino
Kirkwall”, sobre el que he participado en varias discusiones acerca del estado de la investigación de su origen, y me voy a permitir hacer una reseña por lo
llamativo que resulta que es posible que
sea la más antigua representación visual didáctica de los símbolos que utiliza
la Masonería.
De
acuerdo con la evidencia disponible, las raíces de la Masonería llegarían hasta la Escocia del siglo XV, ya que la primera Logia de constructores que poseían
símbolos de la cual existen registros se remonta a los años 1480s en el centro
de la ciudad escocesa de Aberdeen, y estaban dedicados sus trabajos a la
Iglesia de San Nicolás, siendo sus dos primeros maestros David Menzies y
Matthew Wright, ambos albañiles. Hoy la iglesia pertenece a la Iglesia de
Escocia, de confesión presbiteriana.
Para
los intereses de este hilo, podríamos retrotraer la historia unos 40 años atrás
a 1411 cuando William St Clair, un importante noble escocés decidió construir
una Colegiata mausoleo (iglesia similar a una Catedral, pero que no es sede de
un Obispado) dedicada a San Mateo, que brindara mayor relevancia a su familia y
lo promoviera como un potencial Rey para reemplazar a los Estuardos en el trono
de Escocia.
Para
sus propósitos, William St. Clair contrató al escritor, político y arquitecto
Sir Gilbert Hay, quien reunió y supervisó un equipo internacional de albañiles y
trabajadores de la piedra al sur de Edimburgo, en el pueblo de Rosslyn,
adyacente al Castillo de St Clair y los puso a trabajar en la construcción de
un templo magníficamente ornamentado, insistiendo que todos sus símbolos fueran
esculpidos primero en madera, y luego tallados en piedras. De esta manera, los
constructores debieron notar la capacidad de los símbolos para contar historias
en los edificios expuestos al público.
Pero
los planes políticos fracasaron y un efecto inmediato fue que la construcción
se detuvo, y muchos de los obreros que quedaron cesantes decidieron buscar
trabajo en Escocia en lugar de regresar a sus tierras de origen. La
edificación inacabada hoy se conoce como la Capilla de Rosslyn y ha
sido mundialmente popularizada por la novela “El Símbolo Perdido” de Dan
Brawn y la película del mismo nombre de Tom Hank.
Aberdeen
sería uno de los principales destinos de los obreros gracias a que allí se
estaba construyendo la iglesia de San Nicolás, y es interesante que quienes se trasladaron
desde Rosslyn elaboraron un tapete que terminaría siendo la posible evidencia
más temprana de un simbolismo Masónico.
El
grupo, dirigido por David Menzies en Aberdeen, pintó al óleo sin mayor habilidad
unas escenas bíblicas junto con un llamativo cuadro de herramientas del oficio
de la construcción, en un tapete de piso consistente en una tela central de
lino grueso cosida a cada lado a otras dos más angostas, de 5.63 metros de
largo y 1.67 metros de ancho, que hoy se encuentra en la Logia Kirkwall
Kilwinning No. 38, jurisdiccionada a la Gran Logia de Escocia, en la población
de Kirkwall, capital de las Islas Orcadas, al norte de Escocia,
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Detalle del Tapete de Kirwall |
EL
DEBATE SOBRE EL ORIGEN
La
discusión gira en torno a la inquietud de si el Pergamino de Kirkwall fue elaborado
en el siglo XV o en el XVIII.
Las
posiciones al respecto son:
1) En
las Actas de la Logia Kilwinning en Kirkwall se lee que el 27 de diciembre de
1785 William Graeme, “Hermano visitante de la Logia N° 128 de la Antigua
Constitución de Inglaterra”, fue admitido como miembro luego de haberlo
solicitado voluntariamente y siete meses más tarde donó un paño para el piso a
la Logia, que es el que hoy se conoce como el Pergamino de Kirkwall.
2) Robert
Cooper, miembro de la Gran Logia de Escocia, y uno de los más importantes
historiadores sobre la Orden, ha publicado un detallado análisis del Pergamino que
concluye que fue elaborado o dirigida su elaboración por William Graeme, a
finales del Siglo XVIII.
3) Bob
Brydon, director de la Sala de Exposiciones de la Capilla de Rosslyn, manifestó
al diario “The Herald”, en julio del año 2020, que “es bastante
factible que sea una copia de un documento anterior".
4) Robert
Lomas, el conocido escritor e historiador, ve en el pergamino alusiones al Rito
Escocés Antiguo y Aceptado de lo que deduce que debió ser elaborado en la
segunda mitad del Siglo XVIII.
Hasta
aquí se podría hablar de un cierto consenso entre los investigadores sobre la
fecha y la antigüedad del Pergamino de Kirkwall, pero el interrogante cobra
vida nuevamente cuando la Universidad de Oxford realizó la datación del
pergamino en dos ocasiones sometiéndolo a la prueba radiactiva por Carbono 14,
y determinó que:
a) “La
primera muestra tomada del borde exterior del material fue posiblemente del siglo
XVIII o principios del XIX”, y
b) “La
segunda pieza que provino del panel central produjo una fecha mucho más
antigua: Siglo XV o principios del XVI".
En
definitiva, el misterio del origen del Pergamino de Kirkwall aún no ha sido
despejado y sigue abierta la investigación historiográfica.
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