Por
Iván Herrera Michel
Francisco de Paula Santander |
La
explicación basada en las evidencias disponibles es que el General Francisco de
Paula Santander, desempeñándose como Presidente encargado de la Gran Colombia
de 1821 a 1827 no aceptó apoyar la iniciativa cuando se lo solicitaron
expresamente dos veces en 1822.
La
historia es la siguiente:
En
1818 llega al Puerto de la Guaira, Venezuela, un joven militar brasilero de 24
años llamado José Ignacio De Abreu e Lima (1794 – 1869) proveniente de los
Estados Unidos de América a donde había arribado luego de haber sido expulsado de
su país por delitos políticos, y a quien el año anterior le habían ejecutado a
su padre allí mismo por las mismas razones. En 1819 es aceptado con el Grado de
Capitán en el ejército de Bolívar y en lo sucesivo participa en la Campaña de
Apure, atraviesa el Páramo de Pisba, y participa en las batallas del Pantano de
Vargas, Boyacá, Carabobo y del Lago de Maracaibo, y tiene una destacada y
accidentada vida como militar, político, periodista y escritor hasta su muerte
en Brasil.
José Ignacio de Abreu e Lima |
Ante
la ausencia de respuesta por parte del Hombre de las Leyes, De Abreu e Lima reiteraría
su solicitud al General Santander en una segunda carta fechada el 16 de noviembre
del mismo año. De nuevo el silencio fue la repuesta de Santander.
En 1824, dos
años más tarde se fundó en
Caracas la Gran Logia de Colombia que funcionó solo cuatro años, hasta desaparecer
en 1828 para siempre por mandato de un Decreto dictatorial del General Simón Bolívar,
perdiendo Bogotá la oportunidad histórica de ser pionera en ese sentido.
Desaparecida
la Gran Colombia en 1831, en la República de la Nueva Granada se crearía el 19
de junio de 1833, en Cartagena de Indias, el "Gran Oriente y Supremo Consejo
Neogranadino", hoy "Supremo Consejo del Grado 33° para Colombia", con sede actual en
Bogotá. Y el 9 de septiembre en 1838 nacería en Caracas la "Gran Logia de
Venezuela".
Es
muy posible que De Abreu e Lima se haya inspirado para hacer su reiterada
solicitud al General Santander en las noticias que seguramente recibía de su
país sobre la fundación en Rio de Janeiro, el 17 de junio de ese mismo año, del "Gran Oriente de Brasil" a partir de las Logias “Comercio y Artes en la Edad de
Oro”, “Unión y Tranquilidad” y “Esperanza de Niterói”, que sería la primera Obediencia
Masónica en constituirse en centro y sur América. Hoy en día continúa siendo monogénero masculina, y es la más numerosa de la región con noventa y siete mil
miembros repartidos en dos mil
cuatrocientos Logias.
La
correspondencia de 1822 de José Ignacio de Abreu e Lima al General Francisco de
Paula Santander solicitando su apoyo para la creación de un "Grande Oriente de
Colombia" en Santafé de Bogotá se puede consultar en las páginas 32 a 34 del VII
volumen de la recopilación que hizo el historiador Roberto Cortázar Toledo bajo
el título “Correspondencia Dirigida al General Francisco de Paula Santander” que
publicó la Academia Colombiana de Historia (1964-1969).