Por Iván Herrera Michel
Se celebra en Panamá, del
14 al 17 de noviembre de 2018, la XVI Conferencia de Grandes Logias Regulares
del Mundo. Todas muy en lo suyo, orgullosas de ser masculinas y de no relacionarse
con Masonas ni con cuerpos “irregulares”.
Lo que a la luz de los nuevos acontecimientos comienza a ser percibido con
sonrisas.
Ya nos referimos en
artículo anterior a la sorpresiva conversión en mixta de
la Gran Logia Unida de Inglaterra el 17 de julio de 2018, cuando anunció que en lo sucesivo Iniciará
mujeres que se hayan cambiado en hombres y no expulsará a Masones que se
conviertan en Masonas.
Lo que en la práctica
significa que tendremos que acostumbrarnos a ver tacones altos en la 60 Great
Queen St, de Londres, y que en Panamá estará una Gran Logia mixta que puede retirarle
el “reconocimiento” como “regular” a las demás si se relacionan
con otras mixtas.
Vivir para ver, diría un
viejo Masón que conozco.
Por otra parte, y no es
un tema menor, en Paraguay hace unos días se tomaron decisiones desde el
escocismo con alcances en las relaciones entre las Grandes Logias de la Conferencia
Masónica Interamericana (CMI), que hasta hace muy pocos años nadie hubiera imaginado.
De manera puntual me refiero a que durante los días 28 y 29
de septiembre de 2018 se celebró en Asunción, Paraguay, la X° Reunión de la “Alliance Internationale de la Maçonnerie
Ecossaise” (AIME), bajo la égida del Supremo Consejo de Francia en calidad
de Secretario General permanente.
En esta oportunidad, actuó
como Presidente anfitrión de veintisiete Supremos Consejos asistentes de
América, Europa, Asia y África, y otros seis más representados por poder, el “Supremo Consejo de los Antiguos Libres y
Aceptados Masones del REAA del Paraguay”, presidido por su SGC:. José
Ismael Candía.
Dicho sea de paso, de mi
país es miembro activo de la AIME el “Supremo
Consejo del Grado 33° para Colombia” con una historia permanente desde 1833,
cuando fue fundado con el nombre de “Gran
Oriente y Supremo Consejo Neogranadino”, con Carta Patente del “Gran Oriente de Francia” del 14 de
agosto de 1851. Este Supremo Consejo cambió su nombre, sin interrumpir nunca sus
trabajos, en desarrollo del tratado de fusión de agosto de 1938 firmado con el “Supremo Consejo Central Colombiano”
(1864), que abatió columnas el 25 de septiembre del mismo año para que sus
miembros se integraran al primero.
En Paraguay se profundizaron
dos tendencias que tocan directamente el universo de Grandes Logias reunidas en
noviembre en Panamá. A saber:
1) Con la incorporación en
Asunción del “Supremo Consejo Federal de
la República Argentina” a la AIME, la
“Gran Logia de la Argentina de Libres y
Aceptados Masones” sigue el ejemplo de la “Gran Logia de Bolivia” que nutre las Columnas de tres Supremos
Consejos en La Paz, Santa Cruz de la Sierra y Cochabamba. Uno de la amistad del
“Supremo Consejo para la Jurisdicción Sur
de Estados Unidos” y dos de la amistad del “Supremo Consejo de Francia”, considerado “irregular” por el primero desde 1964.
Con el complemento, de
que ello no impidió a los miembros de la CMI elegir, el 12 de abril de 2018, a
la “Gran Logia de Bolivia” para
presidirla por los próximos tres años.
Ahora el turno es para
los Maestros de la “Gran Logia de la
Argentina de Libres y Aceptados Masones” que podrán elegir entre el
escocismo que ofrece el “Supremo Consejo
Grado 33° para la República Argentina del Rito Escoces Antiguo y Aceptado”,
de la amistad del Supremo Consejo para la Jurisdicción Sur de Estados Unidos, y
el que brinda el “Supremo Consejo Federal
de la República Argentina”, de la amistad del “Supremo Consejo de Francia”.
2) Por otra parte, llama
la atención la labor en que está empeñada la AIME desde el año 2017 para
uniformar los rituales de sus treinta y seis Supremos Consejos con base en los
que practica el “Supremo Consejo de
Francia”. En esta tarea, según declaraciones de su “Comisión de Rituales”, se han examinado más de 300 de ellos y se
están adelantando cambios en los que no se ajustan.
La idea central parece
ser que sus Logias concuerden con las del “Supremo
Consejo de Francia” en cuanto a decoraciones, pinturas, títulos,
participantes, edades, joyas, puesta en orden, toques, baterías, marchas,
palabras, aclamaciones, duración de los trabajos, enseñanzas de los grados, y adopten
un “trazado esotérico” basado en un
mito de origen del universo establecido desde la Rue Puteaux de París.
Nunca antes se había
intentado una unificación de esta magnitud, que paradójicamente se presenta en
medio de reflexiones que uno pensaría, en principio, podrían traer vientos de
descolonización de una buena parte de la Masonería, sometida con la imposición centralizada
de Criterios Fundamentales para el Reconocimiento, Criterios de Regularidad, Principios
Básicos para el Reconocimiento, Estándares de Regularidad. Etc.
De
todos modos, Panamá tiene la palabra… si es que la tiene…