Por Iván Herrera Michel
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IPH:. André Szakvary |
André Szakvary es un Masón
que ha vivido la geopolítica real del escocismo como muy pocos. Es decir, la
que deciden los Masones de carne, huesos y corazón.
Húngaro de origen y
exiliado en Francia durante la última guerra mundial, en dónde adelantó
estudios de cirugía en Paris y en un Business School americano, André Szakvary
terminó siendo muy activo en la Masonería francesa y rumana, hasta el punto de
haber sido elegido en 1996 como Soberano Gran Comendador (SGC:.) del Supremo
Consejo más antiguo de Rumanía (fundado por Constantino
Moroiu en 1881), luego de su retorno a Bucarest en 1993 de su “asilo” en París desde la década de los
50s del siglo pasado por las persecuciones a la Masonería del bloque comunista.
El IPH:. Szakvary
entregó el cargo de SGC:. en diciembre de 2012 al IPH:. Liviu Mannecan, después
de ejercerlo durante casi 17 afanosos años, en permanente diálogo con los tres
grupos internacionales al que pertenecen el SC:. para la Jurisdicción Sur de
USA, el SC:. de Francia, y con las jurisdicciones que asisten a los Encuentros
Internacionales de Altos Grados.
En una cena que
compartimos hace pocas semanas, y aprovechando nuestra amistad, le he
solicitado a André un “dialogo”
público sobre su visión del paisaje escocista, y ha accedido con la condición
de que lo deje decir lo que él quiere decir. No puedo pedir más, y la verdad es
que recordó varios acontecimientos que ya es hora de colocar sobre el tapete
para el análisis serio del origen de muchos de nuestros problemas actuales, con
miras a un mejor futuro.
Así las cosas, comencemos
este dialogo:
IHM/ Mi Q:. H:. André,
cuando pienso en la Masonería de Rumanía no puedo dejar de relacionarla con el
intervencionismo norteamericano después de la caída de Nicolae Ceauşescu en
1989. La nueva era Masónica rumana comenzó en mayo de 1993 cuando una
delegación del Supremo Consejo para la Jurisdicción Sur de USA, encabezada por
su SGC:. C. Fred Kleinknecht, desconoció la historia, el aporte y la existencia
del Supremo Consejo rumano de 1881 en el exilio.
AS/ En efecto, el Supremo
Consejo rumano de 1881 ya estaba regularmente reinstalado en Rumanía en el mes
de mayo de 1993, y las prerrogativas del Supremo Consejo ya habían sido transmitidas
en Bucarest al nuevo Soberano Gran Comendador, Dan A. Lazarescu, que había vivido
toda la época comunista en esta ciudad. Fred Kleichnecht no ha hecho más que un
acto de imperialismo invadiendo un territorio ocupado por un Supremo Consejo del
Rito Escocés Antiguo y Aceptado, regularmente reinstalado.
Fred Kleinknecht otorgó
los Altos Grados 32˚ y 33˚ en el Centro Militar de Bucarest a más de 200
rumanos entre los cuales algunos ni siquiera habían sido iniciados en los
primeros Grados… y en octubre del mismo año citó a Washington, USA, en el
extranjero, a los Masones así elevados al Grado 33˚, pagando todos los gastos, para
instalar un nuevo Supremo Consejo “bis”
para Rumanía, lo que no corresponde a las Constituciones del REAA...
IHM/ Conozco
perfectamente la situación porque algo parecido sucedió en Colombia cuando Fred
Kleinknecht le otorgó el Grado 32° a 212 Masones en el extranjero en la ciudad
de Balboa, en el vecino país de Panamá, el día 18 de junio de 1994, y menos de
un mes después reunió en Washington a un pequeño grupo de ellos para concederles
el Grado 33° y crear un nuevo Supremo Consejo colombiano, ignorando
olímpicamente el fundado en 1833. Fue un accionar sin límites ni pudor que lesionó
la fraternidad de cerca de una docena de naciones que aún no encuentran el camino
de la unión fraternal.
Pero volviendo a la
Masonería rumana, la Conferencia de Grandes Maestros de Norteamérica reunida en
Calgary, Canadá, en febrero de 2005, profundizó la división de ese país al
declarar “regular” a una recién
fundada Gran Logia relacionada con el Supremo Consejo creado por los estadounidenses
en 1993, pasando por encima de la que tenía para la época 125 años de constituida.
El paisaje Masónico de Rumanía nunca volvió a tener el esplendor ni la calidad
de la membrecía de antes de la segunda guerra mundial. ¿Cómo es que un Masón francés
como tú se vio envuelto en semejante enredo rumano? ¿Te arrepientes de algo?
¿Valió la pena?
AS/ Soy un ciudadano francés
que tiene como el ex presidente Nicolás Sarkozy unos ascendientes húngaros. Y
soy un Masón francés de toda mi vida Masónica, iniciado en Paris en los años 60
durante mis estudios de medicina. Después de mi actividad en los hospitales de
Paris, asistí a un Business School americano y por eso digo que mi secunda profesión
es la de Marketing – Manager Internacional. Llegué a Rumanía por cuenta de unas
empresas francesas y no por la Masonería. Pero mis Hermanos Masones de Francia
me han pedido que diera una mano a la renaciente Masonería rumana y como
siempre en todos los asuntos, cuando metes el dedo, el asunto te come el brazo y…
el cuerpo… y así fue!
¿Valió la pena? No me
corresponde a mí contestar esta pregunta, pero sí con mis Hermanos rumanos
hemos llegado a imponer la imagen de una Gran Logia y de un Supremo Consejo del
REAA serios, tengo que estar satisfecho.
IHM/ Tres grupos
internacionales y varios “Vaticanos”
escocistas en el mundo. ¿Qué futuro le ves al escocismo?
AS/ De
antemano hay que dejar claro que en la Masonería no existen “Vaticanos” ni entidades que tengan el
poder de decidir quién es Masón y quien no lo es. La calidad de Masón se
adquiere por la Iniciación en una “Logia
justa y perfecta” y trabajando en su propio perfeccionamiento con la ayuda
de los Hermanos
¿El futuro
como lo veo?: triste. Y como ya lo he dicho en una conferencia: si se sigue el
camino actual la Masonería escocista tradicional ya tiene un pie en la tumba.
Se puede comparar con la situación económica de muchos países “desarrollados” que viven una crisis
financiera importante por no haber respectado un cierto número de reglas
básicas.
De la misma manera y
por las mismas causas, nos encontramos nosotros los Masones escocistas en una
crisis moral y estructural por no haber respectado las bases fundamentales de
nuestra Orden. Hoy en día, en nuestro mundo cualesquiera hace cualquier cosa,
dondequiera y de cualquier modo. Además, es seguro que la política del Supremo
Consejo para la Jurisdicción Sur de Estados Unidos y de la Gran Logia Unida de Inglaterra
de crear e imponer los conceptos de “regularidad”
y de “irregularidad” ha instituido
divisiones en lugar de unidad, y han llevado a la creación múltiple de Grandes Logias
y Supremos Consejos, algunos de los cuales lo único de Masónico que tienen es
el nombre.
Existe una Gran Logia en
Inglaterra que se formó en 1717 en Londres, pero que es la heredera de Logias y
Grandes Maestros profesionales, que ya existían en Londres e Inglaterra previamente,
y mucho antes en York, en Escocia y en algunos otros países europeos. Sus Tradiciones
transcurrieron por siglos y promulgaron unas reglas de vivir y una moral. (Verbi
Gracia: los Antiguos Deberes, el Manuscrito Regius, el Cook, el Shaw…etc....)
Anderson, Désaguliers y
Newton consignaron esas bases en el Artículo I. del Capítulo “The Charges of a Free-Masón” de la Constitución
de Anderson de 1723, reafirmando desde entonces la universalidad de la Orden
Lo mismo se puede decir
del Supremo Consejo de Charleston, ya que fue formado por once Gentlemen de
Charleston. Once Gentlemen originarios de siete países distintos… ¿No es para
desde el inicio proclamar la universalidad de la Masonería del Rito Escocés
Antiguo y Aceptado?
IHM/ El Supremo Consejo
para la Jurisdicción Sur de USA tiene un pasado intervencionista muy poco
ejemplar. Basta ver el desastre que propicio cuando la crisis de 1964 del
Supremo Consejo de Francia. Pero el periodo en que fue su SGC:. C. Frederick
Kleinknecht, de 1995 a 2003, se distinguió por profundizar esta política
creando a diestra y siniestra nuevos Supremos Consejos en países en donde ya había
uno, aprovechando rencillas locales. Las de Colombia y Rumanía, son apenas dos
de las fraternidades Masónicas nacionales que en Europa y América se vieron
seriamente fracturadas cuando intervino Kleinknecht a golpe de báculo. Tú que
lo conociste bien, ¿Qué buscaba Kleinknecht?
AS/ Estábamos en la
época del imperialismo norteamericano en el mundo entero. El intervencionismo
norteamericano no tenía límite: Intervención en Panamá, en Cuba, en Corea, en
Vietnam, Chile, Medio-Oriente…etc.... Como ex-alto responsable de la
administración estadounidense Fred Kleinknecht aplicaba la política de los
Estados Unidos de esa época. Siendo Soberano Gran Comendador la aplicó en el
mundo Masónico!
A la salida de los
problemas de la primera, y después de la segunda guerra mundial, las instancias
anglo-estadounidense se han auto-proclamado referencias Masónicas mundiales,
inventando para sus relacionados el calificativo de “regular” y para los demás el de “irregular”,
según cualificaciones establecidas con sus propios criterios, dividiendo así la
unidad de la Masonería mundial. Esta unidad ya fue fragilizada por la
discrepancia entre la Gran Logia Unida de Inglaterra y el Gran Oriente de
Francia en 1877, y después concretamente por el cambio del texto del artículo
primero de las Constituciones básicas de Anderson en 1813 por la misma Gran Logia
Unida de Inglaterra.
Son “fracturas” que todavía dividen el mundo Masónico.
IHM/ El Supremo Consejo
de Francia ha conformado un grupo internacional de Supremos Consejos en el que
entre otros militan algunos de los “irregularizados”
por el Supremo Consejo para la Jurisdicción Sur de USA, y que en su VII
reunión, en Nápoles, Italia, en octubre de 2012, adoptó el nombre de “Alianza Internacional Masónica Escocista”
(AIME), cuyo Tratado de fundación firmó el IPH:. Dan Roman por un Supremo
Consejo rumano. Tú que estuviste cerca del Supremo Consejo de Francia y del de
la Jurisdicción Sur de USA, cuéntanos, por favor, ¿La AIME aporta mayor valor
agregado a la Masonería que las “Conferencias
mundiales de Supremos Consejos”? ¿Cuál es la diferencia real y doctrinal
entre los dos grupos?
AS/ ¡La “Irregularización” que hacen el Supremo
Consejo para la jurisdicción Sur de USA y la Gran Logia Unida de Inglaterra,
como he dicho antes, no tiene un valor de calidad! Como lo dicen nuestras
Constituciones: son regulares los que trabajan regularmente según la tradición
y las Constituciones.
Las Constituciones
existen desde el inicio de la Masonería y muy por delante de la creación de
estas “supremas instituciones”. ¡No
existe en ningún texto la definición de una entidad que pueda decidir quién es Masón
y quien no lo es!
Eso es del mismo nivel
que los apellidos de Masonería “dogmática”,
“adogmática”, “libre” “libertad de opinión”
“laica”…etc.…hay que pensar que
provienen de “Hermanos” que no han
leído las Constituciones o no las han comprendido, ya que es bastante claro que
las Constituciones Masónicas en sus textos fundadores dejan al hombre su
libertad de pensamiento y de opinión.
En efecto, en el Art. I
de las Constituciones de Anderson de 1723 encontramos: “But though in ancient Times Masons were charg'd in every Country to be
of the Religion of that Country or Nation, whatever it was, yet 'tis now
thought more expedient only to oblige them to that Religion in which
all Men agree, leaving their particular Opinion to themselves; that is to
be good Men and true, or
Men of Honour and Honesty, by whatever Denomination or Persuasions they
may be distinguish'd; whereby Masonry becomes the Center of Union and the Means of conciliating true
Friendship among Persons that must have remain'd at a perpetual Distance." (En el inglés del texto
original)
La versión en español del Art. I.
de las Constituciones de Anderson de 1723 es: “Pero aunque en tiempos
antiguos los Masones estaban obligados a pertenecer a la religión dominante en
su país, cualquiera que fuere, se considera hoy mucho más conveniente
obligarlos tan sólo a profesar aquella religión que todo hombre acepta, dejando
a cada uno libre en sus individuales opiniones; es decir, que han de ser
hombres probos y rectos, de honor y honradez, cualquiera que sea el credo o
denominación que los distinga. De esta suerte la Masonería es el Centro de
Unión y el medio de conciliar verdadera Fraternidad entre personas que hubieran
permanecido perpetuamente distanciadas.”
Para mí es un pasaje
muy bonito y con palabras tan precisas y escogidas cuidadosamente, que en el contexto Estuardo /Hannover de la época
en que fueron redactadas, se admite generalmente que Newton y Désaguliers han ayudado a Anderson, porque es
mucho más profundo de lo que él podría escribir solo.
En el REAA, en el Capítulo “Nova Instituta Secreta et Fundamenta” de
las Constituciones de 1786, 7° párrafo, se puede leer: "en respectant les idées de chacun, sans
faire violence à la juste indépendance des Maçons et surtout à la liberté
d’opinion qui est la première et la plus sacrée de toutes les libertés et en
même temps la plus prompte à prendre ombrage".
En español es: “respetando las ideas de cada uno, sin hacer
violencia a la justa independencia de los Masones, y sobre todo a la libertad
de opiniones, que es la primera y más sagrada de todas las libertades y al
mismo tiempo la más susceptible de ofenderse.”
En lo que concierne a las
“Reuniones”, “Confederaciones”, “Conferencias”
y otros tipos de “Alianzas”, ya sea a
nivel de Grandes Logias o Supremos Consejos, estos encuentros existen formalmente
organizados desde el inicio del siglo pasado. Pero también existieron mucho
antes en las Masonerías operativas. Ahora reúnen instituciones que se reconocen
entre ellos y apartan a las que no les gustan. Lo que significa que no es una apreciación
de calidad sino de amistad o de “fraternidad”.
Lo que vale también
para el IPH\Dan Roman
que debe ser miembro del décimo Supremo Consejo que han creado en Rumanía. Hay
en estos momentos en Rumanía, si mis cuentas son exactas, 4 o 5 Supremos
Consejos y 7 u 8 Grandes Logias... y evito comparar a Rumanía con otros países
en los cuales es difícil hacerse una idea clara del número de instancias “superiores” con el mismo número de Grandes
Comendadores y Grandes Maestros en función…
¿Que aportan estas
reuniones a la Francmasonería? Depende de quién las organiza y del Orden del Día,
que algunas veces ponen en evidencia problemas multinacionales y con respecto a
las Constituciones. Pero sobre todo, pienso que son útiles porque permiten a
los responsables a distintos niveles conocer un cierto número de organizaciones
Masónicas de países y de culturas diversas, e intercambiar opiniones.
IHM/ Por otra parte, me
consta personalmente que el Supremo Consejo rumano de 1881 ha suscrito la “Declaración de Ginebra” y hoy asiste con
Voto Deliberativo a los encuentros Internacionales de Altos Grados. ¿Qué te
inclinó finalmente a vincularte a ese grupo de Supremos Consejos?
AS/ No quiero recordar
la situación (ridícula) de la reunión de Barcelona en 2011, a pesar de la
excelente organización que hicieron los Hermanos españoles. Pero para mí era lo
mismo que he dicho antes: intentar de encontrar un eco a mi búsqueda referente
al REAA y a su correcta práctica en la época actual. Pero leyendo hoy en día, casi
diez años después, la Declaración de Ginebra parece ser un catalogo de votos
piadosos en las que ya sus redactores no pueden creer.
Refiriéndose a Lausana,
¿cómo se puede escribir la expresión “este
texto fundador”, si fue elaborado solamente por nueve representantes de
Supremos Concejos del mundo, y más tarde no fue aceptado por la mayoría de los
Supremos Consejos representados? Por esto fue una discusión limitada y se excluyó
problemas muy grandes en el concepto del Rito Escocés Antiguo y Aceptado que
han, desde entonces, quedado sin resolver. Por esta razón, cada uno puede
interpretar ciertos artículos de las Constituciones como desee.
Las reuniones que han
seguido a la de Ginebra, en distintos países han expuesto planchas sin mayor interés,
en lugar de brindar la oportunidad a los Soberanos Grandes Comendadores de
trabajar juntos construyendo algo positivo para asegurar el futuro del REAA.
Pero para ser honesto
en este asunto, hay que decir que todas las reuniones, cualesquiera sea su
denominación o su organizador valen por lo negativo. Hablar de tradición, de
simbolismo, de valores antiguos, puede hinchar el ego de algunos pero no aporta
nada a la construcción del edificio de nuestra Orden y a su perennidad.
Por supuesto que no hay
que hablar de Religión o de Política, pero me gustaría que un alto cargo me
diga cómo es posible trabajar por la felicidad y el bienestar de la familia
humana sin meter al menos la yema del meñique en la “Res Publicas”. Salvo las acciones benefactoras de las Grandes Logias
estadounidenses, y de estructuras benefactoras Masónicas de algunas otras raras
Grandes Logias o Supremos Consejos en el mundo, ¿dónde está el idealismo y la
fraternidad tan clamadas por los Masones?
Es evidente que hoy en día
el Rito Escocés Antiguo y Aceptado necesita un serio escobazo y un espíritu fraterno
de actualización. Debería haber una nueva reunión internacional, pero completa,
universal y multiobedencial. ¡Esto sí que llega a ser imprescindible para hacer
la limpieza en nuestra ORDEN!
IHM/ Por último, ¿Qué
consejo le darías hoy en día a un Soberano Gran Comendador recién instalado en
el cargo?
AS/ - Que pase el mínimo
de tiempo con los altos grados. Ellos deben trabajar realmente y no tienen que satisfacerse
con las decoraciones y honores que les son manifestados, porque sus deberes están
claramente establecidos en el Art II, parágrafo II. de las Constituciones de 1786:
“Su misión y peculiar deber es instruir e
ilustrar a los hermanos; conservar entre ellos la Caridad, la Unión y el Amor
Fraternal”.
- Dar el máximo de su
tiempo a los que entran en la Masonería, trabajar con los Maestros para explicar
cuáles son los objetivos de la Masonería y ayudarles para hacer algo positivo
por los demás en su vida Masónica.
- Ser un líder capaz de
dar ejemplo con sus acciones, no solamente en su país, sino además llevando fortaleza
a todos los Soberanos Grandes Comendadores del mundo Masónico.
- No dudar en tomar posiciones,
y cuando sea oportuno la palabra, en instituciones y poderes profanos para
exponer nuestros ideales y las necesidades de actuar por un mundo más justo.
- Guardar las ideas
utópicas para las discusiones en el interior de los Templos.
- En el exterior, actuar
con acciones positivas para dar a la Masonería en el mundo profano una imagen
de solidaridad, de honestidad y de fraternidad para que la felicidad y el
bienestar de la familia humana exista realmente en TODA ella.
Si, sin prejudicios,
los Hermanos y las Hermanas tienen la fuerza espiritual para formar una cadena
de unión ACTIVA en este sentido, por todo el mundo, con el fin de imponer sus
ideales a los “dirigentes profanos de
este mundo”, nuestro siglo será mucho más bonito para vivir y habrá un
porvenir con más esperanzas para la felicidad de todos
IHM/ Muchas Gracias mi
Q: H:. André, por tus palabras.