Iván Herrera Michel
Desde hace unos días se me ha consultado mi opinión acerca de cual debe ser la correcta denominación de una Obediencia Masónica. Si lo Masónico sería por ejemplo, Gran Logia, o Gran Oriente, o Federación, o Asociación, u Orden, etc. El tema es agradable puesto que brinda la posibilidad de repasar nuestra historia y antecedentes.
En la alborada de la baja Edad Media, y como producto del crecimiento comercial que acompañó al cambio de milenio, y al crecimiento del tamaño y la importancia de las ciudades y villas, aparecen en la vida económica europea, unas agrupaciones sociales caracterizadas por la búsqueda común de un interés mercantil específico, denominadas Gremios.
Durante los siglos XI y XII, estos Gremios no son del todo independientes, su actividad era un tanto sedentaria y se encontraba focalizada en un determinado centro urbano con tímidas proyecciones iniciales a las ciudades vecinas.
Con la dinamización del comercio poco a poco comienzan a organizarse caravanas o expediciones comerciales a sitios cada vez más lejanos, bajo el liderazgo de un jefe y el cumplimiento de unos reglamentos, que establecían normas de socialización, mutua ayuda y formas de dirimir los conflictos internos.
Estas expediciones comerciales se conocerían en los países de habla germana como Guildas y/o Hansas, y en el sur de Europa como Caritas o Fraternitas. Y es precisamente en un documento proveniente de una Guilda, del año 1292, cuando se menciona por primera vez el término “Logia”, haciendo referencia al sitio de reunión de sus miembros.
En algunas ocasiones estas Logias creaban alianzas entre ellas para acometer obras de mayor magnitud. Se puede afirmar sin temor a equivocarnos que estas uniones económicas temporales son los antecedentes más remotos con que se cuenta sobre la asociación de Logias que en el futuro se conocerían como Gran Logia, Gran Oriente, Federación de Logias, Asociación de Logias, Orden, etc.
Al fin y al cabo una Gran Logia y/o Gran Oriente no es mas que una federación de Logias. Un dato histórico que puede servirnos de referencia es el que la asociación de Logias que se conformó en 1598 en Edimburgo, y que inició formalmente el esquema de gobierno de Logias asociadas, se denominó precisamente "Federación de Logias". Esta circunstancia particular consta expresamente en los "Estatutos de Shaw".
En esos "Estatutos" se dispone por primera vez una alianza de Logias, se crea un parlamento superior a ellas, se instituye un funcionario ejecutivo general de superior nivel jerárquico, que al principio se llamó Vigilante General, y se ordena que cada Logia lleve un registro escrito de sus actividades.
Posteriormente, en 1705 se crea en la ciudad de York una federación de Logias especulativas con el nombre de Gran Logia de Inglaterra. Esta denominación de la agrupación se repetiría en 1717 cuando se conforma la Gran Logia de Londres en la ciudad del mismo nombre.
El título de Gran Logia se mantiene en Europa continental dentro de un cierto sabor anglófilo del siglo XVIII que se puso de moda entre las clases altas del continente. Sin embargo, en 1773 se crea en Francia una federación de Talleres Masónicos de corte nacionalista con la denominación de “Grand Orient de France” (Gran Oriente de Francia). Es entonces cuando aparece en el paisaje Masónico una nueva expresión para denominar la asociación de Logias simbólicas.
Al extenderse la Orden por los continentes asiático, africano y americano, las Obediencias que se van organizando adoptan mayoritariamente la designación de Gran Oriente, o Gran Logia, u otra más, dependiendo si lo hacen bajo la esfera de influencia anglosajona o de la francesa.
En la actualidad, encontramos Obediencias simbólicas que se identifican como Gran Logia, como por ejemplo la Gran Logia del Norte de Colombia; Gran Oriente, como el Gran Oriente de Francia; Orden, como la Orden Masónica Mixta Internacional “El Derecho Humano”; Federación, como la Federación de Masones Cubanos en el Exilio “Cuba Primero”; Asociación, como el Gran Oriente y Logias Asociadas del Congo; Gran Priorato, como el Gran Priorato de las Galias, etc.
Algunas resaltan alguna particularidad que les es importante. Algunos ejemplos los tenemos en el uso de términos del corte de: Liberal, como la Gran Logia Liberal de Turquía; Regular, como la Gran Logia Regular de Italia; Unida, como la Gran Logia Unida de Paraná; Nacional, como la Gran Logia Nacional de Colombia; Mixta, como la Gran Logia Mixta de Puerto Rico; Femenina, como la Gran Logia Femenina de Francia; Simbólica, como la Gran Logia Simbólica de España; etc.
Otras evocan un personaje importante, como las 51 Grandes Logias de afroamericanos Prince Hall, en USA., o la Gran Logia Benjamín Herrera en Colombia. Las hay que se referencian por una región, como la Gran Logia Occidental de Colombia; o por un Departamento, como la extinta Gran Logia del Departamento de Antioquia; o por el Rito que practican, como la Gran Logia de Memphis Mizraim de Argentina. Y así, un largo etcétera.
Colombia arranca su vida Logial asociativa en Cartagena en 1833 con una Obediencia llanada Gran Oriente y Supremo Consejo Neogranadino; medio siglo después surgiría la primera Gran Logia en Bogotá con el nombre de Gran Logia de Colombia. Cuando resurge la Masonería en la segunda década del siglo XX, luego de la supresión que a excepción de la Costa Atlántica hiciera Rafael Núñez, las Obediencias que se crean lo hacen bajo la denominación de Gran Logia.
Mucho después se levantarían las columnas del Gran Oriente Unido de Córdoba y Sucre y el Gran Oriente Francmasónico Colombiano, y por último la Federación Colombiana de Logias Masónicas, y llegarían a estas tierras Logias y Triángulos del Gran Oriente Latinoamericano y la Orden Masónica Internacional Mixta “El Derecho Humano”. O sea que hemos tenido diversidad de denominaciones.
En realidad, la nominación como Gran Logia sugiere un aire muy aplicado a la escuela inglesa de entender la Masonería, mientras que las otras titulaciones parecerían en principio encaminadas a una forma mas progresista y actualizada de concebir sus tradiciones y sus valores, muy del gusto francés. Pero, cabe aclarar que esto no siempre se presenta de esta manera. Existen Grandes Logias adogmáticas y Grandes Orientes dogmáticos.
Visto lo anterior, algunas conclusiones preliminares no prejuiciadas apuntan a que cualquiera de estas denominaciones es correcta, y no es menos Masónica que alguna de las otras, puesto que de todos modos nos estamos refiriendo a una Federación de Logias Simbólicas. Que es en definitiva de lo que se trata.
Es por ello que las asociaciones de Obediencias se llaman Confederaciones, como por ejemplo la Confederación Masónica Interamericana (C.M.I.) y la Confederación Masónica Colombiana (C.M.C.).
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