Iván Herrera Michel
La tradición de expedir una Carta Patente a las Logias y Grandes Logias surge en el siglo XVIII en el seno de la Gran Logia de Londres a similitud de los títulos o despachos que solían expedir los monarcas para el goce de un privilegio, la practica de un arte u oficio, o el ejercicio de un derecho, entre ellos el de libre asociación, que no era reconocido como inherente a la calidad humana, sino que se adquiría por concesión graciosa del poder real.
Estos documentos se exhibían por sus destinatarios para demostrar, que se estaba autorizado para el ejercicio, goce o práctica en exclusiva de una materia en particular.
Cuando surge la Gran Logia de Londres en 1717, se constituye por sí y ante sí, sin ninguna vinculación previa con Logias de Operativas o gremios de constructores y sin contar con una Carta Patente, más, como su nacimiento se presenta para facilitar las ciencias experimentales en el marco de la controversia desatada entre los Hannover, recién instalados en el trono británico tres años antes, y los pretendientes Estuardos, se adopta el sistema de Cartas Patentes para identificar y ejercer primacía sobre las Logias de la amistad.
Pronto se empezaron a crear Logias y Grandes Logias en otros reinos bajo la influencia de la Gran Logia de Londres a las cuales se les expedía una Carta Patente. La primera de las nuevas asociaciones que recibió este documento fue la Gran Logia francesa, fundada en 1728, y por esta vía se propagó la tradición bajo el entendido de que la entidad Masónica que gozara de una Carta Patente podía a su vez otorgársela a otra, y esta a su vez a otra más, y así indefinidamente, conformándose durante los siguientes tres siglos una maraña de relacionamientos, reconocimientos, amistades, regularidades, tratados, etc., que mucha veces atentaron contra la soberanía de las Obediencias. La costumbre se impuso tanto para las Obediencias simbólicas como para las Potencias filosóficas.
No cuentan con Carta Patente, Grandes Logias de la trascendencia de la de Irlanda, fundada en 1725 y tenida por la historia oficial inglesa como la segunda en el mundo, ni la de Escocia, fundada en 1736 cuando en las viejas Logias Operativas los Masones no constructores se encontraban lo bastante numerosos como para crearla a semejanza de la especulativa de Londres. Existen muchos otros casos similares.
En Colombia, el primer Taller Masónico de que se tenga noticia tuvo sede en la ciudad de Cartagena y corresponde a la “Logia Británica No. 1”, que funcionó entre 1770 y 1815 bajo el liderazgo del Masón escocés Wellwood Hyslop, la cual contó con Carta Patente expedida por la Gran Logia Provincial de Jamaica, con asiento en Kingston, que para la fecha estaba subordinada a la Gran Logia de Londres. De esta Logia existe muy poca información puesto que su accionar en Cartagena de Indias debía ser muy discreto por la circunstancia geopolítica de que obedecía a los intereses del imperio británico en su lucha contra el español en el marco de la guerra abierta que mantenían en los mares y la “fría” en las colonias.
Al parecer, la segunda Logia Masónica en Colombia lo fue la titulada "Las Tres Virtudes Teologales", también con sede en Cartagena, que se reunía en la esquina de la Calle de la Estrella con la Calle de Don Sancho, Nº 24 – 98, la cual contaba igualmente con Carta Patente expedida por la misma Gran Logia Provincial de Jamaica, con asiento en Kingston. De la misma manera esta Logia servía a los intereses británicos y coordinó desde sus columnas las actividades de los criollos que habían entrado en rebeldía contra el imperio español y a ella se vinculó desde un principio gran parte de la burguesía local. Los estudiosos discuten acerca de sí esta Logia se fundó en 1804 o 1808.
Además de las anteriores, en Cartagena funcionó la Logia “La Beneficencia”, que fue fundada el 5 de Noviembre de 1821 y al igual que las dos mencionadas contó con Carta Patente proferida por la Gran Logia Provincial de Jamaica.
Dentro de la estructura administrativa usual en la Masonería del estilo anglosajón, una Gran Logia Provincial es un grupo de Logias directamente subordinado a una Obediencia principal que trabaja en su mismo territorio nacional, mientras que una Gran Logia Distrital es lo mismo pero con la diferencia de que lo hace fuera de las fronteras del país.
En contraste con lo anterior, no se conoce noticia de que haya contado con una Carta Patente la Logia “Fraternidad Bogotana” Nº 1, fundada en Santafé de Bogotá con el nombre inicial de “Libertad de Colombia” el día dos de enero de 1820, de la que fue Venerable Maestro el General Francisco de Paula Santander, ni tampoco que las hayan poseído las Logias que fundó este prócer en el territorio nacional entre 1820 y 1828 en que fueron prohibida por el General Bolívar.
Sin embargo, al reorganizarse la Masonería colombiana, el 19 de junio de 1833, con la constitución en Cartagena del “Gran Oriente y Supremo Consejo Neogranadino” - hoy “Supremo Consejo del Grado 33 para Colombia” - de nuevo se posee una Carta Patente, la cual le es expedida el 11 de julio de 1851 por el “Gran Oriente de Francia”. Esta Carta Patente se puede observar actualmente en el Despacho del Gran Secretario del mencionado Supremo Consejo en la ciudad de Bogotá.
Muchos años después, el día 5 de diciembre del año 2006, el mismo “Gran Oriente de Francia” que emitió la Carta Patente al hoy “Supremo Consejo del Grado 33 Para Colombia”, aprobó la expedición de una igual para la “Federación Colombiana de Logias Masónicas” fundada por un grupo de Masones que se retiraron voluntariamente de la “Gran Logia Nacional de Colombia” para levantar las columnas de una nueva Obediencia.
En efecto, el día 24 de marzo de 2007, el H:. Fabien Taieb, Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del “Gran Oriente de Francia”, en representación de su Gran Maestro, H:. Jean Michel Quillardet, viajó hasta el Oriente de Barranquilla, acompañado por el Gran Canciller de esa Obediencia, el H:. Rui López, con el objeto de hacer entrega personal en ceremonia solemne de la Carta Patente a la “Federación Colombiana de Logias Masónicas” y asistir a la Consagración de sus tres Templos.
También hay que mencionar en nuestra historia Masónica el que en 1984, en Bogotá, se levantaron las columnas del “Gran Oriente Francmasónico Colombiano”, que, al igual que el Supremo Consejo del Grado 33º para Colombia y la Federación Colombiana de Logias Masónicas, cuenta con una Carta Patente expedida en debida forma por el Gran Oriente de Francia con el lleno de todas las formalidades del caso.
Volviendo al hilo de la historia, y siguiendo con la tradición indicada, una vez fundado, el “Gran Oriente y Supremo Consejo Neogranadino” expide, de 1833 a 1920, sesenta Cartas Patentes a igual número de Logias en Colombia y el exterior, y seis más de 1989 a 1999. Siendo la primera en recibirla la Logia “Hospitalidad Granadina” Nº 1, con sede en Cartagena, el 23 de Junio de 1833. De la Misma manera, en la década de los noventas del siglo pasado expide Carta Patente a las Grandes Logias Central de Colombia, del Norte de Colombia, del Pacífico, y del Eje Cafetero.
Por su parte, el día 3 de junio de 1864 es instalado sin Carta Patente en Bogotá el “Supremo Consejo Central Colombiano”, el cual durante sus 76 años de labores expidió Carta Patente a 27 Logias. Muchas de las cuales aún funcionan.
Cosa muy distinta sucede en cambio, con las siete Grandes Logias masculinas colombianas que derivan su legitimidad, directa o indirectamente, de la Gran Logia Nacional de Colombia con asiento principal en la ciudad de Barranquilla, la cual nunca ha contado con Carta Patente.
En efecto, la iniciativa que desde 1913, venía impulsando la Logia “El Logia Siglo XIX Nº 24”, para crear una Obediencia simbólica en Barranquilla, se materializó el 19 de julio de 1917, cuando, en compañía de las Logias Triple Alianza Nº 15 (después Nº 2) y Estrella del Caribe Nº 16 (luego Nº 3) de Barranquilla y la Logia Libertad Nº 54 de Calamar, fundaron sin Carta Patente la “Gran Logia Provincial del Atlántico”, que cambio su nombre por el de “Gran Logia Nacional de Colombia” el día 24 de enero de 1918, decidiendo unilateralmente “asumir la dirección soberana del Simbolismo Masónico en todo el territorio colombiano”.
Tampoco contó con Carta Patente la “Soberana Gran Logia de Colombia” fundada en Barranquilla en 1919 por las Logias Astrea Nº 56, Siglo XX Nº 60, Minerva Nº 5 y Barranquilla Nº 1, que contó con una vida muy corta puesto que sus miembros se unieron a la Gran Logia Nacional de Colombia con ocasión del reconocimiento que se le hizo a esta por parte del Supremo Consejo del Grado 33 para Colombia como una “autoridad regular, soberana e independiente”.
Para cerrar la historia de las Cartas Patentes Masónicas en Colombia, el 16 de febrero del año 2007, el Soberano Gran Comendador del “Omega Supreme Council of New York, Ancient and Accepted Acottish Rite Free Masonry, Northern Jurisdiction, Zenith New York” (Supremo Consejo Omega del Rito Escocés Antiguo y Aceptado de la Francmasonería, Jurisdicción Norte, Cenit de Nueva York), IPH:. Lenix Tannis, acompañado del Gran Secretario de esa Potencia, el Gran Canciller e Inspectores Generales de la Orden miembros de ella, constituyeron y consagraron en Barranquilla el “Supremo Consejo Omega del Rito Escocés Antiguo y Aceptado de la Francmasonería Universal para la República de Colombia”, otorgándole en debida forma la correspondiente Carta Patente e instalando a sus dignidades y oficiales.
Cabe Aclarar que el “Omega Supreme Council of New York, Ancient and Accepted Acottish Rite Free Masonry, Northern Jurisdiction, Zenith New York”, a su vez cuenta con Carta Patente otorgada en 1979 por el “Supremo Consiglio Della Masonería di Rito Scozzese Antico ed Accettato per L`Italia” (Supremo Consejo de la Masonería del Rito Escocés Antiguo y Aceptado para Italia), el cual remonta su historia hasta 1805, siendo heredero directo del 3º Supremo Consejo del mundo, fundado ese año por el Conde Grace-Tilly en Milán. Circunstancia que impone una legitimidad inobjetable a la Carta Patente otorgada en Barranquilla para la práctica del Rito Escocés Antiguo y Aceptado por parte de la nueva Potencia.
Por otra parte, no posee Carta Patente el “Supremo Consejo Colombiano del Grado 33º, Rito Escocés Antiguo y Aceptado de la Francmasonería”, ya que cuando se reunieron, presididos por el IPH:. C. Fred Kleinknecht, 33º, Soberano Gran Comendador del “Supremo Consejo del Grado 33º del Rito Escocés Antiguo y Aceptado de la Francmasonería para la jurisdicción Sur de los Estados Unidos de América”, en la mañana del día 15 de julio de 1994, en su sede del “House of the Temple”, en el 1733 de la Calle 16 N. W. de la ciudad de Washington, D.C., dieciocho Masones colombianos, los trabajos al parecer se limitaron a:
1) La colación del Grado 33 del Rito Escocés Antiguo y Aceptado a los visitantes de Colombia;
2) La “Consagración y Reconocimiento” de un nuevo Supremo Consejo del Rito Escocés Antiguo y Aceptado en Colombia; y
3) La elección de las dignidades del nuevo Supremo Consejo.
Para constancia de lo anterior, los Masones colombianos que viajaron a Washington redactaron dos años después y de manera unilateral un “Acta de Constitución del Supremo Consejo Colombiano del Grado 33º”, aprobada, no por los intervinientes en la sesión de Washington, ni por las Dignidades que la presidieron y secretariaron, como sería lo correcto, sino por los asistentes a una reunión interna del nuevo ente celebrada en la ciudad de Bucaramanga el día 16 de marzo de 1996.
A decir verdad, la no posesión de una Carta Patente nunca ha impedido a las organizaciones Masónicas interactuar en alguno de los diferentes sectores en que se divide la vida nacional e internacional de la Orden, ya que este documento ha sido reemplazado con frecuencia por cartas constitutivas, textos fundacionales, reconocimientos por parte de otras Obediencias simbólicas o escocistas, militancia en confederaciones Masónicas, tratados firmados, etc.
Otra razón aducida para afirmar la regularidad de una Masonería es la consideración de que el hilo conductor que la otorga lo constituye la iniciación de sus miembros en una Logia Justa y Perfecta integrada por un mínimo de siete Maestros Masones que a su vez han sido iniciados por otros más en igual forma, en una cadena ininterrumpida que se interna en el pasado por la vía Iniciática.
Y en esta línea de pensamiento, es innegable que todos los Masones colombianos poseen un linaje impecable.
3 comentarios:
llegue de casualidad a este sitio, pero me parece muy interesante. lo visitare para revisar algunos articulos del autor
Hola buenas tardes:
He leído, de modo generalizado el texto, el cual me pareció sumamente importante, fundamentando históricamente la necesidad o no de presentar una carta patente; en mi opinión la reguridad -si de acuerdo a un diccionario- es aquella "uniformidad a desarrollarse, periocidad, puntualidad,o el hecho de suceder de acuerdo a una norma establecida"...entonces una Carta o un acta no nos hace regulares, sino la constancia a los talleres, al cumplimiento de nuestro juramento; acaso ¿no sería irregular aquel H.'. M.'. que desconoce a su H.'. sólo por pertenecer a otra Log.'., Gr.'. Log.'., Or.'., o Rit.'. Mas.'.? Pues no sería coherente con lo que profesa su lit.'. ni sus ideales mas.'.
Gracias por la luz otorgada en esta publicación.
Es cuanto
Fraternalmente
María S. Morales
M.'.M.'.
Me sigo preguntando a quien le perjudica o benficia mas... a los que dicen que: otros son los irregulares?
O a aquellos que diciendo ser Reg:. en sus Log:. no llevan en orden su obra Mas:.
La Reg:. o Irreg:. en Mas:. es cuestion vivencial, pero la limitante en el desarrollo de ciertas Log:. u Or:. ó G:.Or:. dependen de esta condicion...
Hasta cuando nos tardamos en completar la Cadena de U:. que nos una por una sociedad mejor.
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