sábado, 9 de junio de 2007

Masonería, Política y Politiquería

Iván Herrera Michel


La Orden no puede propender por algo que no
sea trasparente y respetuoso de la igualdad
de oportunidades entre todos los colombianos


A pesar de que los Masones siempre hemos sostenido que se puede ejercer la política individualmente pero sin comprometer a la Orden, lo cierto es que el fenómeno sociológico que ha sido la Masonería reviste caracteristicas políticas innegables.

Reclamamos con énfasis nuestra participación en los grandes acontecimientos y luchas que se han dado en occidente para fortalecer el papel del individuo frente al absolutismo estatal, para independizar naciones, privilegiar el respeto a los Derechos del Hombre y del Ciudadano en 1791, la erradicación de la esclavitud, la promulgación de los Derechos Humanos de 1948, la creación de las Naciones Unidas, la Unión Europea, la separación entre la iglesia y el estado, etc. Y esto, es política.

Por otro lado, la enemistad con las confesiones de corte integristas - especialmente con la Católica - no se ha dado en el campo de las creencias sino en el de los intereses políticos y económicos del Estado del Vaticano y su injerencia indebida en los asuntos internos de otros estados. Nuestra apuesta por la laicidad y la separación del poder religioso del civil es claramente política y una tercería a la vieja pugna, que viene de la Europa renacentista hasta nuestros días, acerca de quien manda a quien entre el Papa y el gobernante local. Y esto, también es política.

Por un lado, la Gran Logia Unida de Londres, a la par que exige entre sus Grandes Logias seguidoras, que se prohiba las discusiones políticas en el seno de los Talleres, ha utilizado a las Obediencias de su amistad como vehículo de penetración política para nuclear la clase local colaboracionista en sus colonias y como un instrumento más al servicio de los intereses del imperio Británico Además, con el calificativo de "Regular" manipula un estilo subalterno de practicar la Masonería. El hecho de que su Gran Maestro deba ser exclusivamente de la Casa Real inglesa le da un toque monárquico difícil de disimular. Y esto, es politiquería.

En la otra cara de la moneda, se encuentra el Gran Oriente de Francia, con un historial de defensa de la democracia y del sistema republicano que impresiona por lo activo. La premisa política de la que se enorgullece Francia desde la Revolución Francesa es la misma de la que hace gala la Masonería: "Libertad, Igualdad y Fraternidad". Y esto, también es política.

En España se dice que la segunda República que aplastó el Generalísimo Franco en 1939 fue Masónica; en Italia se relaciona la Orden con la unificación de la península y la derrota de los estados pontificios; en Rusia con gran parte de las reformas liberales de Pedro el Grande; en Alemania también con las reformas liberales del siglo XVIII; en Turquía con la modernización tras la caída del imperio Otomano; en Chile se le incluye dentro las Fuerzas Morales de la nación; en Uruguay se le vincula con el logro de la educación primaria, secundaria y universitaria gratuita; En Venezuela con Bolívar, en Colombia con Santander, en Ecuador con Sucre, en Argentina con San Martín, en Chile con O’Higgins, en Cuba con Martí, en México con Benito Juárez; en Estados Unidos con Washington, y así sucesivamente en la mayoría de los países del viejo y el nuevo continente. Y todo esto, también es política.

En América, de norte a sur, incluyendo el caribe, a la Orden se le presenta en gran medida a partir de referentes ligados a luchas independentistas y a la gestión necesaria para la consolidación de las libertades públicas y privadas en nuestros pueblos. Los nombres de los héroes de nuestra independencia y de los presidentes que han sido Masones son de frecuente mención en nuestras charlas cuando de presentar la Institución se trata. Y esto, también es política.

Entonces, no es extraño que no nos crean mucho cuando decimos que los Masones no nos ocupamos de temas políticos cuando nos reunimos. La verdad es que si nos ocupamos de ellos. Esta dicotomía aparente (evidencia y negación) está en la base de la creencia errada pero muy generalizada de que la Orden representa un mundo de poder subterráneo y secreto que tras bambalinas quita y pone presidentes y ministros, situación que se supone los Masones están obligados a negar sistemáticamente.

No son pocos los escándalos en los que se ha visto arrastrada la imagen de la Masonería, a raíz del acercamiento que algunos lideres de la Masonería han intentado con la politiquería por razones de ambición personal.

Para citar unos pocos ejemplos, podemos traer a cuento el apoyo oficial de la Gran Logia Regular de Chile al General Pinochet, luego del golpe de Estado de 1973, a quien habían iniciado previamente y llevado hasta el Grado de Compañero, lo cual produjo una crisis interna en esa Obediencia, la creación del Gran Oriente Latinoamericano, GOLA, y la pugna con las otras Grandes Logias que operan en ese país austral: la Gran Logia Mixta de Chile, la Gran Logia Femenina de Chile y el Gran Oriente Francmasónico Chileno . Y esto, también es político.
Igualmente, podemos recordar el desprestigio que a la Orden, en el ámbito internacional, llevó en la década de los ochenta la Logia P -2, jurisdiccionada al Gran Oriente de Italia, la única potencia regular de esa nación en ese entonces, cuando sus miembros se dedicaron a iniciar a un grupo de políticos influyentes de Italia, junto con un puñado de Cardenales católicos corruptos, con el objeto de construir una telaraña financiero - política de intereses inconfesables. La muerte aún no aclarada del Papa Juán Pablo I, la quiebra del Banco Ambrosiano, y el "suicidio" de algunos implicados en esos casos, fueron las actividades más conocidas de una mafia que extendió sus tentáculos hasta Argentina y Uruguay. Y esto, también es politiquería.
Más recientemente, el diario El Comercio, de Quito, Ecuador, el de mayor circulación en ese país, abrió su edición del día 11 de julio de 2004, con el titular "Los Masones se Dividen por el Presidente", en primera y a media página, con foto incluida. En la Sección Política, se tituló: "La exaltación de Gutiérrez incomoda a los Masones", y se da cuenta del Aumento de Salario y la Exaltación, a los Grados de Compañero y Maestro, del Aprendiz Lucio Gutiérrez, entonces Presidente Constitucional del Ecuador, efectuado "a la vista" por el Gran Maestro de la Gran Logia del Ecuador, Difilio Vargas Pazzos,. Lucio Gutiérrez fue iniciado cuando era candidato por un cálculo politiquero imperdonable desde el punto de vista Masónico. De nuevo la intervención en politiquería corrió por cuenta de una Gran Logia regular.

Desafortunadamente, la publicación no distingue, ni tiene por que hacerlo con objetividad, el hecho de que en el Ecuador existen cuatro Grandes Logias nacionales - Gran Logia del Ecuador, Gran Logia Equinoccial del Ecuador, Gran Logia Occidental del Ecuador y la Gran Logia del Austro Ecuatoriano - además de otros Talleres jurisdiccionados al Gran Oriente Latinoamericano, a la Gran Logia Arquitectos de Acuario del Brasil, y a la Orden Masónica Mixta Internacional El Derecho Humano, Obediencias que, todos a una, publicaron comunicados mostrando su inconformidad y desacuerdo. Y esto, también es política.

Esta situación ha generado, como se comprenderá, un caldo de cultivo propicio para ataques, burlas, caricaturas y hasta gráfitis en las calles, en contra de "los Masones", relacionándolos con el accionar del desprestigiado ex Presidente de la República.

En Colombia se ha presentado un fenómeno político muy conocido. Después de contar en sus columnas con lo más granado de la revolución, de ser la abanderada de los principios liberales en el siglo XIX, y de impulsar la oposición ideológica durante la Hegemonía Conservadora confesional que vivió nuestro país hasta 1930, la Masonería se fue alejando, poco a poco, del panorama político nacional. Y esto, también es una posición política.

Esta separación paulatina entre la Masonería y la política, fue impulsada por el divorcio que se ha presentado entre los partidos políticos y la moral pública. Ante esto, los Masones colombianos perdieron interés en compartir espacios con una clase dirigente desprestigiada, y en consecuencia abandonaron la vocación de poder que siempre habían tenido. Hoy en día, el sistema de valores de la Masonería y el de la clase dirigente actual son irreconciliables. Y esto, también es política.

No obstante lo anterior, algunas Grandes Logias del país, ante la nostalgia de ese poder lejano y, en algunos casos el interés en una prebenda personal de sus funcionarios, se han dado a la tarea en la última década de iniciar cuanto candidato a algo, o funcionario de primer o segundo rango, encuentran a la mano. O de galardonarlos para congraciarse con ellos. En Bogotá existe una verdadera competencia con el Opus Dei en este sentido. Y esto, es politiquería.

Algunos de estos personajes se han dejado iniciar atraídos por la esperanza de un aumento de su cauda electoral, por el pertenecer a un grupo al que se le reputa un gran poderío y, de todos modos, por una asociación que goza de prestigio intelectual. Y hasta por curiosidad. Además, se les ha dicho que pueden contar con la colaboración irrestricta y discreta de todas las Grandes Logias del mundo, con la sola invocación de la palabra "fraternidad". Y eso, para un hombre ambicioso, acostumbrado a hacer pactos por debajo de la mesa, es de la mayor valía.

Algunos miembros de esta nueva categoría han encontrado atractivo el seguir perteneciendo a la Orden y se han convertido en Masones entusiastas, y otros simplemente no han vuelto a las Logias después del debate electoral que tenían en mira cuando se iniciaron. A decir verdad, no solo no encontraron lo que iban buscando, sino que por el contrario hallaron pocos votos, uno que otro lagarto, una discusión eterna sobre la "Regularidad" que poco o nada les interesa, mucho cacique y poca tribu. Es decir, nada importante.

A raíz de esta deserción no prevista, la posibilidad de crear una agrupación de ciudadanos influyentes con miras a conformar una red para traficar influencias a espaldas de la comunidad, afortunadamente se frustró. La Masonería no puede propender por algo que no sea trasparente y respetuoso de la igualdad de oportunidades entre todos los colombianos. Y esta, también es una posición política.

Pese a lo anterior, a algunos incautos aún se les atrae presentando a la Masonería a partir de los escaños que ocupan en los cuerpos colegiados, en los entes territoriales o en alguna otra entidad pública, hombres que han pasado por la ceremonia de inciación Masónica. Esta vanidad insensata, muchas veces ha llevado desprestigio a la Orden, por los escándalos protagonizados por esos personajes públicos que de Masones solo tienen el deseo ajeno de considerarlos cercanos. Y esto, no es una posición política sino politiquera.

Queda aún el reto de ayudar en la transformación de una sociedad en plena crisis de valores cívicos. Pero, como decía el Masón Jorge Eliecer Gaitán, sin "designar de parteros a los sepultureros de la nación". Y esto, también es política.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me parece importante la plancha escrita al respecto de la masonseria, politica y politiqueria. felicitaciones al hermano Ivan. Al respecto tengos dos apreciaciones:
1)Ante la situación actual de decadencia social del mundo profano, se coloca en frente de este, los principios y valores masonicos, como punto de contraste del cual debe inferirse el papel transformador que sobre este mundo abundante de vicios debe cumplir la masoneria como instución.
2)Esta transformación requiere una masonería jalonadora de una dinamica social renovada que implique una nueva sociedad o por lo menos unas nuevas variantes frente al mundo actual
3) Dicho papel político de la masoneria no puede ser similar al de un partido política, por esto desbordaría su noción de escuela de pensamiento.
4) Al respecto de lo anterior la masoneria en su papel de organización renovadora de lo social, no podrá actuar directamente como institución, por lo cual deberá aplicar la premisa de "preparar al individuo para que éste transforme el colectivo"