Iván Herrera Michel.
Indiscutiblemente uno de los puntos más relevantes de la Masonería tiene que ver con su “SECRETO” y su consecuente “SILENCIO” por parte de los Masones.
Que lugar ocupa en la actitud y la razón del librepensador el rol de un SECRETO?
Me explico mejor: En las escuelas se enseña el valor del SILENCIO, en las universidades se habla de las bondades del SILENCIO, nuestros padres nos insisten en las ventajas del saber callar, todas las denominaciones religiosas predican el SILENCIO como camino para la realización de sus valores, y esto se da en las que sostienen un sistema de verdad revelada, como las de índole cristiana, islámica y hebrea, en las animistas de origen africano, en los sistemas de creencias precolombinos, y en los sistemas filosóficos que nos vienen de las multimilenarias etnias asiáticas.
Sobre el SILENCIO habló el Zaratustra de Nietzsche, y Santa Teresa de Jesús lo recomendó para el retiro a sus Moradas del Castillo Interior. Y la iglesia Católica mantiene aún, para sus seguidores el castigo ominoso del callar.
Sabemos del SILENCIO que relaja y del SILENCIO que molesta. También con un verso aprendimos que se ama a la patria en “SILENCIO mudo”, y que Danton guarda los lugares más candentes del Infierno para aquellos que guardan neutralidad en épocas de graves crisis moral. Además hay SILENCIOS que otorgan consentimientos, los que matan, los peligrosos y los elocuentes.
Pero, que es lo que hace diferente de los otros el mensaje del SILENCIO que regala la Masonería. Cuales son los alcances y contenidos que hacen Masónico al SILENCIO Masónico.
Los Masones durante la época conocida como operativa, tenían muchos SECRETOS. En primer lugar sólo ellos poseían los SECRETOS técnicos del oficio, comparables a SECRETOS de fábrica, por ejemplo el de la estabilidad de una columna. No es sorprendente que los hayan respetado y que por esta razón, tales procedimientos de arquitectura no llegasen nunca hasta nosotros, ya que constituían la forma de ganarse el pan de cada día y el de sus familias.
La Masonería operativa resolvió este problema vital con santos y señas, con un apretón de manos particular y con signos pectorales, manuales, faciales y pedrestes.
El espíritu del SECRETO Masónico no era de naturaleza moral, no era más que la protección del derecho al trabajo y su carácter riguroso era el SECRETO profesional.
En el Siglo XVII las ceremonias de recepción o iniciación imprimieron un carácter ritual, donde se impuso la fórmula de juramento que se ha conservado hasta nuestros días. Uno de los juramentos más divulgados rezaba: “Juro y prometo por mi libre voluntad, en presencia del Gran Arquitecto del Universo y de esta aceptable asamblea de masones, solemnemente y sinceramente, no revelar jamás ninguno de los misterios de la Francmasonería, que van a serme confiados, a no ser a un bueno y legítimo Francmasón, o en una Logia regularmente constituida, no escribirlos jamás, ni trazar, grabar ni formar ningún carácter por el cual pudieran ser desvelados los SECRETOS, so pena de ser degollado, de que me corten la lengua y ser enterrado en la arena del mar a fin de que el flujo y el reflujo me sumerjan en un eterno olvido”. Tal es el juramento en el cual se han basado las Logias durante siglos y que produciría alarma sino fuera por que es puramente simbólico.
La Masonería mantiene sus SECRETOS con base en la llamada "disciplina del SILENCIO" que es una de sus enseñanzas fundamentales. "Quien habla mucho piensa poco, ligera y superficialmente", "las mejores verdades son las no dichas" y la Masonería quiere que sus adeptos se hagan mas bien pensadores que habladores.
No se llega a la verdad con muchas palabras ni discusiones, sino más bien con el estudio, la reflexión y la meditación SILENCIOSA, por consiguiente, aprender a callar es aprender a pensar y meditar. Por esta razón, por ejemplo, la disciplina del SILENCIO tenía una importancia muy grande en la escuela pitagórica, en donde a ninguno de sus discípulos se le permitía hablar, bajo ningún pretexto, antes de que hubiesen transcurrido los tres años de su noviciado, período que corresponde exactamente al del aprendizaje Masónico expresado hoy en sentido figurado y simbólico.
Saber callar no es menos importante que saber hablar y este último arte no puede aprenderse a la perfección antes de habernos adiestrado en el primero, rectificando por medio de la reflexión nuestras expresiones verbales instintivas.
Por lo tanto, para poder realizar esta disciplina del SILENCIO, también hemos de comprender el significado y el alcance del SECRETO Masónico, dado que el Masón tiene que callarse ante las mentalidades ajenas a todo aquello que únicamente los que se han iniciado en su comprensión pueden entender y apreciar.
Mucho se ha hablado y se ha escrito, y gran misterio se hace todavía, del SECRETO que se supone poseedora y depositaria la Francmasonería. Sobre este particular hace ya mucho tiempo que se ha hecho luz más que suficiente para que todo Francmasón medianamente instruido pueda saber con certeza que aquí no hay ningún SECRETO que de revelarse afecte el curso de la humanidad.
Las Logias no son el guardián de SECRETOS graves al estilo de los de la Virgen de Fátima ni posee mensajes de Dioses, vírgenes, santos, maestros espirituales, gurús, ángeles o extraterrestres.
Así pues, en el vocabulario Masónico, la palabra "SECRETO" debe tomarse como sinónimo de "discreción". Lo discreto en la Masonería simplemente es el Ritual y las formas de reconocimiento entre Masones.
Por lo tanto la Masonería aún mantiene su SECRETO, el mismo que está dentro del ritual, en los signos y en los toques. Cuando nos iniciamos hacemos un juramento de no revelar los SECRETOS de la Masonería y dicho juramento es renovado en cada Logia al finalizar los trabajos. Asimismo, mientras se asciende en grados se nos revelan más “SECRETOS” que tenemos que tener la capacidad de comprender y mantener en SILENCIO.
Antiguamente, en algunas partes cuando algún Masón pasaba al Oriente Eterno, la viuda recibía la visita o la insinuación de miembros de su Logia que tomaban recaudo de todos sus objetos Masónicos, así como de todos sus libros relacionados con la Francmasonería, con el pretendido objeto de mantener el SECRETO Masónico. Sin embargo, los tiempos han cambiado y podemos observar que la literatura al respecto es de libre acceso.
Por otro lado, en nuestras Tenidas Blancas se abren nuestros templos, manteniendo en SECRETO nuestros rituales pero permitiendo que los no Masones escuchen nuestras planchas llenas de mensajes y enseñanzas. Esto significa que de alguna manera la Masonería dejó de mantenerse oculta o invisible tendiendo más a ser discreta, es decir, que hoy de acuerdo a la coloquial expresión del ex Gran Maestro Alberto Donado Comas, de la Gran Logia del Norte de Colombia, “se está asoleando la Masonería”.
Podría considerarse que en la actualidad el SECRETO está en cada uno de nosotros, en la forma en que labramos nuestra piedra bruta. Nosotros tenemos un templo psicofísico, y es dentro de este templo donde debemos cultivar las enseñanzas que nos da la Francmasonería.
Uno de nuestras mayores discreciones, y de las que más incomprensiones nos ha traído, está relacionada con el hecho de que los Talleres son un territorio filosófico política y religiosamente neutral. Entre nosotros no pueden exhibirse imágenes alusivas a candidatos a entes o corporaciones públicas, o iconos religiosos, cualquiera que sea su índole o el valor que uno de nosotros les conceda. Lo contrario atentaría contra el libre desarrollo del pensamiento que ha reforzado en el pasado nuestras deliberaciones, y que ha amparado los debates progresistas frente a los embates dogmáticos que anquilosan el avance de la humanidad.
No de otra forma la Orden ha podido sobrevivir desde el siglo XVIII para dar albergue a las discusiones que posibilitaron el desarrollo a cubierto de lo que hoy conocemos como Derechos Humanos, Democracia representativa, laicidad, virtud cívica, y en general el fortalecimiento del individuo frente a los poderes del estado y la iglesia.
Por todo lo anterior, es importante tomar en cuenta las principales enseñanzas de la disciplina del SILENCIO, entendida esta como discreción creativa y posibilitadora del mejoramiento moral y material del hombre, así como del perfeccionamiento intelectual y social de la humanidad, y como un cincel más para labrar nuestra piedra bruta.
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